Javier Vázquez Delgado recomienda: Marvel Saga. Daredevil 22. La Mano del Diablo

 

Edición original:Dark Reign: The List: Daredevil y Daredevil 501-507 USA.
Edición nacional/ España:Panini Cómics.
Guión:Andy Diggle.
Dibujo:Billy Tan y Roberto de la Torre.
Formato:Tomo en tapa dura, 216 páginas.
Precio:20€.

 

Las comparaciones son odiosas, esto es innegable. Sea cual sea el medio de crítica, en el mundo del cómic, como en el de cine, o el de la literatura, resulta muchas veces injusto juzgar el trabajo de todo un equipo creativo en función de lo que han hecho quienes les antecedieron. Sin embargo, en el mundo del cómic americano mainstream esto se incrementa, pues hablamos de colecciones mensuales, colecciones que mes a mes deben de aparecer en las librerías especializadas y en cuyas páginas imparten justicia personajes que hoy en día son elementos básicos de grandes empresas que no se pueden permitir prescindir de ellos.
Es por eso que, cuando se recomienda la lectura de este tipo de productos, los redactores de webs como la presente, no solemos recomendar la lectura de un personaje en concreto, si no de una etapa determinada dentro de la larga historia editorial (en muchos casos superior al medio siglo) de un personaje. En el caso de Daredevil, el Hombre Sin Miedo ha tenido varias etapas de calidad, entre las que sin duda se encuentran la de Frank Miller y Klaus Janson y la de Ann Nocenti, pero entre las que tampoco podemos ni debemos olvidar las de Brian Michael Bendis y Alex Maleev por un lado, y la de Ed Brubaker y Michael Lark por el otro, ésta última, inmediatamente anterior al tomo que es objeto de nuestro análisis de hoy.

Dichas dos etapas precedentes recogían el testigo sentado por Frank Miller décadas antes, mediante el cual el alegre saltimbanqui de la Cocina del Infierno se convertía en un justiciero nocturno e implacable con un profundo sentido de la moral y la justicia que se le había inculcado desde niño, y que entroncaba con el catolicismo. Desde que Bendis recogiera el testigo de la colección, se instauró la tradición de ponérselo difícil al autor que lo sucediera, y Bendis dejo al personaje con su identidad secreta al descubierto… y sus huesos en la cárcel.
Ed Brubaker logró resolver toda esa complicada trama con mucha clase y muy bien tino, sin negar todo lo ocurrido y aportando una explicación plausible para que Matt Murdock volviera a enfundarse el traje de Daredevil y a patrullar las calles de Nueva York, pero dejaría otro regalo para su sucesor… un regalo envenenado en el que Matt pasaba a liderar una de las más famosas y letales organizaciones criminales del Universo Marvel: La Mano.

Por tanto, Andy Diggle tenía un hándicap muy difícil de gestionar argumentalmente hablando, y es que el bombazo de tener a Matt Murdock como jefe de la mismísima Mano funcionaba muy bien para cerrar una etapa, pero no para para abrir una posterior.
Sin embargo, sea como fuere, si por dificultad o incapacidad, la realidad es que Diggle empieza con muy mal pie en una etapa que no hará si no empeorar en Tierra de Sombras, el evento que para más inri afectaría a otras colecciones de Marvel y del que hablaremos en los meses venideros.
Diggle, nos quiere hacer creer que el Matt Murdock que tenemos delante de nosotros es frío y calculador, como sólo puede serlo el líder de una organización como La Mano, sin embargo, ya desde el principio, hay ciertas cosas que no están claras, y los misterios y el suspense creado se caen por su propio peso, sin que ningún lector caiga en ellos en momento alguno. Las tramas resultan facilonas y baratas, centrándose casi siempre en cómo Murdock se impone a sus socios de la mano en el número de que se trate y cómo se enfrenta a aquellos a los que no logra convencer con sus palabras. Por otro lado, el tratamiento que se hace de los secundarios, Tarántula Negra, Tigre Blanco, Dakota North, Becky Cloonan, Luke Cage, Danny Rand y Foggy Nelson, resulta como mínimo deficiente, pues las reacciones de estos ante determinadas decisiones de Matt Murdock no resultan creíbles, como tampoco el hecho de que lleguen a considerar que quien se encuentra frente a ellos es un Daredevil en plenas facultades.

A todo esto, debemos sumar que en el momento en el que esta colección fue publicada, el Reinado Oscuro de Norman Osborn, surgido tras la muerte de la Reina Skrull en Invasión Secreta, acababa de comenzar, por lo que Daredevil debía lidiar con unos Vengadores Oscuros que habían sido peligrosos villanos (entre los que se encontraba su némesis, Bullseye, haciendo las veces de Ojo de Halcón), lo que lo ponía constantemente en el punto de mira de las instituciones, y que Diggle no sabía gestionar adecuadamente, todo ello, siempre bajo el punto de vista puramente subjetivo de este redactor.

Lo único que sobresale en este tomo es el dibujo, especialmente el de Roberto de la Torre el cual tiene muchísimo talento y nos regala algunas de las batallas de artes marciales más espectaculares que podamos ver en un cómic de este clase, siendo éste el único motivo que debería empujaros a comprar este tomo.
Todo lo anterior, no debe achacarse desde luego a Panini Cómics, que lleva recopilando en formato Marvel Saga todas las etapas del personaje desde el arranque en 1999 con el Diablo Guardián de Kevin Smith, por lo que es lógico que se recopile en tomos esta etapa, para desde ellas pasar ya directamente a la de Mark Waid primero y la de Charles Soule después, que no verán la luz en Marvel Saga porque son muy recientes y pueden ser adquiridas en otros formatos y ediciones en cualquier momento.
Sin embargo, si recomendaba cada mes el Daredevil de Bendis y Maleev, y del Brubaker y Lark, no haré lo mismo con el de Andy Diggle, del cual podéis prescindir sin lugar a dudas.



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