Javier Vázquez Delgado recomienda: La cantina de medianoche 1. Tokyo stories
Edición original: Shogakukan
Edición nacional/ España:Astiberri.
Guión: ABE Yaro
Dibujo: ABE Yaro
Formato:Rústica con solapas. 300 páginas
Precio:18,00 €
Astiberri no se caracteriza por ser una editorial que publique un gran número de títulos de manga de forma mensual; de hecho, pueden pasar meses sin que encontremos uno entre sus novedades, pero cuando lo hacen, hay que estar atentos a ellos, porque su selección de obras procedentes de oriente es coherente con su línea editorial y suelen tener un gusto exquisito. Así, podemos encontrar en su catálogo obras de autores como MIZUKI Shigeru, TATSUMI Yoshihiro o TANIGUCHI Jiro.
Con el precedente de El gourmet solitario y su secuela, la editorial vasca apuesta por satisfacer a los amantes de la cultura japonesa mediante de la divulgación de uno de los aspectos de la misma que más nos llama la atención a los occidentales: la gastronomía. A través del manga, el anime y el cine japonés, ha ido incrementando progresivamente el número de personas interesadas en la comida del país del sol naciente, debido a la intensidad de sus aromas y sabores, sus propiedades nutritivas, sus llamativos colores y el uso de ingredientes que resultan exóticos para nosotros.
La obra de ABE Yarô, que comenzó a editarse en 2006 en las páginas de la revista Big Comic Original de la editorial Shogakukan, sitúa la acción en todo momento en una cantina de unas características muy particulares. Esta cantina carece de nombre, así como tampoco se menciona cómo se llama su dueño, está abierta de 12 de la noche a 7 de la mañana, y no se encuentra en ella una carta o menú, sino que cada comensal dice qué le gustaría comer y, si disponen de los ingredientes, cocinan y sirven dicho plato. Está ubicada en el barrio de Shinjuku, el centro comercial y administrativo más importante de Tokio, que cuenta con rascacielos, la estación de trenes más utilizada a diario del mundo (un promedio de unos 3 millones de personas cada día), tiendas de electrónica, restaurantes y negocios de índole sexual.
En este enclave urbano, la clientela no podría ser más heterogénea, por lo que pasarán por la cantina oficinistas, ejecutivos, policías, yakuzas, strippers, prostitutas, actores porno, turistas, boxeadores, cantantes, músicos, atletas, jubilados, miembros de un grupo de moteras, vagabundos, etc. Cada uno de ellos con su personalidad, sus preferencias gastronómicas, su orientación sexual, sus vivencias pasadas, sus deseos, sus pasiones, sus fracasos… Todos son bien recibidos en este lugar.
La cantina es, por tanto, un lugar de confluencia, donde sus parroquianos cruzan sus caminos y acuden para escapar de la monotonía y la rutina, para disfrutar en comunión con otras personas de la comida y de la vida. Cada capítulo lleva por título el nombre de un plato o ingrediente, que dará pie a conversaciones sobre la forma de cocinarlo, qué salsas son las mejores para condimentarlo, de qué manera se debe comer, qué bebida marida mejor con dicha comida, etc. o que servirá de catalizador para despertar los recuerdos de los comensales y retrotraerse a momentos muy concretos de su pasado.
En este seinen hay lugar tanto para el drama como para el humor y sus historias destacan por estar narradas con fluidez, naturalidad e intensidad emocional. El autor tiene una gran habilidad para hacer al lector partícipe de las anécdotas, alegrías, desdichas, amoríos, antojos y preferencias de los clientes de este animado local. Otra capacidad que no hay que olvidar es la de poner la comida en el centro de las historias y reflejar la importancia que puede llegar a tener en nuestras vidas, no ya desde su necesario papel en nuestra supervivencia diaria, sino en los lazos emocionales que podemos establecer con determinados platos y las personas que los hacían.
En cuanto al dibujo, ABE no destaca por ser ningún prodigio. Su trazo es sencillo y funcional, no realiza ninguna demostración técnica, pero sí que se esfuerza en reflejar la cantina desde todos sus ángulos, de forma que una vez que hemos leído unas cuantas historias, tenemos la sensación de haber estado en ella. Además, consigue reflejar y transmitir los sentimientos de los personajes gracias al buen uso del lenguaje no verbal. También destacan ciertas secuencias narrativas que denotan el amor por la gastronomía y seducen a los lectores, que se sorprenderán deseosos de probar los platos mostrados.
Astiberri mantiene el estándar que emplea en la publicación de manga, por lo que este título se edita en formato A5, de tamaño 15 x 21 cm encuadernado en rústica con solapas. El único aspecto negativo de la misma es la ausencia de las páginas originales a color, que están impresas en una escala de grises. La recopilación original japonesa consta de 21 tomos hasta el momento, pues su autor sigue publicando nuevas historias a día de hoy, pero cada volumen de la edición española recoge dos tomos japoneses, por lo que el total de tomos publicados en nuestro país corresponderá la mitad de tomos que se publiquen en el país nipón.
La popularidad de este manga en su país de origen, y más allá de él, ha trascendido el papel y ha dado el salto al medio audiovisual, ya que ha sido llevada dos veces a la gran pantalla y cuenta con una serie de televisión, que puede ser vista en Netflix con el nombre de Midnight Diner: Tokyo Stories. Como curiosidad, cabe mencionar que desde hace años se encuentra en la ciudad de Barcelona un restaurante japonés cuyos dueños se inspiraron en esta obra para abrir su negocio.
En conclusión, La cantina de medianoche es un cómic para aquellos que buscan historias de una profundidad psicológica, en las que hay que rascar en su superficie para encontrar la auténtica materia, y una importante carga emocional, sin caer en el sentimentalismo gratuito. El hecho de que formara parte de los esenciales del Festival Internacional de Cómic de Angoulême de 2019 no es casualidad, pues se trata de una obra de mucha calidad. Pasen, pidan y degusten.
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