Javier Vázquez Delgado recomienda: Ultimate Spiderman. Integral 2.
Edición original:Ultimate Spider-Man 14-27 USA.
Edición nacional/ España:https://ift.tt/2OJwvR5.
Guión:Brian Michael Bendis.
Dibujo:Mark Bagley.
Formato:Tomo en tapa dura, 352 páginas..
Precio:.
Que Ultimate Spiderman, y el Universo Ultimate en general marcó un antes y un después dentro de Marvel es algo que por su obviedad, no hace falta decir. A partir del año 2000 Marvel trajo a escritores y dibujantes de cierto renombre en el noveno arte (y en muchos casos, fuera de él como es el caso de Orson Scott Card) para insuflar nueva vida a una Marvel que había padecido los sinsabores de la crisis de la década de los 90, creando un universo nuevo que, sin sustituir a la Tierra 616 (la de toda la vida, hoy llamada Tierra Primordial) sería durante más de una década el Universo en el que no había reglas, en el que todo podía pasar y en el que, por ende, la Casa de las Ideas arriesgaba con conceptos rompedores para la época que, si funcionaban, serían llevados de alguna u otra manera al Universo principal.
La realidad es que el Universo Ultimate se fue desinflando con el tiempo, estando ya herido de muerte cuando en el año 2015 y como consecuencia de las Secret Wars de Jonathan Hickman, Marvel decidió ponerle fin, y es que para entonces, lo que había sido un remanso de gran calidad para el lector, se había convertido en un universo que se había quedado casi sin personajes icónicos, con tramas poco interesantes que al final siempre tenían que recurrir al “fin de todo” a través del apocalipsis de turno para tratar de insuflar vida a unas ventas que ya no eran lo que otrora habían sido.
Sin embargo, tanto en sus años buenos, en los que la Tierra 1610 (como se conoce numéricamente a este Universo del que hablamos) triunfaba como el grupo de cómics que mejor vendía dentro de la editorial, como en sus años finales en los que las historias contadas eran bastante anodinas y repetitivas, hubo una colección que resistió siempre dichos embates, y que nunca perdió calidad. Hablamos, sin duda, de Ultimate Spiderman, barco a bordo del cual siempre estuvo Brian Michael Bendis (ahora uno de los guionistas estrella de DC Comics) y cuyo contramaestre durante más de 100 entregas (superando así el record del binomio Lee-Kirby en Los Cuatro Fantásticos en cuanto a parejas de guionista y dibujante que más tiempo trabajan juntos en una colección) fue el incombustible Mark Bagley.
En este segundo tomo integral dedicado a las aventuras del personaje, podríamos decir que Bendis y Bagley ya habían superado esa primera toma de contacto con el personaje que suponía adaptar a toda una nueva generación el mito del Hombre Araña, pudiendo ambos autores, esta vez sí, ir más allá con el personaje, otorgarle independencia respecto del Peter Parker primigenio, y contar sus propias historias. Estas historias, por supuesto, tenían su correspondiente reflejo en la Tierra 616, pero ya no trataban tanto de modernizar los conceptos en los que se basaban (lo que desde luego, también se hacía) si no de construir algo propio con dichos elementos ajenos, que ya comenzaban a girar bajo la maquinaria en la que el Universo Ultimate se había transformado, maquinaria en la que “todo era posible” y “todo estaba conectado” máximas ambas de dicho universo y que desde luego se dejaban ver en la colección definitiva del arácnido.
En este volumen, que verá la luz de la mano de Panini Comics en el inminente mes de Octubre en nuestra librerías especializadas, Peter tendrá que enfrentarse a tres villanos clásicos e intrínsecamente unidos al Spiderman de siempre: Doctor Octopus, Kraven el Cazador y, al Duende Verde, que tras su debut en el primer arco argumental de la colección, regresaba para hacer más difícil si cabe la vida de este jovencísimo Peter Parker, que tenía muchas más responsabilidades de las que cualquier adolescente (e incluso adulto) podía abarcar.
En lo relativo al Doctor Octopus, Otto Octavius era presentado como un científico al servicio de Oscorp (conglomerado empresarial propiedad de Norman Osborn) que, cuando el accidente con la fórmula Oz que se desencadenaba cuando el propio Osborn probaba dicha fórmula de su creación directamente consigo mismo (al haber sido testigo de como la picadura de una araña que contenía dicha fórmula otorgaba grandes poderes a Peter). En la explosión subsiguiente, el científico Otto veía como los brazos mecánicos con los que manipulaba elementos peligrosos en el laboratorio se adherían a su carne, pudiendo controlarlos mentalmente, situación que le volvía loco y que lo llevaba a una vida de crimen en la que eventualmente, se interpondría Spidey.
