Javier Vázquez Delgado recomienda: Top 10 Series DC Comics 2018
Hemos dejado ya atrás el 2018. Un 2018 intenso para DC Comics a muchos niveles, con el número 1000 de Action Comics, la llegada de Bendis a la editorial, el final de grandes tramas propuestas a los inicios de Renacimiento, el lanzamiento de nuevos sellos… Un todo editorial del que queremos hacer un rescate detallado de lo que para los redactores de Zona Negativa ha dado de si este año en la editorial de Burbank. Para ello hemos centrado esfuerzos de manera global, sin separar cómic USA del publicado por ECC en nuestro país, sin separar sellos y subsellos editoriales (Black Label, Wonder Comics, Young Animal, Sandman Universe, Hanna Barbera…) haciendo un todo editorial con el que poder confeccionar un top 10 de lo mejor del año. Esperamos que lo disfrutéis y os invitamos a abrir un debate sano alrededor de estas obras y de aquellas que vosotros consideráis que también deberían haber estado presentes. A fin de cuentas, no caben todas.
Empezamos con el nuevo trabajo de Tom King que se cuela en este top 10 inaugurándolo. La propuesta de King no puede resultar más devastadora y escalofriante y así parece haber calado entre los redactores de ZN. Los Héroes de DC van a enfrentarse a algo que puede acabar, de forma literal, con sus vidas, algo que les ataca mientras están en Santuario, esa especie de casa de retiro emocional, a la que recurrir cuando la vida se pone demasiado cuesta arriba.
Una obra con tintes psicológicos, donde se persigue no solo llevar a los heroes y heroínas DC a enfrentarse a una nueva amenaza, sino también se pretende diseccionar sus mentes, entender su forma de ser, de actuar, reflexionando sobre ello en el proceso. King lo apuesta todo a la generación de un espejo en que los héroes y heroínas puedan mirarse y construir un thiller psicológico del que queda saber dónde nos llevará.
Cuando Renacimiento se puso en marcha el antihéroe Deathstroke volvió a gozar de serie en solitario, esta vez en manos del excelente y exigente, Christopher Priest. El trabajo desarrollado durante todo el año 2018 por el guionista no es sino la culminación de todas esas tramas creadas de forma aparentemente aleatorias, que confluyen de forma natural e inteligente, en un punto y seguido, de factura impecable.
Deathstroke no es una lectura fácil. Su planteamiento narrativo, cargado de analepsis, y cuajado de multitud de tramas que se cortan de forma abrupta, hace que leer la serie sea un ejercicio de enorme concentración. Pero bajo esa dificultad subyace la esencia de la obra y su valor, puesto que se muestra elegante y sincera con el lector que ve como Priest trabaja la caracterización de forma minuciosa y elegante, haciendo que su elenco brille con especial interés.
Entra en el top el nuevo trabajo de Russell que, de nuevo, se encarga de revitalizar a un viejo personaje de Hanna Barbera, el León Melquiades, tal y como se le conoció en España, con un resultado a la altura de las expectativas. Con una historia ambientada en el lejano 1952, Russell, aprovecha este escenario, tristemente recordado por la caza de brujas del senado y el recorte de derechos civiles, para profundizar de lleno en uno de los principios sociológicos primarios de la sociedad norteamericana. Un escenario abonado para que el talento de Russell florezca y ofrezca todo un abanico de referencias culturales de la época a la que, de alguna forma, quiere rendir un sentido homenaje.
El escritor no deja escapar la posibilidad de realizar un retrato crítico de la sociedad de los años 50, vehiculando toda la obra de tal forma que el lector, sea cual sea su recorrido, disfrute de múltiples lecturas en una obra llena de lecturas recurrentes.
Sin duda es un deleite que la actual etapa de Flash se haya colado en este top. No es una serie muy afín a estar en este tipo de listas, pero este año el Velocista Escarlata, gracias al enorme trabajo de Joshua Williamson, se cuela entre las diez series del año para recordar a todos los aficionados que su lectura es altamente recomendable.
