Javier Vázquez Delgado recomienda: Batman: Manbat

 

Edición original: Batman: Manbat USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Jamie Delano.
Dibujo: John Bolton.
Entintado: John Bolton.
Color: John Bolton.
Formato: Rústica, 160 páginas.
Precio: 14,95 €

 

Un título capicúa el que tenemos en la reseña de hoy. Batman: Manbat es uno de los Otros Mundos o Elseworlds que se recuerdan con más cariño por parte de los aficionados al hombre-murciélago, o a ambos, especialmente por la particular visión que se nos presenta de los dos personajes, y que es hasta cierto punto sorprendente. No obstante, nada que no haya hecho ya Jamie Delano, autor inglés irreverente donde los haya, conocido especialmente por ser el primer escritor de la legendaria colección de Vertigo, Hellblazer, y que siempre sabe imprimir su particular toque personal a sus historias y regalarnos obras como la que hoy analizamos, o mejor dicho, recuperamos. Porque sí, está obra tiene ya unos añitos. Publicada en 1995 en DC Comics en tres números dobles, y recopilada hace ya más de tres años en rústica por ECC Ediciones en España, Batman: Manbat forma ya parte de la bitácora de reseñas de esta ZN, y ya sabéis lo que dicen, más vale tarde que nunca. Y no es que Manbat sea uno de mis villanos favoritos, pero sin embargo, he de confesar que he disfrutado con esta historia, por lo que he considerado que, debido también a su carácter ya de clásico en muchos sentidos, merecía un sitio y espero que también un sano debate por parte de vosotros en los comentarios.

La historia comienza con dos activistas intentando infiltrarse en unas instalaciones para grabar unos vídeos y mostrar los terribles experimentos que se hacen con animales. Sin embargo, todo sale mal y Marilyn, una de las protagonistas de esta historia, tendrá que huir a la desesperada. En esta huida acabará en una terrorífica cueva con unos extraños y no menos horribles habitantes: la familia Manbat. Tal cual, madre, padre e hijos recluidos en una cueva lejos de la sociedad humana, y viviendo con relativa tranquilidad su vida de medio hombres, medio murciélagos. Por otro lado, Batman es contactado por unos señores muy particulares y muy bien vestidos para encontrar a Marilyn, que al parecer ha robado un objeto muy importante que puede poner en riesgo la salud humana. Y hablando de la humanidad, este es uno de los grandes temas de la obra, sobre la cual Kirk Langstrom reflexiona constantemente con Batman, cuando éste llega al fin de su investigación e inevitablemente las tramas se cruzan. Contar más sería destripar demasiado el argumento, que brilla más en realidad por sus diálogos, que por cierto son bastante abundantes y extensos, que por su trama en sí.

Puesto que sí, esta historia está repleta de profundas y abstractas reflexiones sobre la humanidad desde una pesimista perspectiva del profundo daño que hacemos ya no solo a los animales, como en un principio pudiera parecer por el argumento, sino al planeta en general. A través del personaje de Langstrom, que es mucho más complejo en esta ocasión que un simple villano de tebeo para pasar el rato, y entiéndaseme la expresión, o incluso de lo que ha sido en otras ocasiones, nos llegamos a plantear como lectores, y sobre todo a través del personaje de Marilyn, hasta qué punto este inteligente monstruo mitad murciélago y mitad hombre puede tener razón, abordando así temas que están aún hoy de plena actualidad como lo es el ecoterrorismo. Es también interesante, aunque muy polémica, la visión que ofrece Delano de Batman, casi como de un simple lacayo de la justicia se tratase, un ser de profundas y estrictas convicciones con una moral absolutamente inflexible con respecto a la justicia y a las leyes, y que además no duda en saltarse una de sus reglas más sagradas. Difícil no obstante es empatizar con este Batman tan diferente, y con una protagonista con un muy poco definido carácter, de la cual Delano explora su pasado a través de puro diálogo, y con la que nunca llegas a sentir ni un mínimo de empatía, quizás por esa frialdad que impregna la obra, pero que sin embargo, no se priva de frases emotivas y expresiones abstractas.


En el apartado artístico tenemos a John Bolton como artista completo al dibujo, entintado y color. Bolton es un veterano ilustrador inglés al que hemos visto trabajar especialmente en obras de fantasía como The Black Dragon o Marada The She-Wolf, así como en diferentes obras de Batman, X-Men o Sandman, en concreto en Las Furias, de la cual hablamos hace poco, por no hablar de la excelente Arlequín Enamorado con quien trabajó con Neil Gaiman. Bolton tiene un estilo hiperrealista que matiza de forma diferente en según qué obra esté trabajando. En este caso se nota especialmente en el color, con unos oscuros muy fuertes y presentes durante toda la obra, y una pintura al óleo que podemos decir que es la característica más definitoria de su trabajo en este cómic, que además, a pesar de cierta irregularidad en según qué escenas, es lo mejor de la obra. Especialmente destacables son sus diseños de la familia Manbat, que son verdaderamente terroríficos. Me convence menos a nivel estético Batman, quizás influenciado también por la particular visión que nos ofrece Delano sobre el murciélago enmascarado.



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