Javier Vázquez Delgado recomienda: Reseñas USA: The Green Lantern #1

Aviso de Spoilers: El artículo que sigue a continuación trata información de actualidad en Estados Unidos, por lo que puede desvelar detalles argumentales que todavía no han sido abordados en la edición española.
 

Edición original: The Green Lantern #1
Guión: Grant Morrison.
Dibujo: Liam Sharp.
Color: Steve Oliff.
Formato: Grapa.
Precio: 4,99$.

 

Damas y caballeros…que todo el mundo se aparte y deje paso, que Grant Morrison está entrando en el edificio. Ha vuelto a DC el inigualable guionista escocés después de unos años de ausencia, trabajando en editoriales independientes, llevando sus siempre psicodélicas y oníricas historias a tierras ajenas a las majors. Ahora aquí lo tenemos, queridos amigos. Y como diría un eterno locutor de wrestling: “Grant Morrison, más, más Grant Morrison que nunca”.

Ha vuelto para encargarse por primera vez en su carrera del título principal de la franquicia esmeralda. Por todos es sabido que imaginación la tiene a raudales, que su inmenso conocimiento del universo DC (y de los cómics en general) le otorga una creatividad y un estilo de narración que o la amas o la entiendes o la odias. Con estos ingredientes sabemos que estamos ante el inicio de algo grande. O eso queremos esperar. Así que solo podemos abrocharnos los cinturones y dejarnos llevar hacia la space opera policial que tiene preparada.

The Green Lantern #1 es un intenso número introductorio, con mucha cantidad de información, muchos seres alienígenas implicados y un Hal Jordan aceptando una nueva misión en la que deberá perseguir a un traidor para destapar una conspiración intergaláctica cuyas consecuencias pueden ser fatales para el destino del universo. Pero antes de eso, tenemos unas páginas morrisonianas, con nuevos personajes alienígenas, miembros del cuerpo de Green Lanterns como Maxim Tox, del sector 2018.2 y Floozle Flem, un virus superinteligente. Estos son presentados en una hilarante batalla entre el primero y una araña gigante vegana. Como digo, marca de la casa.

Hace tiempo que Grant Morrison dijo que quería centrar el argumento de la serie en el trabajo de Hal Jordan como policía espacial. Y así ha sido, a pesar de estas páginas de acción con su especial toque humorístico. Primero nos presenta a Jordan deprimido en su vida en la Tierra. Ha perdido su último trabajo como piloto y no está feliz. Pasa horas interminables mirando el cielo, tumbado, sin reaccionar. Sin embargo, su rutinario día a día se ve interrumpido tras una trifulca con unos aparentes desconocidos, que desemboca en su encuentro con una alienígena llamada Chriselon, otra nueva creación ex profeso para esta serie. Ella ha resultado gravemente herida mientras transportaba a tres fugitivos peligrosos a Oa para llevarlos a juicio. El Green Lantern del sector 2814 responde a su llamada de socorro y persigue a los criminales que escaparon. Después, empieza la acción. Y es también cuando se muestra que la otra vida de Jordan tiene un verdadero sentido para él.

En las historias de ciencia ficción siempre se corren riesgos. Hay que saber desarrollar aspectos que alejen el planteamiento de una historia realista, digamos convencional. Hay quienes dicen que hay que saber hacerlo de manera verosímil, para acercar al lector a la trama. En este caso que nos ocupa, Morrison despliega elementos narrativos que hacen que, si obviamos que muchos personajes son alienígenas, pensemos que estamos ante una historia policíaca. Ahí está la verosimilitud de la trama. Combina a la perfección la ambientación espacial con el sino policial del personaje. Y además, le da ese toque rebelde, pues hasta el inicio de la acción, debido a sus recientes acontecimientos, Hal Jordan se consideraba persona non grata para los guardianes.

Tampoco queremos que se aleje demasiado de la ciencia ficción. Estamos en una historia de Green Lantern, es obvio y necesario. Y es lo que otros autores han usado para hacer grande al personaje. Pero, si el autor quiere centrarse en el aspecto más policíaco, es esta la línea que ha de seguir. Los personajes espaciales y las ambientaciones universales estarán ahí, pero es la investigación lo que queremos que nos ocupen los próximos números.

En el apartado artístico tenemos a Liam Sharp en los pinceles y a Steve Oliff como colorista. Liam Sharp hace un trabajo soberbio, con una creatividad enorme a la hora de diseñar rocambolescos personajes extraterrestres, una infinidad de detalles de fondo de página, con decorados cósmicos, llenos de impacto, casi oníricos. Pero en las escenas terrestres también se luce, con una perfecta ambientación del entorno diario de Jordan. Y todos los personajes miran, sienten, padecen y el lector lo nota. Llega. En mi opinión, es uno de sus mejores trabajos. Mejor incluso que su etapa en Wonder Woman, que ya resultó brillante. Pero es que el color lo hace aún mejor. Oliff, el colorista de títulos tan emblemáticos como Spawn y Akira vuelve a DC. A principios de los 90′ ya trabajó en la editorial, colaborando en una veintena de números de la serie Legends of the Dark Knight.

Ambos suman y se compenetran para formar un equipo que es la mejor compañía para esta aventura espacial del escritor escocés. Si la formación se mantiene, estaremos sin duda ante uno de los mejores equipos creativos del año y quién sabe si no estamos al comienzo de una etapa que podría ser legendaria.



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