Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNSeries – Hijos de la Anarquía: Algo huele a podrido en Charming


Género: Drama, Crimen, Policiaco, Motoristas
Creador: Kurt Sutter
Dirección: Kurt Sutter, Gwyneth Horder-Payton, Stephen Kay, Guy Ferland, Bill Gierhart, Paris Barclay, Peter Weller
Guion: Kurt Sutter, Misha Green, Dave Erickson, Chris Collins, Jack LoGiudice, Regina Corrado, Liz Sagal
Reparto: Charlie Hunnam, Ron Perlman, Katey Sagal, Maggie Shif, Mark Boone Junior, Kim Coates, Tommy Flanagan, Theo Rossi, Ryan Hurst, Dayton Callie, David Labrava, Jimmy Smits, Drea de Matteo
Producción: FX Productions / SutterInk / Linson Entertainment / Fox 21
Canal: FX Networks
País: Estados Unidos
Del año 2002 al 2008 la cadena de televisión por cable FX Networks, propietaria de productos como American Horror Story, Nip & Tuck o The Americans, y filial de Twentieth Century Fox emitió la mejor serie de producción propia que jamás ha realizado, The Shield. Aquel programa creado por Shawn Ryan (The Unit, Miénteme) y protagonizado por Michael Chiklis (Los 4 Fantásticos) entre otros narraba las vivencias de los corruptos miembros de un grupo de asalto de la policía del ficticio distrito californiano de Farmington. Dicho show rodado con cámara al hombro y naturalismo cortante, con un ojo puesto en Sam Peckinpah otro en Walter Hill, e incluso en el veterano reality show Cops, suponía la cara oscura de otros seriales como Canción Triste de Hill Street o Policías de New York. Entre agentes manteniendo tratos con mafiosos y narcotráficantes, políticos arribistas dando permiso a detectives para actuar como gangsters y unos pocos hombres uniformados sin sobrepasar la delgada línea de la ilegalidad comenzó a destacar entre la nómina de guionistas y productores (así como ocasional actor secundario, inolvidable su Margos Dezerian) un señor llamado Kurt Sutter convirtiéndose en el hombre de confianza de Shawn Ryan y responsable de algunos de los mejores episodios del corrompido y violento trayecto vital de Vic Mackey y sus secuaces. Episodios como Dragonchasers, que encarrilaba el final de la soberbia primera temporada de la serie, Scar Tissue, de la segunda cuya trama del robo del tren del dinero ofrecía los mejores momentos del programa marcando el devenir de los personajes hasta los últimos capítulos de la producción televisiva, Judas Priest (títulos como este u otros tales como Slipknot o el ya mencionado Scar Tissue muestran el gusto de Kurt Sutter y sus colaboradores por el mundo del rock) Of Mice and Lem, en el que el personaje de Kenny Johnson se convertía en el núcleo central de la quinta entrega de episodios o Parricide, finiquitando la inolvidable séptima y última temporada su colaboración con The Shield dieron muestras de Sutter como profundo conocedor de ambientes suburbanos y el mundo de las bandas criminales, así como un vigoroso narrador que se hacía fuerte a la hora de abordar tramas de una contrastada visceralidad poniendo en situaciones extremas a sus personajes. Cuando en el año 2008 The Shield acabó su glorioso recorrido de seis años Kurt Sutter ya estaba preparado para abordar su primera creación propia y en solitario para la por aquel pujante Nueva Edad de Oro de la Televisión Americana.

