Javier Vázquez Delgado recomienda: Berlín de Jason Lutes
Edición original:Berlin 1 City of Stones, Berlin 2 City of Smoke, Berlin 3 City of Light USA, Drawn & Quarterly
Edición nacional/ España:Astiberri Ediciones
Guión:Jason Lutes
Dibujo:Jason Lutes
Formato:Cartoné, 216 (1 y 2) y 176 (3) páginas
Precio:25€ (1 y 2)) y 22€ (3)
Berlín se construyó sobre un pantano. Ojalá llegue a ser algo más que un montón de piedras.
Tras una espera de más de 22 años por fin podemos disfrutar de la conclusión del Berlín de Jason Lutes. En España vimos los cuatro primeros números en 1999 de la mano de La factoría de ideas, pero el resto quedó inédito, hasta que Astiberri publicó los dos primeros volúmenes recopilatorios en 2005 (Ciudad de piedras) y 2008 (Ciudad de humo) respectivamente. Ahora nos ha traído el tercer volumen (Ciudad de luz) pegado a su salida americana. En 2005 fue elegida como una de las 10 mejores novelas gráficas de todos los tiempos por la revista Time. Ha ganado cinco premios Eisner, dos Ignatz y un Harvey y a buen seguro que esta última parte obtendrá varios premios más.
Jason Lutes es un historietista nacido en 1967 en New Jersey. Tras acabar sus estudios de ilustración, comenzó a trabajo como asistente del director artístico de Fantagraphics. Tras realizar varias historias cortas, en 1993 comenzó la publicación de Juego de manos (La Cúpula) dentro de la revista The Stranger, de la que también fue director. En 1994 comenzó el proceso de investigación para la serie Berlín, cuyo primer número, de los veintidós que la componen, vio la luz en 1996 de la mano de Black Eye Productions. En 1998 la serie pasó a ser publicada por Drawn & Quarterly que se encargó de ella hasta su último número. En estos veintidós años se ha encargado además de varias historias cortas para diferentes cabeceras y de dos novelas gráficas, The Fall con guion de Ed Brubaker (Planeta) y dibujos suyos y Houdini, el rey de las esposas (Astiberri) donde se encargaba del guion quedando el dibujo en manos de Nick Bertozzi.
En esta serie, Jason Lutes nos cuenta los últimos días de la República de Weimar, destruida por el imparable ascenso del nazismo en la ciudad de Berlín. Un tema que no está muy tratado en ningún medio de ficción, que prefieren contar historia de la guerra, pero que es tan interesante o más que la guerra en sí misma. Lo hace a través de dos personajes principales, el periodista Kurt Severing y la estudiante de arte Marthe Müller. La historia comienza cuando se encuentran en un tren de camino a Berlín, Kurt vuelve a casa y Marthe llega por primera vez a la ciudad buscando huir del destino que su condición social ha elegido por ella. Su relación y las personas con las que se entrecruzan le sirven a Lutes para mostrarnos el crisol multicultural que era la ciudad de Berlín en Septiembre de 1928, que es cuando comienza la obra y cómo las distintas facciones políticas se enfrentaban entre sí, ajenas a lo que se les venía encima. La serie acaba en Enero de 1933 cuando Hitler es nombrado canciller.
Kurt y Marthe representan dos caras de la República de Weimar y con ellos vemos cómo esta se degrada hasta llegar a un punto sin retorno, lo mismo le sucederá a ellos. Kurt representa la esperanza política contenida por la experiencia y Marthe es la ingenuidad de la cultura y la libertad. Ambos serán arrastrados y destrozados por la marea del nazismo que arrasará todas sus esperanzas de libertad. Son los únicos personajes de la serie a los que Lutes hace expresar sus pensamientos más íntimos. Pero a pesar de ser los dos personajes principales de la historia, Lutes no duda en desplazar el foco de la historia hacia otros personajes que se cruzan con ellos para que tengamos una idea de la realidad social de Berlín en todos sus estratos. Kurt nos pondrá en contacto con la clase alta, los políticos y los periodistas de la ciudad. Martha con la parte cultural y la noche. Dos familias, los Braun y los Schwartz cuyas vidas se van entrelazando, nos mostrarán la realidad de las clase más bajas. Gracias a ellas veremos los enfrentamientos entre las distintas facciones a pie de calle y cómo el nazismo va infectándolo todo mientras hace crecer el antisemitismo. En el segundo tomo, Lutes incorpora a una banda de músicos afroamericanos que nos mostrarán Berlín con los ojos de unos extranjeros ampliando la visión que tenemos y que le sirve para mostrar los problemas de racismo, homofobia o antisemitismo que había en esa época. Puede parecer que el alto numero de personajes dificulte la lectura pero nada más lejos de la realidad, ya que la enriquece mostrándonos la realidad desde distintos punto de vista y amplía los temas tratados, sin dejar nada al azar. Extraña la ausencia de ningún personaje de la iglesia cristiana o protestante que hubieran servido para ver el tapiz completo.
