Javier Vázquez Delgado recomienda: Siempre Vengadores, la Guerra del Destino

Por lo general hace falta tiempo para determinar lo que es un “clásico” del género, pero hay ocasiones, muy pocas, en las que nos topamos de bruces con un cómic que sabemos que va a estar ahí para siempre y se va a convertir en una de las historias más relevantes del medio o, por lo menos, de ese o esos personajes. Esa sensación llegó en 1999, en el 2000 para los que comprábamos grapa traducida en España, en cuanto acaba Siempre Vengadores, una historia inmensa en muchos sentidos. Ahora que se va a estrenar la cuarta película de los Vengadores, con una historia de la que sabemos muy poco (o por lo menos aquellos que hemos conseguido esquivar los spoilers), es buen momento para recordar esta serie y lo que supuso.

Corría el año 1998, la facción vengadora del universo Marvel estaba tocada de muerte, durante los noventa no se supo dar grandes historias que atrajeran al público a estos héroes (las cuestiones cualitativas ya las debe valorar cada persona) hasta el punto de que su serie, abierta en 1963, cerraba tras 402 números. Si bien aquí había una clara maniobra de marketing, recordemos que los Vengadores fallecían en su lucha contra Onslaught para salvar a la humanidad y resucitaban en otra Tierra en una especie de reboot (el fatídico Heroes Reborn) bajo la mano de las grandes estrellas que renegaran de la editorial para fundar Image Comics, la verdad es que las series de los héroes más poderosos llevaban dando bandazos unos cuantos años, en gran medida vapuleados por los mutantes. Sin embargo en ese año se iniciaba la conocida como Heroes Return, el regreso de los grandes héroes no mutantes a la Tierra 616, el universo Marvel devolvía a sus personajes a su lugar y a los Vengadores les tocaba abrir una nueva etapa en su historia, un volumen 3 firmado por el recientemente retirado George Perez, el hombre capaz de dibujar más personajes por página del universo y hacerlo bien, y un Kurt Busiek que, si bien ya había trabajado en cosas para la editorial, venía con un gran conocimiento de la franquicia vengadora bajo el brazo. La noticia supuso la alegría de muchos seguidores del grupo, las comparaciones son odiosas pero visto lo que precedía esto era la gloria absoluta, y el volumen 3 comenzó calando hondo demostrando que ese saber no caía en saco roto. Es cierto que el éxito llegaría unos años más tarde, en la época de Brian Michael Bendis y con un innegable empujón por el universo cinematográfico Marvel, pero si hubiese que poner un punto en la historia en el cual los Vengadores comenzaron su nuevo alzamiento, seria este.

Era febrero del 98 cuando salía a la venta el primer número de Los Vengadores y diciembre del mismo año cuando la casa de las ideas lanzaba al mercado otro nuevo número 1 de una serie del grupo, Siempre Vengadores aparecía con Busiek demostrando que no solo conocía a los personajes sino que era una enciclopedia viviente de esta colección, no en vano harán falta páginas para explicar las referencias que toma, a este le ayuda Roger Stern en algunos puntos desde el tercer número y acreditado solo en el argumento. Al dibujo llega Carlos Pacheco, un autor venido de la franquicia mutante que no necesita presentación, pero que siempre está bien recordar que fue uno de los que abrió camino a los autores españoles en Estados Unidos. Pacheco no tenía nada que demostrar, sus historias en las series de X-Men hablaban por si solas, pero el dibujo de este Siempre Vengadores pasará a la historia como uno de los más importantes del grupo, situándose parejo a los grandes iconos de Marvel. Uno de los grandes hechos a los que contribuyó esta obra es a presentar a Jesús Merino como entintador, ambos artistas seguirán colaborando después, formando un equipo maravilloso.

Siempre Vengadores ha tenido varias ediciones en nuestro país, la primera fue la grapa de Forum allá por 1999, nueve meses después de su publicación en Estados Unidos, la distancia que por aquel entonces se mantenía con su país de origen, y constó de doce números, como la edición original. La más moderna y que se puede adquirir sin aparente problema es la del tomo de gran grosor y con tapa dura que contiene la aventura completa, publicado por Panini hace año y medio, en el formato al que ya estamos acostumbrados.

