Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNCine – Crítica de Creed II: La leyenda de Rocky, de Steven Caple Jr.

 

Dirección:Steven Caple Jr.
Guión: Sylvester Stallone, Juel Taylor
Música: Ludwig Göransson
Fotografía: Kramer Morgenthau
Reparto: Michael B. Jordan, Sylvester Stallone, Tessa Thompson, Dolph Lundgren, Florian Munteanu, Phylicia Rashad, Wood Harris, Kristina Aponte, Andre Ward, Russell Hornsby, Gina Destra, Brigitte Nielsen
Duración: 130 min
Productora: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) / Warner Bros. / New Line Cinema
Nacionalidad: Estados Unidos

 
Aviso de Spoilers: Esta reseña contiene algunos spoilers sobre la trama de Creed II: La leyenda de Rocky. Se ha intentado que aparezcan los menos posibles para que el lector disfrute plenamente de la experiencia cinematográfica.

Cuando se estrenó el filme Rocky Balboa hace 12 años en nuestro país, creí que esta película iba a ser la despedida final del personaje creado por Sylvester Stallone en los 70, pero, aunque en cierto modo así fue, años más tarde regresaría cediendo el protagonismo en el spin-off Creed: La leyenda de Rocky, que, en realidad, no era ni más ni menos que el remake de la primera entrega de la saga dirigida en 1976 por John G. Avildsen. Pues bien, ahora nos llega la segunda parte de Creed que funciona de la misma manera que lo hacía Rocky II con Rocky, es decir, Creed II: La leyenda de Rocky, a pesar del cambio de director, sigue la estela de la anterior película, ofreciéndonos una obra muy continuista de lo ya mostrado por Ryan Coogler hace 3 años.

De esta forma, Creed II tiene los mismos aciertos que Creed, pero arrastra los mismos problemas y errores de su antecesora. Personalmente, pongo un peldaño por encima a la película de Coogler porque partía de un efecto sorpresa que aquí no está presente, ya que en Creed II se repiten los mismos elementos que pudimos ver en el filme del director de Black Panther. Rocky ya no era el protagonista, y ni siquiera su lucha estaba en el cuadrilátero. Gracias a esto, tuvimos una nueva dimensión en una saga que contaba por aquella época de 7 entregas. Lamentablemente, el director de Creed II, Steven Caple Jr., y sus guionistas, entre los que se encuentra el propio Stallone, no han sido capaces de ampliar las fronteras de esta franquicia, limitándose a un ejercicio conservador, pero muy efectivo.

Tanto Creed como Creed II tienen como máximo referente a la cinta Rocky Balboa a la hora de afrontar con la máxima dignidad y respeto la mitología alrededor de Rocky y los demás personajes que pueblan el microcosmos creado por Sly. Es de admirar cómo la continuidad está tan bien trabajada en toda la saga (con algún que otro elemento cuestionable como el de la desaparición de “la pequeña Marie” y su hijo después de Rocky Balboa, por poner un ejemplo), y la cantidad de elementos y guiños que podemos encontrar en los dos filmes sobre Creed, que demuestran que han sido hechos con la mayor profesionalidad y el mayor cariño posible. Rocky Balboa marcaba el camino de cómo se tenía que mirar hacia el pasado; de cómo había que tratar con respeto a Rocky y su mundo. Además de esto, vino a rescatar a un personaje que había caído en el ostracismo por culpa de la nefasta Rocky V; una película indigna tanto para los espectadores como para Stallone y el propio Rocky.

La película tiene una dirección decente, un guion adecuado (sin sorpresas), y un acabado visual competente. Por el contrario, si Creed era un remake de Rocky, Creed II lo es de Rocky IV con elementos de Rocky III. Y es aquí donde radica el mayor problema de las películas de Creed, y también del personaje de Adonis Creed. Ambos filmes no tienen entidad propia y son muy dependientes de las anteriores entregas de Rocky, hasta tal punto de copiar su estructura y sus características principales. Era obvio que a estas alturas de la película no iban a experimentar. De hecho, ni pretendían esto, ni se esperaba. Al fin y al cabo, Creed II solo pretende actualizar audiovisualmente a nuestros tiempos la fórmula ganadora de Rocky para llegar a nuevas audiencias, y de paso, darle aquello que va buscando el espectador más veterano. Con respecto a Adonis, tanto el personaje como el actor que lo interpreta, Michael B. Jordan, tienen una serie de problemas. Por un lado, Adonis Creed, por mucho que se empeñen en las películas, siempre estará a la sombra de Apollo Creed, y por supuesto de Rocky. Por otro lado, no digo que Jordan sea mal actor, pero no puede competir ni con el carisma de Carl Weathers, ni con el nivel de iconicidad de Apollo al que me refería justo hace un momento; pero éste no es el único problema de Jordan, ya que cada vez que comparte escena con Stallone, el hijo de Apollo queda totalmente eclipsado. Stallone roba todas las escenas de la película, tanto en Creed como en Creed II. En mi opinión, fue una injusticia que Stallone no ganara el Oscar al mejor actor de reparto hace 3 años, dando una clase magistral de interpretación al mostrarnos a un Balboa debilitado que luchaba por su propia vida. Sly es como un buen vino, ya que ha mejorado mucho a nivel actoral con el paso de los años. Stallone, pese a sus limitaciones, es un grandísimo cineasta, que ha sabido evolucionar y mejorar en todas sus facetas, sobre todo a nivel interpretativo. El estatus actual de Stallone es de llenar por completo la pantalla con su sola presencia, energía, sabiduría, y carisma. Esto último lo sufre en sus propias carnes Jordan que hace lo que puede, y repito, no digo que lo haga mal, pero Stallone es mucho Stallone, y más haciendo de Rocky.

