Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNCine – Capitana Marvel: La Redacción Opina

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Dirección: Anna Boden, Ryan Fleck
Guión: Nicole Perlman, Meg LeFauve, Geneva Robertson-Dworet, Anna Boden, Ryan Fleck,
Música: Pinar Toprak
Fotografía: Ben Davis
Reparto: Brie Larson, Jude Law, Samuel L. Jackson, Ben Mendelsohn, Gemma Chan, Lee Pace, Mckenna Grace, Clark Gregg, Djimon Hounsou, Kenneth Mitchell, Annette Bening
Duración: 130 min
Productora: Marvel Studios
Nacionalidad: Estados Unidos.

Después de que nuestro compañero Pedro de Mercader fuera el encargado de dar sus primeras impresiones sobra Capitana Marvel durante su estreno ahora son poco más de una decena de redactores de Zona Negativa los responsables de dar su opinión de la primer incursión cinematográfica en solitario del alter ego superheróico de Carol Danvers, el personaje creado por el guionista Roy Thomas y el dibujante Gene Colan en las páginas de aquel lejano Marvel Super-Heroes #13 publicado en marzo de 1968. Con dirección de Anna Boden y Ryan Fleck, guión de estos últimos junto a Nicole Perlman, Meg LeFauve o Geneva Robertson-Dworet y un reparto capitaneado, como no podía ser menos, por Brie Larson y contando entre sus secundarios con Samuel L. Jackson, Annete Bening, Jude Law, Ben Mendelsohn, Clark Gregg o Lee Pace, entre otros, la cinta se ha convertido en un enorme éxito de taquilla que ha servido para afianzar el peso del personaje en el UCM y confirmar la infalibilidad económica de la productora regida por Kevin Feige. De manera que, sin más dilación, ahora os dejamos en manos de los componentes de nuestra particular Fuerza Estelar formada por Sergio Fernández Atienza, Alejandro Ugartondo, Raúl Gutiérrez, Jordi T. Pardo, Miguel Ángel Crespo, Mònica Rex, Giovanni Casella, Juan Luis Daza, Nacho Pena, Pablo Menéndez y Daniel Gavilán.

El empoderamiento de las superheroínas, por Sergio Fernández Atienza

De manera nada casual, el 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer Trabajadora) se estrenaba a nivel mundial Capitana Marvel. En estos tiempos que corren de (necesarias) reivindicaciones, con alegatos y manifestaciones en pos de la igualdad, Carol Danvers debutaba en la gran pantalla como solista antes de formar parte del grupo que pretende dar el concierto del año en Vengadores: Endgame. Tras la escena post-créditos de Infinity War, los amantes del noveno arte gozaron con la ventaja de saber lo que estaba por venir.

Para enfundarse en el maravilloso (y cambiacolor) traje creado para la ocasión, Marvel Studios optó por entregarle el papel a la oscarizada Brie Larson (La habitación). No era este un hecho baladí, puesto que en palabras del mandamás Kevin Feige la Capitana Marvel es el personaje más poderoso de todo el universo. Lo cierto es que la actriz californiana está a la altura de las circunstancias y, pese a su alergia a los gatos (problema que en el rodaje se presentó por partida doble puesto que a Goose lo interpretaron dos felinos), derrocha carisma y poderío. Afortunadamente, rompiendo con los típicos tópicos, Carol no ha tenido un subtrama romántica. Bien es cierto que las escenas de acción no están del todo conseguidas y es que la dirección de Anna Boden (primera realizadora en el MCU) y Ryan Fleck cumple, pero sin nota alta. Deseosos estamos de ver a Danvers en manos de los hermanos Russo para ver la explosión de todo su potencial. Thanos puede empezar a temblar.

Junto a Larson nos encontramos a un rejuvenecidísimo Samuel L. Jackson, tanto que no recordamos haberle visto tan lozano en pantalla (aunque nuestras canas son proporcionales a nuestras lagunas de memoria). Es un placer ver esta versión de Nick Furia, más distendida y menos poderosa que la impregnada hasta ahora. Esto es posible gracias a que la historia está ambientada a mediados de los noventa. Sin embargo, más allá de algún guiño u homenaje, no se ha sabido sacar todo el partido a una época que hasta el momento no había sido mostrada en el universo compartido. Igualmente, más allá de la sonrisa que nos sacará volver a ver al agente Coulson (Clark Gregg) en su retorno a la gran pantalla, este se muestra un tanto desaprovechado.

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Como suele ser marca de la casa, el resto del reparto lo componen nombres de postín. Jude Law ejerce de mentor estupendamente hasta que el giro de la película nos demuestra que, en realidad, se trata del villano de la función. Tenía tan interiorizado que el actor británico se iba a meter en la piel de Mar-Vell que mi imaginación no contemplaba la opción de Yon-Rogg. De la misma forma, la revelación de la veterana Anette Bening como Mar-Vell me hizo asentir para mostrar mi conformidad. Los estereotipos y los prejuicios son malos compañeros de viaje. Una vez más, volví a ser engañado con el rol desempeñado por Ben Mendelsohn. Acostumbrado a verle como antagonista de la historia (Rogue One: Una historia de Star Wars o Ready Player One) y, a sabiendas, que en esta ocasión tenía que dar vida a Thalos, las apuestas no hacían presagiar que los Skrulls se convirtiesen en aliados de la protagonista. Error. Tanto estos hechos, como que la historia no se desarrollara cronológicamente (por orden expresa de Feige y John Schwartz) me descolocaron en un primer momento pero, en general, considero que acertaron de pleno.

Sin embargo, el guion es un tanto irregular con un nudo en el que tienen lugar escenas un tanto estiradas que rompen el ritmo de la cinta. Por otra parte, el excesivo humor ADN Marvel Studios (que se está empezando a extender al otro lado De la Calle) aquí tiene un mejor equilibrio dotando a la cinta de una mayor sobriedad. Cierto es que vuelven por sus fueros con cada escena en la que el flerken (ese trasunto de gato lovecraftiano) hace acto de presencia, pero ni ese es el tono general de Capitana Marvel ni resulta sonrojante (aunque la segunda escena postcréditos se la podían haber ahorrado). El tema de la continuidad es uno de los puntos fuertes del UCM y la película encaja como una pieza más en el gigantesco puzle que comenzó a construirse en el lejano 2008 con Iron Man. Tal vez el tema del teseracto esté metido un tanto con calzador y nos queden ciertas dudas de su trayectoria anterior y posterior, pero la sensación general es la de seguir viendo una serie con el mayor de los presupuestos posible en salas de cine.

