Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNCine – Crítica de Matar a Dios y entrevista a su co-director, Caye Casas
Sergio Fernández Atienza: Matar a Dios es la opera prima de Albert Pintó y Caye Casas. Sin embargo, ya habíais rodado cuatro cortometrajes juntos anteriormente (Entre los que destacan NADA S.A. y RIP). ¿Cuándo os conocéis y en qué momento decidís comenzar vuestra relación laboral conjuntamente?
Caye Casas.– Nos conocimos hace unos 10 años en un proyecto audiovisual, nos dimos cuanta que éramos apasionados del cine y además vecinos, vivíamos a 5 minutos uno del otro, nos hicimos colegas y decidimos hacer un corto juntos, ese corto fue NADA S.A. que fue un éxito que no esperábamos, ganó más de 70 premios y lo compró HBO, a partir de ese momento decidimos unirnos y hacer la marca Pintó & Caye, creemos que juntos somos más fuertes y de momento nos va muy bien.
SFA: Además de dirigir la película, también la habéis escrito. ¿Cómo se gestó la historia? Personalmente, ¿te resulta más difícil la preparación del guion o la dirección del propio largometraje?
CC.– La historia se gestó en una noche de copas; tenemos la manía de hacerles preguntas ‘chorras’ a los amigos y una de esas preguntas fue… “si la especie humana fuera aniquilada y solo pudieras salvar a dos personas , ¿a qué dos personas salvarías?”, esa pregunta creó debate y polémica, nos dimos cuenta de que había una buena historia y escribimos el guión. Escribir el guión es cuestión de inspiración y de estar horas sentado delante del ordenador, en cambio para rodar lo importante es prepararlo todo a la perfección, todo tiene su complejidad y todo su atractivo, disfrutamos con ambas cosas la verdad.
SFA: Según fui viendo la película, grandes nombres del séptimo arte me vinieron a la cabeza. Jeunet, Alex de la Iglesia, Berlanga, los hermanos Coen… ¿Las comparaciones son odiosas o resultan estimulantes? Además de los citados, ¿Qué otros referentes habéis tenido a la hora de crear Matar a Dios? (Tanto a nivel de dirección como películas en sí)
CC.– Pues has clavado los referentes la verdad, los que tu has dicho más Fesser o Terry Gilliam son para nosotros maestros donde mirarnos, a mí me encanta que comparen nuestra peli con las de esos cracks… pero también nos da vergüenza porque no les llegamos ni a la suela del zapato, para nosotros pelis como La Comunidad, El día de la Bestia, Fargo, Delicatessen o El Milagro de P.Tinto son referentes claros.
SFA: En Matar a Dios, tratáis (en clave de humor negro, por supuesto) al ser humano como una especie miserable y rastrera. El cainismo español es algo que parece insertado en nuestro ADN y que siempre ha estado presente, además de en el cine, en el mundo de las viñetas (Ibañez, Jan…). Sabemos que eres lector de cómics ¿Hasta que punto hay algo de influencia de esos tebeos de toda la vida?
CC.– – Yo personalmente era un devorador de cómics y tebeos, además me he ganado la vida como dibujante y caricaturista durante 20 años, he publicado en varios medios y estoy influenciado totalmente por el mundo del cómic, creo que en nuestros trabajos se ve reflejada esa influencia no sólo en el look si no en los personajes y la manera de contar las historias.
SFA: Hablábamos hace unos meses con Javier Ruiz Caldera que parece haberse especializado en llevar a la gran pantalla tebeos nacionales (Anacleto: Agente secreto y Superlópez). Nos confesaba su deseo de llevar ¡García! a la gran pantalla. ¿Con qué obras te gustaría hacer a ti lo mismo? ¿Cuáles son tus referentes en el mundo del cómic? En tu opinión, ¿Cuál es ese gran cómic que aún no ha tenido una adaptación cinematográfica?
