Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNCine – Crítica de Los Increíbles, de Brad Bird

 

Dirección: Brad Bird.
Guión: Brad Bird.
Música: Michael Giacchino.
Fotografía: Andrew Jimenez, Patrick Lin y Janet Lucroy.
Duración: 115 minutos.
Productora: Walt Disney Pictures, Pixar Animation Studios.
Nacionalidad: Estados Unidos.

 

“Pixar es el mejor sitio de La Tierra para ser ambicioso porque existe el valor y la fuerza para serlo” Brad Bird

Aprovechando el inminente estreno de Los Increíbles 2, en la sección de cine de Zona Negativa decidimos montarnos en el Delorean, retroceder catorce años y revisitar la primera parte de esta franquicia. Los Increíbles fue estrenada en el país del Tío Sam un lejano 5 de noviembre de 2004 y a la piel de toro arribó tres semanas después. El sexto largometraje de Pixar, cronológicamente hablando, fue también uno de los más exitosos. Aplaudida por la crítica y con el apoyo del público, la cinta dirigida por Brad Bird tuvo un presupuesto de 92 millones de dólares y arrasó en las taquillas de todo el mundo consiguiendo una recaudación de 633 millones.

La historia de Los Increíbles llevaba tiempo rondando en la cabeza de Brad Bird. Extrapolando su situación personal, el realizador nacido en Montana quiso crear una película sobre superhéroes, pero con la particularidad de cómo compaginar la vida en familia con el cumplimiento de los propios sueños. Bird presentó el guion de Los Increíbles a su colega John Lasseter (Toy Story), con quien había estudiado en los años 70 en el Instituto de Artes de California, y tras varias reuniones el proyecto empezó a tomar forma. Como curiosidad, en un primer borrador, todos los miembros de la familia, menos el padre, tenían la capacidad de volar, pero, en posteriores tratamientos, se decidió que cada uno de ellos tuviera un poder diferente por aquello de la singularidad, aunque esto es un aspecto del que hablaremos más adelante.

Brad Bird venía respaldado de su buen hacer en El gigante de hierro, película de animación estrenada en 1999. A pesar de haber trabajado en varios capítulos de Los Simpson o Cuentos asombrosos, lo cierto es que en su curriculum no aparecía ningún largometraje más. Pues bien, Los Increíbles resultó ser un trampolín para Bird que en años posteriores dirigiría películas como Ratatouille (también de Pixar) o Misión Imposible: Protocolo fantasma. Sin embargo, llevar este filme a buen puerto resultó un trabajo arduo y costoso. A lo largo de cuatro años 500 personas formaron parte de este proyecto que necesitó 1800 ordenadores y más de 100 decorados. Técnicamente impecable, Los Increibles fue la primera película de PIXAR que tenía personajes exclusivamente humanos ya que resultaba terriblemente difícil la elaboración de los mismos. Inspirada en el diseño de animación de finales de los 50 y principios de los 60, los protagonistas pese a ser concebidos de manera caricaturesca, resultan realistas. Curiosamente, películas de animación hiperrealistas de ese mismo año como Polar Express (Robert Zemeckis) no consiguió el mismo resultado.

Para la versión original, los intérpretes elegidos para poner voces a los protagonistas fueron los siguientes: Craig T. Nelson (Poltergeist) es Bob Parr/Mr. Increíble, Holly Hunter (Batman vs Superman: El amanecer de la justicia) como Helen Parr/Elastic Girl, Samuel L. Jackson es Frozone, Jason Lee (Me llamo Earl) como el malvado Síndrome, Sarah Vowell (Violet) y Spencer Fox (Dash Parr). Curiosamente, el propio Bird presta su voz a Edna Mode, uno de los personajes más carismáticos del universo Pixar y que está inspirada en la modista Edith Head. Además, en el transcurso del rodaje, varios miembros del equipo técnico bromeaban con el gran parecido facial entre el director de la cinta y el villano de la función. En la versión castellana, recordamos que el cineasta bilbaíno Alex de la Iglesia dobló brevemente a “El socavador”, un ser malvado que aparecía en los últimos minutos de metraje. Sin dejar de lado el aspecto sonoro, cabe destacar la banda sonora compuesta por un joven Michael Giacchino. El músico nacido en Riverside (New Jersey) había despuntado inicialmente con sus trabajos en el mundo de los videojuegos (Medal of honor) y posteriormente en la pequeña pantalla de la mano de J.J. Abrams con Alias y, sobre todo, Perdidos. En Los Increibles compone una partitura formidable que le permite comenzar una relación laboral exitosa con Pixar hasta el punto de haber conseguido dos Oscar tanto con Up como con Coco.

