Javier Vázquez Delgado recomienda: Taxi. Integral
Edición nacional/ España: Taxi. Integral. Planeta Cómic. Octubre, 2018
Guion: Alfonso Font
Dibujo: Alfonso Font
Formato: Cartoné, 146 páginas
Precio: 25€
Tengo una especial debilidad por el Alfonso Font dibujante. Me parece también un narrador mayúsculo y un artista excelente, sin embargo no le tengo tanto aprecio al Font guionista y con el integral de Taxi creo que no cambiaré de opinión.
Taxi es una serie resultona, entretenida pero inverosímil. Las tramas que propone son una curiosa mezcla entre realismo geográfico y ficción argumental. Los complots, amenazas y casos que Taxi y sus compañeros resuelven son demasiado descabellados para enganchar mínimamente al lector y así el conjunto produce una sensación de despego, de falta de implicación que, por supuesto, afecta gravemente al conjunto de la obra.
Alfonso Font propone una serie donde la protagonista es una detective que trabaja para una agencia de noticias llamada Control Press, consiguiéndoles pruebas para sus investigaciones periodísticas usando métodos “alternativos”. Taxi, que es el apodo de esta investigadora, trabaja con un editor de noticias llamado Nelson Tort y sus exclusivas denuncian desde el racismo ultraderechista a la contaminación biológica, el tráfico de material radioactivo, el terrorismo internacional, el tráfico de drogas y diversos complots para asesinar dirigentes poderosos. Todo demasiado rocambolesco, todo muy fantástico.
También resultan poco creibles los métodos que usan los periodistas para descubrir y documentar sus noticias. Pilotan avionetas, bucean por las costas mediterráneas, son secuestrados y usan armas como los mejores agentes secretos de cualquier película súper taquillera. No cuela.
Este defecto lastra otra de las intenciones de la serie; el creador de Clarke y Kubrick pretendía denunciar la intolerancia, el racismo y la corrupción que iban en aumento a finales de la década de los 80. Un problema que sigue vigente y de manera más acusada en la actualidad. Pero la falta de verosimilitud de sus argumentos produce el efecto contrario al deseado, que es producir empatía hacia causas muy justas.
Sin embargo, una vez se acepta que la única autenticidad la encontraremos en gran parte del decorado, la serie distrae y divierte. Las intrigas están narradas con brío y sobrevuela por toda la trama un ligero sentido del humor, un aire paródico que da brillo al conjunto.
En el apartado gráfico es donde Taxi sobresale. Font utiliza un diseño de página funcional de 3 tiras de 3 viñetas que va cambiando según la importancia de la escena. A menudo puede trabajar con un esquema de 4 tiras de dos o tres viñetas y no le asusta realizar grandes cuadros con espectaculares perspectivas y hermosas panorámicas. Su estilo combina realismo y caricatura de manera orgánica dotando a sus personajes de gran expresividad facial y corporal. En Taxi destaca la ambientación urbana de Barcelona. El dibujante dota el entorno por donde se mueven los protagonistas de un aspecto reconocible; La Rambla, el Parque de la España Industrial, el Paral.lel, el Raval y otras localizaciones de la capital catalana están perfectamente descritas en las páginas de esta serie, pero el artista no duda en insertar en sus dibujos edificios y emplazamientos inventados para dotar al decorado de más espectacularidad. También se luce describiendo paisajes de lugares tan diversos como Málaga, El Cairo, el desierto del Sahara o la Costa Brava.
El color es brillante y atractivo, con predominio de rojos, amarillos y verdes que contribuyen a la lectura ágil y cómoda de las escenas.
Taxi es una serie compuesta por tres historias tituladas: El laberinto del Dragón, Un crucero al infierno y La fosa del diablo. Originalmente se publicaron en la revista Cimoc, en concreto la primera historia debutó en el #77 y duró hasta el 81, de agosto a diciembre de 1987; la segunda se presentó entre el #87 y el 92, de junio a noviembre de 1988 y la tercera historia salió del #111 al 115, de junio a octubre de 1990 de la misma revista editada por Norma. Posteriormente fue recopilada en tres álbumes dentro de la colección Cimoc Extra Color, en concreto son los #47, 53 y 78, que salieron al mercado entre los años 1988 y 1991.
