Javier Vázquez Delgado recomienda: Reseñas DC – Black Lighting/Hong Kong Phooey Special #1

 

Edición original: Black Lighting/Hong Kong Phooey Special #1
Guión: Bryan Hill
Dibujo: Denys Cowan
Entintado: Bill Sienkiewicz
Color: Jeromy Cox
Formato: 48 pags, color.
Precio: 4,99$

 

Black Lighting fue uno de los primeros superhéroes afroamericanos de DC Comics. Su creador literario fue Tony Isabella y Trevor von Eeden su primer dibujante. Su primer número salió al mercado en 1977, y fue cancelado doce números después. Black Lighting formaría parte de Los Outsiders, para luego caer en una especie de olvido del que lo ha rescatado la relativamente popular serie de televisión (escribiendo esta reseña he leído una curiosa historia según la cual la versión original de este héroe era un tipo llamado Black Bomber, un racista que se convertía en hombre negro bajo presión, y cuyas aventuras fueron vetadas aún antes de salir al mercado por ser ofensivas contra prácticamente todo bicho viviente).

Hong Kong Phooey es una creación de la casa de animación Hanna-Barbera, un perro conserje que se convierte en superhéroe-ninja al sonar el teléfono de la estación de policía donde trabaja. En el marco del crossover DC/Hanna-Barbera, Black Lighting cruza su camino con Hong Kong Phooey en un comic que cuenta con Bill Sienkiewicz a las tintas. ¿Qué puede salir de esto?

Algo bastante decente. Brian Hill se encarga de las labores literarias presentándonos una comic en la línea de Inmortal Iron Fist o The Question (salvando muchísimo las distancias) en cuanto a la aparición de elementos del pulp relacionados con la cultura de las artes marciales orientales. Tras una derrota a manos de varios supervillanos, Black Lighting emprende la búsqueda de Hong Kong Phooey, un legendario maestro de kung-fu.

El mayor acierto de este serie de especiales es la total naturalidad con la que se integran los personajes de Hannah Barbera en la realidad cotidiana de DC, como si siempre hubieran estado ahí. En este caso concreto, nunca se hace ni siquiera una mención a que Phooey es un perro. Simplemente es lo que es (por otro lado, hay que recordar que en el Universo DC conviven a diario con kryptonianos y con playboys vestidos de murciélago).

En el apartado gráfico, Denys Cowan (justamente el dibujante de The Question) hace un trabajo correcto, muy en su línea: sucio, en apariencia descuidado, ideal para este tipo de historias. El entintado de Bill Sienkiewicz le sienta como anillo al dedo, así como el color de Jeromy Cox.

Este numero cumple con uno de los objetivos mas importantes (y mas difíciles de conseguir) que debe perseguir un comic: nos deja con ganas de mas. Y eso, tratándose de un perro ninja, es una proeza impresionante.



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