En definitiva, sin ser memorable, Capitana Marvel es una buena película de origen de personaje. El empoderamiento de las mujeres llega también al MCU y es que, han tenido que pasar 21 películas para que tengamos que ver a una fémina liderando el protagonismo de la historia. Con una dirección lejana de los mejores trabajos de Marvel Studios, Capitana Marvel tiene un guion juguetón que, por momentos, altera el canon visto en las viñetas. Brie Larson es una estupenda Carol Danvers, a la que afortunadamente no han puesto una subtrama romántica, y que ha llegado para quedarse.

Una maquinaria bien engrasada, por Alejandro Ugartondo

La entrega número 21 de esa gran historia río que se conoce como Universo Marvel Cinematográfico viene a demostrar dos cosas: que el binomio Marvel-Disney funciona como una máquina de precisión infalible a la hora de vender películas evento y que cada una de estas películas funciona mejor como parte de ese todo que no como ente independiente.

Marvel ha sabido jugar muy bien sus cartas a la hora de vender y promocionar esta película como una pieza imprescindible de la gran historia que, presumiblemente, terminará en Avengers: Endgame. Tres factores eran los que entraban en juego a la hora de vender esta cinta: la importancia que tendría el personaje en el desenlace de dicha historia (recordemos que su primera mención fue en una de las escenas post-créditos de Avengers: Infitiy War), la presentación del que posiblemente sea el personaje más poderoso del MCU y el hecho de ser la primera película que tendría como protagonista absoluta a una superheroina.

Una vez vista la película queda claro que los dos primeros factores eran reclamos de marketing ya que estamos ante una película de orígenes en toda regla en la que lo importante es presentar al personaje y lo que se cuenta poca relevancia tendrá sobre lo que está por venir más allá de la presentación del propio personaje. Falta por ver si el poder presentado para la Capitana Marvel será suficiente para enfrentarla a Thanos.

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La parte que mejor funciona es la de reivindicación de poder femenino, más mostrado que explicado, lo que es de agradecer. Puede que no sea la primera gran superproducción con una superheroina al frente (ahí les ganó la partida Warner) pero los responsables de la cinta han sabido darle un tono y un enfoque donde se trata muy bien el concepto de empoderamiento femenino sin necesidad de caer en discursos combativos. Algo que encaja bien con un personaje que prefiere demostrar las cosas mediante la acción (escena del bar, por ejemplo) antes que con discursos, y que puede servir como un buen ejemplo para una parte de la audiencia.

La película en general funciona bien (la fórmula Marvel todavía funciona), está respaldada por un elenco solvente encabezado por una Brie Larson más implicada de lo que hacían pensar los trailers de la película pero no tiene ningún elemento que la haga destacar especialmente. La acción es bastante anodina a pesar de estar ejecutada con solvencia, el humor es bastante ramplón y recae, sobre todo, en el personaje de Nick Furia (Samuel L. Jackson) lo que chirría bastante con lo visto en otras películas, y el diseño de producción es bastante pobre tanto en escenarios como en algunas caracterizaciones alienígenas (los Skrulls).

A pesar de sus defectos, Capitana Marvel es otro éxito a sumar a la impresionante lista de Kevin Feige y el resto de responsables del MCU. El objetivo está cumplido, el MCU ha avanzado un paso más y, con un poco de suerte, muchas niñas, y porque no algún niño también, tendrán un nuevo modelo de superheroina con la que identificarse y de la que tomar ejemplo. Y eso sin haber hecho una gran película.

Más películas, Más divertidas y por Muchos más años, por Raúl Gutiérrez

Cuando pienso en lo que en en once años ha conseguido en Universo Cinematográfico Marvel, se me pone la piel de gallina (y aún más cuando escribo estas líneas pensando en Vengadores: Endgame, la película que pondrá fin a una época en el cine superheroico, y que marcará un hito en el corazón de los marvelitas), veintidós películas y todavía sigue sorprendiéndonos.
Capitana Marvel era la asignatura pendiente de Marvel Studios y de Kevin Feige, y es que habiendo presentado a personajes femeninos tan capitales para este cosmos de ficción marvel en la gran pantalla como Natasha Romanov, la Viuda Negra, no se comprendía que la misma no tuviera película en solitario, demostrándose una vez más, que el machismo impera en todos los estratos del arte mainstream.
No obstante, si algo han demostrado Feige y su equipo es que son capaces de romper las barreras que hagan falta, aunque el objetivo siempre sea ganar más dinero, por lo que se atrevieron a otorgar una película a una superheroína femenina, y en vez de tirar por el camino fácil y utilizar a la Viuda Negra (ya bien asentada en el famdom) decidieron utilizar a Carol Danvers, quien hasta no hace muchos años no solo no era la Capitana Marvel, si no que tampoco era un personaje destacado dentro de Marvel.

Así pues, Capitana Marvel (previamente presentada como la última esperanza del universo en la escena postcréditos de Infinity War) llegaba a nuestros cines, y allí que acudí tan pronto como pude para disfrutar de todo su poder en pantalla grande. Y lo que me encontré no me decepcionó, en absoluto. Siendo sinceros, Capitana Marvel no es ni la mejor película de Marvel Studios (lo que no deja de ser difícil al ser la vigésimo segunda de este largo y disfrutable proyecto que ya lleva durando la friolera de once años) pero tampoco es la peor, estando a mi parecer en la parte medio-alta de la tabla en el ránking, presentándonos una historia de orígenes que huye de los fáciles convencionalismos y que se cuenta a través de recuerdos borrosos de la protagonista que además, hasta bien entrada la trama no nos especifica si ocurrieron en el pasado o en el futuro. De este modo, Capitana Marvel asume un riesgo que otras películas como Capitan América, Thor o Doctor Extraño (también de orígenes) no se atrevieron ni a plantearse.

La ambientación por su parte, no puede ser más acertada, y es que se utiliza la época de la década de los noventa para mostrarnos a un Nick Furia que ejerce de divertido sidekick, y que todavía no era la leyenda en la que se convertiría, demostrándosenos una vez más (aunque con algún flagrante error de continuidad como el del paradero del Teseracto) que el otrora Director de SHIELD tenía su propia agenda mucho antes de que Iron Man apareciera en aquel ya lejano año 2008.

