Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNCine – Vengadores: Endgame. La redacción opina

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Dirección: Anthony Russo, Joe Russo.
Guión: Christopher Markus, Stephen McFeely (Cómic: Jack Kirby, Jim Starlin).
Música: Alan Silvestri.
Fotografía: Trent Opaloch.
Reparto: Robert Downey Jr., Chris Evans, Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Mark Ruffalo, Jeremy Renner, Brie Larson, Karen Gillan, Paul Rudd, Danai Gurira, Josh Brolin, Gwyneth Paltrow, Don Cheadle, Jon Favreau, Benedict Wong, Tessa Thompson, Bradley Cooper, Katherine Langford, Evangeline Lilly, Pom Klementieff, Elizabeth Olsen, Dave Bautista, Sebastian Stan, Chadwick Boseman, Letitia Wright, Benedict Cumberbatch, Anthony Mackie, Samuel L. Jackson, Zoe Saldana, Chris Pratt, Paul Bettany, Vin Diesel.
Duración: 181 min.
Productora: Marvel Studios
Nacionalidad: Estados Unidos.

Aviso de Spoilers: El artículo que sigue a continuación desvela detalles importantes de la trama y el argumento de Vengadores: Endgame. Si no has visto la película y no quieres conocerlos mejor espera a verla, a no ser que hayas reunido todas las Gemas del Infinito y puedes utilizarlas para borrar los spoilers de la entrada. Aunque si ese es el uso que vas a hacer de las Gemas del Infinito…

En el momento de escribir esto Vengadores: Endgame lleva recaudados en todo el mundo más de 2,489 millones de dólares. Es cuestión de tiempo que la cinta dirigida por Joe y Anthony Russo destroné al Avatar de James Cameron que lleva desde 2009 en la cima ostentando el título de película más taquillera de la historia. El éxito de Marvel Studios resulta incuestionable, ya no solo por esta última producción, sino también por haber logrado durante 10 años monetizar cada una de sus propuestas por locas que pudiesen ser a priori.

Vengadores: Endgame es un punto y aparte en esta historia, ya con el género de superhéroes asentado en la gran pantalla gracias a un público previamente conquistado y ahora receptivo a la fórmula de Marvel Studios. Está claro que esta será la franquicia de toda una generación siguiendo la línea marcada -y superando sus limites- por nombres como Star Wars, El Señor de los Anillos o Harry Potter. El mundo está hambriento de superhéroes. ¿Pero a nivel cinematográfico cómo podemos valorar Endgame? ¿Se puede disfutar de ella y reconocer ss errores? Para hablar de ello, y ofrecernos sus impresiones sobre la producción, hemos reunido -jeje- a un grupo de redactores dispuestos a todo: Alejandro Ugartondo, Daniel Gavilán, Jordi T. Pardo, Mariano Abrach, Mònica Rex, Pablo Menéndez, Pedro de Mercader, Raúl Gutiérrez, Raúl López y Sergio Fernández. ¿Y a vosotros? ¿Qué os ha parecido Vengadores: Endgame?

Vengadores, ¡Reuníos!, por Alejandro Ugartondo

 

Seamos directos, Vengadores: Endgame no se puede valorar como una película cualquiera, porque no lo es. Endgame es la culminación del proyecto cinematográfico más ambicioso que jamás ha afrontado un gran estudio, un proyecto que se ha extendido a 22 largometrajes y que ha construido un universo compartido y una nueva mitología para toda una generación de espectadores. Un esfuerzo colosal construido a base de una combinación de factores difícilmente repetible: una gran fe en los personajes Marvel, la inversión multimillonaria de un estudio, el compromiso de un reparto y equipo creativo y la mano firme de un productor, Kevin Feige, que ha sabido mantener bajo control semejante iniciativa. El resultado final es una monumental obra que ha sabido conectar con el gran público a la vez que conectaba con el fan de los personajes de toda la vida, convirtiendo esta última entrega el evento de toda una generación.

Vengadores: La Guerra del Infinito consiguió lo que parecía imposible: hacer funcionar una película con un extensísimo elenco protagonista y ofrecer el mayor espectáculo superheroico que se hubiera visto nunca (con un apoteósico final que dejó boquiabiertas a las plateas del mundo entero). Superar eso parecía misión imposible pero Endgame lo consigue y lo supera apelando a la emoción y jugando la baza de final de ciclo. Tras 22 películas, se respiraba la sensación de que algo estaba llegando a su final y eso es lo que ha ofrecido Endgame con dos de los pilares sobre los que se ha construido la franquicia: el Iron Man de Robert Downey Jr. y el Capitán América de Chris Evans (mención aparte para la Viuda Negra de Scarlett Johansson).

Endgame se toma su tiempo para desarrollar la situación y reparte su extenso metraje en tres fases donde hay espacio de sobra para explorar las consecuencias de la terrible derrota a manos de Thanos (primer tercio), de montar una entretenida aventura de viajes temporales (segundo tercio) y para montar la batalla más monumental y épica de cuantas se han visto hasta el momento en el MCU. Todo ello para llegar a un epílogo donde se cierra de manera brillante este apoteósico ciclo y se sientas las bases de lo que está por venir. Vale que la película no es perfecta pero cada una de estas tres partes cumple su objetivo y el conjunto funciona a la perfección como un sentido autohomenaje a lo que ha sido el MCU y sus personajes.