Sin abandonar FX Networks propuso a los dueños de la cadena de pago una nueva serie de acción y drama localizada en el mundo de los motoristas ilegales basada en sus propias vivencias dentro de uno de estos clubs, inspirada en el Hamlet de William Shakespeare, y con reminiscencias claras tanto de su hermana mayor The Shield como de la inolvidable Los Soprano que ideó David Chase para el canal por cable HBO. El resultado fueron siete temporadas y más de un lustro de éxito catódico en el que Kurt Sutter, y unos equipos artístico y técnico a la altura dieron forma a una de las series más logradas de FX Network y una de las producciones televisivas más cohesionadas y personales de la pequeña pantalla. Un triunfo que superó la barrera de la emisión semanal en un canal de pago para extender su estética y parafernalia a otros campos como el del mundo del motor, el tatuaje, el graffiti o el rock, dejando una huella indeleble y duradera en la mente de todos aquellos espectadores que la disfrutaron a lo largo de los años. Tras ella Sutter ideó la serie centrada en la mitología artúrica Bastard Executioner, de escasa repercusión, y a día de hoy está inmerso en el spin off de SOA centrada en las banda latina de los Mayans de cuyo episodio piloto daremos nuestras primeras impresiones en esta misma entrada.
La historia de Hijos de la Anarquía tiene lugar en una ciudad californiana de engañoso nombre llamada Charming. Allí seguimos las andanzas de Jackson “Jax” Teller (Charlie Hunnam) vicepresidente de un club de moteros delincuentes bautizado como Sons of Anarchy Motorcycle Redwood Original “SAMCRO” que su fallecido padre, John Teller, co fundó años atrás y del cual actualmente es presidente Clay Morrow (Ron Perlman) íntimo amigo de John y segundo esposo de Gemma Teller (Katey Seagal), madre de Jax y viuda del ya mencionado creador del club. En el primer episodio Jax descubrirá un diario de su padre en el que narró cómo los Sons of Anarchy se descarriaron por culpa de la criminalidad y cómo intentó cambiar esto sin éxito, perdiendo la vida en el proces en un accidente de carretera. Desde el mismo momento en el que Jax descubre el manuscrito de su padre comienza a desconfiar de Clay e incluso de su madre, Gemma, por ser ellos dos de los precursores de la decadencia moral de SAMCRO proponiéndose así como misión principal conseguir lo que su progenitor no pudo, alejar a sus compañeros del mal camino de la ilegalidad. Pero con lo que el joven motorista no cuenta es con el mismo club, capaz de ejercer como una entidad viviente con pocas intenciones de alejarse del asesinato, el tráfico de armas o drogas y la extorsión. Durante las siete temporadas ese será el núcleo central del serial, aunque viéndose en ocasiones relegado a un segundo plano en favor de otras tramas relacionados con los componentes de los Sons of Anarchy.
Alejándose de retratos críticos, aunque en cierta manera también dejándose influenciar por ellos, en primera persona como Los Ángeles del Infierno: Una Extraña y Terrible Saga, el libro en el que el periodista Hunter S. Thompson (Miedo y asco en Las Vegas, Los Diarios del Ron) narró la larga temporada en la que convivió con el famoso grupo de moteros estadounidenses retratándolos como un atajo de violentos, drogadictos, incultos y con filiaciones neonazis, Kurt Sutter en Hijos de la Anarquía se deja llevar por la mística asociada al mundo de hermandad y peculiar código de honor de los motoristas ilegales, diferenciándose más bien poco de la mafia norteamericana. Ya que en Hijos de la Anarquía al igual que hicieran Shawn Ryan y David Chase en las mencionadas The Shield o Los Soprano respectivamente Sutter, así como su equipo de guionistas y actores, se ocupan de insuflar carisma a sus criaturas para que al llegar a unos considerables niveles de empatía los veamos cometer crímenes propios de asesinos a sangre fría impidiéndonos indentificarnos al 100% con ellos por su naturaleza virulenta, incitándoles a cometer cualquier ilegalidad con el único fin de mantener el statu quo de su club, entidad abstracta que se convierte en el epicentro de sus propias vidas.
