Javier Vázquez Delgado recomienda: #HowardChaykinDayZN – Crepúsculo

 

Edición original: Twilight núms. 1 a 3 USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Howard Chaykin.
Dibujo: José Luis García-López.
Entintado: José Luis García-López.
Color: Steve Oliff.
Formato: Rústica, 160 págs. A color.
Precio: 14,95 euros.

 

DC en sus más de ochenta años de historia editorial, atesora todo tipo de héroes y heroínas, enmarcados en múltiples géneros como el romántico, el terror, el western, el bélico, el superheróico y la ciencia ficción. Un elenco nutrido de personajes que aparecen y desaparecen a lo largo del tiempo, en función de las modas, los eventos sociales, políticos y culturales, en respuesta a la demanda de los lectores del momento.

Una de las máximas en DC es recuperar cada cierto tiempo a esos personajes, revitalizarlos y darles de nuevo visibilidad, a través de un proceso de modelado que los haga atractivos a los nuevos lectores. En 1990 se fijó la vista en todos aquellos heroes y heroínas relacionados con la ciencia ficción, creados por John Broome y Gardner Fox en los años 50 y los 60, siendo tan solo capaz de soportar el paso de los años, Adam Strange. Aquellos personajes, muertos a nivel editorial, fueron los que llamaron la atención de Howard Chaykin y Jose Luis García-López, que se embarcaron en una obra, compuesta por tres números, en la que perseguían dar un enfoque más adulto a todos esos olvidados.

En las cabeceras de DC, Mistery in Space, Stranger Adventures, Showcase, vivieron sus aventuras, cargadas de inocencia e imaginación desbordada, donde todo era posible. Personajes como Tommy Tomorrow y sus Planeteros, Star Hawkins, el grupo Star Rovers, a los que Chaykin orientó según el estilo imperante del momento, añadiendo oscuridad y crudeza, no solo a la historia, sino a los propios protagonistas que vieron como quedaban atrás aquellos días en los que todo era gloria y risas en el espacio.

El primer cambio que se detecta cuando se encara la lectura de esta obra, es que todos los personajes comparten el mismo momento temporal y se conocen entre ellos, empezando la historia con Homer, un ex Star Rovers, ejerciendo de narrador de los acontecimientos que empiezan desarrollarse en Crepúsculo.

La guerra a terminado entre los humanos y los robots y animales mejorados genéticamente y un periodo de paz parece asentarse en la galaxia, sin embargo, en medio de este escenario ciertos acontecimientos, relacionados con la persecución de una raza alienígena, denominada Matusaloides, unos seres inmortales, se desencadenan toda una serie de cambios en la galaxia. Tommy Tomorrow, es ahora un líder obsesionado con la inmortalidad, con actitud xenófoba y aspecto fascista, Star Hawkins y Manhunter 2070 son hermanos con una relación entre ellos más que cuestionable y los Star Rovers están perdidos en una carrera sin fin por alcanzar la gloria. Estas son las piezas con las que Chaykin juega a la hora de construir su particular historia sideral, en la que sin duda se puede disfrutar de su penetrante e incisiva crítica a muchos de los aspectos de nuestra sociedad, aportando una profunda reflexión sobre lo que podría acarrear a nivel social y cultural si los humanos lograran alcanzar la inmortalidad.

En la obra hay política, religión, sexo, pasiones irracionales, violencia, corporativismo… todo el repertorio esperado de este escritor, aderezado por una historia que aparentemente resulta interesante por lo que plantea al lector… Pero el coctel resulta empalagoso, excesivamente amargo, haciendo que cueste digerirlo, pues el ritmo, el estilo narrativo y una muy ineficaz representación de los personajes, con los que es imposible crear vínculo alguno a lo largo de toda la obra, lastran al conjunto hasta hacerlo fracasar en sus objetivos.

Aquí tenemos a Chaykin que usa la depravación humana para construir su castillo y demuestra estar en plena forma al hacerlo, pero no acaba de funcionar por estar muy anclado a sus propios vicios, a la estereotipación extrema, donde todos los personajes responden de una forma muy definida, haciendo que resulten monótonos, planos, tediosos y muy ajenos. Poco o nada importa lo que pueda pasarles, porque no hay ninguno con el que poder aferrarse a algo. No hay héroe, no hay heroína, en el sentido más puro de la palabra, algo que es marca de la casa cuando estamos frente a una obra de Chaykin, pero sus herramientas no funcionan, no apelmazan a la historia, sino que la disuelven progresivamente a lo largo de la trama. Una trama que no llega a interesar y que se comprende muy por encima, con diálogos farragosos, con interrupciones entre bocadillos con inserciones del narrador, Homer, que dificultan la fluidez de los textos.

Chaykin resulta molesto en el mal sentido de la palabra. Chaykin es un escritor incomodo, así es su estilo, así son sus personajes, y aquí sus personajes son pesados, aburridos y carentes de interés, añadiendo un peso adicional que acaba por densificar innecesariamente a toda la historia. No se trata de que la trama sea compleja o simple, es un problema más de forma que de fondo, pero un problema que no logra deshacer el mal sabor de boca que el lector va desarrollando a lo largo de toda la lectura. Una lectura que se convierte en un esfuerzo constante y llegar al final es una proeza que pone a prueba la paciencia.

El escudero de Chaykin es un dibujante que poco se puede decir de su persona que ya no se haya dicho. García-Lopez es un virtuoso del lápiz, un elegante orfebre cuyo estilo definió a DC durante décadas, y al que podemos disfrutar de principio a fin en este trabajo, al ser, con diferencia, el que sustenta todo este amasijo de ideas. Su dibujo destila arte, sus personajes son únicos, con expresiones faciales que permite identificarlos a la perfección y donde el detalle lo es todo. Sus viñetas están profusamente trabajadas, no hay una que se pueda decir que se dibujó a desgana, pues hay fondos, tramas y detalles cuidados a fin de plasmar ese futuro sucio y deprimente que Chaykin lleva en mente. Si hubiera que poner un pero al conjunto gráfico sería al color, que en manos de Oliff se muestra demasiado luminosos para el tono de la historia.

Crepúsculo es una obra arriesgada y valiente, pero fallida a la hora de lograr su objetivo. Fracasa a la hora de traer de vuelta a los héroes de antaño, a los que deja inutilizables, y fracasa a la hora de aportar algo de valor a todo este fondo editorial enmarcado en la ciencia ficción del Universo DC. Es un trabajo con el ADN de Chaykin, que se pierde en sus intenciones, quedando muy desequilibrado en cuanto a lo que se puede esperar de este escritor de altas prestaciones.



Ver Fuente

Comentarios

Entradas populares