Como película Endgame tiene sus altibajos y el desarrollo de algunos personajes no es del todo satisfactorio: el caso de Thor es el más notable, aunque él ya había tenido su oportunidad para lucirse en Infinity War, y el de Banner/Hulk sería el otro, pero consigue sorprender y, sobre todo, emocionar con lo que cuenta.

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Como aficionado de Marvel de toda la vida, esta Endgame ha sido la culminación de un sueño dorado hecho realidad. Los guiños a los aficionados Marvel siguen estando ahí (Hail Hidra! Por favor), la épica rebosa a raudales (Avengers Assemble! Por fin) y el cariño y el respeto por los personajes se mantiene hasta la última escena (Adiós Stan!). Puede que no sea una película perfecta (que no lo es), pero ha conseguido hacerme sentir como un niño disfrutando de la maravilla de los cómics Marvel de nuevo y me ha hecho aplaudir, reír y llorar como hacía muchísimo tiempo que no lo hacía en una sala de cine, y no he sido el único ya que millones de espectadores en todo el mundo se han sentido igual. Les Vengadores han alcanzado el Olimpo de los mitos cinematográficos y lo han conseguido con Endgame. Make Mine Marvel!

El personaje – Iron Man y el Capitán América

La escena – Avengers Assemble! cone so lo digo todo

Podium Marvel Studios – En el Top 3 seguro, disputándose el primer puesto con Infinity War

 

El Día del Padre, por Daniel Gavilán

 

Érase un hombre de hojalata que cada vez que caía encontraba la manera de reconstruirse. Un Hombre de Hojalata al que muchos no consideraban más que un narcisista arrogante, pero que tras rehacerse de sus propios escombros dejó claro ante el mundo que tenía un corazón. Érase un soldado que nunca supo como rendirse, y que tras sacrificarse para salvar su mundo, se encontró con la ironía de que era el único que quedaba (y que su mundo había desaparecido). Un soldado que cuando a otros muchos les tocó vivir lo mismo, estuvo ahí para guiarlos y asistirlos en su camino. Érase el heredero de un linaje de tiempos nórdicos, que abrumado por el más dramático fracaso que nadie hubiera padecido nunca, se encontró a si mismo no en la persona que se suponía debía ser, sino en la que realmente era.

Érase una letal asesina adoctrinada para no conocer más camino que el de la muerte, y que tras encontrar el calor de una familia, nunca dejó de pelear por ella, manteniendo la lumbre encendida cuando los demás tenían demasiado frío incluso para poder sentirla. Érase un hombre corriente sin más poder que el de un ojo certero para saber dónde hacía falta, y que tras atravesar el valle de las sombras encontró un salvavidas en un alma gemela con la que siempre estuvo ahí cada vez que se hicieron falta. Érase un hombre brillante en continúa guerra consigo mismo, que cuando los demás cayeron encontró la forma de reconciliarse con su propio monstruo. Érase un padre abusivo y cruel, que no conocía más amor que el de imponer su voluntad con sangre, y la hija que fue capaz de escapar de su prisión, matando a su yo pasado para salvar a la hermana que le habían privado. Érase una heroína con la carga de ser la guardiana de todo el cosmos, pero que en momentos de máxima necesidad aparecía para volver a traer luz en medio de la oscuridad. Érase el superhéroe más minúsculo del mundo, que por su negativa a dejar marchar a alguien que ni siquiera sabía lo que era para él, acabó brindando los medios para que Los Vengadores se sobrepusieran a la mayor crisis que hubieran hecho frente. Érase una película con la que los hermanos Russo pusieron colofón a once años de historia, dando broche de oro a una saga destinada a marcar un hito en la historia del cine.

Star Wars. Matrix. El Señor de los Anillos. Harry Potter. La trilogía de El Caballero Oscuro. Marvel Studios. Directa traslación al cine del legado narrativo de la editorial de Stan Lee y la fórmula con la que Joss Whedon revolucionó la pequeña pantalla en Buffy Cazavampiros, Vengadores: Endgame pone fin a la primera gran saga de Marvel Studios, y lo que han construido a lo largo de estas 22 películas es algo tan único y gigantesco, que difícilmente se puede cuestionar. 22. Justo como los episodios que solía tener una temporada estándar de Buffy. Una casualidad anecdótica, pero que bien sirve para empezar a exponer las virtudes de la catedral cinematogárfica que Kevin Feige ha construido, en honor de los superhéroes Marvel. Y es que nunca, nadie -y solo hay que mirar a los demás que lo han intentado-, han conseguido trasladar con tanto éxito el lenguaje de la narración serializada a la gran pantalla como lo han hecho ellos.

