Javier Vázquez Delgado recomienda: Shazam! Guia de lectura
El recorrido editorial del Capitán Marvel (DC) en España ha sido un tanto errático, sobre todo por la falta de regularidad en la publicación de obras, el poco interés en traer sus escasas series regulares y recopilar su material clásico. Sin embargo, hay un buen número de obras que se pueden conseguir, con mayor o menor esfuerzo, de lo que ha llegado hasta nuestro país de este notable personaje. Desde aquí vamos a intentar hacer un breve repaso a dicha trayectoria, enumerando una serie de obras que consideramos son indispensable para conocer y disfrutar del Capitán Marvel tal y como merece.
El Capitán Marvel vio la luz por primera vez en Whiz Comics #02 (1939) de la mano del guionista Bill Parker y el dibujante C.C. Beck (del que habéis podido leer un profundo artículo al respecto), que buscaban emular el éxito de Superman, creado un año antes, y cuyas ventas no dejaban de subir mes a mes. Había, por tanto, que subirse a esa estela cuanto antes y sobre una base similar desarrollar nuevos conceptos que se acercarán a esa revolución venida del planeta Kripton. Y es que, aunque las similitudes eran muchas, las diferencias eran más que notales, siendo los poderes del Capitán Marvel fruto de la magia y no de la fisiología alienígena del propio protagonista. Pero el punto donde hay más divergencia es en el alter ego del héroe, que no se esconde tras una identidad, que también, sino que en realidad es un muchacho, Billy Batson, un preadolescente destinado a albergar el peso y la responsabilidad de ser el receptáculo humano de los enormes poderes que el mago Shazam le otorga para proteger a la humanidad.
La fama del Capitán Marvel fue sobrecogedora. En solo un año desde su creación superó Superman en ventas, con unos increíbles catorce millones de ejemplares vendidos cada mes, que encandilaban a miles de lectores gracias a la calidad de sus historias. Su serie destacaba por el dinamismo que Beck era capaz de imprimir a sus dibujos, con una clara influencia de Alex Raymond (Flash Gordon), donde el movimiento y el color era la seña de identidad de una serie que fascinaba por su energía.
La franquicia no tardó mucho en expandirse con la llegada de la Marvel Family, donde destacaban Capitan Marvel Jr. y Mary Marvel, algo que sin duda apartó más de la sombra y estela de Superman al protagonista y sus sidewicks. Sin embargo, también había un rasgo mucho más característico en sus aventuras y eran sus villanos, que se presentaban realmente como malignos, con intenciones funestas, dando pie a ser la primera serie del momento en presentar mundos paralelos y versiones oscuras de su héroe protagonista.
Un éxito que se empañó con una serie de litigios legales dignos de un serial y que ha quedado perfectamente reflejado gracias al artículo de dos enormes compañeros. Podéis leerlo aquí mismo.
El Mago Shazam y su guarida, la Roca de la Eternidad, pueden ser considerados, respectivamente, como el maestro-mentor y la primera guarida de un superhéroe, una especie de refugio al que poder acudir a buscar consuelo y sobre todo consejo en momentos de extrema necesidad. Pero las diferencias también estaban en el tratamiento de las mujeres que aparecían en la serie de los años cuarenta, que se alejaban del típico prototipo estándar de ser un mero recurso romántico para el héroe. Aquí no hay mujeres adorno a las que rescatar, siendo un reflejo del trabajo realizado por Burroughs en la serie de novelas dedicadas a Marte y John Carter.
Hay viajes en el tiempo y el espacio y fue el primero en formar equipo con otros héroes para poder vencer a las amenazas de mayor calibre, como la que resulta de la alianza entre Drácula, la Momia, Frankenstein y el Hombre Lobo. Casi nada.
El Capitán es pionero en muchos aspectos y su contribución a la Golden Age es algo innegable. Fue el primer héroe en ser adaptado a la gran pantalla a través de un serial de 12 entregas titulado, Las Aventuras del Capitán Marvel (1941).
