Javier Vázquez Delgado recomienda: Deathbed: Lecho de muerte

 

Edición original: Deathbed núms. 1-6 USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Joshua Williamson.
Dibujo: Riley Rossmo.
Entintado: Riley Rossmo.
Color: Ivan Plascencia.
Formato: Cartoné, 152 páginas.
Precio: 16,95 €

 

Las ficciones a lo largo de los siglos de la cultura han tendido a construir una historia en torno a un personaje principal, bien estudiada y diseccionada por Campbell en El héroe de las mil caras, que tanto a influenciado posteriormente a la cultura. Este héroe suele ser un hombre adulto, blanco y heterosexual, habitualmente al menos en la sociedad occidental, aparte de fuerte, valiente, impulsivo y seductor. Todo un macho alfa deseado y admirado por todos los lectores, espectadores, oyentes, etcétera. Pero ¿qué ocurre con los personajes secundarios? Larga es la lista de aquellos héroes o villanos en segundo plano que nos han encandilado tanto como los protagonistas, y en el mundo del cómic, además, estos han podido tener cierto protagonismo en determinados momentos con una colección propia. Puesto que a veces nos olvidamos de que ellos también tienen su historia, y que son más que simples compañeros, sidekicks, o como lo queramos llamar.

Muy consciente es de ello Joshua Williamson, y reflexiona sobre esta idea en su última obra para Vertigo: Deathbed, una miniserie de seis números que ECC Ediciones nos acaba de traer en formato cartoné, y que cuenta además con el dibujo del brillante Riley Rossmo. Es de celebrar ante la escasez de obras del sello de DC Comics, que sigan apostando por algunas obras como la que hoy tenemos entre manos, aunque sean de corta duración.

Valentine Richards es una ghostwriter, es decir, una escritora que es contratada para escribir bajo el nombre de otro, siendo en este caso una autobiografía de un tal Antonio Luna, un millonario que está en su lecho de muerte y quiere escribir sus memorias antes de fallecer. Resulta que el señor Luna es un legendario aventurero que ha vivido un sinfín de correrías y logrado hazañas que sorprenderían al más habilidoso. Lo que parece un trabajo más para Valentine, se convierte en una aventura con el egocéntrico Luna, que supondrá, más allá de las luchas contra monstruos, ninjas, hombres lobo y demás, todo un viaje emocional para ambos, durante el cual cada uno aprenderá del otro y evolucionará en tan solo seis números.

Así pues, lo que pretende Williamson con esta corta miniserie, es mostrarnos la importancia de personajes “secundarios” o menos importantes en una historia, y cómo a veces ésta trata más de esos personajes que de los protagonistas, que suelen ser, por pura iconografía, más planos y simples que sus compañeros con menos presencia. De tal forma que, al finalizar la obra, nos damos cuenta de que la historia no iba de lo que pensábamos, y que es Val la que tiene que encontrar su camino, muy al estilo BatmanDick Grayson. No obstante, esto no quiere decir que Luna sea un personaje plano, aunque al principio parezca un cliché, puesto que el autor se encarga de darle un trasfondo muy coherente al personaje, lo cual es de agradecer y de reconocer por la corta extensión de la serie. Es cierto que en ocasiones no sabemos muy bien hacia donde se dirige la historia, pero una vez finaliza, de forma muy cíclica, lo entendemos absolutamente todo, ofreciendo así un giro muy efectivo.

En el apartado artístico tenemos a Riley Rossmo en dibujo y tintas y a Ivan Plascencia al color. Hemos hablado en alguna ocasión de Rossmo, incipiente promesa del cómic que aunque lleva ya una década en la industria, en los últimos años le hemos visto despuntar bastante, especialmente en DC Comics, en series como Constantine: The Hellblazer, Batman, Noches Oscuras: El hombre que ríe, Batman/La Sombra o la reciente Martian Manhunter, de la cual es el dibujante actual. El estilo de Rossmo tiene cierto tono caricaturesco y cartoon, que dota a sus personajes de un carisma y una personalidad muy peculiar. Así pues, tiene la capacidad de hacer a cada personaje diferente, por lo que no es el típico dibujante que hace dos caras exactamente iguales, y destaca especialmente por sus originales y atrevidas disposiciones de viñetas en las que realiza experimentos narrativos que funcionan divinamente y dan un interés especial a la historia, siendo a veces incluso superior a la trama en sí.

Su trabajo en Deathbed es sencillamente espectacular, como lo lleva siendo en prácticamente toda su carrera en DC, y siento que quizás no se esté llevando el merecido mérito por parte de los lectores, no así por la editorial que parece que le está dando trabajo y responsabilidad. Seguramente cambiaría notablemente la brillantez de su dibujo si no fuera por el excelente trabajo que realiza Plascencia, implementando unos colores muy vivos que van muy en consonancia con la historia de la obra y con el estilo de Rossmo.



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