Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNCine – Spider-Man Un Nuevo Universo: La Redacción Opina
Dirección: Bob Persichetti, Peter Ramsey, Rodney Rothman
Guión: Phil Lord, Rodney Rothman (Personajes: Stan Lee, Brian Michael Bendis, Sara Pichelli, Steve Ditko)
Música: Daniel Pemberton
Duración: 117 min
Productora: Sony Pictures Animation / Marvel Animation / Marvel Entertainment / Columbia Pictures / Pascal Pictures / Sony Pictures Entertainment / Lord Miller
Nacionalidad: Estados Unidos.
Después de nuestra parada autoimpuesta debido a las concurridas, y excesivas, festividades navideñas y teniendo en cuenta que un día antes del inicio de las mismas fue nuestro compañero Sergio Fernández Atienza el primero en ponerse el disfraz y los lanzarredes para balancearse por los rascacielos de New York y así dar su opinión de Spider-Man: Un Nuevo Universo (Spider-Man, Into the Spider-verse), son ahora Raúl Gutiérrez, Alejandro Ugartondo, Jordi T. Pardo y Juan Luis Daza los redactores que van a ofrecer sus impresiones sobre una de las sorpresas más interesantes que dio el pasado 2018 dentro del celuloide superheróico. Sony Pictures Animation, Marvel Animation y el magnífico tándem formado por los productores, guionistas y directores Phil Lord y Chris Miller (La LEGO Película, Lluvia de Albóndigas, Infiltrados en Clase) son los encargados de dar forma a esta espectacular cinta de animación en la que vemos más de media docena de versiones distintas del Hombre Araña nacidas en las viñetas de la Casa de las Idas y extrapoladas por primera vez a la pantalla grande para regocijo de fans, espectadores profanos y, sobre todo, nuevas generaciones de amantes de las aventuras de nuestro amistoso amigo creado en 1962 por el guionista Stan Lee y el dibujante Steve Ditko en las páginas de aquel ya lejano Amazing Fantasy #15.
Spiderman: Un Nuevo Universo, en sin duda la mejor película del personaje hasta la fecha, y desde luego y sin lugar a dudas, un auténtico canto de amor al personaje. Ya está. Ya lo he dicho. Me he quitado las dos frases prohibidas por su reiteración cuando se habla de esta película. Sin embargo, deberíamos preguntarnos por qué en tan poco tiempo estas dos frases han inundado las redes sociales. La respuesta es clara: Porque son marcadamente ciertas.
Un Nuevo Universo es en número, la sexta película de Spiderman. Spiderman, ese personaje cuyo origen ya se ha narrado dos veces en la gran pantalla y que, cuya popularidad es tan alta entre los ajenos al mundillo de la viñeta que resulta realmente difícil hacer una película atractiva de él, y es que esta película debe huir de lo manido, de lo que se ha contado tantas veces, pero a la vez, debe ser lo suficientemente arácnida para que gusta entre el gran público.
En ese sentido, Sony ha sabido dar con la tecla correcta. Y es que, el acuerdo con Marvel Studios tiene muchas cosas buenas, pero la mejor de ellas no es que el MCU pueda utilizar a Peter Parker bajo los designios de Sony, si no que Sony pueda experimentar y hacer lo que quiera con el personaje siempre y cuando ello no afecte a Disney. Así pues, que se encargue Disney de otorgar tramas complejas en las que el trepamuros deba interactuar con el resto de su universo compartido, que Sony se encargará de utilizar conceptos nuevos y distintos que, si no tienen éxito tampoco harán tanta mella en el personaje como si ocurriría probablemente con una película del MCU.
La experimentación en este caso no era pequeña. En primer lugar, porque Sony nos traía una película de animación de Spiderman y directamente en cines, algo que hacía tiempo que no veíamos y que no deja de ser arriesgado, pues siempre (y sin acierto) se tiende a considerar la animación como el campo de juego de los más pequeños de la casa (lo que tampoco debería ser malo en sí mismo, aunque entraríamos en otro debate).
