Javier Vázquez Delgado recomienda: Marvel Saga. Daredevil 18. Sin Miedo.

 

Edición original:Daredevil v2, 100-105 y Annual 1 USA.
Edición nacional/ España:Panini Comics.
Guión:Ed Brubaker y Andre Parks.
Dibujo:Michael Lark, Stefano Gaudiano, Marko Djurdjevic, John Romita, Al Milgrom, Gene Colan, Bill Sienkiewicz, Alex Maleev, Lee Bermejo, Paul Azaceta, Tom Palmer y Leandro Fernández.
Entintado:Scott Koblish.
Color:Matt Hollingsworth, Dean White, Stefano Gaudiano, Paul Mounts, June Chung.
Formato:Tomo en tapa dura, 208 páginas.
Precio:19,95€.

 

Que Ed Brubaker es uno de esos autores capaz de convertir en oro todo lo que toca es algo obvio. Es por ello que, cuando se encargó de la siguiente etapa del Hombre sin Miedo, el fandom tenía claro que hablaríamos de calidad por encima de casi cualquier otra cosa, máxime cuando el dibujo que acompaña al guión es el de Michael Lark. De esta forma, si como vimos en anteriores volúmenes, Brubaker decide traer de vuelta a un villano a priori tan decepcionante y más propio de épocas pretéritas como El Matador, resulta fácil cerrar los ojos y confiar en el buen hacer del escritor.

Así, cuando en el anterior volumen vimos que el siguiente gran villano de esta etapa sería alguien como Mr. Miedo, nos resultó fácil confiar, y desde luego que no salimos decepcionados. Mr. Miedo es uno de esos villanos que cuando en el año 2007 fue traído de vuelta por el bueno de Brubaker ya casi nadie recordaba. Hablamos de un villano que data de 1965, del número 6 de Daredevil creado por Stan Lee y tan deudor del estilo argumental de la época como pueda parecer.

Se llamaba Zoltan Drago y con sus cápsulas de gas generaba el miedo en sus contrincantes, habilidad que en aquella época nunca fue aprovechada según las posibilidades que ofrecía (como ocurriría con el Hombre Púrpura hasta la llegada de Bendis). Este villano que tanto recordaba a cierto psicólogo de Gotham City, volvería bajo la identidad de Starr Saxon en los números 54 y 55 de Daredevil, de la mano de Gene Colan, volviendo más tarde con su tercera identidad, la de Larry Cranston en Daredevil número 90, con dibujo de Gil Kane.

Esta encarnación, de las cuatro que existieron del villano en total, fue la que aprovechó Brubaker para decir poner patas arriba la vida de Murdock y de sus más allegados en el siguiente arco argumental de su etapa al frente del cuernecitos, y ya desde el inicio somos testigos de que estamos ante un cómic muy recordable. Y es que, Marvel, Brubaker y Lark utilizarían la llegada de este segundo volumen de Daredevil al número 100 (algo bastante inusual e improbable cuando hablamos de nuevos volúmenes de personajes con extensa longevidad editorial a sus espaldas) y la utilización del gas de Mr. Miedo con Matt Murdock para que los momentos de lucidez del justiciero ciego fueran dibujados por Lark como era habitual en la colección, y las ensoñaciones que el gas de Miedo provocaba en Matt fueran acometidas por autores de la talla de Gene Colan, Bill Sienkiewicz, Lee Bermejo, Dean White, Stefano Gaudiano, Alex Maleev, John Romita, Al Milgrom, Dean White y el portadista Marko Djurdjevic, que en este caso dibuja unos pocos interiores.
De este modo, pasado y presente de la editorial, del personaje, y del cómic americano en general, se daban la mano, ofreciéndonos un cómic con el doble de páginas de lo habitual que resulta ser un imprescindible en nuestra estantería.

Seguidamente, Michael Lark retoma el control como dibujante principal de la colección que es, para narrarnos los otros cinco números que componen esta nueva saga, números que tienen en cuenta que la historia se desarrolla poco después de la Guerra Civil Superheroica, y por tanto, con un Matt que a sus nuevos problemas con un Mr. Miedo que tiene toda una legión de villanos a su disposición y que emplea su peligroso gas contra los más allegados del vigilante, debe añadir el hecho de ser un vigilante que incumple el Acta de Registro Superheorico, y que además debe lidiar con el ascenso de un nuevo capo del crimen, El Encapuchado, una de las creaciones más interesantes de Marvel para el lado de los villanos de corte más urbano, sin que Brubaker se olvide de Foggy Nelson, Milla Donovan (para esta época ya personaje regular de la colección a pesar de ser introducida por Bendis), Dakota, Becky, Lily Lucca y otros secundarios de oro del microcosmos del abogado invidente.

Ante todo una historia que además de resultar capital por su desenlace para la vida de Murdock, es como toda la etapa de Brubaker y Lark un gran cómic que cualquier fan del personaje o de los cómics superheroicos de corte más noir no deben perderse.

En cuanto al dibujo Michael Lark se mantiene en forma, ofreciéndonos un dibujo que acompaña al dramatismo y al misterio que tiñe toda la historia, con su habitual trazo fluido y multifacético, pues sirve tanto para las escenas de acción como las más calmadas, consiguiendo sacar de cada villano, por colorido que este fuera en sus orígenes, su tono más oscuro y acorde al tono de la historia, lo que desde luego pasa con viejos conocidos de la Nueva York marvelita como la Brigada de Demolición o Los Forzadores.

Finalmente, el segundo annual de la colección, nos trae una historia ideada por Brubaker pero guionizada por Ande Parks y dibujada por Leandro Fernández, que ejecutan un cómic interesante que puede ser leído y disfrutado, tanto dentro como fuera de toda continuidad marvelita y del personaje, en el que se rescata a Tarántula Negra, un olvidado villano que aquí tiene su necesaria y disfrutable revisión noir, presentándosele como un ex convicto que busca reinsertarse en la sociedad, sin que le resulte tan fácil como a priori pudiera parecer, el deshacerse de su antigua vida de criminal, realizándose de esta manera por parte de Brubaker y Parks una ácida crítica de la función de las instituciones penitenciarias en la actualidad, y de la figura estadounidense del Agente de Libertad Condicional, propenso a la corrupción al ser aquel de quien depende que el recluso en cuestión vuelva a serlo o continúe viviendo en libertad.

Sin duda, como casi todo lo que escribe Ed Brubaker, y tratándose de su etapa en Daredevil junto con Michael Lark, estamos ante un tomo imprescindible para los fans del Hombre Sin Miedo, construyéndose una etapa que junto a la de Frank Miller y Klaus Jackson, así como a la de Brian Michael Bendis y Alex Maleev, se encuentra en el podio de grandes historias del vigilante ciego.



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