CC. -Pues curiosamente me hubiera encantado llevar Superlópez o Rompetechos a la gran pantalla, soy un fan desde pequeño de Superlópez y de Jan, pero la que más me fliparía rodar con diferencia es Museum de Fernando de Felipe, he leído y admirado sus cómics millones de veces, Museum o Marcketing & Utopía, ADN o El hombre que ríe… me fascinaban, otro cómic del que me gustaría hacer la peli es Ángel el indeseable de Iron, es ultraviolento, me encanta. Yo he leído muchísimo cómic… Mortadelo, cómic americano y como no, Astérix, Tintín o Eric Castel me flipaban. Últimamente leo novela gráfica, Daniel Clownes y ese tipo de gente. Para mí, falta una gran adaptación de Rompetechos y otra de Masters del Universo… acepto propuestas…
SFA: Volviendo a Matar a Dios, nos gustaría que contases a los lectores cómo fue la producción de la película. Pese a no parecerlo, la cinta contó con unos medios muy limitados. ¿Puedes decirnos cuanto tiempo tuvisteis de rodaje? ¿Qué trucos utilizasteis para contrarrestar el escaso presupuesto?
CC. – Rodamos la peli en 21 intensos y milagrosos días, donde no teníamos opción a equivocarnos si lo queríamos rodar todo. Uno de los actores casi le saca un ojo con un cuchillo a otro en la cola del catering (no es broma), tuvimos que borrarle la sangre del ojo con postpo, en otra ocasión casi se electrocuta el equipo debido a una brutal tormenta que inundó la casa donde rodábamos, pero la verdad, después de todo y de nuestras limitaciones la cosa quedó bien, estuvimos 21 días metidos en esa casa y parecían unas convivencias de unos amigos, comimos mucho y bien, y eso también ayuda a pasar las penas.
SFA: Además de la atmósfera de la película, el repoker protagonista está formidable. Según escribíais el guion, ¿Pensabais a quien les ibais a ofrecer los papeles? ¿Tuvisteis algún rechazo? Nos consta que a algunos de ellos los contratasteis de una manera, cuando menos, peculiar… Caye ilústranos.
CC.– El elenco son nuestro Dream Team, una mezcla de familia Adams cañí y los Fratelli de Los Goonies, el papel de Dios lo escribimos para Emilio Gavira, hemos trabajado varias veces con él y sabíamos que era nuestro Dios, le obligamos a aceptarlo, no tenía opción de decir que NO. A Pareja y a Antuña los contratamos por Facebook, ni repres, ni castings, ni leches, pensaban que era broma pero a la semana estaban fichados, y con Itziar fue curioso, le dimos el guión y después de leerlo nos llamó y nos preguntó si nos habíamos equivocado porque en ningún lado ponía que su personaje era gorda. En 22 años de profesión nunca le había pasado algo así, y si que es cierto que un par de actores se retiraron del proyecto a poco de empezar el rodaje, pero da igual, son cosas que pasan cuando no hay pasta suficiente. La cuestión es que los tenemos a ellos y no los cambiaríamos por nadie.
SFA: La casa funciona como un personaje más de la película. Coméntanos cómo se convirtió en el escenario principal y dónde se encontraba…
CC.– Todo es mérito de la dirección artística de Cristina Borobia (mi mujer) y de Toni Castells, les dimos poco tiempo y poco presupuesto, pero libertad total, les dijimos que la casa tenía que ser el sexto personaje de la película y han hecho un milagro, han convertido una casa de campo enorme en la que no había nada y las paredes eran blancas en una extraordinaria mansión barroca llena de cientos de cuadros, crucifijos, relojes, taxidermia… han hecho una maravilla merecedora de todos los premios posibles.
SFA: Otro de los aspectos que destaca en la película es la música del Francesc Guzmán, al que calificaste como “pequeño genio”. Háblanos un poco del proceso creativo de la banda sonora. Por otra parte, para un momento clave de la película elegisteis el Sarabande de Barry Lyndon. No puede haber escena mala sonando esa pieza…
CC.- Francesc es nuestro ‘pequeño Mozart’ todo talento y energía positiva, era su primera BSO y estamos encantados con su trabajo, le dimos referentes y estuvimos horas con él trabajando la música. No era fácil lo que le pedíamos y encima tenía muy poco tiempo pero es un crack y ha hecho una BSO diferente, rara y con mucho humor negro. Como la película, creemos que Francesc tiene un gran futuro por delante. Y sí, con el Sarabande no hay escena mala, me flipa Barry Lyndon y esa pieza siempre la he tenido en la cabeza.
SFA: El pasado año ganasteis el Gran Premio del Público en el Festival de Sitges y, sin embargo, no se ha estrenado hasta ahora. En el pasado FANT de Bilbao, la gente salió encantada de la proyección. La pregunta es clara ¿Por qué cuesta tanto estrenar una buena película en este país?
