Javier Vázquez Delgado recomienda: Fueron viñetas y ahora son fotogramas: Psiconautas/Psiconautas, los niños olvidados

Para aquellos que se pregunten cómo se lleva a cabo este tipo de análisis les dejo el enlace de la primera entrega de esta sección donde ahí quedaba reflejado y detallado el método a seguir. Sin más dilación, les dejamos con la obra a tratar: Psiconautas/Psiconautas, los niños olvidados.

Psiconautas (Cómic)
 

Edición nacional/ España: Astiberri
Guion: Alberto Vázquez
Dibujo: Alberto Vázquez
Formato: Rústica
Precio: 12 euros

 

En 2006, Astiberri publicó el cómic Psiconautas del artista gallego Alberto Vázquez. Vázquez, se nos presenta aquí como autor total de la obra, ya que se encarga tanto del dibujo como del guion. Ante su aparente candidez, nos encontramos con una historia demoledora que da voz a aquellos personajes que no suelen poblar las narraciones más cotidianas. Así pues, el artista a través de animales antropomórficos se centra en las figuras de unos niños que son parias en un mundo sin porvenir. Y son parias porque son diferentes, y de ahí el repudio de la sociedad, y la incomprensión familiar. De esta forma, Vázquez, con bastante talento, nos muestra temas como el acoso escolar, las drogas, el anhelo por un futuro mejor y el deseo de escapar de una realidad asfixiante. El relato es duro, deprimente, y, sobre todo, adulto. Realmente, no es una historia para niños, pese a que estos protagonicen el cómic.

A pesar de lo implacable que se muestra el guion y el trazo del autor, hay aquí cabida para el amor y el humor. Es meritorio que sea capaz el artista de sacar una sonrisa al lector ante tal desolador panorama. Asimismo, habría que destacar la capacidad que demuestra Vázquez para el ritmo, ya que la obra se lee en un suspiro. Con una fuerte influencia de Tim Burton en la parte gráfica, el autor no se muestra esquemático y rígido a la hora de crear viñetas, apareciendo éstas con una enorme variedad compositiva.

Abundan en la obra digresiones, casi siempre cargadas de humor, y flashbacks que ni impiden ni ralentizan el curso natural de la narración. Sobre el guion es vital comentar que, pese a que se tratan temas profundos y se expone ciertas realidades, la obra carece de cualquier afán aleccionador o moraleja gratificante. De este modo, Vázquez se nos muestra honesto con la historia y el lector desde la primera página hasta la última.

Psiconautas es un gran cómic, aunque no lo recomendaría a todo el mundo. Para empezar, como ya dije antes, no estamos ante una obra de carácter infantil. Por otro lado, habrá cierta parte de los lectores especialmente sensibles que, tal vez, pueda provocarle rechazo esta obra. Si somos capaces de soportarlo, estaremos, sin duda, ante una lectura muy interesante. Sinceramente, este cómic merece ser leído, y que ustedes le dediquen el tiempo justo y necesario.

Psiconautas, los niños olvidados (Película)
 

Dirección: Alberto Vázquez, Pedro Rivero
Guion: Alberto Vázquez, Pedro Rivero
Música: Aránzazu Calleja
Fotografía: Animación
Reparto: Andrea Alzuri, Eva Ojanguren, Josu Cubero, Félix Arcarazo, Ramón Barea, Enrique San Francisco (voces)
Duración: 76 minutos
Productora: ZircoZine / Basque Films / Abrakam Estudio / La Competencia
Nacionalidad: España

 

Antes de hablar sobre esta película, hay que hace un alto en el camino y retroceder unos cuantos años antes de que viera la luz Psiconautas, los niños olvidados. Esto es debido a que, en 2011, cuatro años antes del estreno del filme en el Festival de Cine de San Sebastián, Alberto Vázquez y Pedro Rivero realizaron y escribieron el cortometraje Birdboy que era en esencia un teaser para poder buscar la financiación que hiciera posible llevar a cabo la adaptación de Psiconautas como largometraje de animación. Birdboy se alzó con el Goya al Mejor Cortometraje de Animación, allanando así el terreno a sus autores para dar el deseado salto al largometraje. El corto planteaba el escenario, los personajes, el tono… a base de pinceladas. Captaba la esencia del cómic, pero le faltaba, obviamente por su duración, desarrollo; un desarrollo que pronto veríamos cobrar vida en su hermano mayor, Psiconautas, los niños olvidados, cinta que se alzó al Goya a la Mejor Película de Animación. El tándem formado por Vazquez y Rivero volvía a saborear las mieles del éxito en su aventura por el largometraje.