En segundo lugar, sin preparar al fan de ninguna manera previamente, Sony entra de lleno en el concepto del multiverso, algo que está unido al cómic superheroico desde su concepción, pero que no es tan normal ni tan usual para el espectador medio.
Pues bien, Sony aprueba con nota en esta experimentación, y lo hace porque se ha tomado tiempo y cariño en llevar a este Spiderman a las salas. De este modo, se gesta una película que al espectador que apenas sabe nada del personaje le otorga ese algo nuevo que debe tener la película de Spiderman de que se trate para que no resulte reiterativa y ese algo viejo que haga que siga siendo una película del trepamuros y no algo distinto. El algo de siempre y el algo nuevo es que Sony nos otorga no a uno, si no hasta a seis arácnidos (siete, si contamos al que conocemos brevemente en el principio), siete personajes que tienen en común algo muy preciado para cualquier arácnido y que se aleja de sus poderes: El Poder y la Responsabilidad, que son redifinidos volviendo a sus concepciones más clásicas en esta película que tan bien ha sabido entender al personaje.
Por si fuera poco, Sony se arriesga al hacer descansar todo el peso de la trama sobre Miles Morales, un personaje de tan sólo ocho años de vida que hará que a partir de ahora la mayoría de los ajenos al cómic (sobre todo los niños) consideren que Miles y no Peter es su Spiderman, lo que no deja de resultar tan curioso como positivo en un mundo como el actual.
Por supuesto, la película tiene varios guiños al fan de toda la vida, pero más allá de eso resulta divertida, entretenida, maravillosamente animada y entrañable como pocas, llegando al podio en el que sólo algunas películas de Pixar y de Estudios Ghibli se encuentran.
Por eso sé que no me equivoco cuando digo que ¡cojáis vuestros lanzarredes y os balanceéis con ellos en esta película tan increíble!
El género de los superhéroes en el cine se ha convertido en el buque insignia de los blockbusters USA. Varias han sido las fórmulas aplicadas a lo largo de los años aunque la que ha acabado imponiéndose es la del universo compartido impulsado por Marvel bajo el control del productor Kevin Feige. El estilo impuesto por el MCU ha demostrado que funciona cosechando éxitos de taquilla descomunales y encadenando nuevas propuestas que siempre son bien recibidas por el público de todo el mundo. Es tal su éxito que el resto de productoras de cine de superhéroes ha acabado adoptando las señas de identidad de las películas del MCU llegando a una situación en la que parece que todas las cintas con algún super de protagonista están cortadas por el mismo patrón. Por este motivo, una propuesta como Spider-man: Un nuevo universo es todo un soplo de aire fresco y la mejor demostración posible de que se puede hacer un cine de superhéroes diferente y personal.
Si nos ceñimos al formato escogido, la animación, Spider-man: Un nuevo universo es toda una revolución ya que se puede considerar la primera cinta de gran presupuesto dedicada a un superhéroe (no cuento The Lego Batman Movie por considerarla la fusión de dos franquicias). DC/Warner había producido algunas películas muy dignas pero siempre dirigidas a un formato doméstico por lo que la apuesta de Sony parecía una propuesta más en ese sentido. Las primeras imágenes que vieron la luz insinuaban una estética atrevida lo que hacía pensar aún más que iba a ser otra cinta interesante pero destinada al público fan de siempre. La sensación empezó a cambiar cuando los primeros trailers se hicieron públicos y se incluyó un impactante avance en los créditos de Venom (sin duda lo mejor de esa película).
La apuesta de Sony era grande. Habían contratado a Phil Lord para encargarse del guion y como principal responsable de la cinta. Su accidentada salida de la película de Han Solo había puesto a uno de los niños bonitos de Hollywood en la picota, pero volvía al género de la animación donde había cosechado sus mejores resultados y contaba con una gran libertad creativa por parte de un estudio en busca de nuevas vías con las que revitalizar sus franquicias superheroicas. El resultado no puede ser más satisfactorio para todas las partes implicadas y un auténtico regalo para el público que busque una gran historia de Spiderman.
