Javier Vázquez Delgado recomienda: War of the Realms (2019) #1, de Jason Aaron y Russell Dauterman
“Es El Señor de los Anillos en el universo Marvel”.
Jason Aaron
Edición original: Marvel Comics.
Guión: Jason Aaron.
Dibujo: Russell Dauterman.
Color: Matthew Wilson.
Formato: Grapa.
Precio: $5.99.
Jason Aaron. Russell Dauterman. Matthew Wilson. Thor. A estas alturas, no haría falta decir más para que a alguien le interese la historia que propone War of the Realms, esa Guerra de los Reinos que el guionista lleva preparando durante toda su etapa. Esos casi siete años de historias podéis repasarlos tanto con la Cronología Gráfica del Thor de Aaron de los amigos de 24 páginas como con el mega-artículo deque repasa el argumento desde Thor: God of Thunder. Hemos hablado largo y tendido del pasado, así que centrémonos en el número que hoy nos ocupa: War of the Realms #1.
Jason Aaron indicaba que esta historia era, sencillamente, como si El Señor de los Anillos ocurriera en el universo Marvel. Y esa comparativa no es solo capricho, dado que el prólogo del número evoca claramente el mundo de J. R. R. Tolkien y las películas de Peter Jackson. Algo en la narración otorga a esto un cariz especial, un matiz de gran leyenda e historia eterna. Desde ahí, llega lo prometido. Con nueve Reinos ya derrotados, tan solo Midgard queda en pie. War of the Realms #1 nos muestra los primeros movimientos de la guerra de Malekith, cómo busca eliminar piezas clave antes de dar el primer gran golpe. Es de agradecer este inicio, ya que ayuda a construir la tensión y, de paso, hace que el número sea fácil de seguir para nuevos lectores, pero sin perjudicar a quienes llevan años siguiendo la etapa. Los noveles verán a los personajes interactuar y hacer las mismas preguntas que ellos tienen. Los veteranos verán actuar a Malekith como un general de guerra que domina casi totalmente el campo de batalla, que es justo lo que cabría esperar.
Quizá uno de los retos más interesantes, dada la naturaleza de evento de War of the Realms (algo lógico, dada la escala), era la integración con el resto del universo Marvel. El guionista no salió muy bien parado con Original Sin, por lo que era normal tener ciertas dudas sobre cómo iba a manejar todo. El truco reside entonces en, primero, usar a Spider-Man. El arácnido es el héroe neoyorquino por excelencia y, a nivel narrativo, permite posicionar al lector a pie de calle. Esto es importante para entender la magnitud del conflicto. Aun así, cabe destacar un cierto abuso de su lado más ridículo, con un par de ocasiones en las que las bromas simplemente no encajan. En segundo lugar, Aaron se trae a su equipo de Vengadores lo más pronto posible. Acostumbrado a sus dinámicas de grupo, esto le permite aprovechar las herramientas que ya tiene para tejer el mundo asgardiano y su guerra con el resto de Midgard. Desde ahí, personajes como Daredevil o Punisher funcionan solos y no hay problemas en hacerlos aparecer.
Eso sí, el núcleo de todo, el alma de esta saga, sigue siendo Thor y su mundo. El resto son invitados excepcionales, pero la trama se mueve exactamente por donde cabría esperar. Los conflictos, traiciones y sorpresas son los adecuados, encajados casi matemáticamente en el inicio, el medio y el final. Sin entrar en spoilers, es quizá el gran momento del final el más descafeinado, tanto por esperado como por poco creíble. Especialmente porque supone machacar una idea utilizada, al menos parcialmente, en el mismo número. Además, el ritmo se maneja aquí de forma extraña, por lo que impacta menos de lo que cabría esperar.
Pasando al aspecto visual, el dibujo de Russell Dauterman y los colores de Matthew Wilson solo pueden describirse como extraordinarios. La capacidad de ambos autores ya está ampliamente demostrada, y sus labores en Thor quedan para la posteridad como una de las mejores del personaje. Y de Marvel en esta década, ya que estamos. Aquí traen el mismo buen hacer que en la serie regular. El apartado artístico se ha trabajado durante casi un año, buscando también evitar los retrasos que sí tuvieron Secret Wars en 2015, Civil War II en 2016 y Secret Empire en 2017.
Las composiciones de página se sienten suyas. Los desenfoques, el uso de la luz, las viñetas que desquebrajan la página, las splash-pages de infarto… Todo el repertorio está aquí. Saben que esto es el primer número de la gran historia final de su etapa con Thor, y desde luego buscan dar el todo. Es difícil encontrarle un pero en el dibujo a War of the Realms #1. Es un auténtico espectáculo, tal y como debe ser una guerra de esta categoría. Solo cabe repetirse y decir que está extraordinariamente ilustrado.
Como buen evento, este War of the Realms #1 supone empezar con buen pie. Esto es costumbre en las historias de esta naturaleza, y solo cabe confiar en que no se produzca un bajón de calidad más adelante. Sin embargo, hablamos de un equipo creativo que lleva años preparando este momento, teniendo claro hacia dónde iba a conducir la historia. Hay confianza en que logren clavar el acto final. Por lo pronto, y tras tanta espera… trolls, gigantes, elfos, dioses, superhéroes, martillos y épica. ¡La Guerra de los Reinos ha comenzado!
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