SAMCRO es un reflejo de la misma Charming. Una soleada ciudad de california mostrando en su exterior paisajes idílicos y ciudadanos modelo, pero en cuyo interior se llevan a cabo todo tipo de negocios turbios ejecutados por policías y políticos corruptos, grupos neonazis, distintos tipos de mafiosos negros, chinos, irlandeses, estos últimos vinculados directamente con el IRA original, y una amplia gama de clubs motociclistas aposentados en la ilegalidad. Dentro de los mismos tenemos los Grimm Bastards (negros) o los Mayans (latinos), pero sobresalen notablemente los Sons of Anarchy, la banda de motoristas más célebre nacida en California, fundada por John Teller y Piermont “Piney” Winston. SAMCRO extiende su influencia por toda Charming, ya que los Sons ejercen su influencia tanto en la policía como en la sanidad. Son una especie de termómetro de la ciudad al estar siempre implicados en el tráfico de drogas o armas y el asesinato. De esta manera Charming necesita a SAMCRO como Farmington necesitaba al Strike Team de Vic Mackey en The Shield, o lo que es lo mismo, un grupo de personas que haga el trabajo sucio para que la opinión pública crea tener todo bajo control aunque sólo sea, como previamente hemos comentado, en la superficie más visible de la localidad.
Porque el guionista de The Shield trabajó a conciencia para dar consistencia y un pasado a SAMCRO, afirmando que el de California es el episodio original del club teniendo sedes en distintas partes, no sólo ya de Estados Unidos, sino también de Europa, como es el caso de Irlanda, país al que viajarán los protagonistas en la tercera temporada siendo el núcleo del devenir narrativo de dicha tanda de episodios. SAMCRO es una enfermedad para los miembros que lo militan, un cáncer cuya naturaleza vírica arrasa con todo lo que se le pone por delante. Por el club sus componentes cometen crímenes de todo tipo, por él dejan de lado a familiares que en los mejores casos ven su vida reducida al mínimo exponente y en el peor de ellos llegan a ser asesinados por ajustes de cuentas o errores fatales. Esa entrega ciega, puramente estadounidense, por una comunidad corrupta, perjudicial, sin aportar absolutamente nada positivo al día a día de sus componentes, más allá del plano económico, es la que añade al programa un cariz de drama desgarrado, en el que volvemos a percibir la impronta de William Shakespeare encontrando su reflejo más cristalino en el inolvidable personaje de Opie Winston (Ryan Hurst), un rol que podría adscribirse sin mucha dificultad en la tragedia griega viendo poco a poco como ese club por el que daría a vida le arrebata todo, pagando un precio inabarcable por él hasta el último día de su existencia.
A lo largo del desarrollo de la serie asistiremos a una evolución gradual en la que la autodestrucción se irá apoderando de las andanzas de los Sons of Anarchy. Las dos primeras temporadas asientan las bases de la relación de desconfiaza de Jax con respecto a Clay y Gemma y marca los primeros pasos de su relación sentimental con Tara, además de profundizar en las relacionas de SAMCRO con las bandas rivales, la mafia local y sus encontronazos con las fuerzas de la ley. Después de la tercera, teniendo lugar casi en su totalidad en Irlanda y alejándose un poco de las raíces del producto, la cuarta es una vuelta a los orígenes convirtiendo gradualmente al personaje de Ron Perlman en el enemigo a batir, comenzando este a operar desde las sombras a las espaldas del club. La quinta, marcada a fuego por la muerte de Opie y por cómo este hecho cambia de manera visceral la personalidad de Jax, supondrá un punto de inflexión teniendo su culminación en la sexta donde el personaje de Clay desaparece y Gemma toma el rol de traidora ejerciéndolo hasta los últimos compases de la serie donde el principal villano de la historia será su propio protagonista. A los “enemigos internos” de SAMCRO debemos sumar la extensa galería de mercenarios, mafiosos, policías corruptos narcotraficantes y miembros de otros MC que convertirán los negocios ilegales y los métodos violentos de los SOA en un juego de niños.