Esta serie es un clásico moderno, salido a la venta en el inicio de un nuevo momento histórico en el que los Vengadores comenzaban poco a poco a alzarse hasta convertirse en lo que son hoy, el principal grupo del la editorial, pero Siempre Vengadores no es una obra perfecta, en el arte nada lo es, y su principal problema es que exige demasiado al lector. En primer lugar el lector actual se encontrará una historia a la vieja usanza, es decir, números con muchos cuadros narrativos, bastante densa y muy explicativa, algo lógico al tratar un tema como los viajes en el tiempo, pero además es una obra que se disfruta más cuanto mayor sea el conocimiento que el lector tiene del grupo y del universo Marvel en general, pues está plagada de referencias y trata de explicar muchas cosas del pasado (e incluso del futuro) del universo Marvel que o bien no quedaron del todo explicadas en su día, que daban lugar a errores de continuidad o venía bien cambiarlas por algún motivo. Es una obra compleja y complicada si se quiere llegar al fondo de la misma, pero también tiene su parte de aventura superheroica que cualquier lector puede disfrutar, al final hay un hilo que seguir con sus momentos trágicos y su épica.

La historia comienza en Beta Centauro IV, planeta que se conoce por ser el de los Centurianos, la especie a la que pertenece Yondu, de los Guardianes de la Galaxia del futuro. Allí una extraña versión de Rick Jones para el tiempo y lanza a sus batallones de soldados Vengadores a matar a más de un tercio de la población. Todos los soldados van armados como los Vengadores clásicos, no los originales porque se obvia a Hulk intencionadamente, así hay un grupo con martillo, otro con repulsores, otro con escudos y el último como un microenjambre. El ataque es observado por los Guardianes del Tiempo, unos personajes de intenciones desconocidas que aparecen por primera vez en la colección de Thor en la década de los 70, sin mucha importancia en el universo Marvel hasta ahora. Tras este prólogo la acción se centra más en Rick Jones, ahora enfermo y al borde de la muerte, en un par de páginas los autores nos resumen lo básico de su historia, su encuentro con Bruce Banner que dio lugar a Hulk, cómo un aviso suyo por radio sobre Hulk fue lo que unió a los Vengadores por primera vez, su unión con el Capitán Marvel original, su papel en batallas clásicas como la Guerra Kree/Skrull y llegando hasta su último choque con Hulk, con los rostros de los grandes villanos involucrados en sus aventuras de fondo. Para su cura, los Vengadores lo llevan a una localización importante, la Zona Azul de la Luna, lugar de batallas, creado por los Kree y sitio donde reside la Inteligencia Suprema tras ser capturada por el famoso grupo de héroes. Pero no es la única localización importante del cómic, en el Limbo, lugar que aparece por primera vez en la serie de Los Vengadores aunque el público lo tiene más visto por su importancia en La Patrulla-X de Chris Claremont, reside Inmortus, el vigilante del tiempo aparecido por primera vez en los números iniciales de Los Vengadores, que envía a su secuaz Tempus, personaje usado en Los Cuatro Fantásticos y Thor como antagonista, a matar a Rick Jones, pero aparece Kang el Conquistador, uno de los mayores enemigos de los Vengadores, que a su vez es una versión más joven de Inmortus, como se descubrió en el Giant-Size Avengers número 3. En el transcurso de la lucha entre Kang e Inmortus, Rick Jones despierta y una misteriosa figura saca una extraña fuerza de su interior haciendo aparecer a siete miembros de los Vengadores, estas son solo las referencias y la historia del primer número.

¿Quiénes son estos Vengadores? El segundo número empieza con la pelea en la que estos extraños miembros de los Vengadores se ponen de parte de Kang para defender a Rick, lo primero que llama la atención es la alineación escogida, se ve a simple vista que son viajeros temporales y se guarda un poco de misterio sobre su origen. Lo segundo es que cuando todos esperan que el Capitán América les ordene atacar este se queda sin saber qué hacer y es La Avispa quien toma el mando. Por detrás nos hemos de quedar con una frase de Pájaro Cantor al Capitán Marvel: “debe ser el principio de la Guerra del Destino”. Así será también conocida esta saga.

