Javier Vázquez Delgado recomienda: Los Cuatro Fantásticos (2018) #1, de Dan Slott y Sara Pichelli. El Regreso de un gran cómic.

Los Cuatro Fantásticos: Verdadero Pilar del Universo Marvel

Susan Storm, Reed Richards, Johnny Storm y el sobrino de ojos azules de la Tía Petunia, Ben Grimm. Más tarde, Franklin y Valeria Richards. Juntos son Los Cuatro Fantásticos, la familia más entrañable del Universo Marvel y el grupo de héroes sin duda más importante y capital para la cosmología de dicho mundo de ficción. Y es que, si bien existen más familias dentro del Universo Marvel (ya sean por lazos de sangre, de armas o de pura afectividad emocional) ninguna es tan importante para éste como la formada por nuestros cuatro (o seis) imaginautas. Puede que héroes como Spiderman, Lobezno o Thor, sean más populares individualmente que cualquier integrante de Los Cuatro Fantásticos. Puede que durante los dieciocho años del Siglo XXI que llevamos a nuestras espaldas, grupos superheroicos como Los Vengadores, La Patrulla X o Los Guardianes de la Galaxia sean más queridos por el fandom construido en torno a la miscelánea marvelita que va más allá de los cómics; pero sin duda, Los Cuatro Fantásticos han sido, son y serán siempre más importantes que todos ellos, puesto que el Universo Marvel que conocemos no sería lo que es hoy, qué demonios, puede que ni existiera si no fuera por aquellos cuatro personajes que fueron imbuidos de rayos cósmicos durante una expedición espacial que cambiaría sus vidas para siempre.
Cuando decimos que Los Cuatro Fantásticos son la Primera Familia, no lo decimos como un mero adjetivo, no es lo mismo que decir “cabeza de red”, “trepamuros” o “amistoso amigo y vecino” cuando nos referimos a Spiderman, y es que el apelativo de Primera Familia tiene unas consecuencias mucho más importantes que el simple sinónimo cariñoso a la hora de hablar de nuestros héroes vestidos de moléculas inestables de color azul. Así, con esta familia comenzó el Universo Marvel como tal, un Universo que tuvo cuatro miembros que juntos constituían el Adán y Eva de aquella Marvel primigenia, el génesis de todo un universo de ficción.

Sí, soy consciente de que antes de Marvel existían Timely y Atlas Comics, que el Capitán América, Namor, La Antorcha Humana Original, y otros tantos superhéroes íntrinsecamente unidos a la Segunda Guerra Mundial ya habían sido creados y pasarían más tarde a formar parte del Universo Compartido Marvel. Pero a la par que, como vosotros, soy conocedor de ese dato, también soy conocedor del hecho de que no fue hasta la llegada de los Fantastic Four #1, de Noviembre de 1961, escrito por Stan Lee y dibujado por Jack Kirby (a la par que también escrito por este, si consideramos parte del guión la aportación de ideas definitorias y capitales para los personajes) que Marvel comenzó a tomar forma como una amalgama de historias en la que sus personajes compartían ciudad, vecinos, parajes imposibles y villanos.
Esta importancia de Los Cuatro Fantásticos no data solo de que fueran los primeros héroes marvelitas como tal, si no que el progreso en Marvel, la innovación, las ideas rompedoras que pasaban automáticamente a formar parte del Universo Marvel, entraban casi siempre en éste en un número de Los Cuatro Fantásticos que meses, años e incluso décadas después, servía como presentación de aquellos rompedores conceptos.

De esta forma, fue en esta colección donde debutaron personajes y elementos sin los que hoy no entenderíamos ni viviaríamos la marvel actual, tales como Estela Plateada y Galactus (Fantastic Four #48), El Nulificador Supremo (Fantastic Four #50), los Skrull (Fantastic Four #2), los Kree (Fantastic Four #65), Kang el Conquistador (Como el Faraón Rama Tut en Fantastic Four #19 antes de su primera aparición ya como Kang en Avengers #9), Pantera Negra (Fantastic Four #52) y un largo etcétera. Incluso el Doctor Muerte, Víctor Von Doom, un villano que a día de hoy resulta capital para la totalidad del Universo Marvel, comenzó siendo la némesis clásica de Los Cuatro Fantásticos, apareciendo por vez primera en Fantastic Four #5.

