Javier Vázquez Delgado recomienda: Doctor Strange (2018) #1-3, de Mark Waid y Jesús Saiz
Edición original: Marvel Comics.
Guión: Mark Waid.
Dibujo: Jesús Saiz.
Entintado: Jesús Saiz.
Color: Jesús Saiz.
Formato: Grapa, 23 páginas.
Precio: $3.99.
El primer número de Doctor Strange gustó tan poco a mis compañeros que accedí a hacerme cargo de reseñarlo con la esperanza de que me gustase más que a ellos. Tan poco entusiasmo tenía al terminar de leerlo que pospuse la reseña indefinidamente. Con la publicación del tercer número me di cuenta de que tarde o temprano alguien tenía que hablar de la serie de Mark Waid y Jesus Saiz. Armado de valor, leí los dos siguientes números publicados hasta ahora. ¿Cambiaron mi opinión? Sorprendentemente, lo hicieron. Menos mal que volví a darle una oportunidad a la serie.
El primer número de Waid y Saiz es desalentador. No hay otra forma de describirlo. Lo primero que hacen los autores es quitarle los poderes mágicos a Stephen Extraño, exactamente lo mismo que sucedió en la etapa de Jason Aaron y Chris Bachalo en el anterior volumen de Doctor Strange. Deshacen parte del trabajo de Donny Cates, en cuya fantástica etapa –que tenía uno de los mejores eventos de Marvel en mucho tiempo– Extraño recuperaba todos sus poderes. Lo que viene a continuación se llama tedio.
La intención de los autores es que el Hechicero Supremo se vea forzado a emprender un viaje por el espacio. Sus poderes se han desvanecido de la noche a la mañana y en la Tierra no encuentra respuestas a este suceso, pero puede que en otro planeta encuentre algún mago o artefacto místico que le pueda ayudar. Esto es lo que nos explica el primer número, tan centrado en su labor expositiva que se olvida de que un cómic tiene que ser entretenido.
Waid dedica demasiado tiempo a explicar cómo va perdiendo sus poderes el Doctor Extraño y a su búsqueda de soluciones en la Tierra. No se abandona la Tierra hasta las últimas páginas. Entre tanto, nos tenemos que conformar cuadros de texto explicando la situación en cada viñeta con palabras bonitas. El escritor quiere hacer así más amena la exposición –y de vez en cuando usa los cuadros estupendamente para ahorrar espacio–, pero al ritmo al que se mueve la historia solo consigue hacerlas cargantes. Saiz, en plena forma, ve malgastado su talento en este número.
La mejora en el segundo número se puede apreciar fácilmente. Superado el trámite de presentar el argumento, Waid se concentra en contar una pequeña aventura. Nos presenta a la nueva compañera del Doctor Extraño y empieza a perfilar el mundo de la magia en el cosmos marvelita con mejores diálogos y mucho más dinamismo que en el anterior número. Los cuadros de texto siguen presentes, pero ahora fluyen con naturalidad, complementando elegantemente el trabajo de Saiz, que deja en pañales al resto de dibujantes de series cósmicas. Ya no solo por su maestría como narrador, sino también por sus alienígenas y escenarios, a los que otorga un aspecto único, completamente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en un cómic Marvel, gracias a un excelente uso de texturas y colores. Consciente de ello, Waid deja astutamente que sea Saiz quien lleve la voz cantante en los momentos más importantes del número.
Inmediatamente después, en el tercer número, la serie tiene un tie-in con el evento Infinity Wars, razón suficiente para preocuparse. O no. Los autores nos llevan a un planeta mucho más interesante que cualquiera que hayamos visto en un cómic de los Guardianes de la Galaxia. Una sola página necesita Saiz para darle una identidad visual propia, para mostrarnos qué es lo que lo hace único a este planeta. La narración de Waid evoca un mundo tétrico que se extiende más allá de lo que alcanzamos a ver en viñetas. En este planeta, el Doctor Extraño se encuentra al Super Skrull con una de las piedras del infinito –ojalá vuelvan a ser gemas cuando las películas de los Vengadores pasen de moda–. Podría haber sido un simple combate en el que los contrincantes se reparten tortas como si fuesen Hulk y la Cosa, pero no, Waid idea una pelea bastante ingeniosa que además saca lo mejor de Saiz. En sus manos, el Super Skrull es más amenazador que nunca.
No tengo otra opción más que elogiar al nuevo volumen de Doctor Strange, la más grata sorpresa del último relanzamiento editorial de Marvel. Tras el tropiezo que es el primer número, Waid está empezando a mostrando su mejor cara tras una racha de títulos mediocres o menores. Creo que no exagero al decir que estamos ante el mejor trabajo de Saíz en su carrera. De la unión de ambos autores han surgido dos cómics excelentes y previsiblemente muchos más en el futuro. Si el coste de tener una serie así es que el protagonista pierda sus poderes, hemos salido ganando.
Reseñas de Marvel Fresh Start
- Avengers #1, de Jason Aaron y Ed McGuinness.
- Venom #1, de Donny Cates y Ryan Stegman.
- Immortal Hulk #1, de Al Ewing y Joe Bennett.
- Deadpool #1, de Skottie Young y Nic Klein.
- Sentry #1, de Jeff Lemire y Kim Jacinto.
- Death of the Inhumans #1, de Donny Cates y Ariel Olivetti.
- Amazing Spider-Man #1, de Nick Spencer y Ryan Ottley.
- Tony Stark: Iron Man #1-2, de Dan Slott y Valerio Schiti.
- Fantastic Four #1, de Dan Slott y Sara Pichelli.
Ver Fuente
Comentarios
Publicar un comentario