En resumen, es un personaje admirado por muchos autores actuales que siempre buscan adaptarlo a los cambios que ha sufrido la industria y los propios lectores, para que pueda intentar gozar de nuevo del esplendor de antaño. Un esplendor que le resulta esquivo, pero que no le resta la capacidad de seguir siendo uno de los grandes. Y es que el Gran Queso Rojo, tal y como se le conocía en los lejanos años 40, fascina a muchos, incluso a Elvis Presley, que no tenía pudor alguno en vestir con una capa exactamente igual a la del propio Capitán.
Si hubiera que mirar atrás y determinar qué obra relacionada con el Capitán Marvel fue la primera en publicarse en España deberíamos retorcer hasta el lejano 1947, con la editorial Hispano Americana de Ediciones editando cuadernillos horizontales a una peseta del Gran Queso Rojo. Fueron un total de 88 números en los que el personaje se dejó ver por España de manera regular. Fue continuado en 1952 por la editorial mexicana Ediciones Recreativas por un total de 16 números, para tomar el relevo en 1978 la editorial Vértice que lo publicó ya bajo el titulo Shazam. Puede parecer algo banal, pero es muy significativo que un personaje al que siempre se le ha puesto a la sombra de Superman (aunque su influencia en el medio ha sido tanto o más que la del propio Hombre de Acero durante la Golden Age) disfrutara de ese apoyo editorial a mediados del siglo pasado. Sin embargo, es necesario dar un salto en el tiempo, puesto que estas obras son muy complicadas de conseguir, y centrar la atención en el relanzamiento que se hizo del personaje en DC tras la publicación de Crisis en Tierras Infinitas. Se trata de la miniserie publicada por Ediciones Zinco, dentro de su colección Universo DC, en el año 1990, escrita por Roy Thomas e ilustrada por Tom Mandrake.
La serie original se publicó en USA el año 1988, tras haberse podido ver al Capitán en la miniserie Legends y en los primeros números de la Liga de la Justicia de Giffen y DeMatteis. La idea era desarrollar uno de los sutiles cambios que Roy Thomas había introducido en la miniserie Shazam, cambio no era otro que al gritar Billy el nombre de Shazam y convertirse en el Capitán mantiene la personalidad infantil de Billy. Una circunstancia que en manos de estos guionistas era algo ideal para el tono de la serie de la Liga y el gran potencial que ello les brindaba.
Sin embargo, el propio Thomas no acabó de sacarle provecho a su propia idea y la futura serie del personaje en solitario nunca se llegó a publicar (aún con rumores que el mismísimo Byrne podría haberse ocupado de ella) dejando, también, de aparecer en la serie de la Liga de la Justicia a los pocos números.
Los números 12 y 13 de la serie de Universo DC aún se pueden conseguir y son un pequeño tesoro que fosiliza en ámbar un momento muy concreto del personaje y su modernización fallida tras Crisis.
Para saber más de esta miniserie.
En el año 1994 (gracias a que en 1991 DC Comics recuperó la totalidad de los derechos de Fawcett), se publicaba en USA una obra que sería el detonante para que el Capitán Marvel volviera a gozar de colección propia, bajo el título The Power of Shazam. El especial en cuestión fue publicado en España por Ediciones Zinco en 1995, con la editorial mostrando ya claros síntomas de que algo no iba muy bien en sus oficinas. La obra se recuperaría para el público más tarde gracias a Planeta De Agostini, siendo ECC la última en editarlo de nuevo aprovechando la llegada de su película hoy mismo a los cines.