Esa misteriosa figura que despertaba el poder del interior de Rick Jones se revela como Libra, un personaje muy especial que siempre encerró muchos misterios, entre otras cosas es el padre de Mantis, antigua Vengadora y parte de los Guardianes de la Galaxia. Aquí más que una referencia lo que hay es una historia, los autores narran la vida de Libra, sus acciones y sus motivaciones, como delincuente con el Zodiaco iba menguando sus actividades ya que cada vez le motivaba más la adquisición de conocimiento, se hacen algunos arreglos, cómo sobrevivió a la muerte de su equipo o una supuesta aparición que tuvo en series bajo otro seudónimo, lo que certifica que Busiek no solo viene a hacer referencias sino a arreglar estropicios en la continuidad.

La figura central es Rick Jones, en buena medida esto es un homenaje al personaje que tan presente ha estado en el universo Marvel, pero al escoger Vengadores de distintos momentos los autores también cuentan puntos cruciales de la historia del grupo. Chaqueta Amarilla es quizás el más claro de todos ellos, viene de ese momento de crisis en que Hank Pym toma ese alter ego al sufrir una crisis personal. Pájaro Cantor por aquel entonces ya era parte de los Thunderbolts, dentro de este grupo de villanos, que se hacían pasar por héroes, ella era la que más ganas tenía de redimirse de verdad con lo que no es raro que acabara como Vengadora, eso sí, en un futuro cercano, sin embargo deja clara la importancia de los Thunderbolts como sustitutos tras lo ocurrido contra Onslaught. Ojo de Halcón llega de un momento un poco posterior a otro evento importante, la Guerra Kree/Skrull, sin poderes ni flechas especiales. El Capitán Marvel es identificado rápidamente como Genis-Vell, al igual que Pájaro Cantor, viene del futuro, sin embargo no del mismo que esta, algo más lejano. El Hombre Gigante y La Avispa son tomados del presente en el que se desarrolla la historia, aquí hay un pequeño desfase que puede llevar a confusión por el cambio del traje del Hombre Hormiga, cosa que sucede a petición de Carlos Pacheco y que se acabará por convertir en un uniforme que recuerda a esta obra en concreto. Por último queda el Capitán América, otro punto importante en su historia y no precisamente de forma positiva, tras el final de Imperio Secreto (la saga original) Steve Rogers abandona su puesto como Capitán América, pues el personaje que aquí se recoge está en el punto intermedio entre ese final y el abandono. Ante este plantel la mejor elección posibles es que La Avispa lidere el grupo como ya hiciera varias veces en el pasado.

La acción se traslada a la Cronópolis de Kang siendo atacada por Inmortus, una base de operaciones del villano que ya había sido presentada en un anual del Capitán América. Allí se encuentran con unos Anacronautas defendiendo el palacio entre los que se distingue a un Lobo Rojo, antepasado del conocido en el presente, que de hecho ya había aparecido en la serie de Los Cuatro Fantásticos, a Ulises Bloodstone y a Ravonna, Terminatrix, enemiga/amante de Kang que tuvo su propia saga con los Vengadores. Una vez pausada esta batalla los autores trabajan la dinámica de equipo, algo complicado pues los del presente y futuro ven de manera diferente a los más clásicos que como son presentados en esta obra, saliendo temas como que Ojo de Halcón es, en este presente, líder de los Thunderbolts, que Chaqueta Amarilla no había hecho cosas de las que presume, los entrenamientos de Rick Jones o la unión de este con el Capitán Marvel en el pasado, cosa curiosa ya que Peter David retoma esta idea al hacer lo propio entre Rick y Genis, pero esto se verá más al final de Siempre Vengadores, aquí también se planta la semilla de la duda al afirmar que aun no se sabe si los que vienen del futuro vienen en realidad de ahí o de una versión alternativa.