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La clave seguramente sea el entender que lo importante es el hombre bajo la máscara, y la idea tras la viñeta impresa en celulosa. Lo cual hace que -durante buena parte de las tres horas de metraje la cinta- Vengadores: Endgame se centre en explorar como se enfrenta cada uno de los protagonistas a las cataclísmicas consecuencias de la entrega anterior. Algo completamente atípico dentro del cine blockbuster, y que nos permite disponer de algo tan único como una película de superhéroes casi enteramente dedicada a las distintas vías de superación del trauma, volviendo a tomar prestados mimbres de la Dinastía de M de Brian Michael Bendis.

No es que sea todo perfecto, ya que en su voracidad referencial meten más de lo que deberían -siendo lo que más se resiente ciertas tramas del Capitán América de Rick Remender y Nick Spencer- y que en esta película Thanos no deja de ser una excusa para tener a alguien contra quien los héroes se puedan revalidar a golpe de hostia. Lo cual quizás haga que se eche en falta ciertos riesgos más atrevidos como con los que se están atreviendo con su octava temporada los responsables de Juego de Tronos. Pero en ocasiones lo sencillo también funciona, y aunque no es una película recomendable para alguien que no tenga un mínimo de conocimiento de la saga, para todo el que la haya seguido desde sus comienzos, Vengadores: Endgame es una montaña rusa de principio a fin.

Entiende a sus personajes. Entiende sus historias dentro y fuera de las viñetas. Entiende como acercárnoslos para hacerlos reales, y maneja con increíble soltura la narración, ya sea en secuencias tan descomunales como la de un Steve Rogers solo bajo la luz ante su propio Abismo de Helm, o tan pequeñas como la forma en la que Tony Stark pasa de ser alguien de supina torpeza a la hora de fregar los platos, a inventar tecnología de ciencia ficción de forma espontánea incluso cuando se propone no hacerlo. Por funcionar, lo hace hasta (SPOILERS) la inclusión de los viajes en el tiempo, en una historia que gira ante todo de padres e hijos / maestros y discípulos, y que forma una suerte de díptico Tony Stark / Thanos en el que el control del flujo temporal no deja de ser otra cosa que eso. El control del tiempo en el que vivimos, como medio para reconciliarnos con el pasado, y ofrecer a los que vienen detrás de nosotros un futuro. Una película en la que como nunca antes los Vengadores brillarán por el variopinto conglomerado de historias que se han ido uniendo hasta confluir en esta batalla final contra el gran mal inevitable y definitivo, y que harán más oportuno que nunca gritar aquello de ¡Reuníos!

El personaje – La dupla formada por Ojo de Halcón y la Viuda Negra

La escena – Vormir

Podium Marvel Studios – No sabría precisar lugar exacto, pero dentro del Top 8, junto a las dos entregas de Los Guardianes de la Galaxia de James Gunn, Homecoming, Ragnarok y todas las demás películas de los hermanos Russo.

 

Única en su especie, por Jordi T. Pardo

 

Hay películas que juegan en otra liga. No porque sean mejores o peores, ni siquiera porque aporten nada nuevo y/o original al medio cinematográfico. Simplemente porque son una experiencia en sí misma. Eso es lo que nos propone Vengadores: Endgame, un filme que pese a sus posibles defectos pasará a la historia por el punto y aparte a un universo con el que han conectados los aficionados de una manera que solo pueden hacerlo los grandes mitos. Eso es lo realmente importante que ha construido Marvel Studios en estos años; una franquicia que ahora sabemos que perdurará en el imaginaria colectivo de toda una generación (lectores o no de cómics).

Lejos de esta experiencia, resulta difícil analizar Vengadores: Endgame con objetividad, una película que lejos de proponer un fin de fiesta con mucha pirotecnia y acción -y no decimos que no haya cantidades ingentes de esto- arriesga para no caer en las convenciones. Lo podemos comprobar a los pocos minutos de metraje cuando todas las cábalas que podríamos haber hecho sobre la película saltan por los aires con un inesperado salto en el tempo, con unos héroes que previamente han obtenido su venganza y aun así han perdido la batalla. La deconstrucción de los personajes nos lleva por una tragedia anunciada en la que la acción se encuentra casi ausente. No le hace falta a la cinta dirigida por Joe y Anthony Russo para mantenernos en tensión toda la película.

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En la segunda parte los viajes en el tiempo hacen acto de presencia y eso sirve para meternos fanservice en vena, pero lejos de ser gratuito la cinta se articuló como homenaje a la historia reciente de Marvel Studios y también a los mismos cómics. Endgame es una despedida a la vikinga en la que los aficionados podemos ver al fin muchos de esos momentos que esperábamos ver el universo cinematográfico de Marvel Studios desde la primera Iron Man. Los guiños y referencias que podemos ver en la producción son casi innumerables, tantos como los personajes que aparecen en la misma y que confluyen en una escena final que utiliza la épica como sentimiento. Llegados al epilogo es imposible no emocionarse si has seguido este viaje desde el primer día. Y eso es Endgame: una experiencia.

