Javier Vázquez Delgado recomienda: Rapaces. Edicción Integral

 

Edición original:Rapaces – Intégrale FRA, Dargaud
Edición nacional/ España:Norma Editorial
Guión:Jean Dufaux
Dibujo:Enrico Marini
Color:Enrico Marini
Formato:Cartoné, 248 páginas
Precio:42€

 

Éramos poderosos, despiadados, invulnerables… Hasta que surgieron ellos… Los rapaces… He reconocido su signo.

Acercarse a una obra de Jean Dufaux tiene un parecido a jugar a la lotería ya que nunca sabes si vas a tener suerte y vas a poder disfrutar de joyas como Murena o La balada de las landas perdidas. Sus guiones habitualmente parten de una buena idea, pero muchas veces el resultado es decepcionante. En el caso de Rapaces la apuesta no era tan arriesgada, ya que al estar dibujado por Enrico Marini la excelencia grafica estaba garantizada, pero por suerte Dufaux construye un guion solido que tal vez no sea su mejor trabajo, pero sin duda es una buena lectura. Edita Norma que ya publicó la serie en los números 162, 172, 185 y 203 de su Colección Cimoc Extra Color entre 1999 y 2003. En 2007 apareció un volumen titulado Volveré que tenía bocetos, ilustraciones y algún texto explicativo de la obra pero innecesario para comprenderla.

Jean Dufaux es un guionista belga nacido en 1949. Desde que debutó en el mundo de cómic ha mediado de los ochenta se ha convertido en uno de los guionistas más exitosos y prolíficos del mercado francófono. Sus obras están marcadas por la irregularidad de sus guiones, haciéndole capaz de lo mejor y lo peor, pero siempre contando con dibujantes de primer nivel. Sus trabajos abarcan casi todos los géneros desde la aventura clásica en Fox o Djinn, el histórico en Murena, Giacomo C. o Cruzada, los piratas en Barracuda, la fantasía La balada de las landas perdidas. Primer ciclo , El bosque de las vírgenes o Sortilegios, el western en Lobo de Lluvia o la ciencia ficción en Beatifica Blues o Samba Bugatti. El terror como en Rapaces lo ha tocado con posterioridad, aunque dentro de un contexto histórico en Conquistador.

Enrico Marini es un dibujante italiano nacido en 1969. En 1987 comienza su carrera profesional publicando en el periódico suizo La Tribune. Su debut en álbum es con La colombe de la Place Rouge con guion de Marelle, la primera aventura de su personaje Oliver Varese. Aparecido en 1990, le seguirán tres álbumes más del personaje, aunque con distintas guionistas. Thierry Smolderen se encargará de los guiones del segundo y tercero, juntos crearán en 1993 Gipsy con la que darán el salto a las editoriales francófonas. En 1996 publica La estrella del desierto, galardonada con Prix des libraires de bande dessinée en 2017, junto a Stephen Desberg, volverán a colaborar en 2000 para crear El escorpión. Antes en 1998 comenzó Rapaces. En 2007 decidió que ya era hora de volar solo y creó la serie Las águilas de Roma, de la que es autor completo. 2017 supuso un hito histórico en su carrera ya que vio la luz Batman: Príncipe Oscuro su espectacular visión del cruzado oscuro de DC, por la que obtuvo el Premio Carlos Giménez en la categoría de Mejor dibujante internacional en 2018. Sus siguientes trabajos serán el último número de Las águilas de Roma y el álbum número doce de El escorpión.

Vicky Lenore y su compañero Spiaggi son dos policías de Nueva York, que están investigando unos extraños asesinatos rituales. Lo único que une a las victimas es la forma de morir y un mensaje que aparecen en todos los escenarios del crimen: Vuestro reino ha terminado. Sus investigaciones los llevarán a descubrir que todo lo que creen saber del mundo es erróneo, y que hay una sociedad secreta que domina los resortes del poder. Además, se encontrarán con una misteriosa pareja de hermanos con unas capacidades que exceden a las de los humanos.

Rapaces es una serie que mezcla el policiaco con el terror, con una trama muy bien urdida llena de giros sorprendentes y una acción en in crescendo que funciona muy bien. Los sucesivos misterios que introduce Dufaux en el guion consiguen que la historia te atrape y no te de respiro. Además, tiene un final abierto que cerraba la historia principal pero que a la vez dejaba abierta la puerta a una eventual continuación. Aunque parece bastante improbable que suceda y tal vez sea mejor ya que la historia funciona muy bien con en final abierto. Pero que deja la sensación de ser algo forzado y algo anticlimático.

