Javier Vázquez Delgado recomienda: Aquaman – Subdiego Vol. II

 

Edición original: Aquaman núms. 21-39 USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: John Ostrander, John Arcudi, Marc Guggenheim, Rick Veitch, Will Pfeiffer .
Dibujo: Andy Clarke, Chris Batista, Freddie Williams II, Leonard Kirk, Patrick Gleason, Rob Haynes.
Entintado:Christian Alamy, Mick Gray, Dave Meikis, Jay Leistein, Andy Clarke, Wade Von Grawbadger.
Color: Nathan Eyring.
Formato: Cartoné, 448 págs. A color.
Precio: 38,50 €.

 

Con el improbable estreno todavía reciente de Aquaman, disfrutando del éxito de taquilla, toca hablar de otra improbabilidad, pero esta vez editorial, que es la publicación del segundo volumen recopilatorio, totalmente inédito en España, de la saga SubDiego. Y es que Aquaman ha venido para demostrar que lo suyo es romper las probabilidades de las cosas y lo que hace unos años podía sonar a chiste, hoy es una realidad que además viene acompañada de más improbabilidades de las que hablaremos en otra ocasión.

En la anterior reseña del primer tomo, quedaba patente la irregularidad de la propuesta inicial de Veitch y el acierto total y absoluto de Pfeifer a la hora de encarar la nueva serie dedicada al Rey de Atlantis. Con la llegada del segundo volumen lo que empezó Pfeifer se ve reforzado por el trabajo de Ostrander, Arcudi y Guggenheim, que aprovechan lo establecido para desarrollar todo este rico entramado logrando un segundo acto mucho más equilibrado e interesante.

El tomo arranca con los últimos coletazos del trabajo de Pfeifer a cargo de la serie que se marcha con el firme conocimiento del trabajo bien hecho. El escritor de HERO aprovecha sus dos últimos números, antes de ceder el testigo a Ostrander, para aportar nuevos ingredientes a esa ciudad submarina que sigue llena de vida y en la que comienzan a parecer los problemas normales de toda sociedad civilizada. La brillante idea de tener una urbe llena de humanos bajo el agua y apartar a Aquaman de su entorno natural, Atlantis, funciona de forma eficaz al disponer de los elementos terrestres dentro del océano, acercando las tramas a una dinámica mucho más convencional, tratándose del género superheroico, pero alejándose de lo que se había estado haciendo con Aquaman hasta entonces, logrando cambiar el statu quo del protagonista, al tiempo que toda la saga es un retorno al Aquaman más clásico.

Sin embargo, la partida de Pfeifer no significa la pérdida de interés por la serie, al contrario, su relevo, Ostrander, continúa nadando tras su estela y prosigue adentrándose en lo planteado por su predecesor. Puede que el escritor de Espectro opte por un trabajo más convencional, a fin de cuentas su trabajo sirve de puente al desembarco de Arcudi en la serie, pero plantea una interesante trama con militares demasiado ansiosos de proteger sus intereses.

Y llegamos a uno de los principales maestros de ceremonias de este segundo tomo recopilatorio, John Arcudi, un escritor todoterreno, forjado en Malibu Comics, y cuyo trabajo se ha podido disfrutar tanto en Dark Horse, Image, DC Comics y Marvel. Arcudi aterriza en la serie con una propuesta arriesgada, introduciendo el tráfico de drogas en SubDiego para poder poner en marcha el que va a ser su primer gran arco argumental. Un arco que busca impactar y golpear al lector de forma directa, desorientándolo de tal forma que hace necesario leer sin parar si se quiere poder comprender que es lo que está ocurriendo. Y no hablamos de narración confusa o densa, hablamos de la propia trama en sí, que descoloca e invita a querer saber más con el objetivo de desentrañar la verdad que hay detrás del planteamiento de Arcudi. Un brillante ejemplo del uso de recursos tan representativos de la mitología del personaje como es la magia, en manos del escritor de Gen13, se muestra inequívocamente eficaz y construye una trama cargada de simbolismo donde el pasado de Aquaman es fundamental para la historia.

Y tras este intenso debut le llega el turno a Marc Guggenheim, novelista, escritor de comics, guionista y productor de televisión (es un nombre conocido por todos los aficionados a las series de CW), que asume la responsabilidad de cubrir unos meses a Arcudi. El escritor de X-Men Gold no encara este trabajo como algo meramente alimenticio, sino que, al igual que hiciera anteriormente Ostrander, trabaja con lo que hay ya establecido en la serie y construye un escenario sobre el que contar una historia en la que mezcla a la perfección el género superheroico con el policiaco, llevando a Aquaman a tener que investigar una serie de asesinatos que se están produciendo en SubDiego.

De nuevo se usan tramas más adscritas a la superficie a un entorno submarino y se desarrollan con certeza y habilidad, creando ese nuevo escenario tan atractivo para el personaje y su nuevo elenco de secundarios.

Y para finalizar el tomo, Arcudi, vuelve a tomar el mando de la serie y pone la vista en Atlantis y Mera, generando un potente, aunque algo irregular en su tratamiento, triángulo amoroso, que pone de manifiesto la posición de Mera dentro de la vida de Arthur. Arcudi, manifiesta de forma muy visual la tensa relación que existente entre Aquaman y Tempest, enfrentando los valores tradicionales de Atlantis, el honor, el deber y la responsabilidad de Tempest con el genuino desprecio de todo ello por parte de Aquaman. Un enfrentamiento que recuerda tiempos pretéritos en la mítica saga la Muerte de un Príncipe.

Sin embargo, el escritor ha de enfrentarse a un reto mayor cuando por injerencia editorial es necesario que la colección se vea inmersa de lleno en los acontecimientos de Crisis Infinita. Un reto del que sale con pericia, usando la excusa, para seguir desarrollando al personaje, de Lorena Márquez, pieza clave de todo este arco de SubDiego y figura indiscutible de una relación paterno-filial con Aquaman.

Y llega el final. Ese punto de inflexión, el número 39, en el que todo acaba de forma suave para al mes siguiente llegar Busiek con un enfoque diametralmente opuesto relacionado con la iniciativa Un Año después, ambientada justo después del hueco que cubriría la serie 52. Un hueco que fue todo un cambio radical y del que probablemente algún día merezca la pena hablar.

Con esta recopilación se cierra otra vieja herida abierta hace tiempo, cuando Planeta editó la parte central de la saga de SubDiego, dejando el resto inédita en nuestro país. Una herida que gracias a estos dos recopilatorios acerca al lector a una de las mejores etapas del personaje, demostrando todo su potencial cuando a bordo hay autores con ideas y ganas de plasmarlas. Tal vez alguien ajeno al personaje se sienta muy tentado, gracias a la película, a leer algo de Aquaman y mire con buenos ojos lo publicado en los Nuevos 52 o en Renacimiento, pero no debe dejar pasar estos dos tomos si quiere recuperar a ese Aquaman post PAD de principios de siglo.



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