Javier Vázquez Delgado recomienda: Secret Weapons

 

Edición original: Secret Weapons #1 al 4
Edición nacional/ España: Medusa Cómics.
Guión: Eric Heisserer.
Dibujo: Raúl Allén y Patricia Martín.
Formato: Libro rústica, 126 páginas.
Precio: 13,50 €.

 

Que el canon de belleza nos afecta a la hora de tomar muchas decisiones en nuestro día a día es una realidad, no solo en el sentido en que puede afectar a nuestra relación con otras personas sino a los objetos en sí, tanto materiales como inmateriales. Básicamente esto significa que tenemos una serie de características idealizadas, en parte por nuestra sociedad y en parte por nuestra propia subjetividad, lo cual siempre recae sobre el arte. En el caso del mundo de los superhéroes su tradicional belleza física va acompañada de unos poderes que nos acercan a ese ideal de perfección de la mente colectiva (fuerza, vuelo, telepatía, agilidad, inteligencia…) así como un concepto de bien y mal muy bien posicionado allí donde se crea (generalmente Estados Unidos). Con el paso de los años el mundo del cómic cada vez ha sido más atrevido y diferentes autores han ido jugando con estos conceptos, mismamente en Valiant todos sus personajes tienen alguna tara para ese ideal de perfección social (en especial del mencionado país), han sido asesinos, guerreros despiadados, alcohólicos, drogodependientes, obesos, comunistas, egoístas… en definitiva cercanos a la realidad. Dicho esto, pasemos al tema de los psiots, seres que obtienen capacidades especiales después de ser activados, capacidades que no vienen determinadas previamente y que sin embargo siempre se corresponden con esos ideales antes mencionados pero ¿y si esos poderes no fuesen tan perfectos?, ¿y si no fuesen útiles?, estas preguntas son la base de Secret Weapons.

No nos engañemos, no es una idea original de Valiant, si vamos, por ejemplo, a Marvel y a sus famosos mutantes con los que los psiots se suelen comparar, encontramos decenas de personajes con poderes que a nadie le gustaría tener y un tratamiento del tema de la diferencia social dado por diversos autores, aunque lo primero que viene a la cabeza suele ser la microsociedad creada por los Morlocks en las alcantarillas y la grandeza de Chris Claremont. Hasta ahora hemos visto a los psiots más interesantes en sus diferentes bandos, la Fundación Harbinger de Toyo Harada, Los Renegados de Stancheck, Livewire con Unity o los que van por su lado como Archer,a cada cual más atractivo en términos de poder, pues Secret Weapons viene a cubrir ese hueco, el de la gente que, aparentemente, no sirve para nada útil y que por ello son apartados.

Eric Heisserer firma el guión de este tomo, su trabajo lo podemos ver en guiones de películas de terror como Destino Final 5 o Nunca apagues la luz, de tintes metafísicos como La Llegada y relacionado con los futuros proyectos de Valiant en el cine como Bloodshot, con Vin Diesel. Borremos todo lo anterior, Secret Weapons no se parece a nada de eso, es una obra fresca, con un toque triste pero la dosis de humor perfecta, que se lee bien, con su trasfondo, que atrapa de principio a fin y con unos personajes muy ricos de los que apetece saber más.

La miniserie que aquí se valora hace las veces de previa a las segundas Harbinger Wars, pero que nadie se confunda, Secret Weapons es un tomo autónomo, se lee perfectamente sin conocer nada del universo Valiant y, a excepción de Livewire, sus personajes son nuevos. Bien es cierto que se disfruta más si se saben detalles del pasado, como la vida de Livewire, la obra de Toyo Harada y su fundación o qué es un psiot, pero no importa no saber esto ya que en el propio cómic se interesan porque el lector conozca, sin necesidad de leer nada más, todo el entorno sobre el que gira la trama. El trabajo de presentación general y particular de cada personaje está muy bien llevado.

La idea de base es magnífica, no todos los poderes de los psiots son útiles y Toyo Harada ha activado a muchos, ¿dónde van esos miembros de la Fundación Harbinger que no le sirven para nada?, pues como si de un trabajador más se tratase, se van a la calle. Así se encuentran a personajes con habilidades para hacer que los objetos brillen, transformarse en piedra pero sin poder moverse, hablar con los pájaros o invocar objetos de forma casual y sin ningún patrón. Harada va a la guerra, lo cual se pudo ver en Imperium, y esta gente le estorba. Sin embargo que no sean poderes útiles para Harada no significa que sea así para todos, es este juego con la belleza, con los ideales que nos acercan a la perfección, lo que hace que la obra crezca adquiriendo un mensaje que puede reivindicar el valor de lo diferente.

Lo que si que roza la perfección, la belleza absoluta, es el trabajo de Raúl Allén y Patricia Martín, dos nombres que deberían ser suficientes para vender un cómic. Su narrativa es limpia y clara, su juego de páginas hacen el cómic muy dinámico, con un dibujo así es imposible aburrirse y consiguen darnos un puñado de personajes bastante normales en su estética pero que reflejan su identidad propia así como se hacen distinguibles sin necesidad de trajes llamativos. Ni que decir tiene que su trabajo con Livewire es impresionante, algo no muy sencillo ya debido a su poder para con las máquinas. Lo cual a su vez son buenas noticias ya que serán los encargados de la nueva serie regular del personaje.

En cuatro números los personajes consiguen avanzar más que muchos otros en decenas, ellos saben que Harada no los quiere a su lado y lo entienden, han tenido la mala suerte de que sus poderes sean así y cada uno lo acepta a su manera, a algunos los deprime más que a otros pero todos intentan seguir una vida relativamente normal. La aventura que aquí vivirán está destinada a hacerles crecer, o morir… eso ya depende del cariño que le tengan los autores a cada uno, pero lo que sin duda crece es la variedad del universo Valiant que, dentro de ese subgénero super-heroico, ya era variado de por sí.

Secret Weapons es una de esas obras directas y sencillas pero que contienen diversas lecturas, muchos matices y que se debe reivindicar, solo cabe esperar que no se quede como una obra desconocida porque realmente merece la pena hacerse con ella por su calidad, independientemente que se pueda ver como un previo a las Harbinger Wars II, lo que también nos da buen feeling para afrontar el nuevo evento.



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