Javier Vázquez Delgado recomienda: El Príncipe y la Modista
Edición original:The Prince and The Dressmaker USA.
Edición nacional/ España:Sapristi Ediciones.
Guión:Jen Wang.
Dibujo:Jen Wang.
Formato:Libro con solapas, 272 páginas.
Precio:17,90€.
Hoy es un día muy importante para todo el mundo. Y es que, mientras haya quien no respete la diversidad sexual, la diversidad de género, y todos los modos, formas y maneras posibles de relacionarse con tus semejantes o de dejar de hacerlo, será necesario que aquellos que forman parte de las opciones sexuales no heteronormativas, proclamen su libertad a los cuatro vientos en un día como el del Orgullo LGBTI+.
Por eso, cuando supe que en Zona Negativa se iba a dedicar este día entero a reseñar aquellas obras del noveno arte que a juicio de los redactores de esta casa mejor representan este día tan significativo, no dude en sumarme a la iniciativa, puesto que hoy estamos de celebración. Quienes suelan leer mis reseñas en Zona Negativa, sabrán que el 99,9% de las mismas (con periodo en el nueve decimal) son de cómic superheroico, y casi siempre, marvelitas.
Que le voy a hacer, tengo una debilidad por ese género, y por ello estuve a punto de dedicar este espacio a la relación amorosa de Phyla-Vell (Quasar) con Heather Douglas (Dragón Lunar) en los Guardianes de la Galaxia de DnA, o quizás de hablar de como Midnighter y Apollo afrontan la paternidad en las páginas de Authority, o de como Ángela afronta la pérdida de su amada tras irrumpir con fuerza en el Universo Marvel desde ese paraíso de ángeles que le diera la bienvenida en las páginas de Spawn.
Sin embargo, no solo de superhéroes bebe el cómic, y tampoco este redactor. Por ello, decidí buscar otra obra que representara este día, y en ese sentido, no tarde en fijarme en el Príncipe y la Modista, uno de los cómics más destacados de mi estantería, y que llegó a la misma de la mano de una de mis mejores amigas, que un buen día, y sin previo aviso, decidió regalarmela.
Descendiendo a la obra, El Príncipe y la Modista, es una novela gráfica en la que Jen Wang escribe y dibuja la vida del joven Sebastián, Príncipe de Bélgica a quien el Rey y la Reina buscan esposa… sin que él esté ni por la labor de casarse, ni por la de conformarse con lo primero que lo ofrezcan, por muy recio que sea el abolengo que se le presente, y es que, Sebastian necesita a alguien que le comprenda, pues solo así puede llenar el vacío de su corazón, y comprenderle, en un contexto de la realeza europea de principios del Siglo XX (o quizás finales del XIX) es bastante difícil.
Y es que, Sebastián tiene una pasión: Vivir la noche parisina vestido de mujer, con los vestidos más finos y lujosos que deslumbren a todo aquel que los contemple abrazando su cuerpo. Esa pasión, que consiste más en un sueño que nunca termina de materializarse, encontrará a su más firme aliada en Frances, una joven y talentosa modista que tiene en los deseos y gustos sobre moda del Príncipe Sebastián su excusa perfecta para realizar los diseños más complejos y preciosos de todo París. Juntos, convertirán a Sebastián en la bella Lady Crystalia, una preciosa joven que despierta los anhelos de los muchachos de París, y las envidias de las doncellas de la ciudad, siendo todos ellos completamente ignorantes de que tras esos vestidos del más fino encaje se esconde un Príncipe Sebastián que necesita al personaje de Crystalia para sentirse uno mismo por primera vez en su vida.
De este modo Jen Wang teje una historia que aunque no esté enfocada directamente en la homosexualidad, la transexualidad, la asexualidad, la pansenxualidad, la bisexualidad u otras opciones sexuales y de género sobre las que suelen realizarse más obras, nos habla del respeto, de la identidad sexual de aquel que se siento más feliz vestido de un género distinto a aquel con el que ha nacido, puesto que solo así es él mismo, y de como teme revelarse a la sociedad tal y como es para evitar ser juzgado.
De este modo, la historia de Sebastian (nada menos que un acaudalado, apuesto, poderoso, y adinerado Príncipe de Bélgica) es la historia de muchos otros que se esconden bajo quienes son por una falta de tolerancia generalizada que impera en la sociedad, aunque cada vez ésta sea menor. Y es que, el respeto o la tolerancia no entienden de clases, ni de poder adquisitivo, si no de comprensión hacia todas las formas de expresión sexual y de género, y de la educación para lograr tal fin.
El guión de Jen Wang resulta inteligente y dinámico, puesto que no deja de contársenos un cuento que versa sobre la complicada relación entre dos personas que luchan por comprender sus sentimientos a la par que así mismo, pero añadiendo una perspectiva de género a la que no estamos tan acostumbrados, todo ello con un dibujo (también de Wang) que otorga ese aspecto de cuento propio del Disney más clásico, pero que deja paso al dramatismo siempre que éste es necesario.
Sin duda, una obra para recordar, y la cual no habría conocido sin esa amiga de toda la vida que decidió regalármela, a quien dedico estas líneas y esta reseña.
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