El prólogo de Los Increíbles nos sitúa en plena edad dorada de los superhéroes, momento en el que nuestra pareja protagonista se casan y disfrutan de su vida como salvadores de la ciudad. Sin embargo, una ley prohíbe (¿Alguien ha dicho Watchmen?) que los enmascarados sigan realizando sus labores por lo que tendrán que colgar sus trajes e integrarse en sociedad sin utilizar sus poderes. Quince años después, Helen y Bob son padres de tres hijos. Su anodina vida está cargada de rutina y, sobre todo, el cabeza de familia añora constantemente sus antiguas jornadas de gloria. Bird consigue dar la vuelta al concepto tradicional de la familia a pesar de utilizar estereotipos para desarrollar a cada miembro. De esta forma, el poder del padre es la fuerza, el de la madre la flexibilidad, la hija preadolescente puede volverse invisible y generar escudos de energía mientras que su hermano más pequeño tiene como poder la hipervelocidad propia de la hiperactividad de su edad. El bebé Jack Jack aún no ha desarrollado sus habilidades… aunque al final de la película nos deparará más de una sorpresa. Bird tenía claro que los superhéroes del cómic son como los dioses de la mitología clásica y pese a esta premisa (que son los mitos del siglo XX), no quiso dotarles de poderes ilimitados.

Un Bob con sobrepeso es tentado por una mujer misteriosa para volver a enfundarse el traje y acabar con un robot de dudosas intenciones. Es aquí donde nos encontramos una clara metáfora de la infidelidad, en una de esas lecturas que sólo los adultos seremos capaces de sacar. Tras superar con éxito la misión, Bob vuelve a ser contactado para viajar a una misteriosa isla. Sin embargo, allí descubrirá que un viejo conocido le ha tendido una trampa. Buddy, quien ahora se hace llamar Síndrome, se sintió humillado cuando era niño porque Mr. Increible, su ídolo, no quiso tenerle como ayudante. Su pérfido plan en la actualidad pasará por acabar con todos los antiguos superhéroes para convertirse en problema y solución de todos los males de la humanidad. Helen, pensando que su marido le está siendo infiel, irá en su busca, aunque no contará con que tiene polizones a bordo, sus dos hijos mayores. Es en este momento cuando comenzará una épica aventura cargada de intensas escenas en las que los personajes darán rienda suelta a sus poderes. Además, toda la logística y el entorno creado por Síndrome recuerda a las antiguas películas de 007 y es que, Los Increíbles, es una cinta de superhéroes sí, pero también aborda otros géneros como la comedia o el espionaje. Gracias al trabajo en equipo, la familia unida conseguirá acabar con la terrible amenaza.

El guion escrito por Brad Bird resulta refrescante, apto para todos los públicos, y, aunque se aleje de la complejidad de obras posteriores de Pixar como Wall-E o Del revés, sigue manteniéndose como una de las cintas estrella del Estudio. Por si esto fuera poco, Los Increíbles recibió el Oscar a la mejor cinta de animación… y también a los mejores efectos sonoros, además de hacerse con diez premios Annie. Volvemos a montarnos en el Delorean, llegamos al presente. Encendemos nuestro reproductor Blu Ray e introducimos el reluciente disco de Los Increíbles. Volvemos a ver la película y disfrutamos con ella por enésima vez. Los viejos rockeros nunca mueren, reza el dicho popular, y las grandes películas (por increíble que parezca) son eternas, añade este redactor.



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