Javier Vázquez Delgado recomienda: Guerras del Infinito 1 y 2

 

Edición original:Infinity Wars 1 y 2.
Edición nacional/ España:Panini Cómics.
Guión:Gerry Duggan.
Dibujo:Mike Deodato.
Formato:Grapa, 48 páginas.
Precio:3,50 €.

 

Una de las parcelas más interesantes y con más posibilidades del Universo Marvel es, sin duda, aquella que sale extramuros del planeta Tierra y sitúa la acción directamente en el vasto cosmos. Desde muy temprano, el genio de Stan Lee y Jack Kirby se lanzaron al espacio con personajes como Los Cuatro Fantásticos o incluso con Thor, y de aquellas historias nacen conceptos tan interesantes y capitales hoy día para Marvel como Estela Plateada, Galactus, Los Kree, Los Skrull, Ego el Planeta Viviente… y un largo etcétera de personajes y enclaves que hacen más grande e inabarcable si cabe el univeso marvelita.

Unos pocos años más adelante, en la década de los setenta, sería el genio Jim Starlin quien daría nueva vida a esta particular parcela marvelita con la introducción de Thanos, el Titán Loco, a la par que transformaba al personaje de Adam Warlock, hasta entonces un poco perdido editorialmente.
El sumun de su creatividad se daría ya en los años noventa, con La Búsqueda de Thanos, los números que Starlin escribió sobre Estela Plateada y desde luego, con la llamada Trilogía del Infinito (El Guantelete del Infinito, La Guerra del Infinito y La Cruzada del Infinito) eventos cósmicos en los que Starlin hacía aparecer a casi todos los personajes principales (y otros no tan principales) de Marvel para enfrentarse (entre otras cosas y si nos circunscribimos al Guantelete) a la amenaza del poder de Las Gemas del Infinito y a su portador, el mismísimo Thanos.

Estas gemas no eran si no los máximos receptáculos de poder del Tiempo, el Espacio, el Poder, el Alma, la Realidad y la Mente, y por tanto precedían al Universo mismo y podían modificarlo al antojo de quien las poseyera todas, por lo que estamos ante los que quizás sean los artefactos más peligrosos y de mayor poder de todo el Universo Marvel (lo que no es decir poco).
Desde hace ya algunos años, doce, si situamos el comienzo de esta nueva oleada cósmica en Aniquilación, el magnífico evento de 2006, o tan solo tres si nos circunscribimos a la desaparición de Los Cuatro Fantásticos del Universo Marvel (que como vimos la semana pasada, acaba de ser enmendada en nuestro país), ha sido un grupo de personajes de lo más variopinto el que ha estado casi siempre situado en el centro de toda acción de tipo cósmica, con un tono socarrón y deudor del trabajo de Starlin en en otras épocas, así como del baúl de los recuerdos al respecto de personajes que hacía décadas que no aparecían en Marvel.

Me estoy refiriendo, como no, a Los Guardianes de la Galaxia, grupo que si bien no es una creación de este siglo (su nombre obedece al grupo de los años setenta en el que militaban Yondu, Martinex, Charlie-27, el Mayor Victoria y Halcón Estelar entre otros) rescataba a varios personajes del olvido editorial y formaba una disfuncional alianza entre estos seres que trataban de hacer de la vía láctea entera (y a veces del cosmos que se encuentra más allá) un lugar mejor, a lo que desde luego ayudaba la desaparición del Cuerpo Nova que tuviera lugar en la mentada Aniquilación (y que hoy también se encuentra solventada).
De este modo, Star-Lord, Drax, Gamora, Rocket, Groot, Adam Warlock, Phyla-Vell, Dragón Lunar, Mantis, Bicho, e incluso en los últimos tiempos, Venom, Kitty Pride y La Cosa entre otros muchos luchaban por sobrevivir en una galaxia que les respetaba y que necesitaba desesperadamente una ayuda que ellos ofrecían y que, en muchas ocasiones, no eran capaces de ofrecer.
No es el objeto de esta reseña analizar todas y cada una de las aventuras de Los Guardianes de la Galaxia, que van más allá de sus colecciones propias y que comienzan en Aniquilación, seguido por Aniquilación Conquista, Guerra de Reyes, Reino de Reyes y el Imperativo Thanos, pero añadido a la importancia que otorgó a dicho grupo Brian Michael Bendis desde su desembarco en la colección en el año 2013 (con una labor bastante decepcionante), es clara que la importancia de estos personajes en Marvel es hoy día de gran calado, pues los Guardianes han pasado de ser un grupo más, como quizás lo fueron en la gran etapa de Dan Abnett y Andy Lanning, que pese a su grandeza no dejaba de narrar las aventuras de un grupo menor dentro de la editorial, para ser el eje y centro de todo lo cósmico que ocurre en Marvel hoy día.

Esto se debe sin duda a la influencia del cine, del Universo Cinematográfico Marvel en concreto en las viñetas, pues la llegada en 2014 de la película de Los Guardianes de la Galaxia, y en general, todo el recorrido de diez años de estas cintas a través de las Gemas del Infinito que ha eclosionado en la última cinta de Los Vengadores (en la que los Guardianes tienen una importancia capital) ha aumentado la popularidad de este grupo de parias cósmicos, de las Gemas del Infinito y del espacio exterior marvelita a un nivel exponencial.
En esta tesitura, era lógico que pronto tuviéramos otro evento cósmico de una gran magnitud, los cuales quizás llevaban sin darse desde el Imperativo Thanos como gran coda final que fue a la labor que hicieron DnA en el espacio exterior marvelita. Dicho evento es el que trataremos de analizar hoy, Guerras del Infinito.
Sin embargo, antes de desembarcar en la discusión acerca de estas dos primeras grapas, brevemente me gustaría hacer una pequeña referencia a la labor de su guionista, Gerry Duggan en la colección de Guardianes de La Galaxia.