La forma de introducir a Miles Morales como Spiderman me parece soberbia. ¿Cómo convencer a un público que solo ha conocido a Peter Parker como Spiderman de que otra persona puede llevar el disfraz y el nombre? Pues presentando todo un universo lleno de Spidermen en el que cualquiera puede ser el héroe si tiene lo que ha de tener. Es complejo, pero también es brillante y encima lo consiguen fácil, divertido y con alma. Y esto último es la gran baza de la película, su alma y la de los personajes que aparecen en ella que consiguen conectar con el espectador como pocas pelis de superhéroes han conseguido hasta la fecha.
Phil Lord ha demostrado que no sólo es un gran escritor de comedia y de personajes roba escenas (si en The Lego Movie teníamos a Batman, aquí tenemos a Spiderman Noir) sino que entiende a la perfección el material con el que trabaja, respetando las fuentes y aportando humanidad a los personajes. El conflicto personal por el que pasa Miles está bien trabajado, con matices, y con una evolución justificada y bien realizada. La relación que mantiene con los otros Spidermen, en especial el Peter Parker cuarentón, está bien construida y funciona a la perfección como el motor para el viaje que realiza el protagonista.
El otro gran logro de esta película lo tenemos en el apartado visual, donde sus responsables han conseguido una de las experiencias cinematográficas más estimulantes de la última década. Una animación prodigiosa fruto de combinar técnicas del 3D y 2D, rica en texturas, composiciones y una narrativa que aúna como nunca el lenguaje cinematográfico con el del cómic. Un espectáculo visual que lejos de apabullar y saturar ayuda a sumergirse en la historia y a aumentar la espectacularidad cuando la película lo necesita. Un trabajo muy cuidado al que hay que añadir una banda sonora igualmente cuidada tanto en su partitura original como en los temas escogidos para caracterizar determinados momentos de la trama.
El conjunto de guion y factura técnica demuestra el cariño y esfuerzo que se ha dedicado a la película en todos sus aspectos y que queda perfectamente reflejado en la pantalla donde tanto el espectador especializado (el fan del cómic) como el casual (quien sólo conoce al Spiderman cinematográfico) encontrarán todo lo necesario para disfrutar de una de las mejores cintas de supers que se ha hecho hasta la fecha.
Hay muchos aficionados que consideran Into the Spider-verse la mejor película de Spider-Man nunca realizada. No es exactamente ese mi caso. Para mí Into the Spider-verse es una gran película, pero disfrutar de ella es un placer aún mayor cuando captas sus referencias y guiños que se sustentan en toda la cultura popular por la que el arácnido ha trepado a lo largo de los años. Por ello, es difícil decir que la película dirigida por el triángulo de cineastas formado por Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman es la mejor hasta la fecha del trepamuros, porque esta no existiría -o sería muy diferente- sin las películas de Sam Raimi, sin los cómics de Dan Slott, sin ese Kingpin dibujado por Bill Sienkiewicz, la serie clásica del cabeza de red o las historias de Brian Michael Bendis en las que nos presentó a Miles Morales.
Lo que si podemos decir es que Into the Spider-verse es la mejor disección y analisis del personaje que hemos podido ver hasta ahora; la película consigue transmitirnos perfectamente quién es Peter Parker a través de los ojos de otro personaje -similar, pero totalmente distinto- como es el mencionado Miles Morales que debuta a lo grande de cara al gran público. Tenemos aquí también una actualización de lo más interesante de la génesis superheroica, una deconstrucción del superhéroe y de sus dinámicas e historias. Into the Spider-verse es metatexual a niveles que ni siquiera el Deadpool de Ryan Reynolds puede considerar porque al final la carne limita, pero la animación solo tiene un peaje y es la imaginación de sus creadores.
En ese sentido, Into the Spider-verse también sabe proponer algo distinto ofreciendo un producto que rompe con la tradición animada clásica y también con la herencia Pixar de los tiempos modernos. Su factura es plenamente deudora del cómic y consigue incluso transmitirnos la sensación del lector con su utilización de la narrativa a nivel visual y su manera de rendir tributo a los clichés del género superheroico. Está claro que la historia está centrada en Spider-Man, pero la película podría haber funcionado con muchos otros personajes y, como es el caso, seguiría siendo una película que ante todo nos habla del medio de las viñetas. Todas las piezas encajan a la perfección y la cinta se mantiene fiel a sus personajes de una manera que nos permite implicarnos fácilmente con ellos.