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Que además, la película vaya más allá y asuma los orígenes extraterrestres de la protagonista, haciendo que parte de la cinta pueda considerarse como de espionaje ligero con unos Skrulls y unos Kree que no sabemos hasta el final qué papel desempeñan no deja de ser otro acierto.

Sin embargo, y en el terreno de los contras, una vez analizados los pros, debemos decir que aunque Capitana Marvel arriesga en muchos aspectos, ya comentados, dejándonos además algunas píldoras para los fans que quizás apunten al futuro de este universo (como una futura Guerra Kree-Skrull o una nueva Capitana Marvel en la persona de Mónica Rambeau que en la actualidad del Universo Cinematográfico Marvel ya es adulta), no deja de ser un poco timorata en toda la parte de ciencia ficción, en la que perteneciendo a un Universo que ya ha asumido las tramas cósmicas como algo propio y convencional (con el camino que películas hoy ya lejanas como Thor o Guardianes de la Galaxia abrieron) podría haber dado más de sí con el conflicto espacial, pero quizás sea esto algo que se guarde Feige en la recámara para una más que probable secuela.

Como momento especialmente destacable he de señalar ese principo con el logo de Marvel Studios acompañado de un hoy tristemente finado Stan Lee y de todos los cameos de éste, nunca te olvidaremos Stan, y tu gran labor hoy se ve plasmada en grandes películas como esta.

Entre la fórmula y la épica, por Jordi T. Pardo

La fórmula es el concepto que los aficionados utilizamos despectivamente para hablar habitualmente de las películas de Marvel Studios. Es cierto, la compañía ha encontrado una manera de atraer al gran público poniendo encima de la mesa unos elementos muy reconocibles en cada una de sus películas: tramas sencillas, mucha acción, todavía más humor y personajes capaces de explotar con éxito los recovecos de sus homólogos de papel. Esto puede verse como una falta de riesgo, pero también es un punto que añade cohesión a estas producciones que han acabado atrayendo al gran público precisamente por su sentido de universo compartido. Capitana Marvel solo es un paso más en este sentido, con los mismos aciertos y defectos que otras producciones del estudio puedan tener. También, como fue el caso de anteriores filmes de Marvel Studios en fases anteriores, la historia de Carol Danvers sirve aquí como puente y precuela de todo lo visto anteriormente y lo que está por venir –Vengadores: Endgame– en el universo Marvel cinematográfico.

Capitana Marvel es una buena muestra de cine superheroico de Marvel Studios. Nos presenta una historia de origen que podríamos considerar prototípica de no ser por su estructura y su manera de empezar a contarnos su historia in media res. Esto facilita que nos acomodemos en la consabida fórmula y disfrutemos en su primera parte de una cinta llena de acción y humor marca de la casa en la que sobresale su protagonista y el conflicto en ciernes entre Skrulls y Krees que se nos plantea. Es igual de ligera que Ant-Man y La Avispa, Black Panther o Thor: Ragnarok, algunas de las últimas producciones de Marvel Studios y, como las primeras entregas de muchos otros personajes de este universo, se queda algo corta en algunos aspectos. La fórmula está más equilibrada en este caso, dando espacio para el drama, la acción y con un sentido del humor más acotado y más situacional que en otras películas.

No obstante, si hay un apartado que se resiente especialmente es el técnico; los efectos especiales no están todo lo logrados que deberían y se resienten mucho de cara al final de la cinta. El diseño de producción para una película de corte cósmico resulta rácano y no cabe duda que debe mejorar en las próximas apariciones del personaje. Es algo que hemos visto en otras primeras aventuras de algunos personajes de Marvel Studios, aunque para encontrar una producción tan baja de la compañía en este aspecto nos tendríamos que remontar a filmes de hace ya años. Es este apartado el que más resta a la película dirigida por Anna Boden y Ryan Fleck que no logran darle un extra a la personalidad del filme como otros artesanos han logrado con anterioridad en Marvel Studios: el caso de James Gunn en Guardianes de la Galaxia o los Hermanos Russo con el Capitán América.

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Lo que hace de maravilla Capitana Marvel es retratar a su heroína, condensado parte de su historia y origen en los cómics y dejando aun así cierto espacio para la sorpresa. Hay cambios que nos pueden resultar llamativos, pero tienen todo el sentido teniendo en cuenta la continuidad de las películas de Marvel Studios. Si algo sabemos a estas alturas es que Marvel Studios tiende a sintetizar, resumir y alterar partes del canon en beneficio del universo alternativo que han ido construyendo durante tantos años. Capitana Marvel puede ser predecible, e incluso algo repetitiva en alguna de sus ideas, pero consigue emocionar en muchos de sus pasajes, en sus conexiones con el universo ya establecido y en lo que se apunta de cara al futuro. Es Brie Larson la que logra hacer creíble al personaje que en contraste con el resto de superhéroes de Marvel Studios puede aportar muchas aristas y matices al universo cósmico de la compañía.

Hay muchos momentos que al aficionado a los cómics le pueden sacar de la película: su interpretación de Nick Furia, su manera de presentar a Mar-Vell, los friendly skrulls, etc. Pero son todos aspectos que hablan de eso mismo, de una visión y no de la calidad propiamente de la película porque, como hay que recordar siempre, esto no deja de ser una adaptación. Es decir, este Furia cumple su rol, presentando al personaje con algunos años menos, la presentación de Mar-Vell simplifica una historia que en su versión cinematográfica nunca podría hacer justicia al tema del legado tal como lo conocemos en los cómics y los skrulls y los krees que aquí vemos son solo una parte de un conflicto mucho más grande que seguramente tendrá un impacto mayor en futuras producciones. Capitana Marvel no es una película perfecta pero cumple en su voluntad de entretener y como nueva pieza del puzzle que es el universo cinematográfico de Marvel Studios.