Por ello, cuando Stan Lee y Jack Kirby querían marcar la diferencia presentándonos una nueva raza alienígena que ponía sus codiciosas miras en el planeta tierra, o introduciendo un concepto cósmico e incluso metafísico que pondría patas arriba el Universo Marvel, Los Cuatro Fantásticos era la colección elegida para marcar el debut de aquellas ideas.
Desde luego que esta forma de trabajar también estaba presente en otras colecciones, pero me atrevo a decir sin miedo alguno que no ha habido en Marvel colección que más conceptos haya aportado al resto del Universo compartido del que forma parte, que Los Cuatro Fantásticos.

Con el paso de las décadas, esta pequeña familia, que iba aumentando incorporando más miembros (Franklin y Valeria) o sustituyendo temporalmente a sus clásicos integrantes por otros héroes Marvel (Hulka, Crystal, Medusa, Luke Cage, Tormenta o Pantera Negra entre muchos otros) consolidó su función y labor como pilar del Universo Marvel, siendo una de sus colecciones más trascendentales. Y es que, Brian Michael Bendis convertía a Reed Richards en un miembro fundamental de Los Illuminati, la sociedad secreta de Héroes Marvel que trataba despóticamente de hacer todo para su universo pero sin contar con dicho universo, mientras que Jonathan Hickman convertía su etapa al frente de los 4F en la colección donde “pasaban las cosas” que eventualmente acababan por afectar al resto del Universo Marvel, y que desembocaron en las últimas Guerras Secretas.

Sin embargo, y merced a la venta de derechos sistemática que Marvel realizaba respecto de sus personajes a estudios cinematográficos con el fin de salir de la crisis económica en la que se encontraba en la década de los noventa, en 2008, año en el que comienza el Universo Cinematográfico Marvel, Los Cuatro Fantásticos no formaban parte del plantel de héroes marvelitas del celuloide.

Así, la Primera Familia pertenecía a Fox, que hasta el momento ha realizado hasta tres películas sobre dichos personajes (de las que prefiero no hablar) y con el auge y fama del MCU era inevitable que los cómics se vieran afectados. Al contrario que ocurría con los X-Men cuya popularidad en las viñetas apenas si se vio afectada por el MCU (quizás por sus muchas colecciones paralelas y por tanto, por su variedad, o porque sus películas pese a no ser nada del otro jueves están a años luz de las de los 4F), la realidad es que la popularidad de Los Cuatro Fantásticos se veía poco a poco desplazada por la de Los Vengadores o incluso, por los Guardianes de la Galaxia (al ser este grupo el sustituto de los Cuatro Fantásticos en el séptimo arte, puesto que los conceptos cósmicos y espaciales son introducidos por ellos en el MCU) por lo que Marvel tenía que hacer algo al respecto.

Ese “algo” fue una de las decisiones más radicales que ha tomado la Casa de las Ideas en los últimos años y que hoy, podemos demostrar como acertada, a pesar de la amargura que despertó en muchos fans. La decisión en cuestión fue la cancelación total de Los Cuatro Fantásticos como colección, que aparecieron por última vez como grupo superheroico en Enero de 2016.
La estrategia elegida por Marvel para llevar a cabo esta cancelación (que todos sabíamos que tarde o temprano sería revertida) no fue otra que reformular su universo entero a través de las Secret Wars, uno de los mejores eventos que ha tenido la editorial en décadas, y que tuvo lugar entre Mayo de 2015 y Enero de 2016, en el que el Universo entero era reescrito siguiendo los designios de Víctor Von Doom, siendo Los Cuatro Fantásticos, y especialmente Reed Richards quienes salvaban la situación, reconstruyendo el Universo Marvel a través de las piezas que otros universos moribundos dejaban en el cosmos, en una preciosa escena de Secret Wars #8 que marcaba el fin de Los Cuatro Fantásticos como colección marvelita.
La jugada era clara, sencilla y se veía venir a kilómetros, pero no podemos negar que ha funcionado y que rebosa inteligencia. Y es que, si quieres saber cuánto echan de menos los fans a algo, y que estos anhelen la vuelta de una colección, solo tienes que arrebatársela para que ese mismo fandom que quizás no valoraba demasiado a los 4F, pidiera su vuelta a gritos cada vez con más insistencia.