Si intentásemos entrar en aspectos técnicos sería arduo valorar esta película sin lo que supuso Infinity War. El poso dramático allí iniciado cuaja en esta entrega y hace que los actores se luzcan con sus interpretaciones sentidas y acertadas. Todo tiene un aire de trascendencia, aunque el humor siga presente no se interpone en la épica como ha sucedido con otras películas del estudio. El apartado visual rinde a un buen nivel, y aunque en relación a la acción las coreografías de Infinity War eran más llamativas y la amenaza Thanos tenía una mayor y más trabajada presencia en esta, Endgame es una película de momentos, emociones y despedidas. Habrá que esperar unos años para poder ver en perspectiva lo que ha logrado Marvel Studios con sus historias y comprobar que nos traerá el futuro, pero por ahora toca simplemente disfrutar porque estamos ante una producción única en su especie.

El personaje – El Capitán América porque es el corazón de la historia.

La escena – El Capitán América recogiendo el Mjolnir y dando lo suyo a Thanos y el sacrificio de la Viuda Negra.

Podium Marvel Studios – 1) Infinity War / Endgame 2) Trilogía del Capitán América 3) Duología de Guardianes de la Galaxia.

 

El cine hecho experiencia, por Mònica Rex

 

El universo cinematográfico de Marvel arrancó en 2008 con la película de Iron Man. En 2019, once años más tarde se estrena Vengadores: Endgame, la película que pondría punto y final a la tercera fase. A lo largo de esta década, hemos sido muchos los que nos hemos ido acercando a las películas de la casa de las ideas. Muchos, empezamos a encariñarnos con Capitán América, Thor y Hulk, incluso algunos dimos el salto a los cómics en unas ganas insaciables de saber más acerca de esas películas de acción superheroica. De hecho, cada vez es más común escuchar furtivamente conversaciones sobre la Viuda Negra, T’challa o Dr. Strange. Bueno, para que engañarnos, las conversaciones siguen girando en torno a la trinidad.

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Entre los puntos fuertes de la duología formada por Vengadores: Infinity War y Endgame están los brutales efectos especiales acompañados de una impresionante dirección de fotografía. Escenas que podrían enmarcarse por su cuidada composición, luz y color. Tampoco se queda atrás el guion cuya consistencia es robusta, aunque existan algunas grietas en el timeline. El único pero que yo le pondría es haber abierto el melón de los universos paralelos. Soy consciente de que es un recurso habitual en los cómics de Marvel, pero me da miedo que su resultado en la gran pantalla sea confuso, abusivo o decepcionante. Más que una crítica, es un miedo futuro.

Pero, por encima de todo, creo que Vengadores: Endgame es una experiencia cinematográfica. No solamente por la culminación de un proyecto titánico, sino por las emociones que se generaron en las salas de cine durante los primeros pases. Los aplausos, las expresiones de emoción, expectación, sorpresa y tristeza que una sala de cine exclamaba al unísono. Muchos recordaremos los momentos más icónicos de la película con un “y toda la sala aplaudió” para terminar la anécdota. Esto implica que el UCM es mucho más que una saga de películas, es el cine hecho experiencia. Marvel nos ha enseñado a vivir el cine de una forma novedosa y revolucionaria.

El personaje – Thor, en su historia hay muchas enseñanzas.

La escena – Las superheroínas reunidas.

Podium Marvel Studios – 1. Infinity War/Endgame; 2. Capitana Marvel; 3. Arco de Guardianes de la Galaxia.

 

Cuando un universo ha sido por fin construido, por Nacho Pena

 

Y se ha llegado hasta este punto. Durante once años un universo cinematográfico se ha construido hasta llegar hasta este momento culminante. Un universo que, se haya sido lector de los cómics de Marvel o no, ha emocionado a todo el mundo.

Porque todo el mundo ha conectado con gran parte de sus personajes y han crecido con ellos. Yo mismo vi Iron Man con 17 años y ahora he terminado de ver Endgame con 28, he vivido desde el final de mi adolescencia hasta la plena entrada en el mundo laboral con los Vengadores.

Después del famoso chasquido los héroes intentan arreglarlo todo pero fracasan. Los héroes tienen entonces que aprender a sobrevivir durante varios años como el resto de la gente de a pie: llevando el día a día con el recuerdo de haber perdido a sus seres queridos pero teniendo en cuenta que hay que levantarse. Hasta que de pronto aparece una oportunidad en la forma de Scott Lang. Un Paul Rudd que, en mi opinión, aporta mucho a la película y hace una interpretación sensacional, mejor que en sus películas homónimas. También brillan con luz propia Mark Ruffalo con su nueva interpretación de Hulk, que haría sonreír a Peter David, y la Nebula de Karen Gillan, que demuestra aquí lo buena actriz que es como hacía tiempo que no tenía la oportunidad desde su papel en Doctor Who. Pero por encima destaca el inmenso papel de Jeremy Renner como Clint Barton donde muestra todo su gran poder interpretativo, en el gran punto trágico de la película.

Argumentalmente la película sigue un esquema lógico pero esa búsqueda de las Gemas del Infinito le da una oportunidad a los Russo y los guionistas de la película de demostrar lo conectado que ha estado este universo y así se muestra con los múltiples cameos de los diferentes secundarios, destacando deliciosamente el relacionado con el Capitán América. Pensaba que en cierta película que había rodado previamente iba a ser su último papel pero al final ha decidido mostrarse por última vez en Marvel.

