Javier Vázquez Delgado recomienda: La muerte del Capitán Stacy

 

Edición original: Amazing Spider-Man 78-99 USA
Edición nacional/ España: Panini Cómics
Guión: Stan Lee
Dibujo: Gil Kane, John Romita
Entintado: John Romita, Jim Mooney
Formato: Cartoné, 480 págs.
Precio: 39,95€

 

uando analizamos la evolución del universo Marvel a lo largo de los años rápidamente ubicamos el fin de la inocencia con la muerte de Gwen Stacy (Amazing Spider-Man #121) y si bien es cierto que marcó un antes y un después en lo que a tratamiento de personajes secundarios relevantes se refiere, creo que esta tendencia se comenzó a cocinar a fuego lento unos años antes, exactamente en el último cuatrimestre de 1970 con la muerte del padre de la rubia eterna, el Capitán de policía George Stacy, quien se había convertido en una suerte de consejero de Peter Parker viendo en él a la figura que antaño ocupó su difunto tío Ben.

Desde meses atrás Stan Lee venía construyendo en George Stacy esa figura patriarcal que tanto necesitaba Peter, dándole pequeñas cápsulas a modo de escenas en las que, normalmente, acompañado de su hija Gwen ayudaba a nuestro protagonista con sabios consejos. Quizás por su profesión de policía no eran pocas las veces que cuestionaba a Peter acerca de su extraordinaria capacidad para recuperarse de forma acelerada de los distintos incidentes que este sufría o cuestionándole por su fortuna a la hora de conseguir imágenes exclusivas del trepamuros, que era conocedor de su secreto es algo que descubrimos con el paso de los números, la duda es si Stan Lee como guionista de estas historias no estaba buscando el valor para escribir la historia en la que Peter revelase su secreto a George y al final, viéndose en un callejón sin salida optase por el camino más fácil, matar al Capitán Stacy.

El verdugo para tan ingrata tarea lo encontró en el Dr. Octopus, no se merecía menos alguien tan heróico como George, uno de los villanos más importantes del trepamuros quien vería la luz en sus primeros números (Amazing Spider-Man #3, julio 1963) como un excéntrico científico víctima de su propio ego y un experimento fallido que le uniría física y mentalmente a unas extensiones a modo de brazos metálicos, de ahí su singular nombre, dicho accidente además desequilibraría su mente para mostrar su lado más malvado buscando su provecho personal gracias a estos nuevos poderes. Años después entenderíamos que esta narcisista forma de actuar vendría dada por una dura infancia en la que sufriría abusos de su padre minando su autoestima y saliendo toda esa represión a flote cuando él adquirió una posición predominante. Octavius había tenido un rol importante como villano desde su primera aparición, siendo partícipe del primer desenmascaramiento de Peter Parker ante sus conocidos (Amazing Spider-Man #12, mayo 1964), su importante rol en el primer anual de la colección (Amazing Spider-Man Annual #1, 1964) y se tomaría un respiro de tres años hasta una extensa historia en cuatro partes con el título Doc Ock Wins (Dr. Octopus gana, Amazing Spider-Man #53-56, octubre a diciembre 1967) como si Stan Lee se lo reservase para ocasiones muy especiales buscando no quemar a un villano destinado a grandes batallas. Y así lo fue, cuando de nuevo, tres años después Stan Lee lo recuperase para la historia que estamos tratando.

CÓMO LLEGAMOS A ESTA SITUACIÓN

Si algo ha caracterizado al Spiderman de Stan Lee es la forma en la que de número a número iba hilvanando una historia coral en la que tan relevante eran los sucesos del episodio del mes como aquella trama de la que venía, un continuará enorme daba la sensación al lector de estar viviendo casi el día a día de un personaje y de los muchos secundarios que le rodeaban, de esta forma, en episodios anteriores Peter venía de una extraña enfermedad que le había debilitado hasta el punto de cuestionarse si su rol como superhéroe había llegado a su fin. Esta situación es importante por dos motivos, en primer lugar porque fruto de dicha enfermedad Peter llevaría a cabo dos actos impropios de él, por un lado, y tras caer en la cuenta de que era el cumpleaños de su chica, Gwen, y no había caído en la cuenta de comprarle nada intentaría el robo en una joyería, una acción que casi lleva a cometer si antes no se da cuenta de la locura. En segundo lugar, y ahí es cuando entendimos que la enfermedad le había enajenado por completo, el desenmascaramiento ante George y Gwen para mostrarles que en el pasado había sido el enmascarado Spiderman y que sus años como superhéroes habían terminado tras su enfermedad.