Estaba claro que los 4F volverían, y las pistas se dejaban aquí y allá en colecciones como Los Guardianes de la Galaxia de Bendis (que tenían a Ben Grimm como uno de sus integrantes) o Marvel 2en1 protagonizada por La Cosa y La Antorcha Humana.
2018 ha sido el año elegido para este esperado regreso, para la materialización de este secreto a voces que orquestan dos nombres como Dan Slott y Sara Pichelli, equipo creativo de lujo para la nueva etapa de Los Cuatro Fantásticos en Marvel, y sobre el que hablaremos en las próximas líneas.

Sobre los Autores

Dentro de Marvel Fresh Start, nueva andanza de la editorial, está claro que la editorial quiere recuperar la esencia de sus personajes, alimentando a los fans con nostalgia, y con reinterpretaciones de conceptos clásicos que aseguren las ventas tras una innovación que, por desgracia, no ha dado los frutos esperados con el arriesgado Imperio Secreto como colofón final a la apuesta por la diversidad.
Así pues, dentro de este retorno al clasicismo, era obvio que Los Cuatro Fantásticos tenían que formar parte de Fresh Start, habiéndose elegido a un equipo de verdadera calidad para firmar el esperado regreso de La Primera Familia a Marvel.

El guionista de este primer número que analizaremos a continuación no es otro que Dan Slott. Dan Slott es el fan hecho escritor, el guionista que ha estado más de diez años al frente de la cabecera arácnida y que ha firmado algunas de las mejores aventuras del trepamuros en años. Fue el guionista que supo darle a Spidey interés y calidad tras un denostado One More Day que nos quitó al Hombre Araña tal y como lo conocíamos tras la Guerra Civil Superheroica.

Dan Slott comenzó en el mundo del cómic escribiendo historias Mighty Mouse o Los Nuevos Guerreros para Marvel al comienzo de la década de los 90, llegando a ser el escritor regular de los cómics que adaptaban las aventuras de los irreverentes Ren & Stimpy al noveno arte. Pronto pasó a formar parte de la cantera de DC Comics, donde escribió otros cómics infantiles basados en series de televisión como Scooby Doo, Las Supernenas o los Looney Toones, lo que le granjeó el éxito necesario para trabajar en series como Batman Adventures o Justice League Adventures. De este modo, consiguió trabajar como guionista regular en una serie de DC, la cual no fue otra que Arkham Asylum: Living Hell, junto con Ryan Sook.
El éxito de esta última, hizo que Slott fuera reclutado por Marvel, compañía a la que volvía en 2004, para escribir una nueva serie regular sobre Hulka, que hoy día se mantiene como una de las mejores colecciones que ha tenido la prima del gigante de jade.

Tras escribir algunos tie ins de Civil War y World War Hulk, en 2007 Dan Slott se convertía en uno de los escritores de Amazing Spiderman, colección en la que ha permanecido hasta hace pocos meses, y que sin duda, le ha granjeado la confianza y fama para encargarse de un proyecto como el que analizamos hoy.
Por eso, que sea Dan Slott quien se encargue de guionizar las aventuras de nuestros imaginautas favoritos solo puede suponer en mi opinión, una gran noticia, habiendo conseguido que su nombre me haya empujado a leer este primer número sin necesitar saber nada más.

Por su parte Sarah Pichelli, es una artista italiana nacida en 1983 que comenzó como diseñadora de personajes, animadora e ilustradora de Storyboards para la industria de la animación, lo que le granjeó la popularidad suficiente para poder labrarse un hueco en el mundo del cómic, siendo su debut en dicho medio el dibujo de cómics de Star Trek para la editorial IDW.
Ello captó la atención de C.B. Cebulski en 2008, quien por entonces no era la cabeza de Marvel si no el caza talentos de la Casa de las Ideas, lo que le llevó a reclutarla para Marvel donde comenzó con la serie NYX: No Way Home, a la par que dibujaba algunos números de Runaways.

Pero sin embargo, lo que la catapultaría a la fama absoluta dentro de Marvel, sería Ultimate Fallout #4, número de la serie limitada de 2011 dedicada a narrar el luto por la muerte del Peter Parker del Universo Ultimate, en el que la ilustradora dibujaría por primera vez a Miles Morales, el nuevo Spiderman de ese universo, y hoy por hoy, uno de los arácnidos más populares que se balancea a sus anchas por el Universo Marvel convencional.

