Javier Vázquez Delgado recomienda: Entrevista a Rayco Pulido
Durante el pasado Salón de Getxo tuvimos el enorme placer de entrevistar a Rayco Pulido, en la que realizamos un breve repaso por su carrera, una de las más interesantes del panorama nacional. Como ha pasado algo de tiempo desde que se realizó, Rayco ha tenido la amabilidad de repasar algunas de sus respuestas.
ZN: Tu trayectoria se ha ido construyendo paso a paso. Comienzas en concursos y luego pasas a dos trabajos largos, pero con guiones ajenos Final feliz con Hernán Migoya y Sordo con David Muñoz. ¿Sentías en estos primeros trabajos que no estabas listo para hacer tus propios guiones?
Las primeras historias cortas que hice son guiones míos, evidentemente no tenía ni idea de cómo desarrollar una historia de más de 5 o 10 páginas. Sin revistas, los concursos eran una buena motivación para escribir algo, saqué más dinero con un concurso autonómico que publicando los libros que citas en la pregunta, pero aprendí mucho haciéndolos. No tenía historias que contar y tampoco sabría cómo hacerlo en caso de tenerlas, así que busqué la asociación. De ambos guionistas aprendí mucho y no descarto seguir colaborando con personas inteligentes, creo que aún estoy lejos de ser del autor que me gustaría.
ZN: ¿Cómo surgen estas dos colaboraciones?
El libro con Hernán no lo considero mío, si me pongo matemático diría que mi aportación es de un 5%. Básicamente porque Hernán me pasó un guión dibujado y yo me limité a embellecer su boceto, pero no escogí ni un plano, fui la mano diestra del guionista. Además me pasaba el guión a trozos, quedábamos para tomar una cerveza y me daba seis páginas, así durante meses, de manera que nunca supe hacia dónde iba, nunca acabé de entender el concepto, yo sólo dibujaba al dictado. Estaba muy contento porque al fin iba a publicar un libro, así que no me hacía demasiadas preguntas, quería ver mi trabajo en la librería. Por supuesto, nunca aceptaría volver a trabajar en esas condiciones, como co-autor, el guionista debe entender y respetar la parcela de la otra parte, aunque sé que hay autores encantados de recibir guiones de ese tipo porque sólo disfrutan con el dibujo, no contando la historia. Hernán es un autor inteligente, estoy seguro de que en un futuro volveremos a colaborar de manera distinta para sacarnos esa espina.
El proceso con David fue distinto, su documento era un guión técnico completo y detallado, ya paginado, con la distribución de las viñetas y con una explicación para cada una y su diálogo correspondiente. Previamente, David y yo habíamos hablado sobre la historia, quitar y añadir cosas, David es muy generoso en ese sentido y si hay algo bueno será el primero en identificarlo e incluirlo. Hoy tampoco trabajaría así, creo que la visualización (la narración gráfica) debería ser cosa del que lo va a dibujar. Hoy al guionista le pediría un argumento, una escaleta provisional para ver la estructura, una descripción de las escenas y diálogo orientativo para discutir la historia y entre los dos sacar un primer boceto.
ZN: ¿La distribución de las viñetas es tuya en esta ocasión?
En su mayoría es de David, yo hice cambios cuando creía encontrar soluciones más efectivas, pero siempre en consenso. Cada cambio implica tomar decisiones para volver a encajarlo en la paginación propuesta. David es un hombre de cine, escribe visualizando y en su cabeza estaba todo claro, en ese sentido el guion de Sordo es muy cinematográfico y mi trabajo en aquel momento también lo era. Desde hace tiempo intento encontrar vías de escape, utilizar soluciones gráficas y narrativas propias del cómic, esa investigación me interesa especialmente.
ZN: Para Sin título, tú debut como autor completo, decides hacer un cómic casi experimental. Leyéndolo uno tiene la impresión de estar ante el trabajo de un autor consagrado más que ante un debutante. ¿Por qué asumes ese riesgo?
Hoy en día ningún editor publicaría algo como Sin Título. 2008-2011, Camarasa (Editor de Edicions De Ponent) era un kamikaze y daba oportunidad a autores noveles y conceptos radicales. Luego era un desastre administrando la editorial y tras su fallecimiento, la gente se quedó un poco con eso, lo cual es muy injusto. Pero De Ponent tiene algunas joyas nacionales en su catálogo (no hablo de mi libro, no estoy tan majara) que no hubieran tenido cabida en ningún otro lugar, ahora todo ese material está saldado o descatalogado, un final triste.