En este caso, el origen de Octavius no difiere mucho del que ya conocemos de la etapa clásica, pero sienta las bases del trío Osborn-Parker-Octopus que dará lugar a interesantes tramas en la colección y que une sus destinos desde el principio, al ser Oz, la propia creación de Osborn, la que desata el cambio radical en las vidas de cada uno de los personajes nombrados.
En cuanto a Kraven el Cazador, estamos ante uno de los personajes que más cambia en este Universo Ultimate. Y es que, sí que se trata de un cazador experto que busca nuevos retos en su vida y que por tanto quiere apresar a esa Araña de la que toda Nueva York habla, pero detrás de eso tenemos a Sergei Kravinoff, la estrella en alza de un reality show de los que inundaron (e inundan) las pantallas de la televisión americana y mundial que en este caso, como si del Último Superviviente se tratara, vende la idea del hombre contra la naturaleza (o las bestias que la pueblan) y que trata de subir su audiencia al realizar su próximo despliegue de medios en la Gran Manzana con Spiderman como objetivo de la cadena.
De este modo, Bendis no hacía si no aprovechar al personaje y su historia, para realizar una ácida crítica sobre el panorama televisivo y la influencia que éste podía tener en la opinión pública, que automáticamente está clamando por la derrota de Spiderman (aunque esta terminara en su muerte o incapacitación física) en pos del amarillismo catódico.
Finalmente, toca hablar del Duende Verde, de Norman Osborn, el villano más importante de los tres que principalmente aparecen en este tomo, y el que protagoniza Legado, el arco argumental que le da título y el mejor de los incluidos en el volumen.
El Patriarca de los Osborn, ha sido siempre un villano definitorio y recurrente en la historia de Peter Parker, ya sea del clásico, del ultimate o de otros universos como el noir o el enclavado en el año 1602, pero quizás sea todavía más importante para este Peter de la Tierra 1610, que con sólo 15 años debe enfrentarse a un verdadero psicópata que está dispuesto a poner su mundo patas arriba, dejando la muerte de Tío Ben como un paseo por el campo en comparación, si Peter no hinca rodilla y le jura lealtad.
Y es que, como hemos comentado, Osborn crea en el Universo Ultimate la fórmula Oz como sustituto del perdido supero supersoldado que otorgó grandes capacidades a Steve Rogers, creación que, por avatares del destino, acaba por crear a Spiderman, un Spiderman que, como si de una de sus creaciones se tratara, Osborn considera de su propiedad, al haber obtenido sus poderes gracias a la mente del maquiavélico villano, mente cada día más perturbada desde que el bueno de Normie decidiera inyectarse la fórmula Oz en sí mismo, y desarrollar una especie de identidad de Duende de enorme fuerza cuyo único objetivo es utilizar a Spiderman para sus propios fines.
En este volumen, no solo alcanzan madurez e independencia sus autores, si no que dicha evolución puede ser experimentada por el lector a través del propio Peter, que ante el regreso de Osborn, recibirá una llamada de Nick Fury (ese Nick Fury tan conspirador y gris que nos brindó Ultimate) simplemente para decirle que está solo, que SHIELD y la Ley tienen las manos atadas con respecto al magnate de Oscorp, y que más le vale tener cuidado.
Por si esto fuera poco en la vida del atribulado Parker
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Aviso de Spoiler
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De esta forma se gesta uno de los mejores arcos argumentales de todo Ultimate Spiderman, que cuenta con las ilustraciones del fiel Mark Bagley, que sigue otorgando a Spidey esa fluidez de movimientos a través de texturas suaves que hacen vibrar a Peter en cada página, pareciendo en cualquier momento que estamos ante una película animada y no ante un cómic de imágenes estáticas, siendo el dinamismo el adjetivo que mejor puede definir al dibujo de Bagley.
Sin duda, un must have en toda regla que espero que si no lo tenéis, no os penséis en adquirir, y es que, cada cita con Ultimate Spiderman resulta tan obligada como provechosa y agradable al paladar viñetesco.
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