El tomo recoge la miniserie escrita y pintada por Jerry Ordway (1957), un viejo conocido de todos aquellos seguidores de Superman, Infinity Inc. y All Star Squadron, por citar algunos de sus más relevantes trabajos. El dibujante de Wildstar, asume el titánico encargo de rescatar al Capitán Marvel y relanzarlo a través de una novela gráfica en la que actualiza, con pequeños cambios, su origen (intocable hasta 2011) de cara a hacerlo más atractivo para los compulsos años noventa, en un ejercicio en el que nadaba contra corriente al buscar la serie un clasicismo del que se parecía rehuir con fuerza en esos días. Un trabajo que daría, más tarde pie a una serie regular, escrita por el propio Ordway (pero encargándose solo de dibujar las portadas) y que llegaría a tener un total de 48 números y un anual. Una serie regular de la que en España continúa inédita.
Centrando la atención en esta novela gráfica, Ordway, retoca el ya revisado origen del Capitán de 1987 a manos de Roy Thomas y Tom Mandrake (que pasa a formar parte del limbo de la continuidad), añadiendo la muerte de los padres de Billy (ambos arqueólogos) a manos de su socio, Theo Adam, para robar sin pudor en la tumba en la que se hallaban excavando. Billy se ve condenado a vivir en la calle al ser abandonado por su despótico tío, pero su destino funesto que cambia cuando es elegido por el mago Shazam para ser el receptáculo de sus impresionantes poderes.
Ordway somete al héroe a ligeros cambios, no solo en su origen, sino también modificando el de su enemigo por excelencia, Black Adam, del que hace uso, al igual que del Dr. Sivana, para poner en jaque a toda la ciudad de Fawcett.
La historia tiene el inconfundible aroma clásico de un autor que se caracteriza precisamente por un estilo de dibujo y narrativa directamente heredada de finales de los años 60, por lo que es perfecta como acercamiento al personaje desde el más absoluto de los respetos, permitiendo descubrir su esencia más pura. Una novela gráfica llena de inocencia (con ciertos toques oscuros), ambientada en la actualidad, pero que se leía como si estuviera en los años 40, con los rasgos característicos de esos comics de la Edad de Oro volcados con acierto y cariño por parte de Ordway.
A finales de los años 90 se publicó una obra que estaba llamada a cambiarlo todo. La colaboración entre Mark Waid y Alex Ross se desarrolló alrededor de una historia distópica en la que los héroes clásicos de DC se habían visto relegados por una nueva generación de luchadores en la que poco o nada parecía importarles más allá del enésimo enfrentamiento contra el villano de turno. Una historia que llevaba al lector a lo largo de cuatro números, espectacularmente ilustrados por Ross, en los que la figura del Capitán, corrompida por Luthor, se usaba como símil de la perdida de la inocencia. Waid desarrolló cada aspecto de la historia con minuciosidad y el uso del personaje en cuestión no hace sino fortalecerlo aún más como el último bastión de una Edad de Oro que se resiste a morir del todo.
La obra llegó a España por primera (1997) vez de la mano de la editorial mexicana, Vid, cuando en España nadie editaba los comics de DC. No fue hasta el año 2003 que, gracias a Norma Editorial, se publicó de nuevo en un solo tomo comenzando un ciclo de reediciones que pasó a Planeta (2007) con una nueva edición absolute y a ECC que lo ha editado ya tres veces desde que posee los derechos de DC.
Puede que Kingdom Come no sea una historia del Capitán Marvel, pero sin duda es necesario incluirla en este listado por su relevancia editorial y por ser capaz de despertar entre los aficionados cierto interés por un personaje que no estaba viviendo sus mejores momentos por aquellos días.
Los años noventa significaron el embrutecimiento de los héroes. Muchos sufrieron drásticos cambios. Algunos murieron, otros quedaron postergados a una silla de ruedas, otras fueron sustituidas, mientras que en las profundidades del océano veían como su protector perdía una mano… Sin embargo, el Capitán Marvel parecía querer mantenerse fiel a si mismo y no dejar que la moda afectara a su esencia. Algo que queda patente en la novela gráfica El Poder de la Esperanza.
