Javier Vázquez Delgado recomienda: Silas Corey La red Aquila
Edición original:Le Réseau Aquila 1 y 2 FRA, Editions Glénat
Edición nacional/ España:Dibbuks
Guión:Fabien Nury
Dibujo:Pierre Alary
Color:Bruno García
Formato:Cartoné, 128 Páginas
Precio:24€
Silas Corey es un crápula, no cabe duda. Pero no es un traidor.
En Septiembre de 2013, Dibbuks publicó en nuestro país uno de los cómics más divertidos que he leído en los últimos años: Silas Corey La red Aquila. Sus autores son Fabien Nury al guión, Pierre Alary al dibujo y Bruno García al color. Es un integral que recopila la primera aventura completa del personaje compuesta por dos álbumes publicados por Glénat en el año 2013.
Fabien Nury es un guionista francés nacido en 1976. Comenzó su carrera en el mundo del cómic en 2003 como coguionista junto a Dorison de la serie W.E.S.T. (Norma). Su trayectoria se caracteriza por su renovación del cómic clásico de aventuras francobelga. Ha tocado diversos géneros como el terror en Yo soy Legión (Norma) y Las crónicas de Legión (Yermo); el polar con Tyler Cross (Dibbuks) y Cómo hacer fortuna en Junio del 40 (Norma); el thriller histórico con La muerte de Stalin (Norma), Muerte al Zar (Norma) o Katanga (Norma) por decir algunas de las más destacadas de las publicadas en nuestro país.
Pierre Alary es un dibujante francés nacido en 1970. Se dedicó a la animación hasta 2001 cuando comenzó a trabajar en la serie Les Échaudeurs des ténèbres con guiones de Bertrand Mandico. Además de los dos integrales de Silas Corey, Dibbuks ha publicado el grueso de su obra posterior: Belladona escrita por Ange, Simbad con guion de Christophe Arleston y Audrey Alwett y Moby Dick adaptada por Olivier Jouvray. Permanecen inéditos por el momento las tres más recientes D’Arme et d’Entr’Aide con guion de Philippe Périé, Mon traître con guion propio adaptando una obra de Sorj Chalandon y su versión del relato de Conan La Reine de la Côte noire con guión de Jean-David Morvan.
Francia, abril 1917. Silas Corey, antiguo reportero, detective y aventurero es contratado por el político Clemenceau para encontrar a un reportero desaparecido. Corey no solo acepta la misión, sino que vende a continuación sus servicios a la Oficina Segunda (servicio de información del Ejército francés) y a la Señora Zarkoff, una cabecilla de la industria del armamento.
La red Aquila es una historia que mezcla las historias detectivescas de principios del siglo XX, con las historias de espías en la Francia de la Primera Guerra Mundial. Tenemos todo lo que se puede esperar en una obra de estas características: agentes dobles, persecuciones, tiroteos, asesinatos, aventuras amorosas y conspiraciones políticas que pueden cambiar el curso de los acontecimientos mundiales. Tampoco falta una visita al conflicto bélico, donde vemos lo más conocido de la guerra: caballerosos duelos aéreos y trincheras donde el horror se mezcla con el barro. Todo ello narrado con un ritmo que a cada página se vuelve más vertiginoso y que logra que devores el integral en un suspiro. No es una historia particularmente original, pero es una trama compleja, tensa y vibrante que está perfectamente integrada en los hechos históricos. El trabajo de documentación previo es enorme y da sus frutos. Una de las cosas más destacadas de la obra es lo bien y rápido que Nury nos introduce en el contexto político en que esta se desarrolla, así somos participes del cambio de gobierno francés en 1917 aunque los motivos que lo provocan no son los reales sino que son fruto de la imaginación de Nury y Alary. Es meritorio ver cómo nos introduce en el contexto histórico sin necesidad de ocupar páginas, ya que son los personajes los que nos lo van relatando. Sin necesidad de explicarlo todo como si los lectores fuéramos idiotas.
Silas Corey, el protagonista de la obra es un bon vivant que cumple con el perfil habitual de los anti-héroes. Un tipo de moral dudosa, carismático, duro, cínico pero que en el fondo siempre actuá del lado correcto, en este caso del lado francés. Tiene un pasado misterioso que no puede olvidar y que le atormenta, cumple todos los requisitos para ser el perfecto anti-héroe. En él podemos ver trazas de Arsenio Lupin y Sherlock Holmes además de algo de James Bond. Alary lo compara con Bernard Prince, el personaje de Greg y Hermann, pero Silas resulta más amoral. En lo que sí se parecen es que ninguno de los dos busca la aventura, es la aventura la que los arrastra. Vemos otros arquetipos del pulp como su ayudante Nam, un ayuda de cámara oriental que más que a Watson nos recuerda a Kato y otros ayudantes de los heroes pulp, ya que participa bastante de la acción. Y no puede faltar la femme fatale Marthe Richer. Y por supuesto un villano tan brillante como escurridizo y misterioso como es Aquila. Además también aparecen funcionarios corruptos, empresarios sin escrúpulos, todo arquetipos pero muy bien escritos. Estos personajes se mezclan con otros reales como Georges Clemenceau entre otros, todos perfectamente caracterizados y creíbles.
El estilo de Alary es deudor de su trabajo como animador para Disney en películas como El emperador y sus locuras, El libro de la Jungla 2 o Tarzán pero también recuerda a la BD humorística clásica, en especial al maestro Uderzo, con sus personajes caricaturescos en entornos más realistas. Es por este trabajo que sus personajes rebosan movimiento y su narrativa es muy cinematográfica, sus composiciones de página acostumbran a prestar más atención a la narrativa que a la espectacularidad, que muchas veces se confunde con buen dibujo. Su trazo es muy delicado y son personajes son muy expresivos y dinámicos. Si cuando hacíamos mención a la historia destacábamos lo bien documentada que está, lo mismo sucede con el dibujo, Alary hace un trabajo perfecto transportándonos al París de la Primera Guerra Mundial, vemos el enorme empeño que ha puesto en los detalles, destacando las escenas en el interior del parlamento francés y dentro de las galerías Lafayette. El color de Bruno García es perfecto, potenciando la narración y construyendo atmósferas con su magnifica interpretación de la luz, tanto en las escenas de noche como en las de interior.
Dibbuks hace un gran edición con gran tamaño, buen papel y una buena reproducción, además de un epílogo que explica la situación política de la época acompañado de bocetos de Alary. La única pega es que no aparezca la portada del segundo álbum. Lo que es un acierto total es publicar los dos en un integral ya que la historia gana leída del tirón. A lo largo de este año van a publicar una nueva obra de Alary aunque todavía no se sabe cual será, algo que vista la calidad de su trabajo espero con ganas.
Silas Corey La red Aquila es un cómic que no promete, ni pretende, revolucionar el medio, simplemente pretende contar una historia divertida, bien dibujada y bien guionizada y todo eso lo ofrece de manera extraordinaria. Nury firma un guión que sin salirse de los tópicos del género es de gran nivel, sin grietas ni atajos, es por este tipo de trabajos que es uno de los guionistas más interesantes de la BD. Alary entrega unas páginas al alto nivel que acostumbra. Entre los dos consiguen un cómic que sin ser una obra maestra se situá muy por encima de otros que prometen mucho pero se quedan en nada. Ahora de disfrutar de su segunda aventura El testamento de Zarkoff a la que esperemos que sigan muchas más, sobre todo si tienen la calidad de esta.
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