Javier Vázquez Delgado recomienda: Los Nuevos Mutantes: Almas Muertas

 

Edición original: The New Mutants: Dead Souls 1-6 USA.
Edición nacional/ España: Panini Cómics.
Guión: Matthew Rosenberg.
Dibujo: Adam Gorham.
Color: Michael Garland.
Formato: Tomo con solapas, 144 páginas.
Precio: 13,50 €.

 

Hace unos cuantos años salía a la luz una declaración de Frank Miller, a cuenta de una edición del Regreso del Señor de la Noche de principios de este siglo, en la que afirmaba que la idea del Batman de avanzada edad le vino por el simple hecho de que cuando él leía los cómics de Bruce Wayne de pequeño tenía la misma edad que cuando los empezó a escribir, es un hecho que el tiempo pasa muy despacio para los personajes de nuestros queridos cómics e incluso de vez en cuando se rejuvenece a alguno de ellos, hasta ahí bien en tanto que como lectores lo hemos aceptado, pero es muy complicado aceptar que los Nuevos Mutantes sigan siendo nuevos mutantes cuando no solo ya han estado casados o han tenido hijos sino que además ha habido otros mutantes mucho más nuevos y jóvenes, pero aquí estamos, leyendo una nueva serie limitada sobre las aventuras de Magik, Karma, Loba Venenosa, Rictor, Fortachón, Bum Bum y el ex-mutante Prodigio (lo cual podría haber sido un nombre mucho más acertado) bajo el título Los Nuevos Mutantes: Almas Muertas. Por lo menos se agradece el intento de su guionista, Matthew Rosenberg, de dar una explicación plausible del tema al meter a Karma en un nuevo puesto de directiva de la corporación Hatchi que contrata a sus colegas y da a entender que usan ese nombre por nostalgia. Puede parecer un detalle nimio pero el cuidado de Rosenberg por los diálogos es uno de los puntos fuertes de esta serie limitada que la hace pasar del entretenimiento más simple a tener una belleza y un encanto un poquito especial. -¡Vamos a F*@#$ como en el Álamo! – Sabes que allí perdimos ¿no? – Y tú sabes que yo soy mexicano ¿no?. Esta conversación entre Rictor y Bum Bum es solo un ejemplo de la agilidad con la que número a número nos mete en la historia, el tono de estos, en este caso claramente humorístico, tiende a ser mordaz y contrasta con el general del tomo.

Los autores se van hacia lo sobrenatural, de ahí que Magik ejerza de líder del grupo, y la intención es la de ir contando una historia en cada capítulo, historias de terror con un poco de acción y ese humor antes mencionado en los diálogos que sirve a su vez de desahogo ante las tensas escenas que viven los protagonistas. Pero, aunque las historias cortas son la marca de esta miniserie, hay una constante sensación de continuidad marcada por la relación entre los personajes y por la misteriosa compañía que los tiene en nómina. Todo ello recuerda, en cuanto a su estructura, a la maravillosa X-Factor de Peter David, a su inicio concretamente, aunque marcando una importante distancia cualitativa, no es que esta serie sea mala, de hecho es una grata sorpresa, pero es que la de David era demasiado buena, eso sí, en ambas lo más interesante era la relación entre los protagonistas, lo cual está mejor aun si tenemos en cuenta que aquí hay una mezcla de ambos grupos.

La historia de presentación tiene una mezcla de historia juvenil sobrenatural al estilo de Buffy o Supernatural, mezclado con el aun de moda fenómeno zombi para acabar con alguna vuelta de tuerca made in Magik que nos da esas dobleces morales que caracterizan a la señora del limbo, algo que ya se cuestionan en el segundo número varios personajes, normal dado que la conocen desde siempre. Ese segundo número tiene un aire a La Cosa de John Carpenter con esa ambientación helada y la base rusa supuestamente abandonada.

Un avión a punto de estrellarse con Prodigio en su interior es el escenario del tercer número que se unirá ya con el siguiente y las tensiones pasadas empiezan a surgir entre los personajes, al entrar en este número se ve los autores los tienen calados, se nota que hay un estudio detrás de su escritura, que las etapas anteriores empiezan a tener peso y no son personajes vacíos en historias de acción o miedo, la pelea de Rahne y Guido es un ejemplo de ello y el supuesto entierro de Rictor el punto álgido, a pesar de cierta nota del traductor cuya inventiva y falta de rigor rompe el momento.

La revelación del enemigo, Tran, el hermano muerto de Karma, no solo da luz al primer misterio, que como en el mencionado X-Factor no es más que atrezzo para la carnaza culebronera que nos interesa, sino que certifica el conocimiento y lo que le gusta rebuscar en las sobras de los mutantes a Rosenberg. Para atajar este tema Magik va en busca de uno de sus maestros, el Doctor Extraño y la famosa mansión de Stephen resulta ser un lugar perfecto para que nuestros mutantes se vean forzados a relacionarse entre ellos siendo la dupla Rhane/Guido la más interesante pero sin olvidar a Bum Bum, que le da un punto curioso a la serie, y la de Warlock que se va uniendo al final de cada número.

Lo único malo del tomo es que nos deja colgados al final, muy colgados claramente cortado antes de tiempo, pero como Rosenberg se prodiga por otras series esperemos que sepamos pronto más de ellos aunque sea solo para solucionar todo el embrollo y ese enorme cliffhanger que es lo único que estropea un tomo que resultó ser una auténtica sorpresa. Con respecto al dibujo en particular, Adam Gorham resulta todo un acierto para conseguir ese tono oscuro que la serie necesita, se ve que se es capaz de defenderse muy bien en la temática de terror y además tiene una buena narrativa, no hubiese estado mal ver por dónde iba a tirar la unión de estos dos autores con una etapa más longeva. Tendemos a quejarnos mucho de que las series de mutantes no están en un buen momento pero entre el tomo de Cable, el de Exiliados y este Los Nuevos Mutantes: Almas Muertas, el pasado fin de año ha resultado muy positivo para esta parte del universo Marvel, por lo menos en sus series satélite.



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