Flash, Barry Allen, no ha dejado correr y lo ha hecho con pasos firmes y certeros, moviéndose con precisión balística y metódica, entre la caracterización, el desarrollo de personajes y la épica más pura gracias a ser una serie destinada a estar en el centro del huracán que es Renacimiento. La presencia de Wally en la serie y el exquisito trato de Williamson a los velocistas en general, conforman un sólido armazón al que poder aferrarse número a número, en una serie que, paradójicamente, se toma su tiempo para ir desarrollando las tramas.
La colección ha sido bendecida por un nivel gráfico muy elevado, Di Giandomenico y Porter como máximos responsables de imprimir un aspecto visual espectacular, en el que la velocidad se puede ver saltar entre viñetas, añaden la puntilla a una serie merecedora de estar entre las más grandes.
Tenemos un empate entre dos series muy dispares. La primera sin duda ha de pasar a formar parte de la lista de mejores etapas de Batman en Detective Comics, gracias al enorme trabajo realizado por James Tynion IV, que ha sabido aunar épica, aventura, emoción y sentimiento en un trabajo mayúsculo con gran parte de la batfamilia. Su recorrido por Gotham ha jugado a la perfección con la esencia de cada personaje, permitiendo su evolución natural y progresiva dentro del microcosmos de Batman. Las herramientas que despliega Tynion son poderosas al conjugar todo un repertorio de situaciones a cuál más pasional. Es difícil que un lector no se haya visto involucrado emocionalmente con este trabajo y se haya sentido atraído por alguno de los extraordinarios momentos de los que ha gozado Detective Comics a lo largo del año.
En el mismo puesto no podría haber una serie más diametralmente opuesta a Detective Comics. Doomsday Clock es la gran serie, la que ha de servir como oráculo para Renacimiento, y que está llamada a responder muchas de las preguntas que siguen todavía en el aire. Su desarrollo, que acarrea importantes retrasos por el puntilloso trabajo de Gary Frank a los lápices, no ha podido apartarla de este top. El trabajo de Johns levanta pasiones enfrentadas por ser una obra cargada de controversia entre los aficionados. La obra magna de Moore y Gibbons se ve continuada de alguna forma por Johns para intentar explicar lo que muchos ya intuyen, que el Dr. Manhattan está involucrado en los últimos acontecimientos sufridos en el Universo DC. Esto, unido a el aura de inviolabilidad de la obra de Moore, genera intensos debates alrededor del valor intrínseco de la obra en toda conversación alrededor de tan importante proyecto. Sin duda este año 2019, en el que llegará su final, se podrá dejar de hacer conjeturas y pasar al análisis fino de la misma. Veremos si en diciembre de 2019 se alza con el trono o se ha de contentar con una posición compartida como este año.
Hay quien piensa que estamos en una época donde las ideas parecen agotadas, donde hacer un remake o reboot parece la forma más sencilla de hacer dinero rápido entre los nostálgicos. Son obras que suelen sacrificar la esencia que las hizo grandes en su momento, sin la capacidad de adaptarse a los tiempos que corren. Podría haber sido perfectamente el caso de The WildStorm de Warren Ellis pero, afortunadamente, nos está brindando una obra genial que vive por sí misma. Obviamente conocer todo el anterior universo Wildstorm suma muchos puntos gracias a los guiños, cameos, referencias, etc… Pero si este es el primer contacto con este Universo heredado, verá como este 2018 la tormenta ha crecido más aún, sin perder fuerza ni intensidad, hasta un desenlace donde la Tierra es el epicentro, pero con magnitudes galácticas. Tener siempre a Jon Davis-Hunt y los colores de Steve Buccellato es un seguro de calidad, aunque por ello sólo se hayan publicado 8 números en este 2018. Es un thriller de ciencia ficción donde cada número cuenta una historia que deja siempre sedientos para el siguiente número.
Este año ha sido un año muy importante para la colección y su protagonista. Un año en el que se ha conmemorado el 80 aniversario de Superman y se hacía historia al llegar a un número 1000 de la colección. Todo un acontecimiento que ha estado precedido del trabajo de Jurgens, viejo conocido de la franquicia, máxime artífice de las historias que convulsionaron al héroe en los años 90, y que aquí desarrolla un trabajo de profesional que ama al medio y al propio personaje como pocos.