Discurso empoderante, por Miguel Ángel Crespo

Siempre ha existido cierto sector que pretende mantener separados a los personajes de cómic de los movimientos políticos. Esta postura no sólo evidencia cierta ignorancia sobre esos mismos personajes (todos recordamos la mítica portada en la que el Capitán América le soltaba un puñetazo a Hitler, ¿verdad?) sino también sobre la propia sociedad en la que vivimos. En un mundo plagado de desigualdades, cualquier acto que lleve a cabo una persona que haya nacido con un color de piel o una orientación sexual diferente a la de la mayoría es siempre un acto político. Lo mismo se puede decir de cualquier acto llevado a cabo por una mujer dentro de un sistema que continuamente discrimina a las personas por su género. Capitana Marvel es una película orgullosamente política que ha sido diseñada con meticulosidad para convertir a su protagonista en un icono feminista. No obstante, lo relevante aquí es que la Capitana Marvel de los cómics ya era una gran representante del mensaje feminista varias décadas antes de se iniciase el Universo Marvel Cinematográfico.

La película no sólo incorporó ese discurso político a su campaña de marketing (como también lo hizo antes Black Panther con gran acierto) sino que lo ha convertido en el núcleo mismo de su narrativa. Al hacerlo, pese a los inevitables cambios, se ha asegurado de ser fiel tanto a la esencia de la Carol Danvers original como a las versiones más modernas. En lo que a su discurso político se refiere, Capitana Marvel se yergue sobre la época más clásica del personaje (aquella en la que el título de Ms. Marvel no había sido elegido por casualidad y por la que pasó la inolvidable pluma de Chris Claremont) y hace suyas las enseñanzas de la reinvención orquestada por Kelly Sue DeConnick (en la que por fin el título de Ms. cedió su lugar al de Capitana).

Pese a iniciar su narración con la trama ya empezada aprovechando la amnesia de su protagonista, lo peor que se le puede achacar a la cinta es el hecho de tratarse de una “película de origen” más o menos convencional. Ya hemos visto aplicar este formato en numerosas ocasiones y a estas alturas algunos lo dábamos ya por superado. Si Capitana Marvel resulta un tanto previsible es porque sigue un esquema bien conocido y eso hace que carezca del factor sorpresa. Siendo quisquillosos también podríamos decir que el tramo inicial no es tan espectacular como podríamos haber esperado, pero esto no es tanto un problema de la película como nuestro, ya que todo lo que nos ha llegado con posterioridad al derroche pirotécnico de Infinity War palidece un poco en comparación. En cualquier caso, la segunda mitad se redime. La realidad es que se trata de una película entretenida y dinámica en la que destaca la química que se establece entre Brie Larson, una actriz que goza de un rango interpretativo sorprendentemente amplio y que salta con comodidad de la comedia al drama, y Samuel L. Jackson, viejo conocido de las películas de Marvel Studios que aquí nos muestra la vertiente más inesperada, burlona y desmitificadora del personaje de Nick Furia.

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Capitana Marvel sigue a rajatabla la exitosa “fórmula Marvel”, que combina acción y comedia con unos ligeros toques de drama. Lo que añade a este cóctel con el que ya todos estamos familiarizados es el mensaje empoderante, que se dirige muy especialmente a las mujeres pero que en realidad es un mensaje universal. Tiene, por tanto, todo lo necesario para gustar a los seguidores del Universo Marvel Cinematográfico. En un pirueta narrativa tan arriesgada como eficaz, la película recurre a la magia de la retrocontinuidad para encajar dentro del gigantesco rompecabezas que está siendo este universo de ficción. De esta forma, Carol no sólo se ha convertido en la razón de ser de los Vengadores sino que también será el elemento que marcará la diferencia en Endgame (ahí va una teoría: si la Bruja Escarlata, cuyos poderes se derivan de una de las gemas del infinito, pudo romper una de las piedras en Infinity War, la Capitana Marvel, cuyo poder también tiene origen en una de las gemas, podrá repetir la hazaña en Endgame). También tiene a la Inteligencia Suprema y a Mar-Vell, cuyo cambio respecto a al personaje de los cómics sirve para apoyar el mensaje último de la cinta.

En definitiva, se trata de una película que contentará a los seguidores del Universo Marvel Cinematográfico. Capitana Marvel nos ha presentado a los Kree más genuinamente Kree que hemos visto hasta ahora (por divertido que resultase el Ronan de Guardianes de la Galaxia, el Ronan de Capitana Marvel es el único que hace auténtica justicia al Acusador del Imperio Kree), ha enriquecido la línea temporal del Teseracto y nos ha sorprendido con su interpretación de los Skrull. Quién sabe, con un poco de suerte puede que incluso nos haya presentado a la futura Fotón. Su propuesta es muy divertida (los gags con el gato Goose son un tanto exagerados, pero a juzgar por las carcajadas en la sala funcionan sobradamente) y su tramo final es un soberbio espectáculo de acción (podemos ver a Carol destrozando una flota Kree con sus propias manos… ¿qué más se puede pedir?). También es una película con un mensaje actual y relevante. Lejos de ser un lastre, en este caso el discurso político contribuye a construir la identidad propia de la película. Esta Capitana Marvel le hace un guiño a la de los cómics pero también piensa en el futuro, en la legión de niñas y mujeres que se sentirán inspiradas y se sumarán a los incondicionales de Marvel Studios. Aquí está la prueba: se puede y se debe hacer blockbusters palomiteros políticamente comprometidos. Nuestros héroes pueden arrasar en taquilla y al mismo tiempo tener un discurso político. De hecho, puede que hasta sean mejores por ello.

Una capitana para todas, por Mònica Rex

Cuando en la redacción se plantea hacer una entrada grupal para comentar una película, a mi siempre me pasa lo mismo. No sé de qué hablar. Muchos de mis compañeros ya han comentado que a nivel técnico la película no es perfecta. Hay momentos muy puntuales en que los efectos especiales podrían ser mejores. Y también han dicho que, en general, la película tiene una buena dirección técnica y de actores acompañada de unas interpretaciones correctísimas. Con una Brie Larson brillante que sabe sacarle partido a cada situación con un gesto diferente. La versión más joven e ingenua de un Nick Furia que aún no conoce todos los males que acechan entre las estrellas, es perfectamente retratada por el gran Samuel L Jackson que nunca decepciona.

Respecto al guion, Capitana Marvel no revoluciona el cine. Es cierto. Si pecáramos de simplistas, podríamos decir que es la típica película donde un superhéroe tiene que acabar con una amenaza, pero al final no todo es lo que parece. Pero esto sería pasarnos de reduccionistas, cualquier película de superhéroes de todos los tiempos podría encajar en esa definición. El elemento diferencial es que Capitana Marvel es una película con un gran trasfondo social y político. El precio a pagar por posicionarte políticamente sobre ciertos aspectos es ganar un gran número de detractores. Black Panther era demasiado negra, demasiado racial. Capitana Marvel es demasiado feminista, demasiado radical. Ambas hicieron algo bien que molestó a los sectores más conservadores de la sociedad global. Por tanto, creo que para valorar de forma justa la película, hay que tener en cuenta el mensaje que incluye.