La historia pasa de batalla a persecución hasta que los Vengadores deciden dividirse en grupos para poder atajar el problema y así la acción se parte. El Capi y el Hombre Gigante se van al Siglo XXI, donde hallarán a unos nuevos Vengadores liderados por Pantera Negra, el de siempre pero mucho más viejo, Yocasta, Dínamo Carmesí, Thundra, El Rayo Viviente y Killraven portando la versión del escudo de energía que llevaba el Capitán América cuando perdió el suyo, todo ello en un futuro distópico. Chaqueta Amarilla, Pájaro Cantor y Ojo de Halcón van a Tombstone en 1873, hogar de Dos Pistolas Kid, Rawhide y Kid Colt, haciendo referencia a una historia narrada en las páginas de Los Vengadores en la que Kang trataba de conquistar el pueblo. Por último Genis y La Avispa se trasladan a los años 50 para descubrir a un Skrull que se hacía pasar por Nixon, presentando a unos Vengadores de los años 50 aparecidos en un What if…? con Venus, Hombre Gorila, Marvel Boy, el Robot Humano y el Hombre 3-D. Tiempo después, en 2006, se conocerá a parte de ese grupo como Agentes de ATLAS con algún añadido, como Jimmy Woo, personaje de Atlas que llegaría a ser presentado en Marvel como agente de SHIELD, y llegarán a tener una interesante serie propia como grupo. Todo esto termina dando lugar a realidades alternativas que Inmortus va borrando según se da cuenta de su existencia gracias al Cristal de la Eternidad que había sacado de la ciudadela de Kang, la importancia de este dato es que no es la primera vez que Inmortus hace algo así, pero sí la primera que se enseña cómo lo hace.

Empezamos a tocar el ecuador de la serie, el sexto capitulo se convierte en “una loca retrospectiva de Inmortus”, según palabras de Rick Jones, ante algunos Vengadores, empiezan a aparecer imágenes del que aquí ejerce de villano en situaciones variadas e icónicas, en una reunión con el Doctor Muerte sacada del segundo anual de Los Cuatro Fantásticos, una escena de Inmortus duplicando el cuerpo de la Antorcha Humana original, lo que vendría a explicar que uno de ellos pasaría a ser el encontrado por el Pensador Loco en la serie de Los Cuatro Fantásticos y el otro la base usada por Ultrón para fabricar a La Visión. Precisamente otra imagen es la de la boda de La Visión y la Bruja Escarlata oficiada por Inmortus, así como la de Mantis y el Espadachín (que no era en realidad él) en el Giant Size número 4 de Los Vengadores, el viajero temporal también robó al martillo de Thor su capacidad para viajar por el Tiempo, vemos como asiste al encuentro entre Justicia y Vance Astro en Los Defensores, a su reunión con los Badoon en la serie de Estela Plateada, se ve una imagen del Hombre Máquina y Yocasta frente a él y, por último, al Segador y el Fantasma Espacial en su alianza contra Los Vengadores en su número 106. Lo que certifica que Busiek no es solo una enciclopedia viviente de Los Vengadores sino de todo el universo Marvel.

Pero en este punto no solo las referencias son importantes, se van construyendo buenas dinámicas entre los personajes que viajan a distintos puntos, en el futuro el Capitán América va luchando contra sus propios problemas mientras pelea junto a Pantera Negra, dos personajes que para su pueblo suponen una imagen de fortaleza lo que les hace guardar ciertas similitudes, mientras el Hombre Gigante asiste al nacimiento del bebé de Yocasta, algo muy importante al ser su ¿bisabuelo?. En Tombstone, una vez que ayudan a los héroes clásicos del Oeste a luchar contra Kang, Pájaro Cantor se va acercando a Ojo de Halcón, pero el problema es Chaqueta Amarilla, Busiek consigue reproducir las partes más odiosas del personaje.