CC.– Nuestra peli es 100% independiente, ni teles, ni ayudas. Los directores no somos nadie en este mundillo y nuestros actores no son famosos, la industria es tan conservadora y mediocre que aunque demuestres que has ganado 150 premios (la mayoría del público) con nuestros proyectos no te hacen caso. A parte, nuestras propuestas no son amables ni de humor blanco, son políticamente incorrectas y de humor negrísimo, por todo esto y porque este país es un desastre es por lo que nosotros lo tenemos tan difícil y por lo que ha costado tanto estrenar Matar a Dios. Eso si, la estrenamos con pocas copias y sin presupuesto para publicidad, los grandes medios de comunicación tampoco nos hacen demasiado caso por lo mismo que te comentaba antes, es una guerra constante. Por eso necesitamos que vosotros nos hagáis visibles, para que la gente sepa que existe MATAR A DIOS y vaya a verla al cine.
SFA: Matar a Dios es una comedia negra que flirtea con el drama y se funde con el género fantástico. Sin entrar en spoilers, la duda está presente hasta los últimos compases de película. ¿Teníais claro ese final? ¿Hay posibilidad de final alternativo en una próxima comercialización en formato doméstico?
CC.– El final finalísimo fue improvisado, y por suerte lo hicmos porque me encanta acabar la peli así, y no, no se cambiará… Matar a Dios acaba así y no hay vuelta atrás.
SFA: ¿Qué próximos proyectos tienen Casas y Pintó? ¿Seguiréis trabajando juntos?
CC.– Si, estamos moviendo otros proyectos, luchando para que alguno se haga realidad, no es fácil ni mucho menos, pero tenemos tres pelis y dos series escritas y estamos buscando a alguien que tenga el valor de hacerlas realidad, alguien valiente que apueste por nuestro humor negro y quiera romper la monotonía de las pelis que se suelen hacer últimamente en este país.
SFA: Caye, este es el momento de que invites a nuestros lectores para que vean Matar a Dios. Como diría Sabina, nos sobran los motivos, así que elige los que consideres convenientes.
CC.– Quieren meterse en el cine y que les den un poco de caña, de ver algo irreverente, políticamente incorrecto, pasar un buen rato con nuestro humor negro y surrealismo, reírse y también reflexionar sobre temas importantes… pues si quieren eso que vengan a ver Matar a Dios… y si no vienen, que la ira de Dios caiga sobre ellos.
SFA: Por último, si Dios se pusiera en modo cabrón y tuvieras que salvar a dos personas ¿A quién elegirías?
CC. -Pues… me salvaría a mi mismo y… a la directora de arte de la peli, que es mi mujer!!! Y tú? A quién salvas?
SFA: Me considero una persona muy altruista, así que probablemente a Úrsula Corberó y a un servidor. Gracias por tu tiempo Caye. Desde Zona Negativa queremos desear a Matar a Dios la mejor vida comercial posible y tanto a Albert como a ti un prospero futuro en el mundo del séptimo arte. Seguro que volveremos a vernos.
CC.– Mil Gracias!! Me han encantado tus preguntas, espero que os gusten mis respuestas. Abrazo!!
Dirección: Albert Pintó y Caye Casas.
Guión: Albert Pintó y Caye Casas.
Música: Francesc Guzmán.
Fotografía: Miquel Prohens.
Reparto: Itziar Castro, Eduardo Antuña, Boris Ruiz, David Pareja, Emilio Gavira.
Duración: 90 minutos.
Productora: Alhena Production.
Nacionalidad: España.
“Ha sido la mejor noche de mi vida, mua”
Homo homini lupus (el hombre es lobo para el hombre) es una cita que popularizó Thomas Hobbes, padre del absolutismo, y que encaja como anillo al dedo a la hora de describir la miseria humana. Tomando esta máxima como punto de partida, Matar a Dios es una acidísima comedia negra cuyo leitmotiv es el egoísmo de nuestra especie. Tanto monta, monta tanto, Albert Pintó y Caye Casas realizan una estupenda opera prima que deja entrever un prometedor futuro para esta pareja de cineastas catalanes. Tras haber trabajado juntos en varios cortometrajes (os recordamos que al comienzo de este artículo podéis disfrutar de NADA S.A.), el éxito cosechado por su buen hacer les impulsó a dar el salto a la gran pantalla.