En la séptima y última temporada Jax Teller tomará conciencia de la realidad y decidirá hacer limpieza en sus dos familias. Hamlet da paso al Rey Lear y como tal su misión principal será salvar el reino. Por un lado alejar a sus hijos del mundo de violencia y venganza en el que él se ha criado yendo en descontrolado aumento, por otro tratar de limpiar el nombre de SAMCRO y así conseguir lo que su padre, John Teller, no pudo, devolverle el buen nombre. Esta finalidad llega al protagonista como epifania en el mismo momento en el que asesina a su propia madre, Gemma, al descubrir que esta asesinó a su mujer, Tara. En ese mismo momento Jax es una persona muerta en vida, un fantasma errante cuya única misión consiste en solucionar el futuro de sus allegados y desaparecer voluntariamente de la ecuación porque él se ha convertido en el cáncer que está consumiendo el club fundado por su progenitor y por el que también fue asesinado. Los cuervos que abrían el primer plano del episodio piloto comiendo un trozo de pan en la carretera cierran la serie haciendo lo propio mientras un charco de sangre se acerca al trozo de alimento que antes de ser cubierto por esta funde el plano en negro y nos regala la inevitable cita de Hamlet que cierra el ciclo vital y televisivo de la serie.












Una serie como Hijos de la Anarquía almacena a lo largo de sus siete temporadas incontables momentos míticos que se quedaron grabados en la retina de sus espectadores, muchos de ellos relacionados con la muerte de personajes principales o secundarios caídos a lo largo de los episodios. Pero para salir un poco de la tónica habitual con el resto de programas televisivos de ficción que hemos reseñado en la web vamos a realizar este Top 5 de mejores situaciones de la serie centrándonos en una de sus más celebradas señas de identidad. Entre las muchas cosas que Kurt Sutter aprendió durante el periodo en el que colaboró en The Shiled s encuentra la especial destreza de Shawn Ryan y sus colaboradores para potenciar los pasajes más icónicos de su show por medio de una notable elección musical. De esta manera, aunque vamos a dejar fuera muchos “greatest hits” que extenderían excesivamente el apartado, en este listado vamos a mencionar aquellos grandes éxitos audiovisuales en los que una serie como Sons of Anarchy dio lo mejor de sí misma como producto, mereciendo estos ser resaltados.
2×10 Balm – A modo de advertencia para SAMCRO, Ethan Zoebelle (Adam Arkin), el líder de la banda supremacista blanca Liga de Nacionalistas Americanos (L.O.A.N) envía a su mercenario personal A.J. Weston (Henry Rollins) y un grupo de sus hombres a secuestrar y violar a Gemma Teller. Ella mantendrá en secreto la agresión, pero en la recta final de la segunda temporada, en el décimo episodio concretamente, y apoyada por Tara confesará tal hecho a Jax y Clay. En el mismo momento que comienza relatar su calvario Mary de la cantante Patty Griffin comienza a sonar. Los compases folk del tema dan una nueva dimensión de dramatismo a la secuencia que culmina cuando Jax se acerca a ella y besa sus manos para después apoyar las suyas en los hombros de Clay que corresponde estrechando las suyas, ejecutando así una de las últimas situaciones de verdadera complicidad entre ambos personajes en la serie.
4×14 To Be, Act 2 – Cuando la cuarta temporada llega a su culmen SAMCRO ha saldado cuentas con la mafia rusa, dentro y fuera de la cárcel, y Gemma comienza a temer que su hijo conozca los hechos que dieron pie a la muerte de su padre, John Teller. Mientras Jax es elegido como nuevo presidente de los Sons of Anarchy dicho pasaje es acompañado por la versión que el grupo The White Buffalo & the Forest Rangers hacen de House of Rising Sun, el mítico tema de los Animals, cuya letra es modificada para la ocasión con la intención de adaptarse a la ciudad de Charming, sustituyendo a la New Orleans original de la canción. En el último plano Tara apoya su brazo sobre Jax y la imagen se funde con otra del pasado en la que eran John Teller y Gemma los protagonistas, se cierra un ciclo y se abre el arduo reto de devolver la grandeza a SAMCRO.
