Javier Vázquez Delgado recomienda: Kill or be killed

 

Edición original: Kill or be killed #1-4 USA
Edición nacional/ España: Panini, Evolution Cómics
Guión: Ed Brubaker
Dibujo: Sean Phillips
Color: Elizabeth Breitweiser
Formato: Tomo en tapa dura, 128 págs.
Precio: 16€

 

Hay autores que una vez colaboran comienzan una racha creativa que los une durante años, no son muchos y menos aun aquellos que enlazan proyecto con proyecto dentro del ámbito independiente. Es verdad que, siendo conocidos, a día de hoy es más fácil editar fuera de las dos grandes y salir mejor parado que antes por muchos motivos, desde la comercialización de derechos de explotación en otros medios hasta el crecimiento de estas pequeñas editoriales, en parte por las facilidades del mundo moderno. Esto ha hecho que algunos emigren, como es el caso, e incluso que hayan llegado a encontrar un pequeño filón que explotar en modo de género o subgénero y se han labrado una cantidad de seguidores considerable, ese es el caso que nos ocupa.

Ed Brubaker y Sean Philips se conocieron en la serie La escena del crimen para Vertigo, donde el primero ponía el guión y el segundo entintaba las páginas de Michael Lark, pero su primer trabajo como pareja artística fue en Sleeper para el sello Wildstorm de DC. Esta obra era una especie de continuación/spin-off de otra obra de Brubaker, sin embargo se convirtió en una de las más destacables del sello, un referente y el lugar en el que ambos autores encontraron su estilo, porque si algo se puede decir de este tándem es que han conseguido mantenerse en un estilo determinado, muy cercano al noir con su intriga y tratando de mostrar lo más bajo del ser humano, pero logrando al mismo tiempo que cada obra que hacen sea diferente. Así tras las varias historias de Criminal, Incógnito, Fatale y The Fade Out llega Kill or be Killed, y lo hace con mucha fuerza. La serie en cuestión se publica ya en Image Comics, en el año 2016 y es ahora cuando Panini, bajo su sello Evolution Comics, se han lanzado a sacarla en un formato tomo de mayor tamaño de lo habitual y en tapa dura, una buena edición para una obra que lo merece. Al igual que las otras historias de esta pareja, aparece como una serie limitada, de veinte números en este caso, que ha finalizado este mismo año en Estados Unidos y que ha sido recopilada en cuatro tomos, suponemos que aquí saldrán en el mismo formato. Esto quiere decir que el ritmo de publicación lo marcará Panini y las ventas porque ya está todo hecho y sacado a la venta en su país de origen, recopilatorios incluidos.

Al igual que en las anteriores obras, el estilo de los autores se hace patente desde la primera página, los elementos que utilizan son los que vemos en ellos desde sus inicios, pero aquí se ve una vuelta a sus obras más primigenias donde había más violencia y esta era más cruda. Kill or be Killed nos cuenta la historia del típico perdedor al que la vida no le ha favorecido y que ha acabado viviendo en un piso compartido con un amigo de cuya novia está enamorado, un día toma la decisión de suicidarse pero, aparentemente por fortuna, sobrevive, regresa a su piso y cambia de opinión, ahí es cuando entra un ser extraño, con forma demoníaca, y le dice que es él quien le ha salvado la vida, ahora si quiere seguir viviendo deberá matar en pago por ello. Como en ocasiones pasadas, el argumento de la serie parece sonarnos de algo aunque los autores logran llevarlo a su terreno y transformarlo en una historia sorprendente y novedosa.

Los dos aspectos fundamentales de la obra son la violencia y las reflexiones que realiza el personaje principal, Dylan, narrador de la historia que consigue transmitir al lector pena y asco al mismo tiempo, un personaje que va de bueno pero al final no deja de ser egoísta, que trata de pensar las cosas y cae en los fallos más tontos que uno se pueda imaginar, como la escena en la que trata de “rescatar” a unas prostitutas de su chulo. No es una serie en la que haya humor, aunque a veces uno no puede evitar reírse en ciertas situaciones esto es más bien una risa de vergüenza ajena, sin embargo llama poderosamente la atención, sobretodo en los primeros números, esa sensación de sitcom que se consigue por dar una posición importante al piso en el que viven y al triángulo amoroso que se forma. A esto hay que añadir que la mayoría de las reflexiones sobre la muerte las realiza en protagonista en su cama con lo que podemos decir que todo el grueso no violento de Kill or be killed son parte de ese micromundo que se forma en el piso, esto es precisamente lo que le da un punto diferente, el límite, a diferencia de en televisión, es la imaginación y a estos dos autores les sobra un mundo, solo necesitan una habitación.

La fuerza de la historia, por lo menos en este primer tomo, recae de tal manera sobre el personaje principal que nos importa más cómo este y los de su alrededor se desarrollan que los debates morales que la obra pueda presentar. En este caso el tema es fácil, si para vivir tiene que matar va a tirar a por criminales. Al principio el planteamiento es relativamente sencillo, aplicar esta pena de muerte a un pederasta con la típica duda que se resuelve al hacerse pública su culpabilidad, lo mejor es lo siguiente, Brubaker mencionó en alguna ocasión que quería reflejar “la ingenuidad de la juventud” en el personaje principal y lo consigue lanzándolo contra criminales de poca monta pero que son mucho más peligrosos de lo que se imaginan. Este tipo de enfoque, que no deja de ser una forma de hablar de la pena de muerte como decía, está bastante visto, lo cual no significa que no se deba seguir viendo, pero se nota que no es el tema principal en el momento en que la mayoría de páginas están dedicadas a narrar la relación de Dylan con Kira y el pasado de ambos.

Podemos concluir que Kill or be killed es un excelente cómic nacido de dos autores con una gran capacidad narrativa y un estilo muy madurado, cada número mantiene atrapado al lector y nos deja un cliffhanger importante al final del tomo. Tiene todos los elementos para estar en nuestras estanterías.



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