Javier Vázquez Delgado recomienda: Yo, René Tardi. Prisionero en Stalag IIB 1-3

Edición original:Moi René Tardi, prisonnier de guerre au Stalag IIB 1-3 FRA, Casterman
Edición nacional/ España:Norma Editorial
Guión:Jacques Tardi
Dibujo:Jacques Tardi
Color:Rachel Tardi y Jean-Luc Ruault
Formato:Cartoné, 192 Páginas
Precio:25€

Yo luché… ¡Mierda! No ganamos… pero no me avergüenzo, ¡yo luché!

Norma Editorial nos acaba de traer el tercer y último álbum de Yo, René Tardi. Prisionero de guerra en Stalag IIB, la serie en la que Jacques Tardi nos relata el periodo que su padre pasó en un campo de prisioneros nazi y los años posteriores. El primer álbum aparecido en 2012 en Francia nos contaba su estancia en el campo. El segundo aparecido en 2014, llevaba por título Mi regreso a Francia narraba la penosa vuelta a casa tras el fin de la guerra. Después de la guerra, aparecido en 2018, nos cuenta la vida de los Tardi en los años posteriores al conflicto en los que Rene seguía formando parte del ejército francés.

Jacques Tardi es un historietista francés nacido en 1946. Desde su debut en 1969 su carrera casi siempre ha estado ligada a tres géneros: el bélico, el polar y el folletín fantástico de aventuras con influencia de Julio Verne. Sus primeros fueron historias cortas para la revista Pilote con diversos guionistas. Su primer álbum fue Rumores sobre el Rouergue (De Ponent) con guion de Pierre Christin. En 1971 debuta como autor completo con Adiós Brindavoine (Norma) su primera historia sobre la guerra, en la que ya se pueden ver todas las características que marcaran sus trabajos bélicos posteriores, crítica con los mandos, profundamente documentada y antibelicista. Entre sus trabajos belicós caben destacar La última guerra y El soldado Varlot adaptando a Didier Daenincx, La guerra de las Trincheras, ¡Puta Guerra! o El último asalto, todas ellas publicadas en nuestro país por Norma. Otros de sus trabajos más destacados son la serie Adèle Blanc-Sec, sus adaptaciones de las novelas de Léo Malet protagonizadas por Néstor Burma o la serie sobre Comuna de París de 1871 El grito del pueblo. Gracias a su trabajo ha obtenido infinidad de premios como el Eisner o el Alph’Art. Sin duda es uno de los autores más importantes de los último cincuenta años y una pieza clave para entender el cómic adulto en el mercado francobelga.

René Tardi es un joven francés de clase baja que ante la posibilidad de una nueva contienda con Alemania decide alistarse en el ejército. Su juventud le hace creerse que son el mejor ejército del mundo y que no tienen nada que tener de los nazis. La realidad es que se han dormido en los laureles de su victoria en el 18 y no han sabido o querido modernizarse así que cuando los alemanes desatan la Blitzkrieg sobre Francia la derrota es rapida y total. René es capturado y trasladado al Stalag IIB en la Polonia conquistada por los nazis. Durante sus cinco largos años de cautiverio sufrirá todo tipo de penalidades y descubrirá toda la crueldad de la que es capaz el ser humano para con sus semejantes,

Tardi hace mucho que se ha convertido en el cronista en cómic de los horrores de las guerras, sobre todo de la Primera Guerra Mundial. Sus trabajos sobre este periodo se caracterizan por huir de cualquier tipo de heroísmo y épica. Su intención siempre es mostrarnos la realidad de la guerra y denunciar los horrores que se producen, en la que por más razón que tenga un bando siempre cae en la barbarie. Algo que también está muy presente en esta trilogía. Aunque se situé en la Segunda Guerra Mundial, el otro gran conflicto que marco el mundo durante el s. XX. Como en su obra hay una voluntad de denunciar no solo los horrores de la guerra sino también a sus responsables: los políticos y los altos cargos militares. Para ello se apoya en un trabajo enorme de documentación, gracias a ella nos cuenta que no solo los nazis y los rusos ser portaron como salvajes como nos hacen creer otro tipo de obras mucho más indulgentes con los Aliados. Tardi nos describe con todo lujo de detalles y fríos números las terribles consecuencias de la contienda. Así que la habitual crítica de Tardi hacia el chovinismo, el ejército, el colonialismo, los totalitarismos de cualquier signo están muy presentes.