Para la ocasión, ya a finales del siglo pasado, se unieron los talentos de Paul Dini y de nuevo Alex Ross, que le dedicaron una serie de novelas graficas a los principales personajes de la editorial, es decir, a la trinidad conformada por Wonder Woman, Batman y Superman… colándose entre ellas la del Capitán Marvel para sorpresa de muchos.
La primera editorial en editarlo en España fue Norma en el año 2002, quedando olvidados hasta que en 2017 ECC los recuperó para los nuevos lectores.
Este trabajo es toda una declaración de intenciones desde sus primeras páginas, dedicadas a narrar el origen del protagonista, antes de entrar de lleno en una historia dedicada a todos aquellos seguidores del Capitán Marvel que son los que mantienen encendida la llama de la magia. Dini recopila muchas de las experiencias de su infancia y sus propias emociones, para trasmitirlas a través de Billy y el propio Capitán. Frustración, triunfo, perdida, alegría, desesperación, tristeza, impotencia… son recuerdos de esa niñez que todos dejamos atrás, pero que están perfectamente petrificados en la figura del Capitán Marvel. Una obra centrada en mostrar el lado humano del héroe, su particular forma de percibir el mundo y su inquebrantable esperanza de que todo es posible. El Capitán se muestra más noble y magnífico que nunca, recorriendo un camino que no es otro del que creer en uno mismo y saber lo que es correcto. Paul Dini y Alex Ross realizaron un trabajo soberbio al que es necesario, obligatorio más bien, volver cada cierto tiempo para seguir creyendo en la humanidad.
Con Crisis Infinita pasaron muchas cosas en el Universo DC. Mientras que algunos héroes veían su futuro de forma clara y concisa otros, como el Capitán Marvel, no veían sino un futuro incierto e inquietante frente a ellos. La magia en el Universo DC se dejó en unas condiciones deplorables y el futuro de la misma quedó en entredicho, puesto que todo lo establecido en continuidad dejaba de estar vigente. El único camino que le quedaba al Capitán Marvel era el de que algún escritor asumiera la responsabilidad de reinventarlo. Ese escritor fue Judd Winick y la obra en cuestión Las Pruebas de Shazam.
Winick tenía ideas, muchas, y ardía en deseos de poder aplicarlas de forma directa sobre todo el microcosmos del Capitán Marvel. Su objetivo era claro, convertir los aspectos más desenfadados y naif del personaje en algo nuevo, sin desecharlos, pero si evolucionarlos de forma clara (¿os suena de algo?) tal y como ha ocurrido otras veces con Flash, Batman o Wonder Woman, por citar algunos. Quería hacerlo adulto de verdad y convertirlo en un personaje clave para la editorial de Burbank.
Sin embargo, Winick comete un error en su planteamiento al confundir evolución y maduración, con oscuridad y violencia, moviéndose sobre dicha cuerda durante el planteamiento de la obra, lo que atenta directamente contra la propia esencia de su protagonista, que no es otra que ser el héroe de la magia (no es un mago o maga, no es un ocultista, ni un druida de lo oculto) capaz de poder brillar por mucha oscuridad que lo rodee. Esta forma de enfocar el trabajo hace que estemos ante la obra menos interesante de las publicadas sobre el personaje en España, dada la distorsión que sufre en manos de Winick que se centra en esa historia iniciática pero oscura, con más violencia y eso al final hace que se pierda la tensión en argumental.
No es un mal cómic, pero no es un cómic donde poder ver al Capitán Marvel.
En estos recopilatorios, que pocas veces convencen por la selección del material, en los que se conmemoran los 75 años del nacimiento de un personaje DC, tal y como se ha podido ver en los dedicados a Flash, Green Arrow, Wonder Woman… destaca el dedicado a la figura del Capitán Marvel, donde hay un exquisito equilibrio en dicho material. Un material que hace de este tomo un perfecto contenedor de algunas de las mejores historias del personaje, empezando por el número donde fue presentado en sociedad, el mítico Whiz Comics #02. Autores del renombre de C.C. Beck, Bill Parker, Geoff Johns, Gary Frank, Grant Morrison, Roy Thomas, Gil Kane, Otto Binder, Jerry Ordway, se hacen cargo de las historias aquí encartadas.