Encargándose del dibujo de Miles durante la colección Ultimate Comics: Spiderman en la nueva andanza de Morales como arácnido, Pichelli nos regaló algunas de las mejores perspectivas y dibujos de la Marvel del nuevo siglo.

Así pues, saber que Sara Pichelli es la ilustradora de la nueva colección de Los Cuatro Fantásticos, hace que sin duda quiera leer esta colección tan pronto como sus números aparecen en nuestro país.

Reseña de Los Cuatro Fantásticos #1, de Dan Slott y Sarah Pichelli
 

Edición original:Fantastic Four v6, 1 USA.
Edición nacional/ España:Panini Comics.
Guión:Dan Slott.
Dibujo:Sara Pichelli, Simone Bianchi y Skottie Young.
Formato:Grapa, 48 páginas.
Precio:3,50 €.

 

Resulta difícil analizar este número al tratarse no sólo de una grapa, de un cómic de cuarenta y ocho páginas (pues se trata de una grapa doble) si no del inicio de una colección que ya desde su primera página nos demuestra dos cosas: La primera que Marvel quiere que esta nueva colección de Los Cuatro Fantásticos sea una de las joyas de esta nueva era Fresh Start que comienza este año en la editorial, y la segunda, que se nota que Slott ha decidido como escritor tomarse su tiempo en esta nueva andanza de Los Cuatro Fantásticos, no buscando satisfacer las ansias del fan desde el comienzo, si no hacer un tratamiento primero individual, y luego conjunto de esta Primera Familia que tan bien representa los lazos afectivos dentro de Marvel.

De este modo, la historia (cuyo análisis y punto de vista alternativo a éste podéis leer aquí de la mano de mi gran compañero Nacho Teso) comienza con un Ben Grimm que tras haber huido de su vida durante unos meses como miembro de Los Guardianes de la Galaxia, ha aceptado que los 4F nunca volverán, que Sue, Reed, Valeria y Franklin están perdidos para siempre y que es hora de pasar página y rehacer su vida junto a Alicia y Johnny, lo único que le queda de su antigua vida como imaginauta.

Por contra, tenemos a Johnny Storm, quien fiel a su espíritu soñador y un tanto inmaduro está convencido de que lo que ahora vive tan solo es un momento amargo de su historia como miembro de Los 4F, que el grupo superheroico pronto se volverá a juntar, y que no hay que perder la esperanza.

Así, Slott hace formar parte de la historia los dos puntos de vista que durante más de dos años han tenido la mayoría de los fans de Marvel, pues hay quien decía que Los Cuatro Fantásticos volverían como colección en seguida, y quien más pesimista, decía que el grupo estaba muerto como tal y que solo veríamos a sus miembros en otras colecciones.
Lo que también podemos destacar es que, aunque es evidente que Dan Slott parte de lo que ya habíamos podido leer en Marvel 2en1, el tono de su guión es más dramático, al cimentarse sobre la nostalgia y la pena que produce no tener cerca a los seres queridos cuando más los necesitas.

El resto del número (que en realidad es doble porque se compone de lo que sería una grapa normal que marca el inicio de la colección y de otras veintiuna páginas que constituyen historias de complemento) narra la nueva situación de cierto personaje que no nombraré para no entrar en spoilers, dibujado magistralmente por Simone Bianchi, encargándose Skottie Young de una página de bonus que sin aportar nada al número, resulta muy divertida.

En cuanto al dibujo de Sara Pichelli este es suave, como siempre que tenemos el honor de contemplar el trabajo de la italiana dentro de Marvel, con un trazo firme y curvilíneo que aporta gran expresividad a los personajes que dibuja, y que nos hace desear que lleguen pronto las escenas de acción de la Primera Familia combinando sus poderes para poder quedarnos con la boca abierta, lo que seguro, conseguirá la ilustradora.

Simplemente debo despedirme de esta reseña monográfica diciendo que el primer número de Los Cuatro Fantásticos me ha dejado un muy buen sabor de boca, que estoy desando leer más mucho más de esta nueva etapa, y que es un placer volver a teneros de vuelta, queridos imaginautas.



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