Javier Vázquez Delgado recomienda: Marvel Saga. Daredevil 17. Al Diablo lo que es del Diablo.

 

Edición original:Daredevil v2, 94-99 USA.
Edición nacional/ España:Panini Comics.
Guión:Ed Brubaker.
Dibujo:Michael Lark, Lee Weeks, Stefano Gaudiano.
Color:Matt Hollinsworth.
Portadas: John Romita.
Formato:Tomo en tapa dura, 152 páginas.
Precio:16€.

 

Cuando Ed Brubaker recogió el testigo que Brian Michael Bendis le dejaba en la colección de Daredevil, lo hacía lastrado por un importante hándicap que el de Cleveland le había dejado al salir de la colección: Matt Murdock estaba en la cárcel por su actos como Daredevil y, en consecuencia, su identidad secreta estaba al descubierto. De esta forma, se rompía una regla no escrita en los cómics de superhéroes, la de la caja de juguetes, bajo la cual cada equipo creativo podía jugar como quisiera con los personajes que heredaba de su anterior ususario, pero tenía la obligación de dejar todo tal y como estaba al salir de la colección, recogiendo todas las piezas, ordenando sus componentes, y cerrando la puerta con llave tras de sí.
Por ello, Brubaker, tuvo que dedicar los primeros números de la colección de los que se encargaba a por lo menos, sacar a Murdock de prisión, para así poder jugar con él con más libertad, lo que hacía con una trama inteligente y que demostraba su buen conocimiento del cosmos del cuernecitos, sin que el guionista recayera en lo fácil y anodino para poder crear un nuevo punto de partida para el abogado ciego.

Una vez que Brubaker consiguió tener a un Matt Murdock que ya era libre para patrullar La Cocina del Infierno como Daredevil, podía permitirse ya por fin, construir la trama que él quería para el personaje, lo que hacía partiendo de un primer número, dibujado en este caso por el artista invitado Lee Weeks (con ayuda de Stefano Gaudiano) en la que a través de Milla Donovan se nos narraba la complicada relación que ésta tenía con Murdock.

En este punto, debemos dar otro sonoro aplauso a Brubaker, porque el escrito supo aprovechar al máximo la etapa finiquitada por Bendis, sin que ni siquiera se deshiciera de Milla Donovan de buenas a primeras, puesto que si el personaje funcionaba bien como interés amoroso del abogado ciego, ¿Por qué crear otro nuevo?.
Seguidamente el tomo entra de lleno en una trama en la que Matt Murdock como abogado, asistiendo a la titular del caso Becky Cloonan (personaje perteneciente desde antiguo al universo de Daredevil que otros autores como Bendis hacía tiempo que no sacaban a la palestra) debe intentar absolver de un complejo delito de asesinato a Melvin Potter, a.k.a., El Gladiador, otro mítico personaje de la colección a ratos amigos y a ratos enemigo del Diablo Guardián.

Lo que a priori parece un simple caso más, se va complicando, conectándose con un misterioso villano (cuya identidad no revelaré) que parece estar detrás de toda la trama y que por supuesto, utiliza al Gladiador para llegar hasta Daredevil, como no podía ser de otra manera.
Por otro lado, y como la vida de Daredevil tiene que ser siempre complicada por naturaleza, al trasunto de su identidad secreta, se une que aquí la historia se cruza directamente con la consecuencias post Civil War, lo que supone que el cuernecitos ha rehusado registrarse y que el mero hecho de calzarse sus mallas y sobrevolar los tejados de La Cocina del Infierno, lo convierte automáticamente en un criminal.

De este modo, Brubaker configura una nueva trama teñida de luces, sombras y misterio para Matt Murdock, lo que ya se hacía necesario de nuevo en la colección, que con este tomo, se queda a un paso del número 100 de su nuevo volumen, algo difícil de conseguir para las renumeraciones de las colecciones superheroicas tanto en Marvel como en DC.

El dibujo de este arco argumental, esta a cargo de un siempre fiel Michael Lark, que junto con Stefano Gaudiano se mantiene fiel a su estilo, que dota a la colección de ese tono de thriller policial y detectivesco que ésta necesita para que el guion de Brubaker termine de brillar.

Además, y por si el tomo ya no fuera lo suficientemente genial de por sí, en este caso las portadas corren a cargo de John Romita, lo que siempre es un añadido de excelencia a un arco argumental ya de por sí muy entretenido.

Una adquisición más que recomendable para los fans de Daredevil, demostrándonos el equipo de Ed Brubaker y Michael Lark que hay vida más allá de Brian Michael Bendis y Alex Maleev, continuando como se merece la colección de un personaje tan unido al género de gangsters como Matt Murdock.



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