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Es una película también más cruda que Infinity War, que si bien esta última había acabado con un final dramático, Endgame muestra algunas escenas realmente cruentas que pueden que no sean para todos los públicos, pero en la guerra muchas veces no hay nada bonito y es necesario mostrar sus consecuencias.

Quizá entre los puntos flacos del film hay que resaltar que el Thanos de Josh Brolin aquí no luce tanto como en la anterior película. Ahora no es más que un villano convencional pero en cuanto a guión está justificado. Pese a esto, gracias Josh Brolin, por dar forma a uno de los mejores villanos del mundo del cine de la última década.

Y con esto se acaba la primera etapa del universo cinematográfico Marvel. No me cabe duda de que esto continuará: Spider-Man, Capitana Marvel, Doctor Extraño, Pantera Negra… seguirán en los años venideros así como el Thor de Chris Hemsworth pero no estarán Tony Stark y Steve Rogers, interpretados por Robert Downey Jr., al cual le permitió relanzar su carrera en Hollywood y un Chris Evans que durante muchos años se le etiquetó de cara bonito pese a buenos papeles en películas como Sunshine de Danny Boyle pero que ha demostrado que ha sido el corazón de estas películas. Ya se verá lo que depara el futuro pero de momento toca centrarse en seguir saboreando el presente porque esto ha sido un final pero un final maravilloso para un universo fantástico.

El personaje – Clint Barton, Ojo de Halcón.

La escena – El encuentro con Thanos en la cabaña

Podium Marvel Studios – 1- Infinity War 2- Civil War 3- Soldado de Invierno 4- Iron Man 5- Spider-Man: Homecoming

 

Vivir para contarla, por Pablo Menéndez

 

Vengadores: Endgame es una firme candidata al Oscar a mejor película el año que viene. No es una exageración. No es un deseo de fan. Endgame es la mayor pirueta narrativa que se haya hecho nunca. Consigue revolver y cerrar satisfactoriamente nada menos que veintiuna películas rodadas en once años. Además, alcanza el mayor logro que puede permitirse el género al que pertenece (que no es otro que la alta fantasía): transformar una experiencia humana universal en una gigantesca metáfora con un alcance social y un impacto social virtualmente ilimitado. Endgame es El Retorno del Rey de los superhéroes.

¿De qué trata realmente Endgame? No hay duda de que todos los aficionados (o al menos la mayor parte de ellos, incluido yo mismo) esperaban una épica ensalada de golpes. Sin duda, la derrota sufrida a manos de Thanos al final de Infinity War era algo temporal, una breve trampa, un cliffhanger para mantener la expectativa durante todo un año. Y es entonces cuando la ira de Thor lo echa todo a perder, y los espectadores contemplamos atónitos un salto de cinco años y a un Capitán América hablando de aceptar la derrota y encontrar la paz en ella. Hay pocas frases más ciertas que aquella que dice que el mejor destino que puede esperar a un héroe es una derrota honrosa.

Por momentos, Endgame se acerca poderosamente a una película indie. El citado salto de cinco años se une a otros momentos de una extraña belleza plástica, como aquel que une a Mapache Cohete y a Thor en la parte trasera de una camioneta, a la busca de Thor al ritmo de The Kinks. El propio Thor sufre uno de los cambios más inesperados, amados y a la vez criticados de la cinta, convirtiéndose en una especie de El Nota (un referente explicitado en la película).

Endgame no es perfecta, pero por momentos parece rozar la perfección. Endgame no es la mejor película de la historia, pero por momentos parece serlo para un determinado tipo de público. Endgame parece una película de superheroes, pero es en realidad un drama sobre la necesidad de crecer. He visto tres veces la última superproducción de Marvel Studios, y, después de cada visionado, estaba más convencido. Endgame llega a sitios donde ningún otra película ha llegado antes, alcanza corazones que ningún otro héroe había rozado antes, provoca vibraciones en mentes y almas anquilosadas. Todo por obra y gracia de una prodigiosa sinfonía ultrapop.

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¿A dónde vamos ahora que ya no están? Eso reza el cartel en el que Steve Rogers ejerce de trabajador social. Sin duda es una pregunta dirigida a Los Vengadores, ahora que sus mejores amigos ya no están; pero también es una pregunta que se dirige a nosotros, ahora que Los Vengadores ya no están.

El personaje – Steve Rogers- Capitán América.

La escena – El Capi trabajador social/Hulk y Mapache Cohete viajan en camioneta.

Podium Marvel Studios – 1- Endgame, 2- Ant-Man, 3- Infinity War, 4- Capitán América: Soldado de Invierno, 5- Capitán América: Civil War

 

Inevitable, por Pedro de Mercader

 

Para conseguir el jaque mate en una partida de ajedrez, se exige mucha paciencia, capacidades estratégicas y encontrar modos de sorprender al adversario. Creo que, si tuviese que definir la clave de encontrar las claves del éxito de Marvel Studios serían, principalmente, esos tres aspectos. Una empresa que ha logrado trasladar al cine las complejidades narrativas del cómic de superhéroes y acercarlas a un público masivo. 11 años nos ha costado a todos llegar a este punto en el que dan un climax que encaja y funciona perfectamente siguiendo su filosofía.