Gerry Duggan ha sido el último añadido a este grupo, encargándose de guionizar sus aventuras durante el último año, y ha sabido rescatar ese tono socarrón y distendido de la etapa de DnA, a la par que utiliza cuantos conceptos cósmicos considera oportunos, especialmente los introducidos por Starlin a través de los primigenios del universo.
Si bien no es necesario leer esta por hoy, pequeña etapa para comprender lo que ocurre en Las Guerras del Infinito, no es menos cierto que su lectura ayuda mucho a apreciar las bondades del evento en sí, cuya lectura si no nos resultará un tanto acelerada y atropellada por la cantidad de personajes y de distintas situaciones que se manejan, y que son deudoras de otros sucesos que de no haber leído esta mentada etapa, desconocemos.
Por otro lado, este evento estuvo precedido por Cuenta Atrás del Infinito, en el que Gerry Duggan y Aaron Kuder, tras cerrar (por el momento) la colección de Guardianes de la Galaxia con un importante clifhanger, continuaban la historia donde la habían dejado introduciendo ya finalmente, cuál era el paradero de Thanos, qué relación tenía éste con la reaparición de Las Gemas del Infinito tras la remodelación del Universo que tuvo lugar tras las Guerras Secretas de Jonathan Hickman, y qué portadores escogerían tan maleables artefactos.
Así es como comienza Guerras del Infinito (evento precedido por un número cero que actúa a modo de resumen), con el tablero de ajedrez dejado por Cuenta Atrás al Infinito en el que Adam Warlock (Gema del Alma), Turk (Gema de la Mente), Star-Lord (Gema del Poder), La Viuda Negra (Gema del Espacio), La Capitana Marvel (Gema de la Realidad) y el Doctor Extraño (Gema del Tiempo) son los poseedores de las seis Gemas del Infinito, que ya no actúan como antes y cuyo uso encarna un mayor peligro que nunca.
En medio de toda la tensión surgida por la intención del Doctor Extraño y de Los Guardianes de la Galaxia por formar una nueva Guardia del Infinito que custodie las reaparecidas gemas y regule el uso de las mismas evitando que el universo sufra por el egoísmo en el empleo de tan viles artefactos, surgirá una nueva figura: Requiem, un curioso y enmascarado ser y que tiene sus propios planes para las gemas del Infinito y para los portadores de las mismas.

De esta forma se sitúa el comienzo de este evento, en cuyos hechos no pretendo ahondar más para evitar el spoiler de un cómic de publicación tan reciente en nuestras librerías especializadas y que aunque no nos cuenta nada nuevo, cumple su cometido con creces.

Así pues, si lo que Duggan busca es entretener al lector en la lectura del siguiente capítulo de Los Guardianes de la Galaxia y de las Gemas del Infinito, estamos ante un cómic que da en el clavo, y que sirve como catapulta para reintroducir toda una serie de conceptos cósmicos que estaban bastante olvidados desde los años noventa, o lo que es lo mismo, desde la Trilogía del Infinito de Starlin. Como decíamos, la formación de una nueva Guardia del Infinito, aunque sea más disfuncional que su predecesora, o que el universo entero esté al borde de su destrucción o reformulación total merced al descontrolado poder de las Gemas del Infinito y del misterioso Requiem que está detrás de ellas, tampoco nos sorprende si somos lectores medianamente avezados de Marvel. Sin embargo, no deja de resultar curioso como Duggan entremezcla todo lo que ha estado preparando durante su andadura en la colección de Los Guardianes de la Galaxia con el juego que las gemas están teniendo en distintos personajes más “terrenales” dándonos un resultado que por el momento resulta interesante y que nos deja con ganas de más.

En cuanto a Mike Deodato, estamos ante el que quizás sea hoy en día uno de los autores más realistas de Marvel, puesto que a pesar de dibujar (y disfrutar haciéndolo, se nota) personajes de corte más alienígena y extraterreno, dota a sus rostros y expresiones de una profundidad que podemos tildar de magistral y que desde luego aumenta con creces el interés por este evento.
En el tintero dejaré el papel de Thanos y de Loki en el evento, siempre tratando de evitar el spoiler, pero solo diré que el manejo de Duggan de estos dos verdaderos pesos pesados en la villanía marvelita resulta muy pero que muy interesante.

Sin perjuicio de lo que valore una vez pueda tener la oportunidad de leer el evento entero, cuya dirección se atisba al final del segundo número, por el momento os emplazo a la lectura de estos dos primeros números, que conforman el comienzo de un evento muy entretenido y divertido que además, no tiene esa vocación de trascendencia absoluta para el Universo Marvel que una Civil War o un Imperio Secreto pueden tener y que busca más bien contarnos una historia más sobre las Gemas del Infinito y nuestros personajes galácticos favoritos que cambie su estatus de cara a la siguiente etapa de sus respectivas colecciones.



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