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El feminismo es el movimiento ideológico que defiende que los hombres y las mujeres somos iguales. A partir de aquí, cada escuela feminista pone sus matices, sus adjetivos y sus subordinadas. Pero todos ellos reconocen un elemento intrínseco a la noción básica de feminismo y es que no siempre hay igualdad entre hombres y mujeres. A nivel histórico, a nivel económico y en muchos espacios sociales, no se nos trata con igualdad. Capitana Marvel habla constantemente de la desigualdad que Carol Danvers sufre por ser una mujer adulta en los años 90. Lo hace de manera directa, enseñándote recuerdos de su pasado donde aparecen personas que la menosprecian por ser una mujer en un mundo de hombres, el ejemplo más claro es su trabajo. Ella sólo podía ser piloto de prueba, por alguna razón los ovarios te incapacitan para conducir de forma profesional un avión. Pero también lo hace de forma indirecta, los Kree controlan su poder con un implante en la nuca. ¿Y qué hace Carol antes esta desigualdad? No pierde la esperanza, se levanta, sigue luchando y vence. Sin necesidad de convertirse en un personaje masculinizado, desde su propia identidad femenina con todos los matices que ello conlleva. Decide no luchar contra Yon-Rogg y mandarle de vuelta hacia el Imperio Kree con un poderoso mensaje. Y a todos los que estamos en el cine, nos mandó a casa con otro: nosotras podemos hacer lo mismo que ellos. Igual de bien, igual de mal, con los mismos errores. Somos iguales y basta ya de insinuar lo contrario.

Además, el mensaje de la película va más allá de visibilizar esa desigualdad y darle una respuesta positiva. Es transversal en la narración y en los elementos que la componen. No en vano el reparto está plagado de mujeres (y niña) fuertes e independientes que nos muestran diferentes maneras de ser mujer, todas ellas compatibles. Los personajes masculinos que acompañan a la Capitana le dan su espacio, permiten que crezca y la tratan como a un igual. Una de las escenas más interesantes en ese sentido es cuando el joven Nick Furia y ella están hablando de sus jefes. No hay condescendencia, no hay superioridad, son dos soldados haciendo chascarrillos sobre sus superiores. Son dos seres humanos mirándose a los ojos y tratándose con igualdad: eso es feminismo. Cuando Monica mira seriamente a su madre, Maria, y le dice “déjame con los abuelos, vete al espacio y conviértete en un buen ejemplo para mi”: eso es feminismo. Capitana Marvel está plagada de diálogos y guiños feministas. Es un grito ensordecedor a favor de la igualdad entre sexos y razas.

La cara B del UCM, por Giovanni Casella

Capitana Marvel tuvo por suerte, pero también por desgracia, que se estrenara entre dos entregas de Los Vengadores: Infinity War y Endgame. Por un lado, se vio beneficiada comercialmente por el mastodóntico efecto de arrastre que suponen estas dos películas, llenando, “casi sin querer”, las salas y asegurándose, una vez más, el enésimo taquillazo para las arcas de Marvel Studios/Disney. Por otro lado, si no fuera por Los Vengadores y todo el Universo Cinematográfico Compartido, esta película pasaría sin pena ni gloria por las carteleras. Y es que estamos ante un filme carente de personalidad, de autonomía, de identidad por sí mismo, que necesita de todo el espectáculo que se ha ido orquestando durante la última década para ofrecer algo de interés, y sobre todo, para poder subsistir. Esto, damas y caballeros, es una de las peores afirmaciones que se puede hacer sobre una película. Estamos, si me permiten el símil con el mundo de los videojuegos, ante un DLC más que ante un videojuego propiamente dicho. Es decir, el DLC (salvo excepción) necesita de un videojuego base para poder existir y funcionar; por sí solo, es incapaz de ejecutarse. Precisamente, esto es lo que le pasa a la cinta protagonizada por Brie Larson. Si ustedes le quitan aquellas referencias sobre el UCM, ¿en qué se queda la película? En algo totalmente olvidable y prescindible.

No destacan ni la dirección de actores, ni el diseño de producción (de los peores en una película Marvel, e impropio en un blockbuster que se precie), ni los efectos especiales, ni el guion, ni nada. Incluso en su empeño en recrear los 90 falla continuamente al mostrar elementos que vieron la luz después de la época en la que se ambienta la historia del filme. Con esto no quiero decir que la película sea tan mala como Escuadrón Suicida (misión casi imposible), pero estamos ante una película totalmente plana que ni propone ni estimula a quien suscribe estas palabras. Si le aplicamos la teoría de James Bond, saldría muy mal parada la película. Esa teoría dice que una cinta de 007 es tan buena como bueno es el villano de la función. Infinity War tenía como clave de su gran éxito precisamente a Thanos; en cambio, Capitana Marvel tiene a unos pardillos de medio pelo como rivales ante tan potente superheroína. Esto nos priva de peligro, de desafíos, de épica, dándonos en su lugar algo, como he comentado hace un solo momento, plano.

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Me gustaría destacar sobre el elenco actoral que dos grandes intérpretes como son Annette Bening y Jude Law dan serias muestras de que tenían alguna factura pendiente por pagar o que querían darse un caprichito, porque aquí me recordaron a Benicio del Toro en Los últimos Jedi: actuación con el piloto automático con la mirada firme esperando el cheque. Por cierto, tuve dudas durante todo el metraje de si estaba viendo a la protagonista de American Beauty, o en cambio era el último trabajo de David Bowie delante de las cámaras. También destacaría la desgana de Samuel L. Jackson, actor por el que tengo debilidad especial, que aquí parece una parodia de sí mismo y del personaje. Por último, añadiría la innecesaria vuelta de un “joven” Phil Coulson que contagiándose del espíritu de la película, no aporta nada. El rejuvenecimiento facial vía FX al pobre Clark Gregg lo dejó menos inexpresivo que el botox a Nicole Kidman.

