Javier Vázquez Delgado recomienda: Tú mismo. Disparates melancólicos de Pepe Malone

 

Edición nacional/ España: Tú mismo. Ponent Mon. Septiembre, 2018
Guion: Leopoldo Sánchez
Dibujo: Leopoldo Sánchez
Color: Leopoldo Sánchez
Formato: Cartoné, 160 páginas
Precio: 28€

 

Leopoldo Sánchez vuelve a la actualidad del mundo del cómic con un álbum titulado Tú mismo editado por Ponent Mon.
Tú mismo. Disparates melancólicos de Pepe Malone es una curiosa mezcla de textos, ilustraciones y tebeo que retrata con tono esperpéntico y sentimental las disquisiciones de un personaje llamado Pepe Malone.
La obra está compuesta por 6 relatos de extensión variable y profusamente ilustrados por el propio Sánchez en blanco y negro, tres cómics breves sabiamente intercalados entre los relatos – también en blanco y negro – y finalmente un cómic en color de 46 páginas titulado En busca de Stevenson que remata el libro.

Tú mismo se lee como un conjunto unitario que refleja de forma fantástica y paródica los pensamientos, los miedos y los deseos de un personaje llamado Pepe Malone que vive en su propio mundo; arcaico y caótico. Los personajes de ficción se mezclan con artistas e intelectuales ya desaparecidos y con un mundo real del que Malone es un completo extranjero. El tono global de la obra bascula entre el diario íntimo, el esperpento valle-inclanesco y la obra de Enrique Vila-Matas, para hacernos una idea. La historia central se articula en torno a la búsqueda desesperada de Robert Louis Stevenson que, enfermo de tuberculosis, no quiere tomarse la penicilina. Pepe Malone, acompañado de Faster, lo perseguirá por todo el planeta para obligarle a hacerlo. En esta historia intervienen desde Ernest Hemingway, Jorge Luis Borges, el Dr. Jekyll, Jack el Destripador y el propio Stevenson.

En el prólogo, Sánchez explica de manera cristalina los motivos de su regreso al mundo de la historieta:
Mi vida profesional ha sido larga y nada monótona, pero después de muchos años de pintar, me cayó la nostalgia encima, lenta y sutilmente, como las hojas en otoño, y he necesitado, ya que estoy en pleno invierno, recordar mi primavera”.

Para recordar esta primavera el autor compone un hermoso poema a la cultura popular de todas las épocas, un homenaje que va desde la literatura de aventuras decimonónica, los relatos fantásticos y de ciencia ficción del siglo XX, combinado con tiernas pinceladas del cómic underground más humorístico de los años sesenta y el cómic español del boom de los ochenta. Todo esto aderezado con referencias quijotescas y sazonado por el amor al Siglo de Oro que retrató Diego Velázquez.

En el apartado gráfico es donde esta obra destaca. El arte de Leopoldo Sánchez sigue siendo rico, preciso, único y espectacular.
Divide sus páginas en una cuadrícula de 3 tiras de 3 viñetas en sus historias en blanco y negro y en 4 tiras de 3 viñetas en la historia a color. Narrativamente sigue conservando su finura. Suele recurrir al plano medio o al primer plano en la mayoría de sus secuencias pero no le asustan las secuencias de acción, los planos generales, ni las persecuciones. El estilo es realista, pero sabe adaptarse al tono paródico del relato y se acerca más a lo que hizo en El justiciero enmascarado que publicó en la revista Metropol que a su espectacular trabajo realizado en su obra emblemática Bogey.
En cuanto al color utiliza principalmente los ocres, naranjas y marrones que combina con el azul y verde de los ambientes nocturnos y pinceladas de rojo intenso para romper la monotonía. El conjunto es atractivo y coherente.

Un capítulo aparte merece la portada. Una calavera con el cráneo quebrado, con una marca de lápiz de labios en la frente y con sangre que le brota de las fosas nasales nos planta cara sonriente. De fondo un fragmento de una de las viñetas más espectaculares del interior. Un diseño contundente y llamativo que recuerda poderosamente una portada similar publicada en el #3 de la revista Metropol del 1983.

Leopoldo Sánchez Ortiz es uno de los más grandes artistas europeos de finales del siglo XX. Nació en Cartagena en 1948. Su carrera abarca unos 30 años y empieza en la editorial valenciana Maga donde trabajaban sus primos José y Leopoldo Ortiz junto a Luis Bermejo, entre otros. Cursó estudios de Bellas Artes y empezó a trabajar para el mercado nacional y para el exterior en editoriales como Bardon Art, Fleetway, Editorial Ferma o la francesa Aredit. En los 70 publicó la primera parte de la adaptación de El Quijote en la revista Trinca para luego engrosar la lista de dibujantes españoles que colaboraron con la editorial norteamericana Warren en lo que se llamó la spanish invasion. Para ellos hizo numerosos relatos cortos y llegó a dibujar la serie Vampirella. A finales de la década vuelve al mercado español creando junto al guionista Antonio Segura la serie Bogey que acabó publicándose en Cimoc. Participó junto a Manfred Sommer, Andrés Hispano y José Ortiz en la fundación de la Editorial Metropol que publicó las revistas Metropol, K.O. Comics y Mocambo. Otras obras de esta época son Diario de Arena y El justiciero enmascarado. Dejó la historieta a principios de los 90 para dedicarse a la pintura y el dibujo publicitario. Sánchez ha influido tanto a autores españoles como extranjeros destacando por su trascendencia el peso que tuvo la serie Bogey en el diseño de las páginas de Watchmen tal y como confesó en su momento el propio Dave Gibbons. Actualmente se dedica a la pintura aunque este año 2018 ha publicado un álbum titulado Tú mismo. Disparates melancólicos de Pepe Malone con textos, ilustraciones y unas 70 páginas de historietas inéditas.

La edición que Ponent Mon realiza de este álbum es lujosa. Es un libro en tapa dura, está impreso de manera ejemplar y cuenta con un excelente papel. El precio no es abusivo.

Tú mismo. Disparates melancólicos de Pepe Malone es una obra fuera de época, curiosa y en numerosas ocasiones divertida. Su mezcla de libro de relatos ilustrado y cómic desconcertará a más de uno pero el conjunto tiene una gran coherencia temática y estilística. Además cuenta con el arte extraordinario de Leopoldo Sánchez que vuelve al mundo del tebeo con una espectacular incursión que, esperemos no sea la última.

En el mismo prólogo, antes comentado, Sánchez remata:
Fueron bonitos tiempos aquellos. Éramos jóvenes e ilusos, pero, ahora, estamos todos muertos”.
Esta obra desmiente a su autor. Leopoldo Sánchez Ortiz está muy vivo y esperemos que en el futuro nos lo siga demostrando con otras obras como Tú mismo. O incluso mejores…

Salut!



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