La principal diferencia con otras obras del autor es qué en Yo, René Tardi no estamos ante unos personajes ficticios o anónimos, sino ante la historia real de su padre. Así que estamos más bien ante un documental basado en sus recuerdos escritos por su padre en los años ochenta, por eso algunas veces resultan incompletos o erróneos, pero no les restan valor como crónica real. Más si tenemos en cuenta que apenas existe bibliografía sobre la vida de los prisioneros franceses en los campos de prisioneros. Un período que parece los franceses quieren olvidar al representar la derrota de Francia y los vergonzosos años de colaboracionismo con los nazis. Pero por suerte, Tardi ha decidido rescatarlo para agitar conciencias y no permitir que quede en el olvido, y es que hay sectores de la población que prefieren olvidar el pasado o reescribirlo, algo con lo que estamos muy familiarizados en España. Y es un lujo que ni nuestros vecinos, ni nosotros nos podemos permitir. Toca hacer justicia con los olvidados, los perdedores y los desfavorecidos.

Es la primera vez que Tardi aparece como un personaje en uno de sus cómics y es muy curiosa la forma que ha elegido para hacerlo. Yo, René Tardi es un dialogo improbable entre un Tardi infantil y su padre, mientras este le cuenta a su hijo sus recuerdos de la época. Esta representación le sirve para confrontar sus diferencias con su padre, del que muchas veces se avergüenza, sino para mantener una conversación que se les quedaron en el tintero, pero también sirven de un intento de tratar de comprenderlo y para relatar las difíciles relaciones entre padres e hijos. Unas conversaciones que recuerdan en parte a las de Art Siegelman con su padre en Maus, en una de las muchas coincidencias entre ambas obras, pero que aquí están dotadas de una irrealidad ya que se dan en una época en la que Tardi no había nacido. Cada uno de los dos cumple una función y nos da una visión muy particular y distinta de los hechos que se relatan. René es la parte más emocional, nos cuenta la parte personal y los pequeños dramas que no aparecen en los libros de historia, además de servir como hilo conductor de la trama. El Tardi infantil sirve para explicar y clarificar datos y expresiones, además de ser el altavoz de su visión crítica no solo de los hechos sino también cuestionado lo que hizo su padre. Este dialogo sirve para dotar a la obra de agilidad, algo que no hubiera tenido si Tardi se hubiera limitado a contar la historia de su padre de una manera más canónica. Esta dinámica se mantiene hasta el tercer álbum cuando se produce el nacimiento de Tardi. A partir de ese momento el tercer álbum se convierte en una autobiografía más al uso en la que prescinde de la visión de su padre para ver únicamente sus propios recuerdos de lo que sucedió en esos años.

La minuciosidad de Tardi se ve en cada página y en cada detalle, así que estamos ante una obra perfectamente documentada, que se toma su tiempo para explicar los precedentes de la guerra como sus consecuencias, pero sin dejar de lado la parte emocional y la crítica. Quizás a veces peque de demasiada profusión de datos, pero realmente es una obra con la que aprendes muchísimo.

En la parte gráfica Tardi sigue la misma estructura fija de tres viñetas panorámicas por página que ya uso en obras como La guerra de trincheras o ¡Puta guerra!. Algo que sirve para anclar la obra a la realidad y a su monotonía que siempre vemos desde el mismo punto de vista, sin estridencias. Así las viñetas se convierten en una segunda cárcel para René. Como en todos sus trabajos no tiene problemas en mostrarnos toda la crudeza de la guerra en sus aspectos más carnales como son el barro, la sangre y la mierda. El uso de los grises es más que notable a la hora de crear atmosferas y sensaciones- Los otros colores apenas están presentes en los dos primeros álbumes solo sirven para enfatizar algún suceso u objeto. En el tercer álbum tienen más presencia ya que la vida de los Tardi es cada vez más luminosa y los problemas parecen dejar paso a tiempos mejores.

La edición de Norma Editorial es fantástica, con gran tamaño y reproducción y abundantes extras en cada uno de los tres álbumes. Se nota el enorme cariño que tienen uno de los autores que los ha acompañado en su larga trayectoria.

Yo, René Tardi Prisionero en Stalag IIB es una obra compleja y llena de datos, pero es una de las mejores y más profundas lecturas que nos ha dado la BD en años. Algo normal cuando hablamos de Tardi, uno de los autores más importantes del medio. Una mezcla entre la crítica a la política de principios del s. XX, a la condición humana, los horrores de la guerra y las relaciones padre e hijo.



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