Javier Vázquez Delgado recomienda: Shipwreck, de Warren Ellis y Phil Hester

 

Edición original: Shipwreck 1-6.
Edición nacional/ España: Planeta Cómic.
Guión: Warren Ellis.
Dibujo: Phil Hester.
Tinta: Eric Gapstur.
Dibujo: Mark Englert.
Formato: Tomo, 144 páginas.
Precio: 14,95 €.

 

Segundo mes de Aftershock en España y, coincidiendo con el evento ahora llamado Cómic Barcelona, desde Planeta vuelven a lanzar a la venta dos tomos de la editorial norteamericana, algo puntual pues a partir del mes que viene se estabilizarán con un tomo al mes, cosa que nuestro bolsillo agradece, menos en octubre que veremos las segundas partes de los sacados el pasado mes de marzo. Para empezar hoy vamos con una obra que llama la atención a golpe de vista por contar con uno de los grandes guionistas de las últimas décadas, Warren Ellis, el autor de increíbles obras como Planetary, Authority o Transmetropolitan, que ahora se encarga de relanzar con su particular visión el universo Wildstorm así como de escribir interesantísimas historias para Image, Trees e Inyección, desembarca también en Aftershock con un cómic bastante especial, muy en la línea en la que se suele mover, con mucho misterio, algo de ciencia y un toque de metafísica, sin olvidar las conspiraciones políticas, si bien Ellis es un autor bastante versátil, estos son elementos que se pueden encontrar en muchas de sus obras. Como dibujante de la obra está un autor que casi podría recibir ya la mención como clásico del noveno arte, Phil Hester se paseó en los noventa por varias series de DC Comics, tocó algo en Marvel en la pasada década, se prodigó por el mundo del cómic independiente en franquicias como Alien, El Cuervo o Clerks y estuvo cerca de ganar un Eisner en el 96 por una obra de creación propia llamada The Wretch, proyecto que precisamente ya ha anunciado que va a resucitar. Es decir, la obra con la que empezamos las lecturas de Aftershock este mes se llama Shipwreck y tiene como autores a dos pesos pesados.

Antes de nada estaría bien aclarar una pequeña cosa de este tomo que a mucha gente le llamó la atención, a estos seis números se les ha llamado “volumen 1” cuando no hay nada más desde que saliera el último en marzo del 2018, de hecho en el lomo del tomo de Planeta no pone número, ¿es una (otra) serie inconclusa de Warren Ellis?, la respuesta es no, este tomo contiene una historia completa, pero el guionista manifestó en alguna otra ocasión que no le importaría escribir más sobre este mundo que había creado, de ahí que la editorial se tirase a la piscina añadiendo lo de “volumen 1” sin embargo esto se queda aquí de momento. Es pronto, hace poco más de un año que se editó el final de esta historia, así que nunca se sabe, Ellis es famoso por cambiar de idea muy rápido y ahora mismo está metido en varios berenjenales, el tiempo dirá.

Shipwreck es una obra extraña, Ellis juega con el hecho de que su nombre ya es suficiente reclamo publicitario, tanto como para dar un primer número bastante raro, casi incomprensible, del que poco se puede sacar en claro, a eso hay que sumar el estilo de Hester que le viene como un guante, narrativamente impoluto pero logrando ese aura de rareza que pide el guión, labor encomiable también la de Mark Englert al color, cambiando las tonalidades en función de las localizaciones. Con ellos acompañamos al doctor Jonathan Shipwright en un viaje que empieza con un naufragio nada habitual, de alguna manera acaba en una zona desértica en la que lo único que hay es un restaurante con un investigador que le busca para hacerle preguntas sobre su proyecto de alto secreto para el gobierno y una chica que se dedica a cocinar a su novio, de allí Shipwright logra huir transformándose en humo. Lo maravilloso es que, sin decir mucho, el trabajo de los dos autores nos engancha lo suficiente como para querer saber qué les ha pasado por la cabeza, bueno, Warren Ellis dijo que la idea se le ocurrió en un avión, seguro que no estaba pensando nada bueno.

A nivel muy básico, la miniserie nos plantea una persecución en la que un hombre de ciencia, Shipwright, que lideraba un proyecto muy especial apoyado por el gobierno llamado “Janus” pero conocido también como “Huida hacia delante”, él va detrás de Isham, un contratista civil que parece haber saboteado su sistema de viaje causando tan extraño naufragio, uno en el que hay involucrada alta tecnología, realidades alternativas y fuertes reflexiones sobre la vida y la muerte. De hecho una parte importante está encaminada a remarcar el que nosotros somos los náufragos en un planeta que va a la deriva por nuestras propias acciones sobre él, un fuerte mensaje ecologista es en realidad el trasfondo por el cual comienza la financiación de este proyecto, hay que buscar formas de salir de este planeta y dada la lejanía de otros posibles mundos habitables, las realidades alternativas se antojan el mejor refugio posible.

Esto se comienza a vislumbrar hacia la mitad del cómic, mientras tanto la historia es mucho más personal, a un nivel metafísico sobre como una persona puede afrontar la muerte, a un nivel mucho más físico sobre el viaje en tierras extrañas de alguien que solo busca sobrevivir y que los suyos también lo consigan. Para ello los autores construyen un fuerte símil con la sociedad occidental haciendo que el protagonista pare en un restaurante de carretera, un bar o un motel, paradas de una persona que busca su lugar recorriendo un camino que no sabe a dónde le lleva. Pero no solo los lugares, también las personas, supuestamente autóctonas, que se va encontrando reaccionan de forma diferente, tan pronto lo encuentran culpable como se interesan por lo exótico de su origen, reflejando las diferentes formas de pensamiento con la que un viajero se puede encontrar.

La invasión migratoria es la principal preocupación de los personajes de esa extraña realidad, pero el último número se va moviendo poco a poco hacia lo personal, esta no es una historia sobre un héroe, Shipwright es solo una persona normal con sus filias y sus fobias, que serán la clave de esta especie de road movie. Shipwreck es puro Warren Ellis, Planeta está sabiendo escoger muy bien el orden de publicación de sus series, se siga o no esta iniciativa de publicar Aftershock, este tomo es una buena compra. A quien le guste el autor disfrutará de este tomo.



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