Javier Vázquez Delgado recomienda: Marvel Saga. Daredevil 21. El Retorno del Rey

 

Edición original:Daredevil 116-119 y 500 USA.
Edición nacional/ España:Panini Cómics.
Guión:Ed Brubaker y Ann Nocenti.
Dibujo:David Aja y Michael Lark.
Formato:Tomo en tapa dura, 176 páginas.
Precio:19€.

 

Soy consciente de que casi siempre encabezo estas reseñas igual, pero no me canso de decirlo: Daredevil tiene tres etapas muy destacables y que todo entusiasta del personaje, o del género superheroico o incluso noir debería leer. En el puesto número uno, con medalla de oro, la de Frank Miller y Klaus Janson, que redefinió al personaje y lo convirtió en el protector de la Cocina del Infierno que aquel conflictivo barrio necesitaba, tomando prestado a Kingpin de la colección de Spiderman para convertirlo en la Némesis definitiva del personaje.
Con medalla de plata, bastante por debajo, pero sin duda increíble, tenemos la etapa de Brian Michael Bendis y Alex Maleev, que si bien resulta muy posterior en el tiempo es heredera directa de la de Miller y Janson, actualizando al nuevo siglo lo que hiciera popular al personaje bajo la batuta de Frank Miller, y otorgándonos a uno de los mejores Matt Murdock que he podido tener el gusto de leer.

Con medalla de bronce, pero en muchas ocasiones compitiendo enérgicamente por el segundo puesto, tenemos la etapa de Ed Brubaker y Michael Lark, que sucedió a la de Bendis y Maleev, teniendo que enfrentarse a un Matt Murdock cuya identidad como Daredevil era de sobre conocida, partiendo de la estancia del personaje en la cárcel por sus crímenes cometidos como vigilante. Sabiendo con gran talento sacar al personaje de dicha situación sin deshacer ni faltar al respeto al trabajo previo de Bendis y Maleev, Brubaker y Lark consiguieron otorgar su propio sello policiaco al personaje, regalándonos algunos de sus mujeres números.
Sin embargo, toda gran etapa llega a su final, y en este tomo que analizamos ahora, le llega el turno a la de Ed Brubaker y Michael Lark, que se despiden del personaje trayendo de vuelta a su némesis absoluta: Kingpin.

Para la vuelta a la colección de Wilson Fisk, Lark pasa a un segundo plano y pasa el tetigo a David Aja, quien tuvo la idea de que el lugar donde Fisk había estado exiliado voluntariamente todo este tipo, fuese Finisterre, abriéndose la colección con una magnífico número en el que el conocimiento de la localidad gallega por parte del Aja es altamente demostrado, llegando a verse pintadas con el mensaje “Nunca Mais” o propaganda de Estrella Galicia en unas cuantas viñetas, en las que se pone el acento en la creencia antigua sostenida en torno al hecho de que en Finisterre se encontraba el Fin del Mundo.
A continuación, Lark vuelve a la colección para despedirse, en una trama en la que Lady Bullseye, y La Mano, se preparan para dar su asalto final a Nueva York en el que Kingpin ejercerá un peligroso doble juego en el que no sabremos hasta el final si colaborará con Matt, con La Mano o con el resto del hampa neoyorkina, pero desde luego, se ayudará a sí mismo, tratando de sacar la mayor tajada posible.

Al igual que pasaría con Bendis, Brubaker y Lark dejarían a Matt en una posición que haría que el siguiente guionista en tomar las riendas de la colección tuviera que partir de un punto de arranque muy curioso y que prefiero no mencionar (aunque es sobradamente conocido por la mayoría de los lectores de Zona Negativa) para tratar siempre de respetar el derecho a la sorpresa de quien esté conociendo esta etapa por primera vez gracias a esta reedición.

El Retorno del Rey, título que además de hacer una clara referencia al Señor de los Anillos, se denomina así por resultar Kingpin el absoluto protagonista del arco argumental, resulta ser una despedida perfecta de ambos autores de la colección del cuernecitos, a la que le otorgaron un tono negro que ya le estaba dando Bendis pero imprimiéndole más aspectos detectivescos y policiacos, al ser esa la especialidad de Ed Brubaker, un guionista que tantos buenos cómics nos ha dado.

Además este tomo, para celebrar el número 500 de la colección, cierra con una historia autoconclusiva guionizada por Ann Nocenti, una de las más destacadas guionistas que han pasado por la vida del protector de Hell’s Kitchen.

Sin duda, una etapa en la que merece la pena consumir todos y cada uno de sus volúmenes, resultando en un análisis perfecto del personaje de Daredevil, pero no sólo de éste, ni de sus villanos, si no de la ingente cantidad de secundarios que se manejan, los cuales se toman prestados de otras etapas del personaje, demostrando en este sentido Brubaker y Lark un mayor conocimiento de la continuidad del Abogado Ciego que el que tuviera Bendis, por mucho que nos guste su etapa (a la que gloalmente considero superior a ésta).

Desgraciadamente, si Brubaker y Lark supieron recoger con gran habilidad el testigo de la colección allá donde lo dejaran Bendis y Maleev, esto no ocurriría con Andy Diggle sucesor de Brubaker, quien no sabría aprovechar el genial campo de juego que su predecesor le había dejado, otorgándonos unos números que es mejor que dejemos en el olvido, aunque me ocuparé de analizarlos según se vayan publicando.



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