Lo mejor es cuando la historia se libera por completo, llevándonos a un paroxismo visual que por primera vez se siente superior a cualquier cosa que hayamos podido leer en los cómics. Eso sí es muy poco habitual cuando hablamos de adaptaciones de cómic (sobre todo de superhéroes). En definitiva, puede que este claro ese apelativo de “la mejor película de Spider-Man de la historia”, pero eso quizás sea así porque simplemente estamos hablando de una de las mejores películas de superhéroes de todos los tiempos. Ese tipo de película que sí marca un antes y un después en el género porque aporta algo que nunca habíamos visto con anterioridad. Y ese listado todavía es más pequeño, sobre todo si él remarcamos algunas producciones cuyo único mérito es haber sido pioneras pero cuya calidad no tiene por qué ir a la par con su relevancia histórica. En cambio, en Into the Spider-verse todos los elementos se conjugan para que pocos defectos se le puedan achacar a esta producción.
A nadie se le escapa que lo mejor de una cinta tan mediocre como Venom era su segunda escena post créditos. En aquella secuencia escapábamos de la dimensión en la que el Eddie Brock de Tom Hardy y el simbionte alienígena protagonizaban una inesperada, e improbable, comedia gamberra de adolescentes para visitar una New York animada en la que nos encontrábamos con Miles Morales y Peter Parker. Dicho pasaje no dejaba de ser una promo para dar publicidad al próximo proyecto protagonizado por nuestro amistoso vecino Spider-Man. En esta ocasión, y como ya hemos adelantado, se trataba de una película de animación que, en una arriesgada propuesta, no iba a estar protagonizada por el más famoso alter ego del Hombre Araña, sino por su sustituto en la línea Ultimate de Marvel Cómics, el también referenciado Miles Morales. De manera que nos enfrentamos con la adaptación en pantalla grande más atípica del Hombre Araña y no de fácil accesibilidad para el espectador neófito desconocedor de los cómics.
Spider-Man: Un Nuevo Universo, o Spider-Man Into the Spider-verse en su título original, tiene la peculiaridad de ser una cinta impulsada por Sony Pictures Animation en colaboración con Marvel Animation, pero dejando recaer la responsabilidad de su gestación en Chris Miller y Phil Lord, guionistas y directores de culto de obras tan divertidas como La LEGO Película, o los dípticos Lluvia de Albóndigas y 21/22 Jump Street. Sí, esta cinta animada es el proyecto en el que Miller y Lord se embarcaron cuando Disney y Lucasfilm les dieron la patada de Han Solo: Una Historia de Star Wars y viendo la recaudación o aceptación general conseguida por una y otra obra queda claro quienes fueron los beneficiados por aquel despido. Con ambos como productores, Lord co escribiendo el guión junto Rodney Rothman y este último encargándose de la dirección junto a Bob Persichetti y Peter Ramsey el film llegaba a pantallas de todo el mundo el mes de diciembre del pasado año 2018.
Las principales fuentes de inspiración de Spider-Man: Un Nuevo Universo son la colección Ultimate Spider-Man, de Brian Michael Bendis y Sara Pichelli, y el evento Spider-verse, a manos de Dan Slott, Olivier Coipel y Giuseppe Camuncoli. Amalgamando ambos trabajos Phil Lord y Rodney Rothman crean un relato centrado en Miles Morales viéndose, después de un hecho trágico, envuelto en una trama en la que deberá compartir lucha contra el crimen con otras cinco versiones de Spider-Man venidas de distintas dimensiones para desbaratar los planes de Kingpin. Esta es la trama del largometraje y desde la publicación de sus primeras promos sorprendió que Sony Pictures Animation tuviera el valor de poner en escena tantos personajes de las viñetas que nunca habían conocido contrapartidas audiovisuales protagonistas dentro de un largometraje para las multisalas, dirigido este a un público masivo. El resultado final ha superado todas las expectativas depositadas en una película brillante en todos sus aspectos.
