Javier Vázquez Delgado recomienda: X-Force nº1, de Ed Brisson y Dylan Burnett
Edición original: X-Force #231-232 USA
Edición nacional/ España: Panini Cómics.
Guión: Ed Brisson.
Dibujo: Dylan Burnett.
Color: Jesús Aburtov y Brian Reber.
Formato: Grapa, 64 páginas.
Precio: 5,25 €.
Hace ya muchos años que empezó la andadura de X-Force en Marvel, Fabian Nicieza y Rob Liefeld hacían evolucionar a los niños que asistían a la escuela de Xavier transformándolos en un grupo paramilitar dirigido por Cable, en el que resultó ser uno de los cómics más vendidos de la historia. La serie original de X-Force cambió mucho a lo largo de los años noventa, pero siempre estuvo impregnado de esa violencia y agresividad que emanaban los primeros números, a ratos más implícita y a ratos totalmente explícita, sus diferentes encarnaciones tomaban mucho de esa idea de fuerza de choque para aquello que los X-Men jamás harían. Cable estaba casi siempre por ahí, en ocasiones sustituido por personajes con un nivel de agresividad similar, como Lobezno o Dominó (el otro gran personaje omnipresente en sus diversas etapas), pero este personaje fue su mayor constante a lo largo de su enorme recorrido, no en vano este nuevo número 1 es en su versión “Legacy” en realidad el 231 y 232 USA, y Cable está de vuelta al ajo con algunos de sus clásicos compañeros, solo que no es el Cable de siempre y para ello debemos ir a Exterminio, el evento que finalizaba la andadura de la Patrulla-X original traída del pasado por Brian Michael Bendis.
Allí Ed Brisson y Pepe Larraz, entre otras cosas, asesinaban a Cable utilizando para ello a una versión más joven del mismo conchabado con su padre, Cíclope, algo difícil de creer pero, por lo visto, no imposible. Ahora este nuevo Cable ha venido para quedarse y volver a formar parte de X-Force, con Ed Brisson de nuevo al mando, en un cómic con fecha de caducidad marcada por la llegada de Jonathan Hickman a la franquicia en un futuro cada vez más cercano. La etapa de los guionistas Ed Brisson y Matthew Rosenberg como principales artífices de los X-Men parece tener más detractores que seguidores, a pesar de que no todo lo que han hecho es malo, su calidad en las series principales ha sido cuestionada por casi todos. Por otro lado las series satélite, las aparentemente secundarias como Nuevos Mutantes, Hombre muerto Logan o el Hombre Múltiple, parecen llegar a un nivel de calidad mucho más aceptable, ¿a qué grupo pertenece este primer número de X-Force? Esa es la pregunta a la que intentaremos contestar en este texto.
Exterminio es el punto de partida de este número, los X-Force los convoca Dominó para ir a por Cable, a preguntarle por qué asesinó al Cable de siempre y qué hace en el presente, y las respuestas son tan ridículas como las dadas en dicha serie, que Cable, el viejo, ya tenía marcados intereses y no miraba por cuidar el futuro, no, Cable nunca fue un guardián del futuro, fue un mesías venido de allí al que, tras acabar su cometido, se le encargaban misiones según llegaban y ese es uno de los puntos más flacos de estos dos números, que hay un vacío tremendo en los personajes que los impersonaliza e incluso parece que se ríe de su historia. En general siempre he defendido (y no soy el único) que Ed Brisson ha llegado a aportar calidad en sus cómics, pero lo que aquí sucede fácilmente podría entrar en el top de peores historias sobre mutantes.
Bala de Cañon es uno de mis personajes fetiche dentro de este micromundo, sus diálogos y su actitud infantil son absolutamente incompatibles con un hombre que ya llegó a ser miembro de los Vengadores. Es cierto que no se cambia su forma de pensar con respecto a Cable o a la violencia en general, en eso sí que es fiel al personaje, pero Sam siempre tuvo carisma y el respeto de sus compañeros merecidamente ganado, aquí aparece como un niño pidiendo favores a sus amigos. Solo Estrella Rota y Sendero de Guerra muestran algo de su carácter real, pero tampoco es que tengan muchos diálogos. Dominó es la principal protagonista junto a Cable pero su relación se vuelve seca, no se ve la fuerza con la que Dominó debería tratar un tema tan complejo como este, no hay ninguna gran escena, ni de acción ni de quietud, que reflejen un encuentro que debería ser apasionante.
Se ve que a Brisson lo que le interesa es seguir con la trama de Exterminio y mete a Acab con calzador, como cooperante de un país imaginario que acogía a mutantes pero, de un día para otro, los asesina. Es más de lo mismo pero sin mucho sentido, quiero creer que a la larga esto tendrá algún tipo de explicación, pero es el golpe de estado más sencillo de la historia del arte, que un país cambie tan radicalmente de opinión y la rapidez/facilidad con la que, en una noche, se pasan al lado opuesto es asombroso. La introducción de Deathlok supongo que también será explicada en un futuro, o quizás como Cable y él son del futuro se quede simplemente así, visto lo visto no sería descabellado.
Si el argumento, los diálogos y los personajes resultan tediosos, solo nos queda disfrutar del dibujo, aquí siempre puede entrar más el gusto personal, por desgracia yo no lo disfruté nada. El trabajo que realizó Dylan Burnett en el Motorista Fantasma Cósmico de Donny Cates no estaba mal, quizás el estilo de ese tomo requería una autor un poco diferente, pero en X-Force no pega, la acción queda muy caótica, lleva a los personajes a su terreno de caras afiladas, despojándolos de expresividad y de sus rasgos característicos y deja, por lo menos en mi, una sensación de emborronamiento continuo.
Compré este número con ganas y, como fan del universo mutante, le daré una oportunidad a los siguientes, pero me entristece mucho decir que, por ahora, es uno de los peores productos que me he encontrado en los últimos años, hasta el punto de que es el primer cómic desde que estoy en Zona Negativa al que tengo que suspender. Soso, repetitivo, con diálogos insustanciales y vacío de contenido. Una auténtica pena, por lo menos quedan buenas series como Dominó, Exiliados u Hombre muerto Logan, entre otras.
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