Javier Vázquez Delgado recomienda: Greg Rucka y Nueva Gotham
Edición original: Detective Comics núms. 755-765 USA, Superman núm. 168 USA
Edición nacional/ España: GRANDES AUTORES DE BATMAN: GREG RUCKA – BATMAN: NUEVA GOTHAM VOL. 02
Guión: Greg Rucka, Jeph Loeb.
Dibujo: Coy Turnbull, Ed McGuiness, Rick Burchett, Shawn Martinbrough.
Color: Wildstorm FX.
Formato: Cartoné, 296 páginas.
Precio: 29,50€
Edición original: Detective Comics núms. 742-753 USA
Edición nacional/ España: GRANDES AUTORES DE BATMAN: GREG RUCKA – BATMAN: NUEVA GOTHAM VOL. 01
Guión: Greg Rucka
Dibujo: Brad Rader, John Watkiss, Phil Hester, Shawn Martinbrough, Steve Mannion, William Rosado.
Color: Wildstorm FX.
Formato: Cartoné, 240 páginas.
Precio: 31,50€
Si algo ha definido al personaje de Batman en sus 80 años de historia es que es un héroe de la calle. Lo hemos visto en historias de todo tipo, codeándose con dioses, nuevos dioses, en aventuras de terror, ciencia ficción con la JLA y todos los géneros que se nos ocurran. Pero donde brilla la oscuridad que le caracteriza es en la calle. Es un millonario en su vida como Bruce Wayne, un playboy, alguien que vive en su mansión, con su vida de excesos por encima del resto de los mortales. Oficialmente, claro. Como todos los millonarios, en este caso, multimillonario, aquellos para quienes parece que los problemas de la vida cotidiana de los mortales no están hechos para su exquisito paladar. Pero tras la máscara de Wayne se esconde el Hombre Murciélago. Y éste sí es alguien que conoce las calles, patrulla las calles, vive para luchar en las calles y vive por su ciudad. Su mundo. Su universo. Gotham. Y ese es un detalle que Greg Rucka, uno de los grandes autores del siglo XXI, sabe llevar hasta su máximo exponente. Y por eso ha sido el autor elegido para continuar con esta serie de artículos para celebrar el 80 aniversario del personaje.
En el arco argumental que abarca Nueva Gotham encontramos una saga que a mi parecer es la cima de la etapa de Greg Rucka al frente de Detective Comics, entre los números #742-753 y # 755-765, publicados entre marzo de 2000 y febrero de 2002. Hay que recordar que este guionista ha firmado 50 números de la serie, el último de ellos en 2010, el #864. Pero esta historia, recopilada en dos tomos, es el momento concreto en que quiero centrarme. Es una etapa muy detectivesca, haciendo honor a la esencia y la tradición de Batman. Y también haciendo honor al estilo de su autor, a su destreza narrativa. Es un escritor que sabe aprovechar el espacio para contar la historia creando ambiente, elaborando una atmósfera y atrapando al lector. No se limita a dar información y crear momentos de acción para lucimiento del personaje, sino que desarrolla una o varias tramas de manera orgánica con muchos personajes. Encontramos aquí no solo capítulos en los que Batman es protagonista, lógicamente, sino que Gordon tiene también mucho peso y otros secundarios tienen su momento de foco de atención.
Nueva Gotham vino tras los acontecimientos de En tierra de nadie, que arrancaba con una situación atípica en la ciudad de Batman. Gotham estaba en gran parte destruida y su población dispersada, con miles de habitantes en el exilio. Y con esa premisa tan social, de problemática callejera comenzaba Rucka a contarnos su historia. Y es que la ciudad de Gotham era la protagonista, al menos de la primera parte de esta etapa. Sus habitantes estaban regresando y los conflictos entre quienes han estado fuera y los que han seguido dentro, a pie del cañón, se sucedían irremediablemente. Las bandas callejeras se propagaban, conflictos sociales, tramas de corrupción sobre recalificaciones de terrenos de la ciudad, enfrentamientos político-callejeros, Batman y el departamento de policía trabajan a destajo por la paz de una de las urbes más complicadas del mundo de los cómics.
Por si fuera poco, Ra’s Al Ghul llega a una ciudad en plena reconstrucción para distribuir un elixir que promete la vida eterna entre las principales bandas. Cinco principales organizaciones criminales pelean por hacerse con el control de la ciudad cuando el Demonio empieza su plan para provocar una guerra aún mayor. Acompañado por dos agentes, Whisper A’Daire y Kyle Abbot, tratan de vender en el mercado negro un suero que no solo puede hacer que una persona sea inmortal, sino que también puede darles la capacidad de cambiar de forma. Una historia que, como todas las protagonizadas por Ra’s al Ghul, ofrece una enorme dosis de intriga.
