Javier Vázquez Delgado recomienda: Skybourne
Edición original: Skybourne (BOOM! Studios).
Edición nacional/ España: Panini Comics.
Guión: Frank Cho.
Dibujo: Frank Cho.
Entintado: Frank Cho.
Color: Marcio Menyz.
Formato: Cartoné, 18 x 27,5 cm., 152 páginas.
Precio: 18,00 €.
Los relatos bíblicos no dejan de ser una fuente inagotable de ideas y recursos para nuevas historias, y en los autores de cómic también es recurrente acudir a esos libros religiosos como inspiración y punto de partida. Frank Cho es otro de los que apeló a este tópico y lo llevó más allá, combinándolo con más relatos fantásticos y mitológicos (que, siendo rigurosos, para quienes no son cristianos las historias de la Biblia también pueden oscilar entre la fantasía y el mito), y a toda la mezcla dándole el cariz propio de su trabajo artístico ya conocido por su larga trayectoria en Marvel, principalmente.
Un poco más en concreto, la historia de esta serie titulada Skybourne se centra en un par de personajes que son hermanos (Thomas y Grace, con el apellido que da nombre al cómic), prácticamente inmortales, y trabajan para una fundación al servicio del Vaticano que se ocupa de rastrear y conservar o destruir artefactos y criaturas mágicas, un poco con la intención de proteger a la humanidad, otro tanto por cuidar la fe que desde allí promulgan y otro poco más por negocios. Desde luego que habrá antagonistas (si no, no habría mucha historia que contar), que surge de la combinación de la Biblia con el Ciclo Artúrico y esto a su vez tendrá una incidencia directa con un conflicto interno de uno de los protagonistas, que parte de otro tópico: la paradoja del inmortal que quiere morir. Ese antagonista, además, surgirá generando un momento especialmente crítico que sumará al drama de la historia y a la urgencia de los héroes por involucrarse de lleno.
De entre toda esa gran mezcla, surgirá un cómic con muchísima acción, gore, entretenimiento, que con justicia ha sido señalado en las publicidades previas al lanzamiento como un choque entre James Bond e Indiana Jones. Pero, de nuevo, atravesado por las maneras de Cho con mucho lugar a la violencia brutal y alguna “inevitable” escena del personaje femenino extremadamente sexualizado.
Es de destacar la narrativa que sostiene a lo largo de toda la miniserie el autor, absolutamente acorde para llevar un alto ritmo de acción y tensiones que guía a una lectura rápida, y con varias sorpresas y giros dramáticos, que en el tomo recopilatorio se lee del tirón y se disfruta mucho más que con las demoras que se publicó en el formato de grapas. En cuanto al dibujo, también merece una mención la expresividad y la vida que da a los personajes, humanos y bestiales, apoyada además en la comicidad de los diálogos que en su conjunto facilitan a una buena caracterización. Respecto al color, una de las pocas tareas que no ocupa Cho en la realización del cómic, el trabajo de Marcio Menyz le brinda un volumen al lápiz del autor (casi) integral; aunque, y esto va en gustos, a título personal se me hizo bastante artificial en lo notoriamente digital.
Una cuestión del guión que no termina de cerrar, es que nunca en la historia se nos explica el origen de los dos personajes hermanos inmortales. En la página de créditos se nos refiere que son dos de los hijos de Lázaro (el que resucitó Jesús en su milagro adelantado a su momento), y que hay un tercero que nunca se termina de definir quién es, si es que aparece. Si no consideramos a esa página como parte del guión (que diría que no) así como ningún lector tiene por qué estar al tanto de las entrevistas previas al lanzamiento del cómic, la falta de referencia interna puede señalarse como una clara falla de parte de Cho en este aspecto. Por otro lado, la falta de respuesta en cuanto al tercer hermano puede dar lugar muy bien a una continuación, la cual aún con lo que pueda criticar y no gustar de este cómic estaría perfectamente dispuesto a leer aunque más no sea por el entretenimiento, la acción y la espectacularidad mezclando mitologías. Sorprende que no haya ya una producción cinematográfica adaptando este material.
No hay mucho más que agregar respecto a Skybourne. Es un cómic que se disfruta plenamente sabiendo lo que se va a encontrar y sin esperar más de lo que tiene para ofrecer (y quizás debería ser así siempre). Atentos a esa condición, es una lectura para hacer y repetir, y disfrutar, entretenerse y divertirse cada vez.
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