No es de extrañar que en una obra en que la circularidad es tan trascendental hayan optado porque sea elemento central el siempre intrincado tema de los viajes en el tiempo. Es un back to basics, a los seis vengadores que lo empezaron todo. Esta es su oda. Pero se atreven a su vez a hacerlos avanzar y progresar hasta el punto en que clausuran sus tramas.

Lograr que un guion que maneje todos estos elementos, funcione y esté en mayor o menor medida, equilibrado, es una proeza muy meritoria. Se trata de una pieza que es de todo menos convencional. Funciona con sus propias reglas, con todo lo que ello supone a nivel riesgo (no hay que olvidar la presión que supone trabajar en una película en la que hay tantas expectativas depositadas y, por encima de eso, la inversión realizada). Esta película es una labor hercúlea.

Por no hablar de la labor de los hermanos Russo. Estos han sido unos artesanos que han construido verdaderamente los mejores momentos que, probablemente, nos hayan dado estos personajes y actores. Nos entregan una dirección muy precisa en la que está todo lo que tiene que estar para logar la satisfacción y no la sorpresa.

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Es difícil valorar una película que es más que una película. Es difícil concebir todos los sacrificios que se han hecho para lograr todo esto (una vuelta al sistema de estudios en el que lo verdaderamente trascendental no son ya, las estrellas, si no las franquicias). Pero esto es un canto del cisne a todo esto. Esta película no solo es un punto y aparte, sino que es el gran punto de inflexión. Marvel ya no tiene concesiones. Ha llegado a este momento. Y esa ha sido su gran jugada.

La película tiene errores argumentales y cae en mucho más fanservice del habitual (aunque tampoco diría que es gratuito, ya que todo sirve para el desarrollo de los personajes), pero son insignificantes comparativamente respecto a todo lo que se logra con esta pieza audiovisual. Nos guste o no, que Marvel Studios haya podido completar su puzzle ha supuesto una completa revolución cinematográfica. Dejando de lado la autoría o no de sus películas, han hecho Historia del cine, como ya lo es de los cómics. Nunca nadie ha tenido la ambición de llevar a cabo este minucioso plan. Es simplemente, imposible.

El personaje – ¿Mejor desarrollado? El Capitán America, sin lugar a dudas. ¿Mi favorito? Mapache Cohete

La escena – El baile más pospuesto de la Historia

Podium Marvel Studios – 1. Infinity War/Endgame 2. Capitán América: El Soldado de Invierno 3. Thor Ragnarok

 

Siempre Vengadores, por Raúl Gutiérrez

 

Guau. Sería capaz de terminar el repaso a esta película, a todo lo que ha significado para mí, y para como llevar el concepto de Universo Compartido a la gran pantalla con solo esa palabra. Guau. Hasta tres veces no pude evitar que se me saltaran las lágrimas con esta película. Y es que, Vengadores: Endgame es todo un espectáculo de ética, de saber hacer durante años, pero ante todo, Vengadores: Endgame es un regalo, un enorme regalo impagable.
Este regalo, contrario a lo que podamos pensar todos aquellos que hemos crecido leyendo cómics Marvel, no es para nosotros, puesto que ese regalo ya lo tuvimos con Vengadores en el año 2012 e incluso con Iron Man en el año 2008. El obsequio, el presente de incalculable valor, lo es para el fan que ha ido al cine o ha visto en su casa todas y cada una de las veintitrés películas que hasta ahora y por el momento forman esa brutal Caja de Pandora que es el Universo Cinematográfico Marvel.

Y es que sí, resulta inevitable no romper a llorar cuando el Capitán América grita ¡Vengadores Reuníos! mientras está a punto de morir y el resto de sus compañeros, muertos durante Infinity War regresan para asistirle como los Héroes Más Poderosos de la Tierra que son, pero más allá de esa sensación (sin duda acrecentada en muchos casos por toda una vida leyendo cómics marvelitas), y de guiños como ese Hulk aguantando él solo los escombros de una estructura que se viene abajo como ocurrió en Secret Wars, la realidad es que Vengadores: Endgame trata de contentar a ese fan que lleva nada más y nada menos que once años esperando al enfrentamiento final de Los Vengadores por la salvación no ya de la Tierra, si no del Universo entero, contra un villano, Thanos, que no sólo resulta estar adaptado con precisión milimétrica, si no que al margen de eso, ha resultado ser el villano más carismático de todos aquellos que han pasado por el binomio Marvel-Disney en el cine, habiendo sido éste siempre el punto débil de estas películas, con muy contadas excepciones.