A lo largo de Nueva Gotham Greg Rucka planteaba una novedosa situación más que realista. Un millonario como Bruce Wayne no puede vivir sin un guardaespaldas. Lex Luthor los tiene. ¿Cómo no lo iba a tener Bruce? En un planteamiento que sorprendía por su sencillez y porque (creo) nunca se había hecho antes. Hemos vivido con un Bruce Wayne con mayordomo, pero no con guardaespaldas. Y aquí es donde apareció el personaje de Sasha Burdeaux. Creado en el Detective Comics #751 para proteger la integridad física de Bruce, a petición de la junta directiva de Wayne Enterprises, llegó para revolucionar la vida de Batman. Su empeño y profesionalidad en no dejar a Bruce ni a sol ni a sombra le llevaron a descubrir quién era realmente. Y resultó que ella también podía ser una heroína como él. Diferente, con otras motivaciones, pues es su trabajo a tiempo completo y le mueve la misma ambición: proteger. Es un personaje que brilla con luz propia en esta saga, obligando a Batman a plantearse la situación de qué hacer con alguien que sin poder evitarlo se ha convertido en una persona inseparable, alguien que está obligada a vivir con la lupa puesta encima de él.
Sasha no solo acaba por convertirse en un miembro de la batfamilia y una nueva compañera, es que acaba ocupando un hueco en la vida de Bruce que tradicionalmente han ocupado los Robin, puesto que se pone a patrullar y se alinea con el objetivo de Batman: proteger Gotham, mientras protege a Bruce Wayne. Un movimiento magistral por parte de Greg Rucka, que desgraciadamente no ha perdurado más allá de su estancia en Detective Comics, pues la última aparición de Sasha en la cabecera fue en el #775, siendo ésta la decimoctava y definitiva vez hasta la fecha. La premisa de la protectora de Bruce a ojos de su empresa podría haber sido una idea que se asentara en la continuidad del Hombre Murciélago, una nueva pieza en su estructura, pero no fue así. Sin embargo Rucka no abandonó a su personaje y le encontró acomodo en la serie Checkmate años después y recientemente fue rescatado, escuetamente, en su etapa con Wonder Woman al principio de Renacimiento. Por cierto, ¿a alguien le suena esta idea de un guardaespaldas que trabaja para un justiciero y al final se convierte en su compañero de andanzas? Porque parece que sirvió de inspiración para cierta serie televisiva…
Hiedra Venenosa protagonizaba dos emotivos capítulos de esta etapa. Este personaje, uno de los pocos villanos de Batman con superpoderes, había convertido el parque de Gotham en su paraíso particular, un lugar en donde había levantado un asentamiento con niños huérfanos refugiados de la catástrofe que había sufrido la ciudad. En este mini arco vemos al alcalde de Gotham ordenar a Gordon, que tiene sitiado el parque, que le haga desalojar el lugar a la fuerza si es necesario, aunque tenga que rociarlo con herbicida. Aún a riesgo de dañar a los niños. A sabiendas del riesgo que corrían, Poison Ivy se negaba a abandonar el lugar, porque estaba protegiendo a las plantas que habitaban la zona y a los niños que convivían con ella en un entorno que antaño solo estaba ocupado por atracadores y yonkis. Batman y Gordon reflexionaban sobre si merecía la pena morir por ese lugar y dejar que los niños, que se negaban a abandonarla al verla como a una madre, una líder. Para ella, sí merecía la pena luchar hasta el final por su causa. ¿Quién era realmente el villano en esta situación? Con poco espacio para desarrollar una trama que podría haber dado para dos números más, teníamos una interesante situación en la que el Hombre Murciélago solo puede hacer de mediador.
También en esta etapa se produjo uno de los enfrentamientos ideológicos más intensos entre Batman y Superman. Un choque de titanes que definía el conflicto entre hacer lo que es justo frente a cumplir con la ley. En una época en la que Lex Luthor había salido elegido presidente, Batman se proponía asaltar el despacho oval para usurpar el anillo de kryptonita de quien nunca dejó de ser un villano. Y el ser vivo sobre la faz de la Tierra al que más le podía beneficiar esa acción era el que estaba empeñado en evitarlo porque suponía quebrantar la ley, allanar una propiedad privada, robar al presidente de los Estados Unidos, profanar un mandamiento, cayendo en la delincuencia. Los héroes no son ladrones. Las leyes están para cumplirlas, pero ¿y si romperlas es lo más beneficioso para la población? Ahí entraba la reflexión sobre si las normas escritas por los villanos deben ser tan respetadas como las escritas por los honrados.