Se trata de pequeños destellos, guindas que son capaces de abrir el apetito por querer saber más de este inusual personaje y que afortunadamente se pueden leer en toda su extensión en algunos de los comics aquí listados.
Las similitudes entre Superman y el Capitán Marvel son más que evidentes, por mucho que en el fondo ambos difieran enormemente, siendo el primero fruto de la ciencia ficción y el otro de la magia y el misticismo. Sin embargo, ambos representan a lo más poderoso del Universo DC (con permiso de Plastic Man), estado al mismo tiempo muy alejados en lo que cada uno representa. Puede que ambos nacieran en la Golden Age con tan solo dos años de diferencia, pero mientras Superman ha ido evolucionando con los años, adaptándose a cada momento social y cultural, el Capitán Marvel ha continuado anclado, en el buen sentido, en esa inocencia tan característica de aquellos primeros años en los que estaba naciendo una industria. Años más sencillos, menos crudos, en los que había espacio para la sorpresa, siendo los comics una de las mejores maneras con las que los lectores de entonces podían buscar entretenimiento.
Este trabajo de Judd Winick exprime precisamente estas dos características de sus protagonistas, colocándolos en una situación en la que engrandece a la figura de Superman y el lector puede sentir lo que significaría que el capitán perdiera la inocencia que lo caracteriza.
Este trabajo no resulta especialmente brillante en su conjunto, siendo sus fortalezas momentos puntales, pero si es una historia que da lo que promete, sin dobleces, sin dobles lecturas, sin pretender llegar a lugares a los que no puede llegar, para alcanzar ese loable objetivo que es el de divertir y entretener sin buscar nada a cambio. Una obra que quiere recordar que en la vida hay que saber disfrutar de las cosas sencillas.
No es fácil encontrar material clásico del Capitan Marvel en España. Sin embargo, aplicando una buena dosis de arqueología comiquera se puede localizar un tomo que es una pequeña joya, un tesoro en si mismo, por ser la publicación de los famosos tomos en blanco y negro conocidos en USA como Showcase. Unos tomos que recopilan una ingente cantidad de historias de diversos personajes, que rondan las quinientas páginas, siendo su precio inferior a los 20 euros. Una forma de poner al alcance de los lectores esas historias clásicas que tanto merecen estar disponibles hoy en día. En España, por el contrario, esa formula tan solo ha sido utilizada por Planeta cuando ostentaba los derechos de DC, publicando los citados Showcase de algunos personajes como el As Enemigo, Jonah Hex, Soldado Desconocido, Fantasma Errante (una elección curiosa dado que hay material de todos los personajes DC) y el dedicado al Capitán Marvel, bajo el título de Shazam.
Este tomo, toda una rara avis dentro del mercado editorial español, fue el primer tomo de los ya mencionados, numerado en su lomo con un lustroso número uno (lo que puede llevar a pensar que Planeta pensaba seguir recopilando obras del personaje). La iniciativa no acabo de funcionar, aún siendo algo loable y necesario, o tal vez la selección del material no fue del todo adecuada, haciendo que todo quedara en un intento y no se consolidara esta línea en España.
Con 544 páginas disponibles el tomo recopila 35 números de su serie de los años 70 (1973 a 1978), en la que Dennis O´Neil se hace cargo de los guiones y regresa a su creación C.C Beck, para narrarnos las nuevas aventuras de la Marvel Family en Tierra S, puesto que por aquellos días el personaje vivía en otra de las múltiples Tierras Infinitas del Universo DC. A lo largo de los siguientes números se unirían también los autores Otto Binder, Elliot S. Maggin, Joe Millard y Pete Constanza, entre otros.