Como ustedes podrán comprobar, Alberto Vázquez tuvo una implicación directa y total en la adaptación de su propia obra. Además de esto, Vázquez no solo ha participado en la adaptación de su cómic, sino que ha hecho un par de cortos que le han reportado tanto premios nacionales como internacionales. Es más, el artista gallego no solo se ha limitado a la dirección o a la escritura del guion cinematográfico, sino que su aportación ha sido mayor al participar como director artístico y en el diseño (layout). Gracias a todo esto, nosotros como espectadores podemos contemplar una adaptación con mimo, cariño, conocimiento y respeto hacia la obra original. La esencia del cómic indudablemente está en la película. Y es que la omnipresencia de Vázquez garantiza, para bien, que esto sea posible.

La elección del autor para llevar a cabo ambas versiones cinematográficas (tanto el corto como el largo) es la adecuada: cine de animación. La influencia de Burton es más que notable tanto en el cómic como en la película. Al estar protagonizada por personajes antropomórficos, si se hubiera optado por emplear actores de carne y hueso, el resultado no habría sido el deseado. En cambio, el uso del color, que creo que se debe a decisiones comerciales, no le sienta tan bien al ambiente deprimente y desolador del cómic original, siendo éste en blanco y negro. Eso sí, si la aparición del color le resta al conjunto, es necesario destacar que sí que se hace un muy buen uso del mismo. No era imprescindible el color, pero al menos se sabe utilizar con atino.

La narración se adapta al lenguaje cinematográfico, ya que, para evitar rupturas narrativas y sacar al espectador del relato, se prescinden de la mayoría de digresiones y flashbacks, que tan bien funcionaban en las viñetas, pero que no suelen generar el mismo efecto positivo en el cine. Así pues, tenemos otro gran acierto a la hora de llevar a cabo la adaptación.

La adaptación es muy literal con respecto a la historia del cómic, aunque en su parte final toma su propio camino. Nos encontramos pues con personajes y pasajes totalmente nuevos que no estaban en el tebeo. Destaca el hecho de que algunas de estas escenas se caracterizan por una espectacularidad y fuerza que no pudimos ver en el cómic, haciendo gala así de un buen domino del lenguaje cinematográfico y de sus posibilidades.

El final de la película es más positivo que el del cómic, aunque el resultado del relato viene a ser el mismo, Vázquez y Rivero nos deleitan aquí con una escena de enorme belleza. En cambio, en el tebeo, la resolución era más abrupta y lapidaria.

Estos niños olvidados a los que apela el título de la película viven aislados y hacinados sin posibilidad de escape en una isla que sufrió un drástico e irreversible accidente. El mundo pesquero, la fábrica, la presencia de determinadas sustancias, la inmensidad del mar… Parece que Vázquez hace un retrato de su tierra natal y se sirve de ésta para mostrarnos una amarga realidad.

En resumen, aunque prefiero el cómic de Psiconautas, porque el empleo del blanco y negro le sienta mejor, y es capaz de hacerme reír pese a lo terrible del relato; la película es una muy buena adaptación que capta la esencia de la obra original y que la amplifica en determinados momentos. Por todo esto, recomiendo tanto su lectura como visionado a aquellos lectores y espectadores poco o nada conformistas. Asimismo, Astiberri publicó en 2016 el art book de la película, ideal para quienes hayan disfrutado de esta adaptación cinematográfica.

Me despido de todos ustedes hasta la próxima entrega. Si tienen alguna sugerencia, no duden en expresarla en los comentarios.



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