Cuando el 2018 llegaba a su fin y parecía que no íbamos a encontrarnos con ninguna otra película de superhéroes destacable Spider-Man: Into the Spider-verse irrumpió en la cartelera internacional para demostrarnos cuán equivocados estábamos. Festival visual de virtuosismo técnico, amalgama argumental capaz de ensamblar de manera coherente las distintas variantes dimensionales de Spider-Man en las viñetas, homenaje a un icono que no entiende de razas, género o clase social y tributo merecido a los dos padres de la criatura. Stan Lee y Steve Ditko, fallecidos el pasado año. La cinta de Bob Persichetti, Peter Ramsey, Rodney Rothman es todo eso y mucho más. Desde su mismo arranque no sólo elude ser abordada como una obra independiente, sino que introduce en su continuidad todas las aventuras cinematográficas en imagen real del personaje antes de su salto a Marvel Studios. De esta manera parece que nos encontramos con “un episodio más” en el seno de las traslaciones cinematográficas del trepamuros, pero realmente no esa sí.
Spiderman: Un Nuevo Universo es puro cómic. No sólo por su relato en el que se condensa prácticamente todo el imaginario relacionado con sus protagonistas, sino también por la puesta en escena con la que sus directores han decidido acometer el proyecto. Distinto tipo de animación para cada uno de los personajes o pasajes del largometraje o uso de viñetas y onomatopeyas mezcladas con el uso recurrentes de mensajes de texto de teléfono móvil para localizar un relato de resonancias clásicas en un contexto espaciotemporal contemporáneo, para que todo tipo de espectador pueda identificarse con las criaturas que lo pueblan y las situaciones en las que se ven implicados. Todos los apartados en la obra han sido elaborados con un cariño, una minuciosidad, un virtuosismo y una fidelidad a las distintas fuentes de inspiración secuencial que sólo nos queda quitarnos el sombrero ante una propuesta tan descomunalmente satisfactoria como esta, confirmado el acierto por parte de Sony a la hora de ofrecer este proyecto a Phil Lord, Chris Miller y compañía.
Miles Morales, Peter Parker, Gwen Stacy, Spider-Ham, Peni Parker y Spider-Man: Noir son los protagonistas principales del film, a los que habría que sumar los padres y el tío del primero. Aunque la mayor parte del peso recae sobre Morales y Parker, siendo ellos poseedores de una personalidad más definida, todos y cada uno de los secundarios arácnidos son propensos a crear un vínculo empático con el espectador que lo tiene muy fácil para enamorarse de ellos y las situaciones planteadas por sus acciones a lo largo del metraje. Dentro de los villanos, y sin desvelar la inesperada aparición de varios de ellos, cabe mencionar a un Kingpin amenazador e inquietante cuyo diseño parece arrancado de las páginas de cualquier aproximación a Wilson Fisk ejecutada por el mítico ilustrador Bill Sienkiewicz (Daredevil: Amor y Guerra, Elektra: Asesina) y cuya crueldad es fiel reflejo de la destilada por su contrapartida en las viñetas.
Repleta de referencias a universo de Marvel Cómics que harán las delicias de los fans de la editorial, ejecutada con una animación de factura intachable, con un guión contenedor de hallazgos narrativos cada diez segundos, unos personajes carismáticos o cercanos y sólo pecando de excesiva en su clímax final por la aparatosidad de sus secuencias de acción Spider-Man: Un Nuevo Universo no sólo es la mejor película superheróica en el año en el que hemos disfrutado, en mayor o menor medida, de piezas como Vengadores: Infinity War, Deadpool 2, Aquaman, Black Panther o Venom. También es la más destacada, y fiel, adaptación cinematográfica de Spider-Man, no ya como personaje o héroe, sino como icono de la cultura pop. Sólo queda dar gracias a Sony Pictures Animation y Marvel Animation, a Chris Miller, Phil Lord y al resto de responsables de la cinta. Pero sobre todo a Stan y Steve, aquellos autores capaces de crear un personaje con el que cualquier adolescente, independientemente de la generación a la que pertenezca, puede identificarse gracias a la humanidad indivisible a su personalidad.