Espero que en el futuro, no solo Marvel, sino también otras compañías, nos ofrezcan a nosotros, que pagamos las entradas escrupulosamente, un espectáculo de por sí contenido y autónomo, independientemente de que forme parte de algo mayor, pero que de forma asilada funcione, emocione, y tenga los suficientes atractivos para realmente olvidarnos de ese “algo mayor”, y salir del cine sintiendo que uno ha presenciado una historia y no una parte de o una transición.

I’m just a girl, por Juan Luis Daza

Más allá de la incomprensible polémica y el “boicot”, de efectividad cuestionable si tenemos en cuenta las cifras de recaudación a nivel mundial, a manos de un grupo de personas incapaces de diferenciar ficción y realidad o comprender cuán necesarias son la diversidad, la visibilidad o la inclusión en todo lo concerniente a largometrajes con una gran parte de público infantil como receptor a un servidor no le llamaba demasiado la atención una película como Capitana Marvel. Si obviamos la potentísima Vengadores: Infinity War, ante la que caí rendido irremisiblemente, mi relación con las últimas producciones de Marvel Studios se ha movido entre la indiferencia y cierta decepción como ya dejé patente en la reseñas de Thor: Ragnarok, Spider-Man: Homecoming o Black Panther. Sin saber a ciencia cierta si fueron mis bajas expectativas las responsables hace unos días salí muy satisfecho de la proyección de esta primera incursión cinematográfica de Carol Danvers.

Capitana Marvel supone la primera película de Marvel Studios protagonizada por una mujer aunque todos sabemos que el UMC está repleto de roles femeninos secundarios, muchos de ellos notablemente importantes para su construcción y desarrollo. De la dirección se encargan, Anna Boden y Ryan Fleck, marcando la presencia de la primera la, también, primera incursión de una realizadora en la productora comandada por Kevin Feige. El guión ha sido asignado a los mismos directores con la ayuda de las autoras Nicole Perlman (Guardianes de la Galaxia), Geneva Robertson-Dworet (Tomb Raider) y Meg LeFauve (El Viaje de Arlo). En el reparto encontramos a Brie Larson como Carol Danvers y le acompañan Samuel L. Jackson, Jude Law, Annete Benning, Lee Pace, Mckenna Grace, Clark Gregg o Djimon Hounsou entre otros.

Como era de esperar y lógico Captain Marvel es una “película de orígenes” y como tal sigue de manera minuciosa la fórmula establecida por la división cinematográfica de Marvel Cómics. Lo interesante es que dentro de una conceptualidad bastante rígida y conservadora la cinta de Anna Boden y Ryan Fleck se adscribe a distintos subgéneros. Por un lado apela a las señas de identidad propias del celuloide superheróico clásico, pero también hay una clara influencia de la space opera, tanto de la indivisible al universo cósmico en viñetas en el que se inspira como de la cinematográfica ya establecida en la franquicia por las dos entregas de Guardianes de la Galaxia o Vengadores Infinty War. A todo esto se suma una divertida vertiente de thriller policíaco de los 90 reflejada no sólo en la ambientación, sino en la puesta en escena de varios de los pasajes relacionados con la acción del film.

Evidentemente la película realiza una traslación del génesis en viñetas del personaje auspiciado por sus creadores, el guionista Roy Thomas y el dibujante Gene Colan, a finales de los 60. Pero el guión escrito a doce manos toma también notables referencias de sagas como La Guerra Kree-Skull o la más reciente Invasión Secreta, aunque asumiendo no pocas licencias, tan coherentes con la construcción argumental del relato planteado, como controvertidas en lo referido a su origen en viñetas. De esta manera la historia, con puntos en común tanto con la franquicia de Jason Bourne como con Memoria Letal (The Long Kiss GoodNight), de Shane Black y Renny Harlin, centra su atención en el intento por parte de la protagonista de recuperar los recuerdos que le permitan saber quién es y de dónde procede mientras forma parte de Fuerza Estelar del imperio Kree, enfrentado este con sus rivales, los Skrull, localizando la acción en el año 1995 terrestre.

Resulta curioso que en los primeros compases del metraje se utilice un recurso tan poco acomodaticio e inusual en este tipo de celuloide como el del aluvión de flashbacks desordenados expuestos en la secuencia de la captura de Carol y luego desplegados a lo largo y ancho del film para ir encajando gradualmente como si de un puzzle se tratase. Esa idea narrativa que pudiera hacernos parecer que Capitana Marvel va a transitar terrenos algo más exigentes de cara al espectador finalmente desaparece y deja paso a una trama mucho más funcional y lineal, aunque no carente de interés. En este sentido el libreto se apega a la “Fórmula Marvel Studios” con una hábil mezcla de acción, drama y humor dosificada de manera inteligente y añadiendo un tono que transita con facilidad entre la épica, un intimismo tan ligero como efectivo y una comicidad casi nunca fuera de lugar y encontrando a sus mejores valedores en la protagonista, los personajes de Samuel L. Jackson y Ben Mendelsohn o Goose.

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El trabajo detrás de las cámaras de Anna Boden y Ryan Fleck es el habitual en casi todas las producciones de Marvel Studios. Una labor tan impersonal como cumplidora es la desplegada por los autores Una Historia Casi Divertida, centrándose principalmente en los pasajes focalizados en las relaciones interpersonales de los protagonistas y dejando las secuencias de acción con más envergadura a una segunda unidad ducha en el uso del CGI y un diseño de producción de proporciones cósmicas, nunca mejor dicho. Aunque se ha comentado en este sentido que Capitana Marvel no está a la altura un servidor más allá de algún momento puntual en lo referido a los efectos digitales y el, notablemente mejorable, maquillaje de los Skrull no ha visto nada fuera de lugar. Lógicamente producciones como las del díptico Guardianes de la Galaxia o la, trilogía de los Vengadores son más ricas en cuanto a contenido y continente, pero en la cinta que nos ocupa no encuentro nada grave.

Después de la polémica detrás, no sólo de los temas sobre la militancia de la actriz o sus peticiones de cara a las entrevistas, del todo lúcidas para el que suscribe, sino también de las referentes a si en las imágenes promocionales nunca salía sonriendo, a esos límites de insulsez hemos llegado, Brie Larson me ha convencido dando vida a Carol Danvers. Evidentemente no destila las ingentes dosis de carisma del personaje en, por poner un ejemplo destacable y más o menos reciente, los cómics escritos por Kelly Sue DeConnick, guionista con fugaz cameo en la película, pero la actriz de The Room sabe insuflarle las adecuadas dosis de carisma, fuerza, simpatía y dramatismo para mostrarse convincente en esta producción y asentar las bases para desarrollar su rol de cara a futuras incursiones del mismo en el UCM. Como la que se nos viene encima en poco menos de un mes con la cuarta entrega de Los Vengadores.