Vuelvo a tu pregunta: el origen de Sin título era bastante formal, trataba de escribir una historia “académica” llamada Pie de trinchera pero nunca quedaba satisfecho con el resultado, estaba en el punto en el que cada cambio la hacía empeorar y ya empezaba a aburrirme. Por otro lado, llevaba años leyendo ensayos sobre cómo escribir y el origen de las historia. Tras tropecientos manuales de guión, aspiraba generar mi propio material, así que se me ocurrió hacer un tebeo metalingüístico (mitad tebeo, mitad fotonovela) en el que el autor de Pie de Trinchera discutía con otro personaje sobre los motivos por los que la historia no funcionaba. En realidad es un ensayo que expone lo que había aprendido sobre cómo escribir una historia sacrificando mi primer guión original.
En resumen, Sin título es fruto de mi inseguridad, sólo expone las dudas que tenía, plantea preguntas más que certezas. Sé que hoy hay quien lo utiliza en sus talleres de cómic y eso me alaga.
ZN: ¿Tenías el guion cerrado completamente o avanzaba de manera más orgánica?
No, no, trabajo con todo cerrado, yo no sé improvisar y eso es una de las cosas que más me motiva ahora, aprender a improvisar e investigar otras maneras de trabajar.
En fase de proyecto explicar Sin título se me hacía tan complicado que ni me planteé moverlo hasta que estuvo terminado. Vendí un libro, no un proyecto, así que trabajé 3 años a ciegas, sin saber si algún editor estaría interesado pero ahí estaba Camarasa. Debe ser el libro con peores ventas de De Ponent , que ya es decir (risas).
ZN: Tiene una parte de ensayo.
Sí, aunque las dos historias son auto-conclusivas, yo lo considero más un ensayo. Tenía fruta tocada y decidí hacer un batido, para mí fue liberador encontrar esta fórmula porque las ganas de publicar mi propio material ya generaba cierta ansiedad, había apostado 3 años de mi vida.
De ahí que luego decidiera hacer una adaptación, probablemente tenía que haber hecho Nela antes, porque aprendí más analizando la Marianela de Galdós que con 30 manuales de escritura, pero en ese caso, Sin título no existiría y le tengo cariño a ese libro.
ZN: Para tu siguiente obra das un giro y decides adaptar a Galdós con Nela, ¿por qué eliges ese texto?
Llevaba tiempo buscando algo para adaptar, porque quería seguir trabajando solo y pero me sentía incapaz de escribir algo original, o al menos algo de lo que estar lo suficientemente seguro como para dedicarle los siguientes años de mi vida. Intuía que en mi formación faltaba un paso y era trabajar con un guionista que no me impusiera nada, coger el argumento y darle forma. Eso es lo que aporta la adaptación de material libre de derechos.
Di con Marianela por casualidad, trabajando en un colegio (aquí suele ser lectura obligatoria, Galdós es de mi isla), lo había “sufrido” con 14-15 años y ver a mis alumnos pasando por el mismo trance despertó mi curiosidad. Fue una especie de momento “Eureka”, no todos los libros son adaptables pero en Galdós encontré a un escritor visual, descripciones certeras, mucha acción y personajes que hablan como la gente de la calle, un punto fuerte de Galdós es el oído para el diálogo. Parece lógico que este libro tenga un montón de adaptaciones (teatro, cine, televisión, radio), además toca conceptos que preocupan al ser humano desde el principio de los tiempos, la belleza, el amor, las castas… también me interesaba el retrato de la época, el contraste ciudad-campo, el paso del sector primario al secundario, analfabetismo/superstición… era sencillo eliminar la voz del narrador, lo diseñé como una especie de “teatro caminado”. Desde el germen (que es anterior a Sin título) hasta que salió publicado pasaron 5 años, 3 sólo analizando el texto y tomando notas.
ZN: Al poco de que aparezca Lamia realizas una entrevista con Infame&Co en la que dices que si no es rentable abandonas el cómic. ¿Tan complicado lo veías?
Y lo sigo viendo, la rentabilidad en el cómic está en la periferia y si tienes suerte en la propiedad intelectual, pero incluso tras el Premio Nacional, las ventas no dan para mantenerse. Yo nunca me he cortado a la hora de dar mis cifras porque creo que es importante dar a la gente que se quiere meter en esto una visión clara: tras el hype del Premio, a tres años Lamia rinde más o menos como Nela, entre 300-400 euros anuales cada uno, a ese ritmo necesitaría 30 libros publicados para malvivir de ese goteo, que seguirá bajando. Salvo excepciones, eso es el tebeo nacional.