Superman ha estado tradicionalmente (que no siempre, pues recordemos que nació como el azote de las clases altas corruptas) del lado de la ley y el orden, por encima de todo. Nadie está por encima de la ley. Lex Luthor era el presidente. No era correcto entrar a robarle, aunque fuese algo que podía evitar su muerte. Se lo impedía su moral. Sin embargo Batman siempre ha escrito su propia ley, para bien la mayoría de las veces, discutible en alguna ocasión. El fin justifica los medios para él y nunca se equivoca al definir su fin como lo mejor para aquellos a quienes protege. Y Greg Rucka firmó así una más que intensa batalla de pensamientos.
Para otra de las historias centrales dio juego con un personaje que hace poco reivindicamos en ZN, concretamente en la entrevista que realizamos a Steve Englehart: Mad Hatter. El Sombrero Loco. Un villano clásico que históricamente no ha sido tan explotado como otros, pero que su locura, su trastorno y su capacidad de control mental ofrecen muchas posibilidades para escribir capítulos de gran altura. En Nueva Gotham aparece en una trama en la que está obligando a los policías de la ciudad a cometer delitos en contra de su voluntad. Solo aparece en tres capítulos de la colección, pero sus actos influyen bastante en la trama y deja el agradable sabor del enemigo a reivindicar, pues puede seguir aportando grandes momentos de enfrentamientos contra Batman.
También tenemos acontecimientos interesantes como el momento en que Harvey Bullock tiene que dejar el cargo de teniente de la policía de Gotham y es sustituido por Maggie Sawyer. Encontramos un capítulo ajeno a la trama principal pero que tiene una importante carga sentimental, en el que Batman tiene que rescatar a una familia que ha caído con su coche al agua y ha quedado atrapada. También a Renee Montoya visitando a Harvey Dent tras recibir unas flores de su parte por su cumpleaños. Y en un número bastante surrealista leemos un cómic dibujado y guionizado por el mismo Dent como parte de su terapia. Un momento hilarante, anecdótico, pero no por ello falto de calidad.
En cuanto al dibujo, en esta etapa están acreditados los siguientes dibujantes: Brad Rader, John Watkiss, Phil Hester, Steve Mannion, William Rosado, Coy Turnbull, Ed McGuiness, Rick Burchett. Todos aportan su arte con mayor o menor acierto, aunque se consigue mantener una cohesión visual, pero el que más aparece en la colección, siendo el dibujante principal y el que más destaca sobre todos es Shawn Martinbrough. No es uno de los primeros espadas del mercado, la serie en la que más ha trabajado es en Thief of Thieves, el título de Image Comics en el que estuvo codo a codo con Andy Diggle y Robert Kirkman. En DC también dibujó en Shadow Cabinet, Static, títulos del sello Milestone, también los Challengers of the Unknown de finales de los 90′ y, como curiosidad, The Creeper, una interesante serie de 1997 cancelada tras once números que tuvo la pretensión de poner a este enigmático personaje en la primera línea del Universo DC, pero que no tuvo la respuesta suficiente de los lectores como para tener una vida muy larga.
El estilo de Martinbrough es perfecto para la ambientación noir de las historias de Greg Rucka. Tiene un trazo efectivo, muy personal, cercano al cartoon pero tremendamente oscuro. Es un estilo más cercano al de los autores de editoriales independientes que al de los de superhéores mainstream. No es un autor para todos los públicos, pero sí que tiene un arte que apreciarán todos los que se acerquen con interés a leer la obra. El color le acompaña de una manera fundamental. Los coloreados de Wildstorm FX le dieron una identidad visual única, nocturna, muy blues, que suma intensidad y seriedad al conjunto de la historia. Usa una paleta casi monocromática, en blancos y azules, ocres, verdes y morados. Aunque funciona y me gusta, me pregunto si no hubiera sido más idóneo dejarlo en blanco y negro para ganar aún más fuerza y oscuridad.
Nueva Gotham fue recopilada en dos tomos que editó en España ECC en la línea Grandes Autores. Es una etapa de Detective Comics que exploraba distintas vertientes del gran universo que es el mundo de Batman. Y, sobre todo, de Gotham. El aire pulp tradicional se respira agradablemente en cada página. Tenemos a un justiciero rodeado de excelentes personajes que no solo acompañan, sino que completan sus acciones. Unos villanos perfectamente elegidos. Unas tramas cuidadosamente tratadas, ya sean de más de un capítulo o números autoconclusivos que suman en calidad. Es una etapa en la que se estaba gestando un nuevo status en la vida de Batman, que ofrece una lectura interesante. Para lectores afines y veteranos, para fans globales del personaje transmedia, para conocidos y para recién llegados, porque aunque no suponga realmente un punto de entrada para nuevos entusiastas, sí que define y muestra claramente cómo es este personaje.
Ver Fuente
Comentarios
Publicar un comentario