Javier Vázquez Delgado recomienda: Marvel Saga. El Inmortal Puño de Hierro 4. El Mortal Puño de Hierro
Edición original:The Immortal Iron Fist 17-20, Orson Randall And The Death Queen Of California y The Origin Of Danny Rand USA.
Edición nacional/ España:Panini Cómics.
Guión:Duane Swierczynski, Matt Fraction, Roy Thomas y Len Wein.
Dibujo:Travel Foreman, Russ Heath, Giuseppe Camuncoli, Kano, Gil Kane y Larry Hama.
Entintado:Dick Giordano.
Color:Matt Milla de Avalon y Paul Mounts.
Formato:Tomo en tapa dura, 184 páginas.
Precio:19 €.
En los tres tomos Marvel Saga anteriores que preceden al que analizamos mediante esta reseña, hemos sido testigos de cómo Matt Fraction y David Aja, junto con Ed Brubaker, nos demostraron que no existe mal personaje o personaje que no es interesante, si no escritores que no se esfuerzan lo suficiente en él. De este modo lelgó la colección El Inmortal Puño de Hierro, que devolvía a Daniel Rand a la primera plana del cómic de superhéroes de la primera década del Siglo XXI con historias que si bien partían de un exhaustivo conocimiento de su mundo, se preocupaban por ahondar más en la psique del personaje y en los misterios que rodeaban a la mística ciudad de K’un L’un y a los anteriores portadores del manto del Puño de Hierro.
Aquellos números (pensados al principio como una mini serie cuya calidad desembocó en serie regular) nos demostraron que sí, que Puño de Hierro podía ser tan interesante como Daredevil, Spiderman, Los Vengadores y otros tantos populares personajes de la Casa de las Ideas. Pero todo lo bueno toca a su fin, y Fraction, Brubaker y Aja partieron en busca de pastos más independientes o simplemente distintos, dejando a una colección cuya calidad era muy alta desprovista de equipo creativo.
Sin embargo, Brubaker sería quien señalaría a su sucesor, al traer a Marvel a Duane Swierczynski, escritor de novela negra amigo suyo al que introdujo en Marvel donde desarrolló algunas series limitadas aquí y allá sobre personajes marvelitas (como por ejemplo Caballero Luna), con el suficiente talento como para que la editorial le concediera la continuación de esta magnífica serie.
A su lado, se encontraría Travel Foreman, un artista que había dibujado algunas partes de los números precedentes, sirviendo de comparsa a Aja y que por tanto resultaba del todo adecuado para dar el salto a dibujante principal de la serie.
Además, manteniéndose la coherencia con lo anterior, existiría otro dibujante que se encargaría de dar vida a los flashbacks, el cual no era otro que Russ Heath, lo que como ya era habitual, daría al lector una perspectiva más centrada y original de todo lo que ocurría.
Pues bien, Fraction se había despedido del personaje con la revelación de que todos los portadores del Puño de Hierro morían a la edad de Jesucristo, a los treinta y tres años, testigo que era recogido por Swierczynski, que a partir de aquí tejía una historia que nos hacía viajar al pasado de otros Puños de Hierro en el que desde hacía siglos se desarrollaba una persecución hacia los protectores de la ciudad mística de K’un L’un, por parte de un misterioso ser que necesitaba consumir y asesinar al Puño de Hierro como paso previo para poder entrar en la ciudad que éste protegía y a su vez, absorber el poder del Dragón Shou-Lau.
Sin embargo, si bien era cierto que prácticamente todos los Puños de Hierro habían muerto a esa edad, enfrentándose a este misterioso, místico y temible nuevo enemigo que Swierczynski introducía por retrocontinuidad, no era menos cierto que otros portadores del pesado manto del Puño de Hierro como Orson Randall, habían sobrepasado con creces aquella edad, lo que daba alas y esperanza a Danny Rand en esta historia, en la que tratará por todos los medios de oponerse a su destino.
Si bien esta historia no está al nivel de la etapa anterior, en ella Swierczynski realiza una muy buena recogida del testigo dejado por quienes fueran sus predecesores, logrando no la misma calidad, pero si mantener un interés muy similar en el lector, lo que como mínimo nos otorga un entretenido tebeo de superhéroes y un buen cómic de Puño de Hierro.
Pero no se vayan, que hay más. Este tomo Marvel Saga incluye otro One Shot dedicado a Orson Randall (titulado Orson Randall y la Reina Muerta de California) escrito igualmente por Swierczynski, pero dibujado en esta ocasión por Giuseppe Camuncoli, en el que el guionista da rienda suelta a su herencia noir, con una historia ambientada en la ciudad de Los Ángeles en la década de los cincuenta, en la que Randall buscará ayudar a un viejo amigo rescatando a la hija de éste de unos ambiciosos productores de cine sin escrúpulos que están haciendo desaparecer a las jóvenes aspirantes a actrices, aprovechándose de la ilusión de éstas.
En este One Shot, películas tan distintas y antagónicas entre sí como L.A. Confidential y El Cuervo se dan la mano para ofrecernos una historia de género negro con misticismo y artes marciales que a juicio de este redactor, se encuentra entre lo más curioso que ha leído en Marvel.
Finalmente, tradicionales escritores y dibujantes de Marvel de todas las épocas como Roy Thomas, Gil Kane, Len Wein, Larry Hama, y por supuesto, Matt Fraction y Kano, vuelven al personaje de Danny Rand en una historia divida en tres partes que revisitará los orígenes del personaje con un argumento de agradable y nostálgico sabor setentero en la que los cuadros de texto ocupan el grueso del argumento, con ominosas oraciones y un gran número de exclamaciones que nos llevan a épocas pasadas en las que el cómic de superhéroes se hacía y entendía de otra manera.
Sin duda, otro tomo Marvel Saga cuya compra merece muchísimo la pena, restando tan solo uno para decir adiós a esta magnífica colección que resucitó al personaje de Danny Rand y que le devolvió la fama y prestigio que merecía.
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