Viñetas después descubrimos, tras la visita de Peter a un médico, que dichas locuras que había cometido eran causadas por un gravísimo proceso gripal. Este punto es relevante pues sería en esas condiciones físicas en las que tendría que luchar contra un Doc Ock recién escapado de la prisión y de nuevo poseedor de sus brazos metálicos, y a su vez, le serviría dicha enfermedad como excusa ante su suegro y su novia tras su desenmascaramiento.

OCTAVIUS EL ASESINO INESPERADO

Cuesta ver en estos primeros años de Spiderman a un villano como un asesino, hasta la fecha, a lo más que optaban era o bien a gobernar el crimen o bien a intentar derrocar al superhéroe que tantas veces había desbaratado sus planes, pero de ahí a matar a inocentes iba un importante trecho. Pero sucedió, y una vez más, de forma indirecta con Spiderman participando de dicha muerte. En esta ocasión tras enzarzarse en una batalla contra Octopus quien amenazaba con destruir una estación eléctrica para dejar a la ciudad sumida en la oscuridad y con ello que reinase el crimen, así de sencillos pero a la vez eficaces eran los planes de los villanos por entonces. Para tratar de detener a Octopus, Peter ideó un dispositivo similar a sus lanzarredes que bloqueaba el control mental que Otto tenía sobre sus metálicas extremidades, si este no podía controlarlas sería más sencillo detenerle, eso fue lo que pensó nuestro protagonista de lo que se antojaba un plan sin fisuras, con lo que no contaba es con que dichas extensiones adquirirían conciencia propia atacando a su creador, y en un golpe totalmente desafortunado destruiría una chimenea que caería a la calle sobre los transeúntes que observaban la batalla entre ambos.

Quiso el destino que George Stacy también estuviese observando la batalla y anticipase el riesgo que los transeuntes estaban asumiendo ante la más que posible caída de cascotes por la pelea en los tejados, algo que terminaría sucediendo y este para evitar que cayesen sobre un niño para salvarlo de una muerte más que segura puso su vida en riesgo para apartarlo de la runa que caía. El resultado final es conocido por todos, la caída de los escombros sobre George Stacy tendrían consecuencias dramáticas y acabarían con su vida, eso sí, dedicando sus últimos instantes a la mayor de las heroicidades, anteponer su vida a la de un niño. Sus últimas palabras serían para Peter eso si, desvelándole un importante secreto, y que por favor cuidase de su hija Gwen Stacy.

PUNTO Y FINAL O EL COMIENZO DEL FIN DE LOS STACY

La muerte de George Stacy trajo consigo un nuevo problema, y es que a ojos de los transeuntes, su muerte había que imputársela en el haber de Spiderman en vez de en el de el villano Doctor Octavius. Como no podía ser de otra forma, Jonah J. Jameson aprovecharía también esta circunstancia para hacer sangre en el Daily Bugle y mostrar a Spiderman como el auténtico villano de esta historia.

Esto llevaría a Gwen a repudir a Spiderman y por tanto, a dejar a Peter en una delicada situación, ¿cómo le diría a su amada que él era en realidad el que a ojos de esta había terminado con la vida de su padre? A buen seguro que este sería uno de los muchos motivos por los que Marvel Comics optaría por reservarle un cruel destino a Gwen Stacy aunque esa ya sería otra historia.

EL PORQUÉ DE ESTA OBRA

Cuando se planteó organizar un día dedicado a la figura de Stan Lee recordando alguna de sus historias más relevantes en primera instancia pensé en Spiderman nunca más, una trilogía magistral con la que Steve Ditko pondría punto y final a su etapa al frente de la colección, idea que rápidamente desestime para dedicarle estas últimas palabras a una obra que leí siendo niño mediante su publicación en la colección Clásicos Marvel publicada por Forum y en la que recopilaron en dos entregas en primer lugar la muerte del Capitán Stacy y en segundo el de su hija Gwen Stacy. Leer aquellas historias marcó un antes y un después en mi afición por el personaje, en primer lugar por lo dramático de los guiones de Lee y lo bien que había hilvanado la historia y en segundo lugar porque a su lado estaba al dibujo uno de los mejores autores que ha dado la industria del cómic, Gil Kane, quien haría un trabajo asombroso y con una plasticidad única. A día de hoy cuesta encontrar un Spiderman mejor dibujado que el suyo y han pasado casi cincuenta años desde su publicación.

Si os he dejado con ganas de leer estas historias deciros que la podéis encontrar dentro del volumen Marvel Gold El asombroso Spiderman 5. ¡Por fin desenmascarado! una ocasión perfecta para sumergirse en una de las mejores etapas del personaje.



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