Alfonso Font nació en Barcelona en 1946. Entró a dibujar para las agencias que subministraban obras a los mercados foráneos en 1970, concretamente trabajó para Bardon Art y Selecciones Ilustradas. Como uno de los famosos profesionales dibujó historias cortas de terror y policiales para las editoriales norteamericanas Skywald y Warren. Su primera obra de envergadura fue Géminis, una serie de espionaje con guiones de Carlos Echevarría.
En 1976 emigró a Francia con el contacto ya estabecido con la editorial Vaillant y ya habiendo publicado en la revista Pif varias historias cortas y series como Sándberg, pere et fils (1975-1977 con guion de Patrick Cothias. En Francia dibujará la más conocida Los robinsones de la Tierra (1979-1982) escrita por Roger Lecureux.
A partir de 1978 se involucra en el mercado nacional, luchando por los derechos de los autores, creando asociaciones de estudio de la historieta y formando, junto a autores como Adolfo Usero, Victor Mora y Carlos Giménez, el Taller Premià que editaba la revista La Calle y la serie Tequila Bang!.
El boom del cómic español y la eclosión de las revistas de cómics para adultos le pilló bien posicionado, convirtiéndose en uno de los autores fundamentales de esta época. Colaboró con Toutain Editor en la revista Creepy con Historias negras (1980) y en la revista 1984 con Cuentos de un futuro imperfecto (1980) además también para esta revista crea la serie de ciencia ficción y humorística Clarke y Kubrick que se publicaría así mismo en Rambla o Cimoc y en innumerables cabeceras de toda Europa.
En la revista de Norma Editorial llamada Cimoc presenta una de sus grandes obras, El prisionero de las estrellas (1983-1987) una serie de dos partes que luego fue publicada en sendos álbumes.
Otras obras de esta época son la erótica Carmen Bond, la serie de aventuras marinas Jann Polynesia, también llamada Jon Rohner, marino y Taxi (1987-1991) ambientada en el mundo de la investigación periodística.
Desde 1986, Font vuelve a colaborar con editoriales francesas con obras como Alise et les Argonautes con Cothias en 1986 y 1987.
En 1992 publica un álbum de la serie colectiva Relatos del Nuevo Mundo que lleva por título La epopeya de Chile con guion de Enrique Sánchez Abulí en una magnífica colección dirigida por Pedro Tabernero y en la que participarán numerosos artistas de la talla de Alberto Breccia, Antonio Hernández Palacios o Paul Gillon.
Otras obras de esta época son Brin d’Alban, Privado y Negras tormentas, esta última con guion de Juan Antonio Blas.
A partir de la década de los noventa y a raíz del hundimiento del mercado de revistas mensuales Font vuelve a centrarse en el mercado europeo en editoriales como la italiana Bonelli donde realizará varios episodios de la serie Tex Willer, en Alemania con la obra John Sinclair – Die Vampir-Sippe (1999) y en Francia con Héloïse de Monfort en 2010, entre otras. Actualmente está realizando el segundo álbum de la serie Aloma que distribuye la agencia Strip Art Features.
En 1993 recibió en Gran Premi del Saló Internacional del Còmic de Barcelona por el conjunto de su obra.
La edición de este integral a cargo de Planeta Cómic es excelente. La tapa dura y un gran tamaño le dan un empaque considerable, casi de lujo. Está perfectamente impreso y el color está bien restaurado. La única pega es la falta de textos de apoyo para situar al lector acerca de la historia editorial de esta serie y sobre la trayectoria profesional de su autor. El precio es razonable.
Taxi de Alfonso Font es una serie entretenida, algo inverosímil, pero maravillosamente narrada y dibujada. Font realiza un excelente ejercicio de estilo donde combina el ritmo vertiginoso de la acción con un saludable sentido del humor que relativiza y pone en su contexto toda la serie.
En todo caso estamos ante una de las grandes obras españolas, a nivel artístico, de los difíciles 90 que además nos proporciona una lectura muy entretenida… que no es poco.
Salut!
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