El divertido guion nos presenta a una familia disfuncional que se prepara para despedir el año en una casa de campo que han alquilado para la ocasión. Un matrimonio en crisis formado por, un machista hasta la médula, Carlos quien sospecha que su mujer (Ana) le ha sido infiel con su jefe. Para completar el cuarteto, llegan el hermano de Carlos (Santi) y el padre de ambos. Santi sigue sin superar la ruptura con su expareja y tiene tendencias suicidas mientras que su progenitor, tras quedarse viudo, no pierde la ocasión de (dichas por sus propias palabras) beber, fumar y follar todo lo que pueda. En medio de un ambiente cargado y repleto de discusiones, un extraño hará acto de presencia. Sin embargo, lo más sorprendente de este pequeño individuo con pintas de vagabundo es que afirma ser Dios. No sólo eso, sino que su visita tiene un objetivo: cansado de la humanidad, con los primeros rayos del sol al alba, la especie desaparecerá. A modo de reseteo, este Dios irascible propone que esa misma noche tienen que elegir, entre los cuatros presentes, qué dos personas de todo el planeta sobrevivirán al holocausto para volver a empezar de cero.
Para dar vida a los mezquinos protagonistas, Casas y Pintó contaron con un más que sólido reparto. Eduardo Antuña, a quien recordaremos por su icónico papel en La Comunidad o en la reciente serie (y muy recomendable) ¿Qué fue de Jorge Sanz?, vuelve a sacar esa vis cómica costumbrista que le caracteriza interpretando a Carlos. La infatigable Itziar Castro se mete en la piel de sufrida esposa regalándonos una gran interpretación. Por supuesto, no podemos dejar de resaltar el buen hacer del gran (sin ironías) Emilio Gavira. El actor nacido en Fuengirola cuenta con una envidiable filmografía de la que destacaremos sus trabajos en obras como El milagro de P. Tinto, La gran aventura de Mortadelo y Filemón o Blancanieves. Su particular físico no le impide hacerse con el rol más magnánimo de su carrera: Dios. La particular visión de Casas y Pintó sobre el todopoderoso nos arrancará más de una sonora carcajada, pero, a la vez, Gavira consigue imponer toda la fuerza necesaria del personaje. Por supuesto, como el resto de los protagonistas, dudaremos en todo momento sobre la verosimilitud del asunto, a pesar de que el prólogo de la cinta ya nos deja pistas claras. El veterano Boris Ruiz y (el doble de Santi Millán) David Pareja completan el plantel.
Matar a Dios destaca, sobremanera, a nivel visual. Deudora del cine de Jean-Pierre Jeunet y con una narrativa similar al de Alex de la Iglesia, Casas y Pintó generan una atmósfera opresiva en un único escenario, la casa donde transcurrirá la noche de marras. El gran trabajo de la dirección artística transformó dicho espacio en una mansión barroca que se comporta como un personaje más, consiguiendo de Matar a Dios una experiencia absolutamente inmersiva. El patetismo de los protagonistas (no pueden ser más ruines) tienen cierto eco a los personajes que suelen pasearse en las películas de los Hermanos Coen. Toda la tensión que se irá generando alrededor de la hora y media que tiene el metraje desembocará en un acto final un tanto macabra que hará las delicias del espectador. La música compuesta por el jovencísimo Francesc Guzmán encaja como un guante con las imágenes provocando cierta incomodidad (voluntaria) al personal.
En conclusión, Matar a Dios es una pequeña gran película que, desde la redacción de Zona Negativa, os recomendamos sin ningún lugar a dudas. Ganadora del Gran Premio del Público en el Festival de Sitges del año pasado, ha costado Dios (nunca mejor dicho) y ayuda para que el filme vea la luz en el circuito comercial. La cinta funde el humor grotesco con el género fantástico y nos sitúa en una antesala apocalíptica donde las bajezas más rastreras (atentos a esos títulos de crédito) afloran para ayudarnos a sobrevivir. Más que sobrevivir, Matar a Dios está destinada a convertirse en una película de culto dentro de la maltrecha industria española y sus creadores, Casas y Pintó, destinados a continuar realizando lo que mejor saben hacer: buen cine.
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