Cuando terminé Infinity War, y conforme se acercaba esta película tenía miedo. Confiaba en los hermanos Russo, ya lo hacía desde Capitán América: El Soldado de Invierno, pero no podía evitar pensar que el cierre a la tercera película de Los Vengadores había sido tan perfecto, tan descorazonador, que difícilmente se podía superar esto en la siguiente cinta.
Qué equivocado estaba. Ya desde el principio, la película elige consciente y voluntariamente complicarse a sí misma cuando tenía todos los ingredientes para efectuar una resolución más sencilla. De este modo, podían haber buscado un Thanos a punto de destruir las gemas y una Capitana Marvel que con la ayuda de los supervivientes, le arrebata el guantelete (esta vez sí) salvando el universo. Pero la película no hace eso. En primer lugar, no lo hace porque esta película trata de poner a los Vengadores Originales en el centro de toda la trama, y de que sean ellos quienes solucionen la papeleta, por mucho de que todo cierre con una batalla espectacular en la que participan todos los héroes de la franquicia.

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En segundo lugar, la complicación, el cómo a la respuesta del salvar el universo se realiza a través de los manidos viajes en el tiempo, pero sin que los mismos sean un Deus Ex Machina sacados de la manga por conveniencia a la trama, si no habiéndose advertido su existencia ya en la primera película de Ant Man cuando se nos decía que en el microverso las reglas del espacio y el tiempo no se aplicaban, molestándose además la película en explicarnos cómo deben devolver todas las gemas del infinito a su momento y lugar concreto para que todo lo que tenga que ocurrir, ocurra.

De este modo, y a pesar de que sí que se comete algún error típico de estas tramas, mínimo en este caso (como qué ocurre con el Mjolnir de 2013 y si finalmente éste es devuelto por Steve Rogers a su tiempo), la película se complica mucho más allá de lo que jamás lo ha hecho Marvel Studios y nos ofrece una versión de los viajes en el tiempo coherente y acertada, como coherente y acertado es que sea la tecnología implantada en el cráneo de Nébula la culpable de que el Thanos del pasado viaje al futuro.
En tercer lugar, esta película no solo da un cierre perfecto a lo que empezó con Iron Man en 2008, con ese “Yo soy Iron Man” que hace aquí de apertura y cierre de todo un Universo si no que de golpe y porrazo saca de la ecuación a los dos personajes más icónicos de la franquicia, Capitán América y Tony Stark. Y en ese sentido, y sí, me atrevo a decirlo, el MCU ha terminado por superar a los cómics, por superar al medio de origen, y lo hace porque hemos presenciado aquí un cambio trascendental en dos personajes que se mantendrá, pues no tiene pinta de que Steve vuelva a sus años mozos, ni de que Tony resucite y vuelva al mundo de los vivos. Así pues, no viviremos aquí aquello a lo que estamos acostumbrados en los cómics. No habrá vueltas a la vida milagrosas, ni rectoms inesperados, todos ellos consentidos por los que somos lectores porque comprendemos el funcionamiento de este mercado que debe oscilar siempre entre el gran cambio y la vuelta a lo de siempre para mantener sus ventas estables. Aquí, el MCU da un paso al frente y decide mantener (o eso parece) los cambios que han surgido, hasta el punto de que ahora mismo los supervivientes al chasquido de Thanos tienen cinco años más que el resto de personajes, o hasta el punto de que la Gamora que actualmente se encuentra en nuestro universo ya no es la misma, o de que Natasha Romanoff nos haya dicho adiós.

Y es que, Marvel Studios tiene claro que esos cambios se han de mantener en primer lugar, porque es lógico que los actores se cansen de interpretar a estos personajes, porque ellos sí que envejecen, y porque existe ya toda una estructura de personajes distintos que pueden asumir sus legados y ganar en pantalla la misma o más carisma que tuvieran los Vengadores Originales anteriormente, por lo que no pasa nada si la siguiente cinta de Los Vengadores no incluye a Hulk, Thor, Iron Man, Viuda Negra, Ojo de Halcón o Capitán América, al estar este Universo tan bien construido ya que no necesitemos de dos o tres personajes principales que lo sostengan a perpetuidad sobre sus espaldas.
Y es que, el día que estos grandes cambios, que estas películas, no funcionen, no ocurrirá como con los cómics, no se seguirán produciendo en masa, si no que tras distintos intentos de mejorarlas o de adaptarlas al cine que vendrá, su producción irá menguando hasta desaparecer, habiéndonos dejado al menos y hasta ahora, once años de grandes películas que poco a poco, y paso a paso, han construido todo un universo en cines como nunca antes se ha visto.

Finalmente solo puedo decir que no sé si la siguiente gran amenaza del MCU será Galactus, Annihilus, el Cancerverso (mi apuesta personal) o El Zancudo, pero desde luego puedo decir que si en once años han conseguido lo que ya en 2012 parecía imposible y me generaba escepticismo, confío plenamente en Kevin Feige y en su buen hacer. Así pues… Vengadores… ¡Reuníos!

El personaje – Sin duda, y esta vez perdonándole todos sus errores, Tony Stark

La escena – ¡Vengadores, Reuníos!

