Javier Vázquez Delgado recomienda: Devilman: The First 1

 

Edición original: Weekly Shonen Magazine.
Edición nacional/ España: Panini Cómics.
Guión: Go Nagai.
Dibujo: Go Nagai.
Traducción: Marc Bernabé.
Formato: Tomo con sobrecubiertas, 15×21, 368 páginas.
Precio: 15 €

 

¡Soy… Devilman!

Resulta difícil de creer que, tras la enorme cantidad de manga que se publica en nuestro país cada mes, tan diferente y variado tanto en formatos como en géneros, nunca nadie se le hubiese ocurrido publicar Devilman, una de las obras capitales de uno de los artistas más conocidos e influyentes del cómic japonés: Go Nagai. Es más, no solo Devilman estaba inédito hasta hace poco, si no que la inmensa mayoría de su obra sigue estando sin publicar en España. Y no porque fuese un autor muy prolífico y no se pudiese abarcar toda su obra, sino porque nadie se había interesado en licenciar las historias de este genial mangaka, que, entre otras cosas, popularizó géneros hoy en día capitales para la industria del cómic japonés como son el mecha, el maho shojo o magical girl, y el ecchi. Sí, todo el mundo le conoce por Mazinger Z, pero la trascendencia y el legado de Go Nagai va mucho más allá, y Devilman es un buen ejemplo de ello, ya que ha sido adaptada múltiples veces al anime, la última con la excelente Devilman Crybaby de Masaaki Yuasa, así como tiene diferentes secuelas y reinterpretaciones, tanto del propio Nagai como de otros autores.

Gracias a Panini Cómics por traernos al fin la que es una de las obras más clásicas e importantes de Nagai, editada en un formato más grande de lo habitual, similar a la línea Maximum que tienen para otras obras, bajo el título Devilman: The First, y que constará de tres tomos, de los cuáles hoy os traemos nuestras impresiones del primero de ellos, que por cierto cuenta con una portada preciosa. Esperemos que esto sea solo el principio de una larga lista de obras licenciadas de Go Nagai y de su vasto universo, que parece que otras editoriales también se están animando como Ivrea con Devilman G y Shin Mazinger Zero o Ooso Comics con Cuite Honey, otro clásico del autor, y Mazinger Angels.

Akira Fudo es un estudiante de instituto normal y corriente algo cobarde e inocente que disfruta de su vida de forma tranquila y sin sobresaltos. Hasta que su misterioso amigo de la infancia, Ryo Asuka, se aparece ante él pidiéndole ayuda de manera desesperada. Así pues, le explica que su padre, un famoso arqueólogo y científico, ha fallecido en mitad de una investigación crucial para el futuro de la especie humana. Al parecer, ha descubierto la existencia de unos seres que estaban latentes en la Tierra y que están despertando y planeando hacerse con el planeta: los demonios. Y no solo hay que detenerlos, si no que para hacerlo, a Ryo no se le ocurre mejor manera que transformarse en uno de ellos, en un Devilman, mediante el cual puedan de alguna forma plantarles cara con sus propias armas, y evitar el apocalipsis en la Tierra. Akira se convertirá entonces, de manera inesperada para él y para el lector, en el héroe valiente que tenga que salvar al mundo de su destrucción.

Esto es grosso modo lo que se puede contar de un argumento que no tiene demasiada complejidad, y que puede parecer a priori poco original, pero que tiene su punto fuerte no tanto en el qué si no en el cómo, es decir, en la peculiar forma de narrar la historia que tiene Go Nagai. La obra, además, contiene unos personajes absolutamente extremos, desde la inocencia de Akira, hasta la ambiciosa y oscura tenacidad de Ryo, pasando por la impulsividad y bravuconería de Miki Makimura, la mejor amiga de Akira, y unos demonios absolutamente malvados y maniqueos que, a pesar de su extraño aspecto, son un enemigo bestial difícil de batir. Todos los elementos característicos de Nagai se encuentran presentes en Devilman: violencia extrema, erotismo y un sentido del humor bastante negro y un poco absurdo, tres aspectos esenciales en la obra del autor japonés, que encuentran aquí su máxima expresión, y que se repetirán en Violence Jack y las diferentes secuelas de Devilman, y que funcionan de maravilla creando una bruta, cruda y extraña armonía.

Poco más podemos ver en este primer tomo, que es más introductorio que otra cosa, y que solo puedo decir que nos aguardan aún más sorpresas en una historia que va de menos a más y que sumerge al lector en un apocalipsis de sexo, sangre y demonios grotescos que no te deja respirar ni un solo minuto.

El apartado artístico como hemos dicho también corre a cargo de Go Nagai, artista completo que, al igual que hemos dicho en la parte argumental, también destaca artísticamente por la crudeza con la que expresa la violencia y el sexo, sin ningún miramiento, y con un estilo y un trazo que transmite una inocencia, por otra parte habitual por aquel entonces, que despierta una sensación de naturalidad inaudita. Nagai se mueve entre lo original u hortera, según para cual, con un derroche de imaginación para los diseños de los demonios que raya lo grotesco, pero que es imposible que no te sorprenda, puesto que cada uno de ellos es diferente al resto, y a la vez están cortados por el mismo y extraño patrón.

De este primer tomo es especialmente destacable la escena de la fiesta, que supone un evento crucial para Akira Fudo y para la trama en general, y que es en todos los sentidos una orgía de violencia, sexo y demonios en el que Go Nagai da rienda suelta a todo su potencial artístico en una escena que resulta hasta extenuante por momentos, de lo aleatoria e impactante que es. Y esto solo acaba de empezar, puesto que en los dos siguientes tomos de los que se corresponde esta edición de Panini, el maestro Nagai seguirá brindándonos momentos tan brillantes como éste en una historia que solo se puede definir como una locura apocalíptica de principio a fin.



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