Las historias que aquí se pueden leer recuperan esa frescura de antaño, esa inocencia de tiempos pretéritos tan característica de su protagonista y todos sus secundarios. Una mirada al pasado reciente que merece de la atención de los lectores actuales por ser un ejemplo representativo del héroe que mejor encarna la Edad de Oro del cómic USA.
Si hubiera que buscar un trabajo de todo lo publicado sobre el Capitán Marvel sobre el que se cimienta la película que se estrena hoy, el trabajo de Johns sería el que contiene el germen, el núcleo, de la producción del mortal más poderoso. También se podría hablar de que hay ciertos aspectos del trabajo del malogrado trabajo de Thomas con el personaje, pero sería entrar abrir un debate del que podrían salir comentarios muy interesantes. Ahí queda para quien quiera recoger el testigo.
Johns, durante los infames Nuevos 52, demostró poder contar cosas interesantes si de verdad se creía en los protagonistas. Lo demostró con Superman, Aquaman, la Liga de la Justica y en el que ahora nos atañe, como complemento de la Liga, dedicados a recuperar al Capitan Marvel con la ayuda de un grandioso Gary Frank.
El tándem responsable de Batman Tierra 1, asumió el reto de modernizar a un personaje al que las modernizaciones no acaban de sentarle especialmente bien, por lo que su trabajo si se centró en dar al capitán un nuevo aspecto, estrenando nuevo uniforme, sino también cambiando ciertos aspectos de su origen, sin traicionar la esencia que le hace único y especial entre todos los demás héroes y heroínas del Universo DC.
Johns supo conjugar a la perfección lo clásico con lo moderno en uno de los mejores reboots que ha tenido el personaje, al mantener sus particularidades, pero añadiendo nuevos conceptos con los que poder resultar atractivo a los nuevos lectores. ¿Y cual es esa esencia? Esa esencia no es otra que la de la esperanza que encarna el personaje, la ya comentada inocencia con la que percibe un mundo engullido por la oscuridad y que parece no importarle a nadie. A nadie salvo al Capitán Marvel que ve lo que nadie ve y que es capaz de ver el mundo como lo hace un niño, sin dejarse vencer jamás por esa oscuridad.
ECC aprovechando el estreno recupera este trabajo en dos ediciones, una limitada con camiseta incluida y otra en tapa blanda, para poner al alcance de los lectores uno de los pocos trabajos que se pueden rescatar de aquellos días oscuros en DC… y es que nadie podía brillar más que el Capitán Marvel.
Pocos autores han sido capaces de escapar de la tentación de narrar de origen del Capitán Marvel, cuando ha tenido la oportunidad de poder trabajar con el Gran Queso Rojo. Y Jeff Smith no iba a ser menos.
En 2003 se hizo cargo de una miniserie en el que asumía el reto de contar una historia con el Capitán como protagonista. Un reto que no escapa de narrar de nuevo su origen, algo que sin duda es normal al ser un origen de una belleza plástica sin igual. Su aureola de misticismo, esa suspensión de la incredulidad que destila, esa positividad que lo aleja de los asesinatos paternos o la destrucción de un planeta, aun con su protagonista mal viviendo en las calles. Un optimismo que se refleja en manos de Smith en como la vida puede cambiar y mejorar, siendo el motor que mueve todo el trabajo del creador de Bone.
Esta historia fundacional no se olvida de mantener las partes más icónicas del protagonista, para con pequeños añadidos, mantener esa esencia especial que desprende el Capitán Marvel. Un enfrentamiento entre el bien y el mal, algo básico, elemental, viejo como el universo, sirve para poner en marcha una historia sobre el sacrificio, la generosidad y las ansias por vivir. Una trama donde el mundo del niño se pone en valor y el del adulto queda en evidencia, para lanzar un grito de socorro a ese mundo lleno de adultos demasiado ocupados como para bajar la vista un momento y darse cuenta de todo cuanto están dejando pasar en sus vidas por no ser capaces de recuperar al niño o la niña que llevan dentro.
