Javier Vázquez Delgado recomienda: Mundo Independiente: Novedades USA #18
Otra semana, más estrenos que me han dejado buen sabor de boca. Da gusto seguir la actualidad indie americana.
Assassin Nation #1, de Kyle Starks y Erica Henderson
Edición original: Image Comics
Guión: Kyle Starks.
Dibujo y Color: Erica Henderson.
Formato: Grapa, 28 páginas.
Precio: $3.99.
The Unbeatable Squirrel Girl es una de esas series que no me gustan pese al buen hacer de sus autores. Sencillamente, no conecto con ella como lector. Y me eso entristecía un poco porque Erica Henderson es una grandísima dibujante, de los mejores autores en el panorama americano. Afortunadamente, Henderson dejó Marvel para dedicarse a series de autor. Menudo debut en el mercado.
No sé qué decir sobre el dibujo de Henderson en el primer número de Assassin Nation excepto que es appabullante, excelente, espectacular… Se merece esos adjetivos y muchos más. Assassin Nation es una delicia visual que dejá a la altura del betún a la mayoría de cómics de acción en el mercado en cualquier aspecto posible. Leed esta serie aunque solo sea para convenceros de que Henderson está destinada a hacer historia.
Eso sí, también hay que reconocer que Kyle Starks ha sabido darle un buen guion para dibujar a su compañera. Assassin Nation es una comedia de acción sobre el ex mejor asesino del mundo contratando la protección de los veinte mejores asesinos en la actualidad. Una premisa muy interesante que el guion usa sabiamente para crear desternillantes gags, alocados personajes, descabelladas escenas de acción con las que dejar que el dibujo de Henderson nos maraville e impredecibles giros de guion que impiden que la historia se vuelva aburrida.
Junto a Gunning For Hits y Criminal, esta es el estreno de Image que más me ha gustado en lo que llevamos de año. Ojalá la editorial continúe publicando series como esta, que atrapan desde la primera página.
Transformers #1, de Brian Ruckley, Angel Hernandez y Cachet Whitman
Edición original: IDW Publishing.
Guión: Brian Ruckley.
Dibujo: Angel Hernandez y Cachet Whitman.
Color: Joana Lafuente.
Formato: Grapa, 27 páginas.
Precio: $3.99.
Mis primeros cómics de Transformers fueron los de Dreamwave, la editorial de Pat Lee famosa por estafar a muchos de sus autores en nómina. Todavía era un niño fácil de impresionar y la primera serie que publicaron, con batallas gigantescas, conspiraciones gubernamentales y destrucción masiva, me impactó profundamente. Poco después empecé a coleccionar la serie de cómics basada en la generación de Armada. Fue mi primera toma de contacto con Simon Furman, el guionista más conocido de la franquicia. Desgraciadamente, la secuela Energon nunca vio la luz. Dreamwave había cerrado sus puertas (y, si la memoria no me falla, Pat Lee consiguió huir con el dinero y un coche de lujo).
IDW se hizo luego con la licencia y creó su propio universo Transformers con Furman a los guiones. Leí los primeros volumenes pero termine dejando la serie porque necesitaba ahorrar para los tomos del Daredevil de Frank Miller que Panini España estaba publicando por aquel entonces. Para cuando volví a interesarme en Transformers, resulta que habían semi-rebooteado el universo Transformers y la continuidad se había vuelto impenetrable, así que preferí no ponerme al día, una gran hipocresía considerando mi amor incondicional por Marvel Comics.
El mes pasado concluyó esa era de Transformers. El universo de IDW terminaba su andadura. Y esta semana, la editorial ya ha sacado a la venta el primer número de un reboot de ese universo. Con más películas al caer, no puede ni quiere permitirse que pase un mes sin un cómic nuevo de Transformers. Y para reiniciar el universo de Transformers, se ha hecho con los servicios de Brian Ruckley, guionista de la versión americana de Rogue Trooper. Una versión que, siendo francos, solo leí hasta su final porque Rogue Trooper es mi personaje favorito de 2000AD.
Pero me ha gustado el debut de la nueva Transformers. Más de lo que esperaba. Volvemos a la vieja y conocida premisa de Autobots contra Decepticons. De Dinobots y cualquiera que sea la nueva línea de juguetes que Hasbro quiere vender a niños y adultos. Sin embargo, Ruckley cuenta con el beneplácito de IDW para explorar los orígenes del conflicto entre robots gigantes en la nueva continuidad. En este número, los Decepticons todavía no existen y Optimus Prime aún no ha adoptado ese nombre. A través de Bumblebee y su protegido, el guionista nos presenta la sociedad de Cybertron y el detonante de la inevitable guerra entre robots: un asesinato. Así es, un misterioso asesinato, unido a tensiones políticas, serán las razones para justificar el conflicto entre Autobots y Decepticons. Eso se sabe desde el anuncio de la serie, pero pese a ello leí con interés todo el cómic y la revelación del cadaver (aunque no estoy seguro de si esa es la palabra adecuada para un robot-coche gigante) me pareció muy eficaz.
Angel Hernandez y Cachet Whitman se encargan del apartado artístico. Ambos realizan un trabajo competente, pero echo en falta mayor imaginación diseñando transformers y el planeta Cybertron. Si hay algo que era evidente de la anterior continuidad, incluso para un lector no asiduo como yo, eso era el esfuerzo que ponían sus dibujantes recreando diseños elegantes y unos mundos bastante interesantes. En cambio, aquí tenemos a unos transformers que son incluso estéticamente feuchos a veces. Pero culpo más a los editores que a los dibujantes sospecho que los diseños de este volumen fueron imposiciones de los editores. Todo tiene mucho parecido a los transformers de los años 80, la receta ideal para cazar a fans nostálgicos.
Este reboot de Transformers tiene una periodicidiad bimensual, es decir, pronto podremos saber si el reboot de Ruckley y sus colaboradores merece la pena, o será solo una nota en el pie de página en la historia de los robots que se transforman en vehículos. Aunque preferiría mejores diseños, tengo motivos para creer que podría salir algo realmente interesante de este reinicio. Tras tantos años volverá a leer cómics de Transformers mes a mes.
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