A todos los personajes salidos de la imaginación de Lutes les acompañan otros que existieron en realidad. Así además de a los miembros del partido nazi y del KPD (partido comunista alemán), también tendremos a otros como Joachim Ringelnatz, Kurt Tucholsky o Helene Stöcker, entre otros. El personaje real más importante es Carl Von Ossietzky, director de Die Weltbühne el periódico donde escribe Kurt, ya que a través de su periódico, Lutes nos cuenta los grandes acontecimientos políticos y sociales que se suceden en Alemania. Gracias a las investigaciones para el periódico de Kurt sobre los acontecimientos del uno de Mayo de 1929 vemos cómo se produce la ruptura entre los socialdemócratas y los comunistas que allanará el camino al nazismo. Lo mismo sucede con La noche de los cristales rotos y otras fechas y sucesos claves con los que suele acabar cada uno de los dos primeros volúmenes.
Es una serie que nos cuenta de manera muy objetiva y documentada cómo se produjo el ascenso del nazismo, incidiendo más en las causas sociales y económicas que en las políticas, aunque también aparezcan. Y tiene el enorme mérito de nunca juzgar a nadie, mostrándonos el porqué de sus decisiones y actos mientras adapta la ficción de sus personajes a los hechos históricos. Pero también nos nuestra el día a día de los habitantes de Berlín con sus miserias y alegrías. Esto lo hace gracias a un recurso que se da por toda la serie como es mostrarnos los pensamientos de personas anónimas que se cruzan con los protagonistas.
Leyendo la serie es inevitable no pensar si Lutes se hubiera imaginado que el último número de la serie aparecería con Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. Aupado con un discurso que tiene demasiadas cosas en común con el de Hitler. Da mucho miedo pensarlo, sobre todo porque viene acompañado por el inquietante auge de la extrema derecha por toda Europa. Todo esto nos hace darnos cuenta de lo necesarias que son obras como esta para evitar volver a sumir al mundo en una ola de odio e imbecilidad.
En el apartado gráfico, Lutes hace gala de su estilo, más deudor del cómic europeo que del americano, como es habitual en todos su trabajos. La influencia de la línea clara de Hergé es patente en cada una de las páginas de esta serie. El estilo únicamente varía cuando Lutes nos nuestra los dibujos de Martha. Pero no solo hay influencia del cómic, también la hay de las películas mudas en las escenas de acción, con su sentido del humor deudor del slapstick. Por ello es una obra que solo puede ser imaginada en blanco y negro. Narrativamente es soberbia, con un control del tempo perfecto, algo que se comprueba desde el primer capítulo cuando Kurt y Martha bajan del tren y en solo unas poca viñetas, Lutes nos ha mostrado la realidad de la Alemania de entreguerras. Brillantes son también en sus representaciones de las ciudad de Berlín, además de los decorados y vestuarios, demostrando que los años empleados en realizar la serie están justificados. Llama la atención la ausencia de esvásticas en la obra, pero responde a una decisión del autor. Los personajes son muy expresivos y fácilmente identificables destacando el enorme parecido de los reales con la versión de Lutes. El único punto bajo de la serie es que el último tomo se produce una simplificación del dibujo que produce una merma en la calidad del mismo, algo que no sucede en las últimas páginas de la serie que son el colofón perfecto. El resultado global es de alta calidad y eleva la historia a obra maestra.
Astiberri Ediciones hace una edición de gran calidad, con una reproducción muy buena, un papel de gran gramaje que evita que las páginas transparenten, además de tapa dura y un gran diseño. El único problema viene dado por la edición original y es que la fuente de letra resulta algo pequeña.
Berlín de Jason Lutes es una serie de las que hacen historia y que todo el mundo debería leer. Una de las series más importantes en lo que va de siglo, poblada de unos personajes que vivirán mucho más de los veintidós años que Jason Lutes tardó en completar la serie y que valen cada trazo de lápiz y tinta empleado.
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