Una vez reunidos de nuevo toca ir a por Inmortus al Limbo. En su viaje se toparán con unos importantes flashes del pasado donde se explica que La Visión fue construida con partes de la Antorcha Humana original, que pertenecen a las series de Los Vengadores y Vengadores Costa Oeste, de ahí la importancia de Inmortus dividiendo en dos a este último en anteriores viñetas (y que nos hace pensar ¿hasta dónde llegará la mano de Kang/Inmortus?). Básicamente se trata de arreglar varios desaguisados sobre la figura de estos dos personajes, apariciones en distintas series en tiempos similares harían que ciertas afirmaciones fueran incompatibles, entre ellas una del profesor Horton sobre que la Antorcha Humana era un ser biológico, que se arregla aquí convirtiéndolo en parte máquina parte biológica. Este tema se tratará especialmente en el octavo capítulo, un cómic muy cargado de referencias.

Si antes los autores tiraban de los encuentros o actuaciones de Inmortus en puntos clave, ahora habrá muchas imágenes sobre los enfrentamientos del villano con los Vengadores, en su colección, en la de los Vengadores Costa Oeste y en la de Thor. En esta parte Busiek y Pacheco también enfrentan a algunos de los miembros del equipo con sus propios miedos, se ven uniformes de las diferentes etapas de Clint Barton, una pantalla cuenta la vida de Hank Pym a Chaqueta Amarilla haciendo que este se de cuenta de quién es en realidad, Steve Rogers se enfrenta, dialécticamente, a distintas versiones de Nick Furia, empezando por el Sargento Furia, y Pájaro Cantor se ve juzgada por sus crímenes pasados. Al final todos escapan, menos Chaqueta Amarilla que queda encerrado en uno de los clásicos tubos prisión de Inmortus (véase Vengadores número 131) y Clint consigue la Cronovara del Fantasma Espacial. Es interesante porque aquí ya se había hablado de la boda de Mantis con el Espadachin que en realidad era un Cotati (para más información me remito a este texto), la cronovara aparece en el número 134 de Los Vengadores donde los Cotati tienen mucha presencia y todo ello se relaciona con Mantis como Madonna Celestial, a su vez hija de Libra, el que aparecía al principio de la historia. La cronovara en cuestión resulta ser el Fantasma Espacial disfrazado (es un metamorfo), aliado de Inmortus que además había sido expulsado al Limbo por Thor, y nos cuenta la historia de él y su especie. Los Fantasmas Espadiales son criaturas del Limbo dominados por Inmortus, la versión futura de Kang que custodia el tiempo por orden de los Guardianes del Tiempo que aparecían ya en las primeras páginas de la historia, en sus vigilancias se le ve controlando a Chico Luna y Dinosaurio Diabólico por si llegan a hacer de las suyas.

Quienes sí hacen de las suyas son los autores, este Fantasma Espacial resulta ser el primero que se enfrentó a ellos en el número 2 de Los Vengadores, siendo revelada su presencia por Rick Jones. La lucha de Los Vengadores contra Inmortus en el número 10 de la serie resulta que no se desarrolló exactamente como allí se pensaba, se descubre que algunos de los villanos, entre los que aparecía un tal Hércules, resultaban ser fantasmas espaciales y que Inmortus cambió de idea a mitad de la batalla, lo que permitió que ganasen los héroes. Se habla de la batalla de este Fantasma Espacial contra Thor como un engaño para robar parte de los poderes de su martillo, en Thor 281 y 282, y hasta se incluye una imagen perteneciente al cruce entre Spiderman y Superman con Lex Luthor cabalgando a lomos del Doctor Octopus hablando de ello como de “realidades alternativas”. Aquí sale a la luz una idea que ronda por Marvel desde hace mucho tiempo, el que si los humanos salen del planeta hacia las estrellas acabarán conquistando el universo y masacrando a otras razas, los Guardianes del Tiempo culpan a los Vengadores de esos futuros oscuros y ponen como ejemplo la Guerra Kree/Skrull o la posterior guerra Kree/Shi-Ar en Operación: Tormenta Galáctica. El Fantasma Espacial da cuenta ante los Vengadores que todos los problemas que ha tenido Wanda, y por ende La Visión, han sido cosa de Inmortus, los hijos de la Bruja Escarlata iban a ser un gran problema para el universo, por ello Inmortus propició que se enamorase de un androide, cuando aun así tuvo a sus hijos de manera mágica, este hizo todo lo posible por deshacerlo y causar la ruptura de la pareja, hemos de suponer que algún día irá a por Wiccan y Veloz. La motivación de Inmortus es quitar a Rick Jones de la ecuación para que no de la Fuerza Destino, que tiene en su interior, a la humanidad, con la que conquistarán el universo, la de los Guardianes del Tiempo es erradicar a la humanidad directamente.