Estamos antes una obra que parte de una de las características más habituales de los vampiros como es la sensualidad que subyace en sus historias y que estaba en boga en la época que apareció la serie gracias a las novelas de Anne Rice. Sin embargo, por desgracia en los últimos años algunas famosas novelas juveniles han jugado con la posibilidad de vampiros vírgenes y mojigatos, algo que les despoja de toda su fascinación. Esa sensualidad está presente en los protagonistas, aunque los autores la aprovechan para colarnos alguna escena de sexo gratuita, algo habitual es sus trabajos.

Vicky es la protagonista de la obra y vemos como se deja seducir por Drago y Camilla aflorando su verdadera naturaleza contra la que ella se ha revelado toda su vida. Es una mujer fuerte e independiente, pero con una cierta ingenuidad que intenta sobrevivir en un mundo dominado por los hombres. Este tipo de mujeres abundan en la obra de Marini y Dufaux por separado, a las que siempre abre los ojos otra mujer que ejerce de maestra iniciática. Camilla y Vicky parecen, en principio, dos personajes antagónicos, pero con el paso de las páginas y la evolución de Vicky veremos que comparten el ser dos mujeres empoderadas que no se detiene ante nada.

El resto de los personajes son algo más típicos, en particular la elite de la sociedad secreta que son personajes bastante planos. Algo más interesante es Hermano Exeter pero apenas aparece, lo cual es una pena ya que la trama de los niños perdidos daba para bastante más.

Una de las ideas que nos trasmite la obra es la necesidad de conservar la autenticidad para seguir siendo fieles a uno mismo y no acomodarse en una vida de aparente confort. Como cambiar nuestra naturaleza no aleja de nosotros mismos y nos transforma en personas aburridas incapaces de disfrutar de la vida. Pero también nos deja el mensaje que los revolucionarios tienden a extinguirse pues ya no son capaces de transitar por el nuevo mundo. Esto dota a la serie que una sensación de fatalidad e inevitabilidad que está presente en cada viñeta y que le da el tono que marca la serie y el destino final de los protagonistas.

En Rapaces vemos como el estilo de Marini sigue evolucionando, las influencias de Otomo, Moebius y Hermann entre otros, se van fusionando en un estilo propio que mezcla lo mejor del manga y la BD realista. Es por eso que entre el primer álbum y el último se puede observar una evolución, pero no es muy brusca de manera que la serie tiene una coherencia gráfica en todas sus páginas pese a la mencionada evolución. Sus diseños de Drago, Camilla y Aznar están fuertemente influenciados por el Drácula de Coppola, con una sexualidad a flor de piel. Las escenas de acción son brillantes, perfectamente coreografiadas con evidentes influencias del manga y de la película Matrix sobre todo a partir del segundo álbum. Marini sabe mezclar como pocos, la espectacularidad con la claridad narrativa. También hay que destacar el gran trabajo que hace a la hora de plasmar Nueva York, una ciudad del luces y sombras que se mueve entre el terror y el pecado, creando una atmosfera de serie negra y terror, algo que lo conecta con el Batman: Año uno de Miller y David Mazzucchelli que es otra influencia en la obra. Una de las partes más destacadas del trabajo de Marini a lo largo de su carrera ha sido el color. En este caso usa acuarelas que aplica directamente sobre los originales con un resultado que habla por sí mismo. Un trabajo soberbio pero que no llega al nivel de maestría de sus últimos trabajos, que le han situado como uno de los mejores dibujantes de BD de género.

Norma Editorial hace una edición preciosa con gran calidad de reproducción y papel. Además, de los cuatro álbumes que componen la historia completa incluye sus portadas y varias ilustraciones de los personajes principales. Sería inmejorable si hubieran incluido el libro de extras Volveré, aunque alguna de sus ilustraciones sí que aparece.

Rapaces es una serie de vampiros, con las justas gotas de acción, thriller y conspiraciones para que pasemos un buen rato pegados a sus páginas. Todo ello bien escrito por el Dufaux de los bueno momentos y bellamente ilustrado por un Marini que con esta serie dio el último salto para convertirse en una estrella dentro de la BD.



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