5×04 Dorylus – La quinta temporada estuvo marcada irremediablemente por la repentina y bestial muerte de Opie Winston, emtregando su vida en la cárcel para salvar a sus compañeros y ser asesinado a manos de los hombres del mafioso Damon Pope (Harold Perrineau). Sólo un capitulo después se lleva a cabo el funeral del personaje más querido de la serie y miembro de los Sons of Anarchy que más dio por el club. Mientras sus compañeros, encabezados por Jax, le rinden tributo Greg Holden nos habla de un “niño perdido” que abandanó pronto hogar y familia para alejarse a miles de kilómetros. Uno de los pasajes más emotivos de la serie, que desde el punto de vista de un servidor hubiera mejorado un poco más si los Sons hubieran salido a la carretera a escoltar en caravana el coche fúnebre portador del hijo de Piney Winston.
7×12 Red Rose – Penúltimo episodio de la serie en el que Jax descubre que su madre, Gemma, asesinó a sangre fría a Tara, su mujer y madre de sus hijos. En una escena arrancada de las entrañas de la trilogía de El Padrino, el presidente de los Sons of Anarchy ejecuta friamente a la mujer que le dio la vida, mientras ella acepta pacíficamente un destino inevitable que marcó en el mismo momento en el que mató a la esposa de su único primogénito. Tras dicho acto, que sentencia de muerte al protagonista de la serie, Ed Sheeran interpreta una excelente versión del tema Make It Rain de la banda de rock alternativo y folk norirlandesa Foy Vance abriendo el camino para la recta final de la serie con la que Kurt Sutter despedirá las andanzas de los miembros de SAMCRO.
7×13 Papa’s Goods – Después de atar todos los cabos sueltos, dejar a su familia de SAMCRO dispuesta para empezar de cero volviendo a las raíces y alejar a sus hijos de una vida llena de violencia, venganza y extorsión este Rey Lear moderno decide abrazar su destino en plena carretera con la motocicleta de su padre, la brújula moral cuyas enseñanzas nunca debió abandonar. The White Buffalo & the Forest Rangers con Come Join the Murder, canción compuesta y escrita por el mismo Kurt Sutter, nos confirma lo inevitable. Jax Teller no es un buen hombre, es un asesino, traficante, ladrón y criminal y para que sus allegados puedan volver a empezar él debe desaparecer. Perseguido por la policía y con una sonrisa de satisfacción en la cara el hijo de John Teller se quita la vida estrellándose contra un camión que, en una última concesión a la referencialidad, está conducido por Michael Chiklis, el Vic Mackey de The Shield, la serie gracias a la que Kurt Sutter pudo hacer Sons of Anarchy, el mejor y más personal trabajo de toda su carrera.

Guión: Christopher Golden, Ed Brisson, Ryan Ferrier
Dibujo: Damian Couceiro, Jesús Hervás, Matías Bergara, Paul Little,
Edición España: Norma Editorial (2014)
Contiene: Sons of Anarchy (Boom! Studios)
Formato: Tomos rústica
Como previamente apuntábamos, y suele ocurrir con no pocas series televisivas cuando las editoriales de cómics consiguen las pertinentes licencias, Sons of Anarchy también ha conocido una adaptación al mundo del arte secuencial mediante la independiente Boom Studios!, casa que nos ha ofrecido traslaciones de otros iconos de la ficción filmada como El Planeta de los Simios, Cristal Oscuro, Golpe en la Pequeña China o Bill y Ted. Las correrías de los miembros de SAMCRO han copado protagonismo hasta el momento en dos colecciones, una homónima y otra titulada Sons of Anarchy: Redwood Original. La primera está siendo publicada actualmente por Norma Editorial habiendo llegado hasta el momento a los seis tomos. De la siguiente todavía no tenemos noticia, pero seguramente también verá la luz en nuestro país. Con un trío de guionistas curtido en cientos de combates como Christopher Golden, Ryan Ferrier y Ed Brisson y los lápices de Damian Coucerio, Paul Little, Jesús Hervás y Matías Bergara las desventuras del club de moteros más peligroso de la ciudad de Charming se han extendido saltando de un medio a otro con un notable éxito de ventas y el respaldo de los fans de la serie de Kurt Sutter viendo bien reflejados los actos delictivos de sus personajes preferidos en el papel.