Una serie que ha sabido ir creciendo número a número y en la que Jurgens ha ido rescatando numerosos conceptos de antaño para ponerlos al servicio de su historia. Hemos visto el regreso del Superman Cyborg y de Booster Gold (por el que el guionista, como no puede ser de otra forma, siente especial interés) y se han desarrollado tramas que han mantenido en vilo a los lectores, como la de Mr. Oz. La serie de Action ha mantenido un nivel alto, con sus tropiezos, pero es el máximo exponente de una era y así lo ha demostrado en su conjunto al captar toda esa esencia que acompaña de forma irremediable a su protagonista. Action hace historia y la hace gracias al talento de sus autores que han sabido a lo largo de 80 años llegar hasta este momento tan especial para todo aficionado al noveno arte.
Tom King no parece estar dispuesto a dejar de luchar por el pódium cada año y su Batman sigue estando en lo más alto. Su trabajo con el Hombre Murciélago no deja a nadie indiferente, con tantos defensores como detractores, con una etapa que dicen será de cien números y de la que ya se ha superado el ecuador. En su propuesta King ha profundizado en la relación entre Bruce y Selina como eje conductor, mientras ha ido pivotando alrededor de diferentes villanos y situaciones con las que ir generando diferentes conflictos. Conflictos pensados para entrar de lleno en ese oscuro mundo que rodea a Batman, con momentos realmente memorables y que están destinados a ser clásicos. Sin embargo, en medio de números de excelente factura, aparecen otros que muestran fisuras y no parecen estar tan bien construidos, siendo los que hacen que se polaricen las opiniones al respecto de la calidad de la colección.
Para nuestros redactores, en contra, es unánime que el peso global del trabajo que King desarrolla tiene el suficiente valor como para estar en lo más alto de este top y seguir luchado por no abandonarlo mientras dure la etapa del guionista de Mr. Milagro. Y hablando de Mr. Milagro…
Scott Free se ha de conformar este año con el segundo puesto (el año pasado estuvo en lo más alto en un triple empate) no porque sea una obra que haya perdido calidad, ya que al estar concebida como una maxiserie de 12 numeros permite que el nivel sea muy estable, sino porque los que le han arrebatado el primer puesto lo hacen con una contundencia arrolladora. King y Gerards logran encontrar una nueva voz con esta serie, una serie que no solo ha alcanzado el éxito entre los aficionados, sino también ha logrado el favor de la crítica y de los premios para sus dos creadores. Divertida, desgarradora, pura, intensa, reflexiva, profunda, novedosa, distinta, la lista de adjetivos puede resultar tan larga como abrumadora, al ser un trabajo que abre un camino nuevo (por muchas influencias que pueda acarrear a sus espaldas) explotando ese rico escenario que se conoce con el nombre de Cuarto Mundo.
La serie que lleva apareciendo en los Top de DC durante los últimos años (2016-2017) escala puesto y se hace con el trono en 2018 motivado, sin duda, por la publicación de la obra íntegra por parte de ECC en España.
El trabajo de Russell a cargo de esta revisión y actualización de los Picapiedra, se resuelve con el éxito rotundo de la crítica que la eleva a la categoría de obra fundamental del cómic, al rescatar los valores fundacionales y de marca de la franquicia iniciada con los dibujos animados en el año 1960. Una marca que Russell sabe utilizar con maestría para meter el dedo directamente en la llaga y poner de frente al lector las incongruencias de la sociedad en la que vivimos sin despreciar el humor más certero en forma de sátira alrededor de la política, la religión, la guerra, el arte, la educación, el consumismo, la ciencia, la económica y la cultura. Una forma de mirarnos al espejo y preguntarnos si de verdad nuestras vidas son como queremos que sean.
Russell ha realizado una obra maestra del noveno arte y lo ha logrado mediante el uso de unos improbables personajes para, en silencio, sin acaparar portadas, acabar por regalarnos un cómic atemporal, divertido, duro, ácido y mordaz, al que poder acudir cuando sintamos que todo cuanto nos rodea parece absurdo y haya que reírse de todo ello.
Os dejamos los resultados de los años anteriores.
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