Javier Vázquez Delgado recomienda: Aya de Yopougon. Integral 2
¡El barrio te necesita! ¡No puedes dejarnos así!
Norma Editorial finaliza la recuperación Aya de Yopougon de Marguerite Abouet y Clément Oubrerie con este segundo tomo. Previamente apareció en seis álbumes dentro de su colección Nómadas. En Francia fue publicada por Éditions Gallimard entre 2005 y 2010. En 2006 ganó el premio Mejor primer álbum en Angulema 2006. En 2013 se estrenó una película de animación dirigida por sus creadores que adaptaba la obra.
Marguerite Abouet es una guionista nacida en 1971 en Costa de Marfil. A los doce años se traslada a Francia, donde todavía reside. Desde muy joven comenzó a escribir. Aya es su única obra publicada íntegramente en nuestro país ya que tanto Bienvenida (Norma) con dibujo de Singeon y Akissi (SM) con dibujo de Mathieu Sapin solo han visto publicado su primer número.
Clément Oubrerie es un dibujante, ilustrador y animador francés nacido en 1966. Al igual que para Marguerite, Aya supuso su debut en el cómic. En Julio Norma publicó el tercer y último álbum su adaptación de las novelas de Philip Pullman Luces del Norte (Norma) con guiones de Stéphane Melchior-Durand. Su otra obra publicada en nuestro país es Pablo (Norma), la biografía de los primeros años de Picasso en París con guiones de Julie Birmant.
El segundo integral de Aya continúa la historia donde lo dejó el anterior. Asistimos a la vidas cruzadas de cuatro familias de Costa de Marfil en los años ochenta, unas familias que continúan girando en torno a la figura de Aya. Pero Aya va cediendo importancia en los álbumes cuarto y quinto para volver a recuperarla en el sexto y último. Vemos la realidad cotidiana de los habitantes de Yopougon y una radiografía de la sociedad de Costa de Marfil a través de los ojos de Aya, que son los de M. Abouet, unos ojos libres de los prejuicios y tópicos paternalistas con los que occidente contempla África. En este número se deja un poco de lado la comedia de situación folletinesca del primer integral para dar una visión más crítica de Costa de Marfil y Europa. Pero sin dejar de lado la diversión, ya que el humor en esta segunda parte está mucho más presente, sobre todo en la historia relacionada con Moussa.
El cambio más importante en la trama es que a través de Innocent vemos cómo era la inmigración a Francia en esa época. Vemos que los problemas a los que se enfrentaban en los ochenta siguen enquistados en la Europa de las libertades. Un problema que en el caso de Innocent es doble, ya que a su condición de inmigrante suma la de su orientación sexual. La intolerancia no es distinta en París ya que la ignorancia no la cura el dinero ni el color de la piel. Le vemos enfrentarse a la burocracia que le pone mil trabas para conseguir los papeles y vemos cómo la doble moral de los europeos no tiene ningún problema es darle trabajo sin contrato y alquilarle un cuartucho pero cuando quiere un trato justo ya no les parece tan bien y hay que devolverlos a sus países.
También vemos por primera vez en la serie la importancia de la religión en la vida diaria. Y cómo gentes sin escrúpulos se aprovechan de ella para engañar a la gente necesitada de milagros aprovechándose de la ignorancia y la desesperación. Además quedan reflejados los abusos de poder sobre las mujeres que se ejercían en todos los ámbitos del país y cómo el machismo imperante convertía, y lo sigue haciendo en la actualidad, a las victimas en culpables, mientras los agresores salen de rositas.
Aunque el tema principal de la serie es la lucha de la mujeres por obtener independencia y dejar de ser ciudadanas de segunda categoría. Lo original de la propuesta de Aya es que es una obra escrita por una mujer que conoce de primera mano los temas que trata. Vemos cómo las amigas de Aya, tan superficiales en el primer álbum, se convierten en mujeres empoderadas capaces de decidir su propio destino sin depender de los hombres. Algo a lo que todos los hombres deberíamos aspirar, convivir con mujeres fuertes que no se dejen pisar por esta sociedad machista. Con esto logra crear unas mujeres creíbles que nos dan una visión novedosa y nos muestran una realidad que desconocemos. La forma de presentarlas hace que sea imposible no encariñarse con ellas. Tal vez lo menos realista de la serie sea el final, ya que casi todos lo personajes ven sus problemas solucionados aunque quedan alguno cabos sueltos, que no molestan ya que la vida no acostumbra a dar finales.
Clément Oubrerie conserva el estilo del primer integral, expresivo y realista. Sus personajes son muy dinámicos y su narrativa es muy diáfana. Su composición de página es sencilla de tres tiras con dos viñetas por tira, algo que rompe algunas veces con páginas de una sola viñeta para potenciar la narración y dar mayor importancia a lo que sucede en esa página. En el primer álbum del integral hay un par de páginas en las que el dibujo se ve sustituido por una fotonovela, un recurso interesante pero que no vuelven a usar. Tiene una paleta de colores vivos y alegres que refleja la enorme vitalidad de la historia.
La edición de Norma conserva el tamaño y los extras que aparecían en los álbumes sueltos. Cuenta con buen papel y buena reproducción. Esperemos que sigan recuperando historias aparecidas en la colección Nómadas y nos traigan más nuevas de ese estilo.
Aya de Yopougon es una historia que demuestra que la alegría y una vida plena no dependen de dónde hayas tenido la suerte de nacer, sino de cómo decides afrontar la vida. Una historia que sirve para valorar las cosas en su justa medida y empatizar con los menos afortunados antes de negarles la posibilidad de acceder a una vida mejor. Marguerite Abouet y Clément Oubrerie consiguen una historia costumbrista sobre unas mujeres fuertes que no van a permitir que la necedad de los hombres les impidan ser felices.
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