Todas las historias narradas en los cómics protagonizados por los Sons of Anarchy tienen lugar en “periodo de entretemporadas” para poder ser adheridas a la continuidad de la serie de Kurt Sutter sin necesidad de adulterar la misma. Desde el primer tomo, centrado en el personaje de Alex ‘Tig’ Trager, la tónica habitual será depositar el peso de los relatos en uno o dos personajes viéndose el resto de miembros de SAMCRO movilizados por los hechos en los que estos se verán implicados. La mayor virtud de la colección de Boom Studios! es ser en casi todo momento fiel al producto televisivo tanto en la escritura y perfil psicológico de personajes como en la estética y traslación visual de los actores que dieron vida a la banda de motoristas en imagen real, conservando en todo momento la esencia del proyecto audiovisual apelando a la acción, el drama desgarrado, las traiciones, los pequeños apuntes de humor negro y la presencia del club de motociclistas como un personaje más que sobrevuela la vida de todos los criminales de Charming a modo de omnipresente Demiurgo .
Por desgracia no todo son parabienes para esta versión en viñetas de Hijos de la Anarquía. A pesar del conocimiento previo que muestran los guionistas de la idiosincrasia adscrita a la serie de televisión y al buen hacer de unos ilustradores, entre los que destaca un excelente Damian Couceiro haciendo suya la colección desde el prime número en el que colabora con sus lápices, casi ninguna de las historias que vertebran los seis primeros tomos editados en España, los que ha podido leer un servidor, llegan a capturar al 100% la fuerza y el impacto de los mejores momentos del show diseñado por Kurt Sutter. Tenemos arcos interesantes como el ya mencionado de Tig, el de Jax y Clay cumpliendo condena en Stockton, el del sobrino de Bobby o el dedicado a Opie Winston, suponiendo este un cálido homenaje al más querido de los personajes secundarios, pero algo falta en la colección para extrapolar con auténtica fidelidad la serie, algo que se deja notar más aún en el cuarto tomo construido sobre cuatro historias cortas ocasionalmente bordeantes en la puerilidad. Con todo hablamos de una colección, la que hasta ahora hemos podido leer en España, que satisfará casi con toda seguridad a los fans del programa de FX Networks.
Género: Drama, Crimen, Policiaco, Motoristas
Creador: Kurt Sutter
Dirección: Guy Ferland, Kurt Sutter, Norberto Barba
Guion: Elgin James, Kurt Sutter, Andrea Ciannavei, Debra Moore Muñoz, Sean Tretta
Reparto: JD Pardo, Clayton Cardenas, Edward James Olmos, Sarah Bolger, Michael Irby, Carla Baratta, Antonio Jaramillo, Raoul Trujillo, Richard Cabral, Danny Pino, Emilio Rivera, Frankie Loyal, Vincent Vargas, Maurice Compte, Joseph Raymond Lucero, Gino Vento
Producción: FX Productions / Fox 21 Television Studios
Canal: FX Networks
País: Estados Unidos
Después del enorme éxito que supuso Hijos de la Anarquía para FX Networks, el mayor de toda su historia, los jefazos del canal de televisión por cable encomendaron la misión a Kurt Sutter de mantener vivo dicho microcosmos una vez las siete temporadas de la serie original hubieran llegado a su inevitable final. El guionista, productor, actor y director decidió entonces abordar un spin off centrado en la banda de los Mayans, colaboradores y rivales de SAMCRO en el programa protagonizado por Charlie Hunnam, con bastante peso a lo largo del recorrido del mismo. Una vez FX Networks dio carta blanca a la propuesta Sutter se preparó para escribir y dirigir el episodio piloto de Mayans M.C, teniendo prácticamente todo el control sobre su propia