Javier Vázquez Delgado recomienda: Los zapatos rojos

 

Edición original:Les souliers Rouges Intégrale FRA, Bamboo Édition
Edición nacional/ España:Ponent Mon
Guión:Gèrard Cousseau
Dibujo:Damien Cuvillier
Color:Damien Cuvillier
Formato:Cartoné, 96 Páginas
Precio:24€

 

Tú, hombre libre, levántate si tu corazón vibra, levántate hasta morir, levántate contra lo peor… y contra ti.

Los zapatos rojos es el integral que agrupa los tomos Georges (2014) y L’albinos (2015) que completan la historia guionizada por Gèrard Cousseau y dibujada por Damien Cuvillier. En el mercado francófono apareció de la mano de Bamboo y en nuestro país la acaba de publicar Ponent Mon, que prosigue diversificando su enorme catálogo de cómic franco-belga.

Gèrard Cousseau es un historietista francés nacido en el año 1953. Comenzó su carrera como ayudante de Jean-Claude Fournier. Casi toda su carrera ha estado ligada a publicaciones infantiles en revistas de Disney o en Spirou. Los zapatos rojos es uno de sus escasos trabajos para adultos y es el primero publicado en nuestro país.

Damien Cuvillier es un dibujante francés con ya varios trabajos a sus espaldas. En 2010 apareció su primer álbum Les Sauveteurs en mer con guion de Cousseau. Al que ese mismo año seguiría el primer álbum de La guerre secrète de l’espace guionizado por Régis Hautière. Un guionista con el que volvería a colaborar en La guerra de los Huérfanos (Norma) la única obra con su trabajo que se había publicado en España hasta ahora. Otros de sus trabajos son Aïcha K. con guion de Jean-François Chanson, Nuit noire sur Brest con guion de Bertrand Galic y Kris y Eldorado su última obra aparecida en 2018 en la que también realiza labores de guionista junto a Hélène Ferrarini.

Los zapatos rojos Gèrard Cousseau Damien Cuvillier Ponent Mon

1944. Un extraño llega a un pueblo de la Bretaña ocupada por los nazis, Su nombre es Georges un ruso que huye de las purgas comunistas. En el pueblo trabara amistad con Jules, un joven local que vive en una burbuja que no le permite ver las consecuencias de la ocupación nazi. Ambos son muy distintos, pero se vuelve inseparables. Sin embargo, la locura de la guerra está a punto de cambiar sus vidas…

Los zapatos rojos es una historia de aprendizaje con todos los tópicos que se pueden encontrar en este tipo de historias, una figura de maestro-guía que inesperadamente saca de su estupor a un joven. El maestro es Georges, un ruso blanco exiliado en Francia y el “aprendiz” es Jules. Su amistad y los conocimientos que esta le brindan le sirven a Jules como puerta de entrada a la madurez, pero como siempre en este tipo de historias, este tránsito estará marcado por el drama y el sacrifico. Y un error propio de la juventud que marcará a Jules durante el resto de su vida. El principal problema no es lo trillado del argumento, si no la falta de emoción en toda la obra y lo precipitado que resulta la amistad entre los dos protagonistas. Sobre todo, a la hora de entender determinadas decisiones que toman.

Los zapatos rojos Gèrard Cousseau Damien Cuvillier Ponent Mon

Es una historia que trata sobre el peso de las decisiones que tomamos sin darles mayor importancia, como ponernos unos zapatos, pero que a la larga pueden marcar nuestras vidas. Y también sobre la aleatoriedad de la vida, como nacer en un sitio u otro pueden marcar el destino. Y de la crueldad con la que el hombre puede tratar a sus semejantes cuando tiene una posición de poder. Que la historia se desarrolle en la Francia ocupada no supone ninguna diferencia ya podría suceder en cualquier otra país y época y la historia no variaría en lo esencial.

La mejor parte de la obra es la descripción que se hace de varios soldados nazis mostrándonos que debajo del uniforme, en la mayoría de los casos, solamente se escondían seres humanos. Unos soldados que luchaban obligados en una guerra que no entendían o que cumplían órdenes intentado conservar en lo posible su humanidad. Una visión bastante más cercana a la realidad. Aunque es una historia en la que no hay héroes, a pesar de haber acciones heroicas, sí que hay unos villanos claros en las figuras de los lugareños colaboracionistas con los nazis. Los que aparecen no están nada bien retratados ya que son excesivos, tanto en crueldad como en estupidez, algo que le quita realismo a la historia. En ningún momento se explica porque hacen lo que hacen, simplemente están para mostrar la maldad humana. Pero la maldad es mucho más terrible cuando no la comenten malos de opereta si no que es producto de seres humanos.

Los zapatos rojos Gèrard Cousseau Damien Cuvillier Ponent Mon

A pesar de los tópicos y lo previsible que resulta por momentos, la historia está muy bien estructurada y funciona bastante bien. Algo a lo que sin duda ayuda que esté basada en hechos reales. Quizás se echa en falta que no utilice más las trama de los cosacos que al principio de la historia parece que va a ser más importante, pero resulta ser una simple anécdota. Algo similar sucede con el pasado de Georges y tampoco se profundiza los movimientos de resistencia de la zona.

El apartado gráfico recuerda a Gibrat, aunque sin alcanzar su maestría. Sin duda lo más brillante es el trabajo de color y la capacidad para jugar con la luz de la naturaleza, tan bella que contrasta con la fealdad de quienes la habitan. Pero también hay un uso dramático del color para resaltar algunas escenas y para crear atmosferas. La composición de página es bastante clásica, así que resulta muy clara. Sus personajes son muy expresivos y hay un muy buen trabajo de documentación, algo que sirve para transportarte a 1944.

Los zapatos rojos Gèrard Cousseau Damien Cuvillier Ponent Mon

Ponent Mon hace una buena edición como suele ser habitual en ellos. Buen tamaño, buen papel y gran reproducción para una obra que amplía su catálogo. Los únicos extras que se incluyen son las dos portadas de los álbumes sueltos.

Los zapatos rojos es una historia sobre la amistad y la maldad que encierra la humanidad, pero que ganaría con más espacio para desarrollarla ya que casi todo resulta precipitado. Es una historia solida pero que no supone ninguna novedad, aunque está resuelta con solvencia.



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