A destacar positivamente el reparto y el tratamiento de personajes. No solo se ha recuperado la figura de Ivan Drago, y por extensión al actor Dolph Lundgren, sino que también aparecen otras caras conocidas que espero que ustedes descubran viendo la película. Se profundiza muy bien en Ivan Drago, y no se nos muestra como el malo de la función sin más. De hecho, se le humaniza tanto que, en realidad, no se puede decir que sea el villano, sino más bien una víctima del sistema. Para el recuerdo una escena (la mejor de la película) al más puro estilo western que supone el reencuentro de dos viejos titanes, estando ésta filmada y escrita de forma soberbia.

Al final, Creed II no es más que una historia sobre la relación de padres e hijos, en la que pase lo que pase, los lazos familiares no deben romperse. Esto se nos muestra con sumo talento en un final con montaje en paralelo, en el que destaca, sobre todo, en cómo acaba Rocky, en lo que son sus últimos fotogramas en pantalla grande.

Otro gran acierto de esta película es que pese a estar influenciada directamente por Rocky IV en argumento, personajes y estructura, afortunadamente se han corregido los errores y excesos ochenteros de Stallone. El filme que en 1985 enfrentó a Rocky contra Drago no era más que un panfleto anticomunista y maniqueísta que había caído en las garras de la era Reagan con estética de videoclip de la MTV, salpicado por una extraña relación entre Paulie (Burt Young) y el Robot SICO. Por suerte, nada de esto está ahora presente, siendo el nivel de patriotismo, al menos, moderado y tolerable.

Me gustaría centrarme en uno de los aspectos más negativos de Creed II que también estaba presente en Creed. No sé ustedes, pero yo echo mucho de menos a Bill Conti. Algo tan importante en la saga de Rocky, como el score (música incidental) y el soundtrack (canciones), aquí es de una impersonalidad, y de una falta de criterio musical alarmante. No hay nada mejor y más motivacional que escuchar a Bill Conti por las mañanas. Una música que ha perdurado década tras década, y que junto a Gonna Fly Now (también de Conti), Eye of the Tiger o No Easy Way Out, han hecho mella en los espectadores captando perfectamente la idea y el ambiente de la película. En cambio, el trabajo de Ludwig Göransson (compositor de las dos entregas de Creed) es un quiero y no puedo de consumo rápido y de olvido todavía más rápido. Sin ir más lejos, los mejores momentos musicales del filme pasan por introducir, de forma muy breve y puntual, temas de Conti. ¿Pasará a la historia alguna canción de Creed II? Creo que no, pero quién sabe, igual me equivoco.

Pese a su bajada de ritmo a mitad de película; de su poca originalidad y de su cuestionable banda sonora, estamos ante una entretenida cinta que no es la mejor de la saga de Rocky (ni lo pretende), pero tampoco la peor. De verdad, vayan ustedes al cine a verla porque estamos ante el último round del semental italiano. Solo por eso merece el precio de la entrada. Por muchos que errores que haya cometido Stallone a lo largo de su carrera, y por muchos palos que la crítica le haya dado, jamás podrán noquear a Rocky, un icono inmortal de la historia del cine.

Dedico especialmente estas palabras a todas aquellas personas que a lo largo de las décadas han disfrutado, reído y llorado con Rocky Balboa. Sí, Rocky se despide, en un final muy emotivo, pero recuerden que siempre estará en nuestros corazones, y que, en los momentos más duros, sus palabras nos darán la fuerza y energía necesarias para afrontarlos.

Antes de despedirme, quiero dejarles a ustedes con un momento que resume a la perfección toda la saga creada por Stallone hace ya más de 40 años.



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