Javier Vázquez Delgado recomienda: Red Road. Segunda Época
Edición original:Red Road INT. 1 FRA, Lombard
Edición nacional/ España:Ponent Mon
Guión:Derib
Dibujo:Derib
Formato:Cartoné, 256 páginas.
Precio:44€
A la noche más oscura le sigue siempre un claro amanecer.
En Red Road Segunda Época viajamos hasta finales del s.XX para que Derib nos enseñe las condiciones en las que viven los descendientes de “Aquel que nació dos veces” protagonista de la Primera Época. Este segundo integral, con el que finaliza la obra, está compuesto por cuatro álbumes (American Buffalos, Business Rodeo, Bad Lands y Wakan) publicados entre 1988 y 1998 por la editorial Lombard. El integral ha sido publicado en España por Ponent Mon a los que también tenemos que agradecer que publicarán la maravillosa Buddy Longway.
Derib, seudónimo de Claude de Ribaupierre, es un historietista suizo nacido en 1944. Dió sus primeros pasos en el cómic de la mano de Peyo, del que fue ayudante varios años. En sus primeros años de carrera se dedicó a series para un público infantil como Oncle Paul con guiones de Joly, Arnaud de Casteloup con guiones de Jadoul, Attila con Rosy o Pitagoras con guion de Job y la que es su serie más famosa Yakari (Norma) de nuevo con guiones de Job. A principios de los años setenta vio la luz su serie más personal: Buddy Longway (Ponent Mon) un western distinto, que marca la vida de sus protagonistas y la de su autor, pero que sin duda está entre los mejores de la historia del cómic y a la que pondría fin en 2011. Desde los años ochenta de manera paralela a Buddy Longway y a Yakari, Derib ha publicado diversos álbumes unitarios (Pour toi Sandra, Dérapages, Jo, No limits o Tu seras reine) en los que aborda temáticas sociales como la prostitución, las drogas o el maltrato infantil. Pero por desgracia permanecen inéditos en nuestro país, algo que esperemos se solucione lo antes posible.
Han pasado 150 años desde el fatídico encuentro de “Aquel que nació dos veces” con el hombre blanco, y la vida de los indios ha cambiado de manera drástica. Malviven encerrados en reservas y sufren a diario el alcoholismo, el desempleo y el racismo de unos Estados Unidos que les ha arrebatado lo que daba sentido a sus vidas. En este contexto conocemos a Amos, un joven indio, que emprenderá un viaje que le llevará a encontrarse a sí mismo mirando al pasado para afrontar el futuro.
Con sucedía con el primer integral estamos ante una obra que funciona mejor leída de una sola vez. Las historias de Amos y “Aquel que nació dos veces” trascurren de manera paralela, ambos emprenden un viaje físico y espiritual para poder encontrarse y aceptarse a sí mismos. Aunque en el caso de Amos el ofrece mucha mayor resistencia a reencontrarse con sus raíces. Antes de hacerlo buscará refugio en el alcohol, intentará vivir como un blanco y luego tratará de revelarse de manera violenta contra los blancos, para por fin, asumir su destino. Para ello contará con la ayuda de Erik que ejercerá la función de maestro-guía. La principal diferencia entre la historia de Amos y “Aquel que nació dos veces” es el contexto de la nación india cuando se desarrollan sus historias. Con Amos están en su punto más bajo, mientras que en Red Road Primera Época los vemos alcanzar su punto álgido. Gracias a Amos vemos un cierto resurgimiento del orgullo colectivo, quizás Derib peque algo de ingenuo, pero siempre es bueno acabar una historia llena con un poco de esperanza.
El largo invierno que predijo “Aquel que nació dos veces” lleva 150 años aplastando a los indios, justo desde la llegada del hombre blanco a sus tierras. Derib nos cuenta en este segundo integral de manera resumida las vicisitudes que han tenido que pasar los indios desde el integral anterior. Vemos que las acciones del hombre blanco desde su encuentro han ido encaminas a destruir la forma de vida de los indios, destruyendo sus tierras sagradas y exterminando a los bisontes para terminar por encerrar a las tribus en reservas que se han convertido en ghettos en los que la única vía de escape está en una botella o en una jeringuilla. Unos problemas que no son exclusivos de los indios ya que son una de las grandes lacras que ha traído el progreso incontrolado y que por desgracia todavía están vigentes en nuestros días.
En Red Road Segunda Época vemos las constantes de la obra de Derib durante toda su carrera. Estamos ante una historia que mezcla las aventuras con una trama casi costumbrista que nos nuestra el día a día de los indios en la reserva producto de su enorme conocimiento de las costumbre e historia de los indios. Además del profundo respeto que siente por sus creencias. Otra de las constantes es la importancia que da a la naturaleza con un mensaje ecologista cada día más necesario. Además del profundo humanismo que destilan sus páginas algo que vemos en la importancia de la familia y el amor incondicional del que es capaz el ser humano, pero sin dejar de mostrar la maldad inherente del ser humano que nos nuestra con toda su crudeza mostrando la violencia y la injusticia, aunque sin recrearse en los aspectos más truculentos.
En el apartado gráfico vemos a Derib en todo su esplendor, la evolución que habíamos visto en Buddy Longway está consolidada. Su estilo mezcla de manera perfecta la espectacularidad necesaria para mostrar la naturaleza en toda su riqueza con la claridad narrativa. La composición de página se adapta desestructurando la página y las viñetas para lo mostrar de la mejor manera posible lo que requiere la historia. Una de sus mejores cualidades como guionista es que sabe cuándo hay que dejar que sean las imágenes las que cuenten la historia. Como siempre brilla en la representación de la flora y la fauna y en este trabajo podemos ver que es mucho más que un dibujante de westerns, ya que también vemos su capacidad para dibujar historias actuales.
La edición es de alta calidad como nos tiene acostumbrados Ponent Mon. Tiene el tamaño original, buena reproducción y papel. A diferencia del primer integral no cuenta con extras, pero hay que tener en cuenta que los extras incluidos en el tomo anterior ya hablaban de estos álbumes. Esperemos que en los próximos meses sigan publicando más obras de Derib, puesto que es un autor genial y todavía quedan bastantes obras suyas inéditas.
Red Road es una serie en la que Derib nos nuestra su amor por los indios y hace un precioso homenaje a su cultura. Pero también sirve para denunciar muchos de los males que afronta la sociedad actual, uno problemas que no son solo exclusivos de los indios. Una obra que es un buen ejemplo del buen hacer del autor suizo, que te toca el corazón, pero que no lleva a los niveles excelsos de calidad de su obra maestra Buddy Longway.
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