creación. La noticia saltaba en julio de 2017 cuando el canal, insatisfecho con el resultado, no sólo obligó a regrabar todo el material y a cambiar algunos actores del reparto, también relevaron a Sutter de su puesto detrás de las cámaras, tomando su lugar el veterano Norberto Barba, y añadieron como co creador, y co guionista de ese primer episodio, a Elgin James. Aunque pudiera parecer grave los reshoots y cambios en el cast no son ajenos al universo de Sons of Anarchy. Todavía muchos recuerdan cómo el actor Scott Glenn (Training Day, Daredevil) grabó en los inicios de la serie señera bastante metraje dando vida Clay Morrow para más tarde ser sustituido por Ron Perlman. En cambio lo de relegar a Kurt Sutter de su puesto de importancia al frente del show seguramente no hizo nada de gracia al impulsivo guionista de la película Southpaw.
Después de los cambios exigidos por la cadena, con todo el material rodado habiendo recibido el visto bueno por parte de los inversores y Kurt Sutter haciendo promoción del show casi a regañadientes por sus perfiles de redes sociales Mayans M.C ya estaba preparada para su puesta de largo y el pasado día 4 del presente mes vio la luz el episodio piloto que vamos a pasar a desgranar en el presente apartado para comentar las impresiones que nos ha transmitido esta primera piedra sobre la que se construirá el célebre spin off “latino” de Sons of Anarchy. Evidentemente el visionado de un sólo capítulo sólo nos permite vislumbrar lo que en un futuro podrá ser el producto audiovisual en cuestión, pero sí nos sirve para degustar los primeros compases del proyecto y su intencionalidad. De esta manera nos encontramos con 65 minutos de metraje dedicados a presentar a los personajes y a localizar espaciotemporalmente la trama en la que estos se verán involucrados. Ezequiel “Ex” Reyes (J.D. Pardo) ejerce como novato en los Mayans de Santo Padre, episodio localizado en la frontera entre California y México. Como nuevo miembro del club se ve inmerso en el submundo de la extorsión, el narcotráfico y el asesinato a manos de sus compañeros y sus rivales, los componentes del cartel mexicano de Galindo. Poco a poco iremos conociendo a Ez y a sus colaborades y familiares, vislumbraremos retazos de su pasado y descubriremos las motivaciones que lo llevaron a formar parte de los Mayans.

Desde su mismo arranque Mayans M.C confirma lo que era un secreto a voces. FX Networks, Kurt Sutter y su equipo de directores y guionistas van a repetir, al menos durante el arranque de la serie, la fórmula que tan buenos resultados dio con Sons of Anarchy. En lo referido a puesta en escena y discurrir narrativo el episodio piloto de este spin off podría confundirse sin mucha dificultad con cualquiera del programa que le da origen, algo que habla tan mal como bien de la propuesta. Por un lado aquellos que esperaban “más de lo mismo” quedarán en cierta manera satisfechos, pero los que buscaran un producto que pudiera diferenciarse de su predecesor apelando a una personalidad propia seguramente quedaran algo decepcionados. Por descontado los responsables del material tratan de darle a Mayans M.C independencia conceptual y argumental apelando a inundar todo con la parafernalia mexicana propia de los miembros de dicho club y hasta la omnipresente banda sonora cambia el rock y el folk de las correrías de SAMCRO por rancheras y cumbias adscritas a la música latina. Pero desde una perspectiva estructural y visual estamos, indudablemente, ante una extensión, o copia, de lo que en su momento fue Hijos de la Anarquía como muestra de ficción televisiva.