Por suerte Larson cuenta con un sidekick a la altura de las circunstancias. Esta es la tercera vez que la actriz comparte pantalla con Samuel L. Jackson después de la divertidísima Kong: Isla Calavera y Tienda de Unicornios, su debut como directora, y en todo momento se nota la complicidad de ambos en pantalla. Es divertido encontrar a un Nick Furia todavía ajeno a la naturaleza sobrenatural de los superhéroes con los que irá encontrándose a lo largo de su carrera profesional dentro de SHIELD o asistir a los primeros pasos como agente de campo de un joven, y novato, Phil Coulson interpretado por un convenientemente rejuvenecido Clark Gregg. Ben Mendelsohn por medio de profesionalidad y Annete Bening de veteranía sacan adelante dos interesantes, pero polémicos, personajes mientras Goose se convierte en el secundario robaplanos ganándose el corazón de la platea por su mezcla entre ternura y brutalidad, muy en la línea de Groot. Por último Jude Law acierta a la hora de dar vida a un rol ambiguo y perspicaz capaz de sacar mucho partido a los pasajes compartidos con la protagonista.

Más allá de mi alegría por la bestial recaudación internacional de la película sería injusto considerar Capitana Marvel como una gran película de superhéroes o una de las mejores producciones de Marvel Sutidos, porque desde mi punto de vista, personal e intransferible, está lejos de serlo. Pero como primera película del personaje en particular y protagonizada por un personaje femenino de la Casa de las Ideas en general cumple sobradamente su cometido de entretener y transmitir un, sencillo y efectivo, mensaje sobre anteponerse a la adversidad aunque esta siempre intente machacarnos por puro rechazo social o prejuicios de distinto pelaje. El largometraje de Anna Boden y Ryan Fleck no destaca con notoriedad en ningún aspecto, pero funciona de manera competente en todos ellos y sirve como agradable entremés de cara a esa Avengers: Endgame de la que espero con ganas el momento en que Carol se las vea con el Titán Loco y empiecen a repartir hostilidades mutuas.

La confirmación de la heroína, por Nacho Pena

Después de 11 años desde la creación de su universo cinematográfico Marvel por fin tiene su primera película enteramente protagonizada por una superheroína. Por fin llega a los cines Capitana Marvel, el filme que introduce a Carol Danvers en el Universo Marvel audiovisual y el primer paso de cara a convertirse en el estandarte de los héroes Marvel en el futuro venidero.

El guión de la película ofrece una nueva versión del origen del personaje, que ha sido replicado en los cómics de “La Vida de la Capitana Marvel” por Margaret Stohl y Carlos Pacheco en una miniserie que ha sido recientemente publicada aquí en España. Un argumento que sigue el mismo esquema que la mayoría de películas de origen de Marvel Studios, el viaje del héroe que también sirve para que el protagonista se “encuentre” a si mismo, que, aquí no es sorprendente pero está bastante bien llevado. No es una película excelsa pero cumple su cometido como adecuada introducción del personaje y que, debido a su éxito, podrá aprovechar todas las características de su universo propio en futuras secuelas.

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Si bien es cierto que las partes en las que Brie Larson lleva el peso de la historia por si misma son escasos, teniendo que compartir plano primero con el Yon-Rogg de Jude Law y luego con el joven Nick Furia de Samuel L. Jackson. Apuntar ver a dos de los personajes más planos de Marvel Studios en mi opinión, Korath interpretado por Djimon Hounsou y el Ronan el Acusador de Lee Pace, que si por un casual ha sobrevivido a su defunción en la primera parte de Guardianes de la Galaxia y se le diese el trato del universo cósmico de Abnett y Lanning me quito el sombrero, pero lo veo algo improbable viendo el fracaso que ha resultado la apuesta audiovisual por los Inhumanos. Aparte de Danvers y Furia, se percibe poco carisma en la gran mayoría de secundarios salvo en el caso de las Rambeau (Maria y Monica, interpretadas por Lashana Lynch y Akira Akbar respectivamente), la Dra. Lawson (Annette Bening) y finalmente Talos, interpretado por un Ben Mendelsohn al que da gusto ver en un papel algo alejado del registro que lleva haciendo los últimos años.

La historia toma conceptos de varias historias, del primer Capitán Marvel original (Mar-Vell), La Guerra Kree-Skrull (que seguramente se explote en futuros filmes), Operación: Tormenta Galáctica o el Proyecto Pegaso, que, están bien cogidos pero en muchos casos se quedan en la superficie, aunque es muy probable que en las secuelas venideras del personaje (o si se deciden hacer nuevas películas de Los Vengadores con otros personajes), se explotarán como pilar de las futuras historias de Marvel Studios.

El poder de una idea, por Pablo Menéndez

Capitana Marvel sabe a poco. Es una película un tanto formulaica y algo simple. Pero la expectación que a estas alturas todo el mundo siente por el inminente estreno de Vengadores: Endgame y, sobre todo, la importancia del mensaje, hacen que los fallos de la película importen poco.

Hablaré de estos últimos en primer lugar, y me quitaré el lado amargo de la crítica de encima. Si hay algo que se le puede achacar a la cinta protagonizada por la maravillosa y carismática Brie Larson es que parece estar hecha con muy poco cariño. Quizá se debe a un exceso de confianza (Marvel sabe que, haga lo que haga, no va a errar el tiro), a una aplicación demasiado consciente de una fórmula, o a su carácter de prólogo con respecto al gran evento marvelita del año, pero la cinta tiene fallos clamorosos que podrían haberse solucionado con un poco de atención.

Estamos hablando de una escena completa en la que protagonista sale calzada con botas, para encontrarse descalza en el siguiente plano. Lo mismo ocurre con unos pantalones, para más inri en el primer o segundo plano de la cinta.
El montaje es también extraño. En ciertos momentos da la impresión de que alguien se ha comido tres o cuatro frames. Los efectos visuales, sobre todo en lo que se refiere al rejuvenecimiento de Phil Coulson, cantan por bulerías. Todo esto evidencia problemas en el rodaje, que Marvel, lógicamente, no divulgará.