Podium Marvel Studios – 1. Endgame. 2. Infinity War. 3. Civil War. 4. Guardianes de la Galaxia. 5. El Soldado de Invierno. 6. Vengadores. 7. La Era de Ultron. 8. Guardianes de la Galaxia 2. 9. Iron Man. 10. Thor. 11. Capitán América: El Primer Vengador. 12. Thor Ragnarok. 13. Ant Man. 14. Ant Man y la Avispa. 15. Spiderman: Homecoming. 16. El Increíble Hulk. 17. Doctor Extraño. 18. Black Panther. 19. Capitana Marvel. 20. Iron Man 3 21. Iron Man 2. 22. Thor 2

 

Días del glorioso pasado, por Sergio Fernández

 

El viaje llegó a su fin. Cierto que es un punto y seguido, que seguiremos teniendo películas (e incluso series) de Marvel Studios a troche y moche, pero esta primera etapa que hemos tenido la suerte de disfrutar desde su nacimiento se terminó. Con las mejores galas posibles, Vengadores: Endgame ha servido para homenajear a todo un universo compartido que hace quince años se antojaba imposible. Tras una primera parte de duelo y un nudo cargado de aventura, el apoteósico desenlace tuvo la carga épica esperada y momentos lacrimógenos que perdurarán en nuestra memoria.

Había una posibilidad entre 14 millones de hacer la película (casi) perfecta y los hermanos Russo se han doctorado cum laude haciendo posible lo imposible, respetando el espíritu de las viñetas firmando una película transgeneracional. Los guiños y homenajes a todos y cada uno de nosotros a lo largo de tres horas repletas de entretenimiento no fueron para nada gratuitos. Como era de esperar, los primeros Vengadores, aquellos que formaron las piedras primigenias del macroproyecto, coparon la mayoría del protagonismo. Ante ellos, uno de los mejores villanos que hemos visto en pantalla grande, no sólo en el género de superhéroes sino también en el conjunto de la historia del cine. Cierto es que el Thanos de Infinity War resultó más implacable, e incluso creíble, pero no menos cierto es que le tuvieron que matar dos veces para quitarle de la ecuación, veremos si definitivamente.

El fugaz arranque de la cinta nos incrustó en nuestras butacas, tanto que podíamos esperar tres horas de rock’n roll puro, pero, por fortuna, no fue así. La atmósfera del primer acto, cargada de pesimismo, es absolutamente creíble y el humor tontorrón y, porque no decirlo, tantas veces excesivo apenas tiene cabida en una fase cargada de personajes deprimidos y depresivos. Este es otro punto que debemos aplaudir. El excelente trato dado a nuestros héroes, cargados de matices y haciendo a cada uno de ellos, piezas únicas y exclusivas en el tablero de juego.

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Luego llegó la esperanza de la mano de Scott Lang, con un plan tan loco que sólo podía salir bien. Viajar en el tiempo siempre es complicado, más aún cuando los puristas afilarán cuchillos hambrientos de despedazar el sueño de una noche de verano. Pero cuando las cosas se hacen con el corazón, sumado a un ingente talento, las críticas caen en saco roto. Y volver, volver, volver… a los escenarios de las primeras entregas de Vengadores o Guardianes de la Galaxia otra vez, teniendo la posibilidad de revivir escenas como la del ascensor con sobrecarga de agentes de Hydra, eso… no tiene precio. Lo que sí tuvo precio, una vez más, fue la gema del alma. Natasha Romanoff, personaje que había merecido más suerte en el MCU, cayó con honores a pesar de que Clint Barton hizo lo posible por ocupar su lugar ante la impasible mirada de un Cráneo Rojo reconvertido a Nazgul.

Toda una odisea cuyo objetivo principal era hacerse con las piedras del infinito y recuperar lo perdido, que tanto fue. La pelea se antojaba difícil y si esperábamos que fueran todos los que estaban, también estuvieron todos los que fueron. Desde El Retorno del Rey no se había visto batalla igual y de ello se encargó todo el vello de mi cuerpo en recordármelo. La llegada de la Capitana Marvel, de la que esperábamos más presencia pero no menos poderío, reivindicó a un grupo de personajes que, por su sexo y hasta el momento, habían permanecido en segundo plano. Esperemos que no se quede sólo en anécdota y cada vez veamos a más superheroínas liderando proyectos.

De esta manera llegamos al agridulce final. Iron Man y Capitán América, dos caras de la misma moneda, se despedían de formas diferentes, pero reclamando las lágrimas de nuestros ojos. La espera había valido la pena. El esfuerzo y buen hacer, recompensados en la taquilla mundial con creces. Muchos años tuvieron que pasar para que se tomaran los cómics en serio, ignorando el significado de su inmensa fuente cultural. Deseamos con todas nuestras fuerzas, si es preciso con el martillo de Thor en mano (aunque nunca con el guantelete puesto), que Vengadores: Endgame sea la primera cinta de género capaz de derribar ese muro invisible, pero a la vez tan infranqueable, llamado Oscar de la academia. Marvel Studios ha hecho historia en el cine y merece un fuerte reconocimiento por ello.

El personaje – Robert Downey Stark, te quiero 3000

La escena – La batalla final, al completo

Podium Marvel Studios – 1) Vengadores: Endgame 2)Vengadores: Infinity War 3) Capitán América: Soldado de invierno

 

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¡Vengadores reuníos!



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