Cuando hice esa entrevista mi futuro llevaba tiempo en el aire y estaba psicológicamente agotado (venía de emigrar de UK y a Lamia lo salvó una Beca/Residencia en Angoulème). Además sentía que con Lamia había cerrado un ciclo: tebeo con guión ajeno, adaptación, tebeo experimental y tebeo académico, que era mi objetivo final: tener una idea original y las herramientas necesarias para contarla. En mi mente tenía otros ciclos por abrir, tocar otros géneros, adaptar material de medios distintos… pero lo prioritario estaba hecho, así que podía decir adiós. Luego fueron llegando las buenas noticias y los nubarrones se fueron disipando. Hoy tengo cierta estabilidad económica gracias a la docencia y un sobresueldo gracias a los encargos de entidades que antes del Premio no sabían que existía, eso me aporta la tranquilidad necesaria para sentarme a escribir sin pensar en las facturas…pero eso se paga con tiempo, apenas tengo tiempo para desarrollar trabajo personal. Afortunadamente, disfruto dando clases.
Aceptar que no puedes vivir de lo que más te gusta hacer suena terrible, pero como casi todo tiene dos caras y la buena es la libertad creativa. No estoy atado a un estilo, tampoco obligado a repetirme para darle al público lo que espera de mí, ni estudiar hacia dónde va el mercado, ni a sacar un libro al año… creo que la vida creativa tiene fecha de caducidad, por ahora intento hacer los tebeos que me gustaría leer y no encuentro en la librería. Lo haré durante el tiempo que pueda y considere que aporto algo distinto, creo que esa es la manera correcta de hacerlo.
ZN: Lamia es un éxito con todo en contra. Una historia que mira más al pasado que al presente, con claras influencias del cómic español de TBO, y a pesar de desarrollarse en Barcelona me parece muy localista y difícil de entender fuera de España, además en tiempos de formato novela gráfica sale con formato álbum europeo. Otra apuesta de riesgo.
Sí, no aprendo, sigo siendo un kamikaze (risas). Como ya comenté, nunca me ha interesado el lado comercial así que todos mis libros son una cafrada: fotonovela, adaptación decimonónica, cómic mudo…si el mercado dice que lo mejor es estirar las historias, yo las hago magras, si el formato debe ser NG yo saco un álbum y no es por llevar la contraria, sólo le doy a la historia la forma que creo que necesita. Lamia sería mi “tebeo académico” pero como David Muñoz me ha comentado en alguna ocasión, de académico nada, es una marcianada desde cualquier punto de vista.
ZN: Es cierto, a pesar de indicar que se desarrolla en Barcelona luego no es muy identificable. Es una ciudad anodina que pudiera no ser de España, pero sometida a un régimen dictatorial.
Yo imaginé una Barcelona castiza, con el punto rancio del Madrid franquista, eso desubica a la ciudad, que no siempre tuvo ese punto cosmopolita/europea post olimpiadas del 92.
ZN: ¿El premio nacional del cómic supone una presión añadida a la hora de afrontar tu próximo trabajo?
Tardo tanto tiempo en publicar que cuando salga el siguiente libro nadie se va a acordar de mí (risas). Ahora estoy tomando notas para el siguiente, pero tengo pendiente un encargo para este año, si la cosa sale bien en 2020 podría tener algo con lo que trabajar. Calculo tres años para tener material nuevo en la librería. Tampoco le hago demasiado caso al Premio, el azar es determinante esos procesos; tocó un jurado propicio, un año propicio y salió el Premio. Sé que es importante, pero no pierdo la perspectiva.
ZN: Una de las características más notables de tu obra es que exiges al lector. No dado toda la información mascada.
Es importante dejar algo de trabajo al lector pero es complicado, no sabes con certeza en qué punto te podrías estar pasando y lo haces incomprensible. Otra línea es cuando te diriges al lector no habitual o al especializado. El lenguaje del cómic es la condensación, la elipsis, intentar sacarle el máximo de rendimiento a lo mínimo. Yo intento exigir pero me hago entender, el lector entrenado encontrará recompensas y el no habitual no tendrá problemas en seguir la historia, creo que Lamia está en ese punto, y por eso el libro funciona.
El libro tiene un par de flecos abiertos, siempre me preguntan por ellos en los clubs de lectura, pero no afectan a la resolución de la historia, es un punto en el que el lector, en función de su relación con la protagonista (atención, spoiler)
Aviso de Spoiler
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ZN: Volviendo a Sordo, uno tiene una doble sensación, por un lado, es un guion muy cinematográfico tanto en estructura como en duración, pero es casi en su totalidad mudo, algo que dificultaría su pase a película. ¿Qué te parece la adaptación?