Agosto de 1962. Spider-Man debuta en el número #15 de Amazing Fantasy como un adolescente que -tras ser picado por una araña y sufrir la perdida de su tío por un error propio- se convierte en superhéroe. Creación propia de Stan Lee y Steve Ditko en la que ambos -y posteriormente John Romita sr.- volcarían sus inquietudes propias, en su momento quizás no aparentaría ser excesivamente diferente de otros enmascarados en lucha contra villanos enmascarados, pero terminaría suponiendo una revolución para el género por la introducción de elementos propios de la cotidianidad humana de las historias de coming-of-age (transición a la madurez o jóvenes adultos que se les suelen llamar también en según que casos).
Miles de años antes, el culto a dioses asociados a las arañas como el africano Kwaku Anansi, la sumeria Uttu o el mochica Aiapæc se extendía por todo el mundo, junto a la presencia de este singular orden de artrópodos arácnidos cuyas construcciones llevan acompañando a nuestros antepasados desde que comenzaron a ser conscientes de su entorno. De ahí hasta la introducción de la primera Spider Woman Jessica Drew en los comics Marvel en la década de los setenta, la traslación de tar baby al anti-yo que de simbionte pasaría a Veneno, Matanza y compañía, la primera plaga arácnida de versiones distópicas como Spider-Man 2099 y la Saga Clon de los noventa, la reimaginación del personaje a manos de Brian Michael Bendis, las sagas totémicas con las que J.M. Straczynski reimaginó los conceptos de La Última Cacería de Kraven de J.M. DeMatteis, Miles Morales, la primera saga Universo Spider-Man con la introducción de Seda, Spider-Gwen, Penny Parker…
Para los que crecimos con la versión más minimalista del Hombre Araña, donde simplemente era un muchacho que se ganaba la vida sacando fotos mientras saltaba del instituto a la universidad quizás cueste desprenderse de esa idea, pero la mitología de Spider-Man ha crecido tanto, que a día de hoy dista mucho de limitarse a esa imagen, de la misma forma que ni Batman es el mismo que en los años treinta o el Capitán América ha seguido mutando conforme lo hacía la historia de los Estados Unidos. Ejerciendo como productores y guionistas, Phil Lord y Chris Miller han sido los primeros en abrazar toda esta telaraña con infinitas ramificaciones de cara a la audiencia generalista, y lo hacen con este prodigio de la animación en el que la devoción por la historia de Spider-Man se palpa en cada fotograma de sus casi dos horas de metraje.
Desde Stan Lee con uno de los mejores cameos que el fallecido padre de Marvel haya tenido nunca a Steve Ditko con las diferentes versiones de su criatura y esos psicotrópicos créditos finales, pasando por el legado de Brian Michael Bendis como padre de Miles Morales y la versión Ultimate del personaje -e incluso Jack Kirby a través de esos virulentos puntos de tinta negra que lo invaden todo- es tanto y tanto lo que abarca la cinta animada nominada al Oscar, que difícilmente se ha visto nunca un mayor canto de amor a ningún personaje de comics. Aplastantemente humana cuando tiene que serlo, creativa cuando se permite jugar imaginativamente con la mitología del personaje a través de sicarios e invitados y capaz de congregar la herencia de todos los citados como de Dan Slott, Jason Latour, Robbi Rodriguez, David Hine, Gerard Way y un interminable lista de autores que han contribuido a la historia del hombre araña más, Un Nuevo Universo no es solo la mejor película de Spider-Man estrenada hasta la fecha, sino también una de las mejores películas de superhéroes y animación que se hayan hecho nunca, y solo debería ser considerada como tal. Una película que cumple tanto como adaptación impecable del arco de introducción con el que Miles Morales fuera presentado por primera vez en los comics como de todo el universo de Mujeres y Hombres Araña que se ha ido alimentando a lo largo de los años, como un Peter Parker que finalmente ha terminado por abrazar en la gran pantalla su madurez, tanto como la persona detrás de la máscara, como por personaje de ficción.
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