En lo referido al reparto encontramos a un surtido grupo de secundarios veteranos como Edward James Olmos (Blade Runner), Michael Irby (True Detective), Danny Pino (The Shield), Antonio Jaramillo (Salvajes) o el indispensable Emilio Rivera (Hijos de la Anarquía) cubriendo las espaldas a J.D Pardo (Revolution) el actor principal que da vida a Ez y con él encontramos una de las carencias más destacables de este primer episodio. Al menos en este arranque de Mayans M.C el interprete de The Messengers no está ala altura de lo exigido para poner voz y físico a un rol que debería destilar carisma, tenacidad y fiereza abordado por él con laconismo e inexpresividad, poniendo así muy dificil al espectador empatizar con su personalidad y motivaciones. Podemos aferrarnos a ese par de hechos trágicos en su pasado como responsables de su actual perfil psicológico, pero por desgracia un servidor apela a las muy limitadas aptitudes dramáticas de J.D. Pardo, que palidecen incluso al ser comparadas con las del primerizo Charlie Hunnam de la temporada inicial de Sons of Anarchy, como catalizadoras de la insatisfactoria labor de un personaje principal que esperemos gane enteros a lo largo de los próximos nueve episodios, ya que en caso contrario se hará duro seguir un producto como Mayans M.C con un mínimo interés sin recurrir a las subtramas centradas en los roles de reparto, mucho más atractivos estos.

Como previamente hemos mencionado sería prematuro evaluar de manera apresurada esta primera temporada de Mayans M.C sólo con el visionado de su episodio piloto, pero desgraciadamente este queda lejos de transmitir el ritmo espídico y las buenas vibraciones del capítulo uno de su hermana mayor cuyo estreno cumple estos días una década. A pesar de un protagonista al que le falta mucho rodaje y la continua sensación de déjà vu narrativo un grupo de secundarios con mucho potencial, varias subtramas abiertas que pueden llegar a buen puerto y una peculiar mezcolanza entre el espíritu clásico de Sons of Anarchy y una pátina telenovelesca a la hora de abordar la interacción entre algunos de los secundarios nos dan esperanzas para confiar en un futuro próspero para la creación de un Kurt Sutter que a pesar de no haber tenido el control total del capítulo este destila su impronta por cada uno de los fotogramas, permitiéndose hasta incluir referencias directas a su anterior serie o regalarnos algún cameo con la intención de ponernos una sonrisa nostálgica en la boca. Por el momento la serie me suscita suficiente interés como para terminar la temporada y reseñarla en un futuro próximo por estos lares, ya veremos el resultado.
Aunque siempre vivió a la sombra de éxitos mucho mayores como Juego de Tronos, The Walking Dead o Breaking Bad Hijos de la Anarquía es una de las mejores series de los últimos diez años de la televisión americana. El primer proyecto catódico en solitario del multifacético Kurt Sutter consiquió acumular a lo largo de siete temporadas y seis años de emisión un numeroso y fiel ejército de fans que todavía hoy rinden tributo a l legado de SAMCRO y al trayecto físico y existencial vivido por Jax Teller y sus compañeros de fechorías en nombre del club que les dio, y posteriormente arrebató, todo lo que tenían. Un servidor cayó pronto rendido ante los encantos de esta revisión de Hamlet y el Rey Lear localizada en el mundo de los motoristas ilegales del estado de California, viéndome, durante la época de su emisión, en la obligación de recomendarla a familiares y allegados que no tardaron mucho en darme la razón cuando les hablaba de las bondades de una de las mejores producciones televisivas nacidas en la pasa década gracias a sus tramas adictivas, personajes inolvidables y análisis de cómo la mística alrededor del mundo del crimen puede atraernos hasta el punto de olvidar la idea de estar empatizando con un asesino. Por suerte Sutter y el mismo Jax nos lo dejan claro al cierre de Sons of Anarchy, al final del día los chicos malos pierden, aunque sólo sea en la ficticia ciudad de Charming.
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