No he visto la peli, tengo entendido que cogieron el germen de la historia para hacer un western moderno, pero nuestro Sordo es de todo menos épico. Nosotros decidimos no meternos en la producción, vendimos los derechos y punto. Tenemos nuestro libro y ellos su película, son productos distintos.
Siendo fiel al cómic hubiera quedado casi una peli arte y ensayo sobre supervivencia y locura. La estrenarían en 3 salas y duraría 1 semana, pero con una buena dirección y sobre todo, un buen actor protagonista (la peli es él y la montaña) listo para hacer el descenso a la locura de Anselmo perdiendo 20 kilos, quedaría algo interesante.
ZN: Has ayudado a tu hermano en su trabajo para los USA, ¿qué opinión te merece ese mercado? ¿Hay alguna posibilidad de trabajar para ellos?
Con Javier trabajé como ayudante durante una época; buscando documentación, dibujando fondos, escaneando y haciendo la separación de color… nos vino bien durante una época a los dos, pero he vuelto a la docencia y ya no tengo tiempo físico para seguir colaborando. También a raíz del Premio salen más encargos de ilustración, historieta corta, cartelería… ya no tengo tiempo siquiera para hacer mis tebeos.
Por otro lado, igual alguna vez hago unas páginas de prueba, simplemente por hacer el ejercicio, como un reto, he leído un montón de SH desde que apenas sabía juntar letras, seguro que sería divertido. Pero es un trabajo muy esclavo, los plazos de entrega son cortos y sagrados, hay mucha presión. Si me levanto por la mañana pensando que tengo por delante diez horas entre tablero y ordenador durante muchos meses, acabaría cogiendo manía a una de mis pasiones.
ZN: Me parece muy destacado y de agradecer que seas uno de los impulsores del 1º Concurso del Cabildo de canaria de cómic. ¿Qué te lleva a participar? ¿Qué podemos esperar de los ganadores?
Fue una idea que surgió cuando nos reuníamos las mesas del “Pacto por la lectura y escritura de Gran Canaria” promovido por la Biblioteca Insular de G.C. Había dinero para sacar un par de proyectos y propuse este concurso, que en realidad iba ligado a unas becas residencia y la posibilidad de hacer talleres, pero llegaron los recortes y nos quedamos en lo básico. La idea es simple, hay un nicho de autores que se mueven en la historia corta, no saben, no pueden o no quieren hacer novela gráfica y ya no quedaban concursos con una dotación decente. Sería una oportunidad para hacer algo de dinero (ya que son muy pocas las revistas que pagan) y si conseguía implicar a alguna editorial publicarían a nivel nacional. Una vez concretamos hablé con mi editor y Astiberri se animaron a sacar una antología con los seleccionados (En corto). Todos los publicados cobraron sus derechos y a raíz del Premio están saliendo un montón de proyectos individuales, ha servido como cantera para Astiberri y la Biblioteca Insular, que ya era un referente en ilustración, se convierte también en una referencia para el cómic.
De inicio yo quería invertir todo el presupuesto en un único premio, así dabas ocho meses de tranquilidad al ganador, que sé de buena tinta lo que eso supone para la salud mental de un autor aquí, pero decidieron aumentar la dotación y repartirlo. Aun así, los premios están bastante bien, 3.000€ por una historia corta sólo los paga El País.
Por ahora, Astiberri ha anunciado libros de Elisa Riera y Laura Pérez, otros vendrán de los que no se puede hablar, pero realmente ha sido fructífero y para mí ha sido una satisfacción enorme. El Premio será bianual, así que hay tiempo de preparar algo, como miembro del primer jurado (leí absolutamente todo) diré que el nivel gráfico en España es alto, pero no ocurre lo mismo con los guiones, hay técnica y estilo pero faltan argumentos originales, desde mi punto de vista.
ZN: ¿Hay opciones de reedición de tu material antiguo que salió con Ponent y ahora está descatalogado como Sin título?
No sé, es que Sin Título es muy raro y no sé si quiero verlo reeditado. Quizás podría darle una vuelta … me consta que hay gente que lo está utilizando en talleres de cómic, como una especie de libro de texto. Igual hacerlo digital y darlo gratis, aunque me gustaría eliminarme de las fotos y salió con un par de faltas de ortografía porque De Ponent no tenía corrector, así que las cosas salían como las mandaba el autor y nosotros de tanto trabajar en los libros perdemos la perspectiva y se nos escapan cosas. Me cuesta leerlo a causa de esas faltas, pero es un libro que me sigue generando simpatía.
Fue un autentico placer hablar con Rayco Pulido, al que tengo que agradecerle la enorme amabilidad que mostró. Un grande del cómic nacional.
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