En el año 2008 DC lanzó una serie regular dedicada a la figura del Capitán Marvel y lo hizo con un enfoque radicalmente nuevo. Esta vez no se trataría de recontar su origen de nuevo para darle la enésima vuelta de tuerca. Esta vez la serie iba a estar dirigida precisamente a todos esos lectores, todavía en su niñez, con lo que este personaje podía conectar de forma especialmente eficaz.
Mike Kunkel fue el encargado de ponerla en marcha (leer su Herobear and de Kid), apostando por el humor más infantil, divertido e inteligente posible, en el que sus protagonistas disfrutan de sus vidas como héroes, al tiempo que han de lidiar con las cosas del mundo real. Un acercamiento al personaje cercano al publico al que va dirigido y al que no trata de forma condescendiente, con una historia en la que prima la diversión con la esencia que define a los protagonistas, capaz de convencer tanto a pequeños como mayores.
Existía el Multiverso y este desapareció con la Crisis.
Y el Multiverso regreso gracias a Grant Morrison.
Y Morrison realizó uno de sus mejores trabajos cartografiando dicho Multiverso y sus 52 Tierras. Un trabajo de filigrana narrativa que pone en el mapa, de nuevo, el interesante concepto del multiverso, esta vez acotado y bien definido, sobre el que poder construir un sinfín de historias. Morrison durante 12 números planteó una historia común que discurría por diferentes Tierras, para hacer converger todo en un número final digno de estudio. Entre los números que servían como presentación de esos nuevos mundos destacaba uno denominado Mundo Trueno, la Tierra en el que discurrían (y tal vez discurran) las aventuras de toda la familia Marvel.
Mundo Trueno destaca por el tono, alejado de lo narrado en Multiverso hasta ese momento, centrando su atención en las viejas historias de los años 40 y 50, donde un lector mucho más propenso a la sorpresa se dejaba llevar por lo increíble de unas historias donde los villanos eran muy villanos y los héroes muy héroes. Tierra 5, pues esa es la denominación de dicho mundo, es en el que Morrison desata su talento para demostrar que no hay limites a la hora de contar historias.
Morrison, aterriza en lo convencional en este número dejando de lado experimentos narrativos, diálogos profundos, conceptos metafísicos, composiciones fractales, para centrar toda su atención en conseguir transmitir el aura característica de la Golden Age con el que conseguir una trama que huele a nostalgia y modernidad a parte iguales. Un trabajo de vuelta total y absoluta a los orígenes primigenios del personaje, al tiempo que hace todo un homenaje a una era en la que todo era posible.
Un número que es posible encontrarlo en dos cómics distintos, dos recopilaciones la ya mencionada de Multiverso y el tomo del 75 aniversario de Whiz Comics.
ECC recopiló la serie en un solo tomo con el que poder disfrutar de esta obra magna de indudable calidad y factura técnica. Un trabajo sólido, del que quedan muchas cosas por saber y que tan solo el futuro podrá desvelar. ¿Es Tierra 5 donde vamos a poder disfrutar del Capitán Marvel? ¿Estará alejado del Universo DC, a la espera de la llegada de pastos más verdes para su integración?
No se puede acabar este breve repaso sin comentar que hay otras historias en las que poder disfrutar de la presencia del Capitán. Presentado en Legends tras los acontecimientos de Crisis en Tierras Infinitas de forma legendaria, se le pudo ver en los primeros números de Superman de Byrne, así como en la Liga de la Justicia Internacional de Giffen y DeMatteis, la JSA de Johns y en la Liga de la Justicia también de Johns durante los Nuevos 52, en las que el Capitán Marvel aporta su siempre especial punto de vista del mundo.
Un héroe nacido en los años 40, que gozó del éxito de forma abrumadora, ha vivido duros litigios legales, vencido a enemigos de lo más variopinto, para acabar llegando de nuevo a la gran pantalla y demostrar que ver el mudo a través de los ojos de un niño nunca esta de más.
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