Después de dedicar un número completo a la historia de Inmortus detrás de los Vengadores, que acaba con Chaqueta Amarilla traicionando a sus compañeros, lo único en lo que avanza la historia ya que el resto eran flashbacks, los autores se lanzan a contar la historia del otro, la de Kang. Aquí lo que se narra no es tan novedoso, en un sentido explicativo, como el anterior sino que lo que se hace es poner en orden todo lo que se sabe de Kang hasta el momento, con algún detallito interesante, por ejemplo siempre se especuló que él y el Doctor Muerte podían ser la misma persona por algo que ocurría en Los Cuatro Fantásticos, aquí certifica que fue un acto que desató él por si necesitaba el favor de Victor en un futuro. Su pasado se da gracias a Nathaniel Richards, algo que se explica en la misma colección, y se narra desde su punto de vista su primer encuentro con la primera familia. Lo mismo ocurre con sus conquistas en el futuro y sus luchas perdidas contra los Vengadores, su unión a Ravonna o sus peleas con los Shi’Ar. Básicamente el noveno capítulo de la serie es el mejor artículo que se puede hacer sobre la vida de Kang.

Los últimos tres capitulos menguan en referencias al ir directos a la acción, no hay que olvidar que aquí hay una historia y ahora Kang, Libra, la Inteligencia Suprema y Rick Jones tendrán que atacar. Para los que no conozcan a fondo la historia de los Vengadores esta parte es la que más se disfruta del cómic, con los Guardianes de la Galaxia del futuro, los clásicos, luchando mano a mano junto a Los Vengadores, o estos enfrentándose a un juicio contra la humanidad por resultar peligrosos para el futuro del universo. Ahora los ejemplos que les ponen los Guardianes del Tiempo son el haber sido los únicos en derrotar a Galactus y en evitar el juicio de los Celestiales, en las series de Los Cuatro Fantásticos y Los Eternos respectivamente, el juicio se corta con una batalla en la que Chaqueta Amarilla vuelve a cambiar de bando.

Los Vengadores luchan contra Vengadores “oscuros” de otras líneas temporales, pero la “sorpresa” llega cuando el Capitán Marvel hace chocar sus bandas y aparece un Rick Jones del futuro con marcas de muchas batallas, a él le siguen muchos Vengadores “buenos” de otras líneas temporales. Cierto que la “sorpresa” no es tal en la actualidad tras conocer la serie de Peter David, pero los autores consiguen el punto épico que le faltaba a la serie para entrar en el podium. El final es totalmente predecible, cada Vengador vuelve a su época tras ganar la batalla y evitar que la humanidad fuese destruida, pero esto no lo hace menos interesante.

Una vez acabada la colección de ella salen varias historias a las que es difícil llamar continuación pero que vienen de lo ocurrido aquí, por un lado Peter David realiza una estupenda colección del Capitán Marvel, narrando el nuevo estatus de Genis-Vell ligado a Rick Jones, el muy irregular evento Maximun Security, con la Inteligencia Suprema Kree de por medio, y la mini serie de cuatro números Vengadores Infinitos, que seguían una parte de lo que aquí ocurría, por Roger Stern y Sean Chen, la cual pasó sin pena ni gloria y tardó años en publicarse en España.

Al final Siempre Vengadores resulta una lectura muy interesante que ha pasado a la historia del grupo, muy bien escrita y dibujada que ningún seguidor de los Vengadores debe perderse, pero una lectura que tiene que tomarse con paciencia.

Fuente: artículos publicados en la edición en grapa de Forum.



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