Es necesario señalar también ciertos “problemas” de guion que lastran la cinta. Entrecomillo problemas, porque en realidad no son tales, sí no más bien decisiones discutibles. ¿Era realmente necesario contar la historia con tantas dislocaciones temporales? El síndrome Batman Begins sigue muy presente.

Pero mientras en esta última película el recurso se utilizaba de forma inteligente para introducirnos en la compleja psicología del héroe, en Capitana Marvel (un personaje apenas esbozado, como debe ser si su público objetivo son los niños) estas virguerías narrativas solo consiguen provocar un lío considerable.

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Esa es la parte mala. Como he apuntado más arriba, el carisma de Brie Larson es increíble. Si de algo se puede jactar Marvel es de su buen ojo a la hora de elegir personajes protagonistas, una virtud del departamento de producción que vuelve a repetirse ahora que la protagonista es por primera vez una mujer. Nick Furia y Goose roban todas las risas de la película. Annette Benning no sabe muy bien que está haciendo allí. Jude Law hace un gran papel encarnando el patetismo inherente al “gran guerrero macho”.

A destacar también el protagonismo que se le da a la muy feminista escritora Kelly Sue DeConnick, quien incluso sale en un plano de la película, a nivel narrativo/temático.

Más allá de la discutible (por oportunista) estrategia de estrenar la película el 8 de Marzo, no cabe duda de que la identidad femenina (si se me disculpa el calificativo genérico-sexual) es una parte indisociable de la película. El momento “inspirador” de Carol con la hija de su mejor amiga es estremecedor, pero lo son más todavía las referencias veladas a la relación que ambas mantenían antes de que la Capitana se marchara al espacio a vivir aventuras siderales.

En conclusión, Capitana Marvel es la película perfecta para pasar un buen rato, desconectar y sentirse un poco más conectado con la realidad social en la que se vive. El producto Marvel del mes que nos pondrá los dientes largos con su escena post-créditos, y hará que muchos acampen desde ya en la puerta del cine.

Recuerda quién eres, por Daniel Gavilán

Coger aprecio a un personaje de cómic es un arma de doble filo. Por una parte, esta claro que si esto ocurre es que te ha acompañado en un momento, lectura o experiencia que se ha convertio en especial para ti. Ocurra lo que ocurra, eso no habrá quien te lo quite. Por otro, cada vez que se anuncie un cambio de estatus, nuevo equipo creativo, serie, versión o adaptación en imagen real, te vas a ver condenado a vivir en un eterno conflicto entre el entusiasmo por ver que saldrá de ahí, y el miedo de que esta vez sí. Que esta sea en la que todo se tuerza y lo hagan mal.

De personaje que me llamaba la atención cuando lo descubrí a traves de la serie de animación de La Patrulla-X y unos tebeos de Claremont y Byrne, a uno de mis superhéroes Marvel favoritos desde la etapa de Kelly Sue DeConnick, si algo le puedo reconocer a la película de La Capitana Marvel es que lo tenía prácticamente todo para ganarme a su favor. Desde saber entender a la perfección a su personaje para darle una voz propia dentro del universo cinematográfico de Marvel Studios, a saber ofrecer una propuesta potente en base de los principales mimbres que han compuesto su historia. Desde esa disociación personal de sus primeras historias patente en un conflicto interno en el que la alienación va mucho más allá de ser trasladada a un planeta alienígena, hasta el carácter feminista con la que la hizo emerger Conway, pasando por el desbordante humanismo de sus etapas más recientes y el empoderamiento de momentos cumbres como la batalla contra El Nido o su regreso triunfal con Bendis.

Ahí estaban los guiños como ese Chewie reconvertido en Goose, la transformación del Psico Magnetron, la invasión de la persona, la Capitana Rambeau… E ideas tan poderosas como esa caústica reimaginación de la Inteligencia Suprema como sociedad que por medio de un falso razonamiento truncado nos convierte en engranajes reemplazables acomodados en un espejismo de libertad. Ideas como la lucidísima -y necesaria- reimaginación de los Skrulls en una época en la que se hace necesario dejar atrás los fantasmas espaciales de la guerra fría. Ideas, como la reinvención del mentor en un guiño que es tanto repaso a cincuenta y un años de personaje como celebración del despertar feminista con el que Carol vino de la mano.

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Todo, en forma de un viaje de descubrimiento personal que atraviesa recodos tan interesantes que seguramente caíga más de una revisión. Si a ello sumamos un reparto que apuntaba maneras, y en el que destacaba una Brie Larson que ya me tenía ganado desde La Habitación, Don Jon y Kong: Isla Calavera poca queja se podría decir que le fuera a poner. Pero ocurre que todo lo dicho viene acompañado por la que me ha parecido la peor dirección en una película de Marvel Studios desde que Louis Leterrier hizo que quisieramos que los derechos de Hulk volvieran a Universal, un fotografía terrible que nos bombardea con secuencias en las que no se ve prácticamente nada, una producción que nos recuerda que todo lo bueno que podamos recordar en asociación a los noventa de Broken Arrow, Han Llegado, Velocidad Terminal y Jungla de Cristal: La Venganza es más bien fruto de la nostalgia que algo real, y una dirección de actores que nos deja a gente como Samuel L. Jackson, Ben Mendelsohn, Judd Law y Annette Benning marcándose las interpretaciones más desafortunadas y vacías que les he visto en muchos años.

¿Exagerado? Quien sabe. Lo mismo para quien simplemente fuera a ver un nuevo episodio de la saga de Marvel Studios estos problemas no son tan importantes, o no pesan tanto como sus aportes más positivos. Para mi, que ante todo quería ver una buena película de la Capitana Marvel, desgraciadamente se me queda en una cinta con muy buenos mimbres, y una ejecución que deja mucho que desear. ¿Sigo con ganas de saber que le aguardará en el futuro a la Capitana Marvel de Brie Larson? Sí. Pero a poder ser que quienes se ocupen se lo curren algo más. Hasta entonces, momentos como el viaje de las memorias reescritas, el despertar en Hala o lo entrañable de secuencias como la del alto en un local abandonado y la despedida de Carol y Monica sirven de consuelo para que no todo quede en más potencial que realización.



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