Javier Vázquez Delgado recomienda: Liga de la Justicia #5-9 (Tierra Sumergida)

 

Edición original: Justice League núms. 9-12 USA; Aquaman/Justice League: Drowned Earth Special núm. 1 USA; Justice League/Aquaman: Drowned Earth núm. 1 USA (one-shot); Aquaman núm. 42 USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: James Tynion IV, Scott Snyder, Dan Abnett.
Dibujo: Alejandro Sánchez, Francis Manapul, Jorge Jiménez, Bruno Redondo, Frazer Irving, Howard Porter, Scott Godlewski, Clayton Henry, Lan Medina, Vicente Cifuentes .
Entintado: Howard Porter, Francs Manapul, Bruno Redondo, Frazer Irving, Scott Godlewski.
Color: HI-FI, Francis Manapul, Sunny Gho.
Formato: Grapa, 48 págs. A color.
Precio: 3,25 euros.

 

Tras el despliegue de medios cósmicos con el que Snyder dio la bienvenida a los lectores que se subieron a su Liga de la Justicia, toca volver a poner el foco en la Tierra, más concretamente en los océanos, y plantear una nueva amenaza planetaria con la que poner en jaque a los héroes más poderosos del Universo DC.

Los océanos cubren el 71% de la superficie de nuestro planeta y en sus profundidades, que van desde meros centímetros a más de los 11.000 metros, se esconden todo tipo de misterios. Unos misterios que han fascinado a la humanidad durante siglos, pues no en vano los océanos fueron y son, aún, considerados el gran reto exploratorio al que enfrentarse, a fin de desentrañar lo que sus aguas esconden bajo la superficie. Los océanos son vida y son muerte, son la piedra angular sobre la que pivota todo nuestro ecosistema, con corrientes marinas fundamentales para la regulación de la temperatura global. Y tan importantes son que parecen no importar a la inmensa mayoría de los mortales que fagocitan los recursos de la Tierra.

Snyder, arranca su segundo arco argumental con todo un despliegue de intenciones, centrando su atención en Aquaman y su entorno, cuando el mundo se ve invadido con tres viejas deidades que vienen a sumergir todos los continentes bajo las aguas. Unas aguas infecciosas que mutan a la población haciendo que les sirvan como una horda de zombis acuáticos. ¿Una alegoría medioambiental de la subida del nivel del mar por culpa del calentamiento global?

Snyder se hace hueco entre esos misterios, esa fascinación que generan los océanos para montar este escenario con el que mover a la Liga a lo largo y ancho del planeta, incluso más allá de este plano, con el fin de seguir manteniendo el listón de amenazas lo más alto posible. Con la actual alineación de la Liga el guionista de American Vampire parece no sentirse del todo cómodo, al someter al conjunto de sus miembros a un agotador tour donde todo quiere ser más y más grande, más y más amenazador. Y no estaría mal si no se viniera de un primer arco argumental cósmico también de enormes proporciones. Se puede argumentar que este segundo es más terrenal, cierto, pero es lo suficientemente amplio en su concepto que acaba por caer en los mismos errores iniciales ya visto con anterioridad.

En estos números la serie regular de la Liga se cruza con la de Aquaman para crear un mini evento (con especiales incluidos), con idéntico tratamiento al que se pudo leer hace poco entre Wonder Woman y la Liga de la Justicia Oscura. Para este nuevo evento James Tynion IV apoya a Snyder en la labor literaria, al igual de Abnett, al ser el guionista en nómina en Aquaman.

Con este evento queda ya patente cual es el principal problema de Snyder: no hay espacio para un momento de caracterización, un momento de convivencia mutua, de camaderia entre sus miembros, para mostrar esos instantes más humanos y cercanos, con los que poder disfrutar del conflicto interno y no solo depender del externo.

No importa que tengamos a otros escritores involucrados, Snyder lo fagocita todo con su propuesta y tanto Tynion como Abnett tan solo le siguen la corriente (chiste fácil), a la hora de satisfacer sus necesidades. Y esto hace de la lectura de estos números algo agotadoramente repetitivo, con un desarrollo lento, monótono, extendido hasta la extenuación, sacando punta a una historia que no puede dar lo que Snyder pretende que dé pero que, a base de dar vueltas y vueltas sobre el mismo concepto, va alargándose durante páginas y más páginas, sin poder sentir que la extensión este justificada.

El evento tiene demasiadas aspiraciones y no concreta, no define el camino que quiere seguir para que luego las consecuencias puedan quedar bien estructuradas. Hay momentos interesantes, sin duda, es mera estadística, pero el conjunto no logra destacar de forma palpable, dejando al lector con la sensación de haber estado a la deriva durante demasiados números.

En la parte gráfica destaca el trabajo de Manapul y de Porter, que deslumbran con su puesta en escena, su composición, su belleza plástica y diseños llenos de detalles. Todo es majestuoso, enorme y poderoso, sin que por ello sean capaces de levantar la tibieza del guion desarrollado por Snyder y compañía. El resto de los dibujantes, realizan una labor más que correcta, desarrollando la presumible épica (que no la hay) del guion, resultando muy interesante como Cifuentes y Sanchez, logran sacar oro de una propuesta tan pobre.

Segundo arco argumental de Snyder al frente de una de las series principales de DC y la sensación agridulce no se disipa. ¿Tal vez a la tercera sea la vencida y despunte de verdad una Liga de la Justicia como la que se marcó Priest justo antes de la llegada de Snyder? Solo lo podremos saber cuándo este arco acabe de publicarse en España. Mientras tanto toca esperar y soñar.



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